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➳꙲᭄᪼⃟⃟𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐍𝐄: 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐈𝐍𝐀𝐋.˖͓ᭃ᭄͕᪶̋᪼

—¡¿Sabes lo que él hizo en la escuela, no?! —gritó la castaña dolida en medio de la estación del tren hacia el peliazul y el pelirrojo.

El resto de gente que iba pasando echaban miradas rápidas a lo que ocurría y otros a distancia se quedaban viendo lo que pasaba ahí.

—... —el pelirrojo sintió la necesidad de salir corriendo de ahí o darle un balazo en la chica.

—... —el de pepitas de carbón tampoco contestó.

—¡Estás literalmente escogiendo a un estúpido asesino por sobre mí! —gritó más fuerte.

Asesino
Asesino
Asesino
Asesino
Asesino
Asesino
Asesino

A S E S I N O.

Se metió en un trance que nunca había sentido, su vista se volvió negra y no porque precisamente se hubiera desmayado, pero el habría deseado que fuera así. Los pocos segundos que estuvo en ese horrible trance se sintieron como siglos y estaba empezando a desesperarse deseando salir de ahí de cualquier manera, era negro, se sentía solo... Con sus pensamientos y la imaginación tan cruel que tiene.

Las voces que tanto lo torturan se hacen presentes aprovechando la oportunidad que se dio pero ahora estas vienen acompañadas del ruido tan horroroso que hubo durante esa masacre que el pelirrojo recuerda con dolor; armas disparando, golpes, sangre cayendo al suelo, esto anterior también pero con los cuerpos de las personas que perdieron la batalla, gritos de agonía de parte de los niños y maestros que no fueron capaces de escapar, algunos simplemente procediendo al suicidio porque sabían que no saldrían vivos de ahí, y otros pidiéndole a alguien más que les arranquen la vida.

Tenía dos armas en la maleta, armas que siempre se tomó el tiempo de mantener fuera de la vista de él; y no porque el peliazul no lo sepa, sino porque simplemente es peligroso.

Las voces comienzan a murmurar: “hazlo”, repetidas veces, siente la necesidad de sacar una de estas de la maleta y hacerlo para que las voces lo dejen en paz de una puta vez pero a la vez también lucha contra la fuerza de voluntad que lo está empujando a casi hacer lo que estaba por hacer.

Sintió ganas de llorar.
Su novio está con un asesino.

Un asesino, siente culpa, dolor y confusión.

¿Él merece algo mejor?

Salió de esa realidad cuando escuchó al de pelo azul hablar.

—¡Tú sabes bien que eso no fue lo que putas pasó ahí! Sin él, tú y yo pudimos haber mu-. —es interrumpido por la necia castaña de corazón roto.

—¡No, mami y papi me lo dijeron! ¡Ellos nunca me mentirían! —el pelirrojo suspiró, sólo otra vez alucinando. Tendría que esta vez violar la norma de las pastillas cuando despierte, y pastillas cuando duerma. Quizá sólo por esta vez.

Él sale de la vista de los otros dos presentes peleando y saca el frasco acto seguido como no había dónde poder conseguir agua las tomó así y cerró los ojos para tratar calmarse.

Era blanca, textura dura como si estuviera hecha de polvo, estaba acompañada de un sabor amargo terrible.

Odiaba tomarlas y estaba destinado a eso de por vida.

Después abrió los ojos devuelta y volvió allá solo para encontrarse con ya una melodía sonante por ahí.

Una que describe la tristeza, el dolor interno de la castaña por no dejar ir al que se supone que sería la persona que la querría por el resto de su vida y que no es así.

Suspiró harto de ella y fue a su sitio al lado de ese bafle.

No fue capaz de prestarle atención a la música porque en él sólo existía una pregunta recurrente en ese momento: ¿Por qué las pastillas dejaron de hacer efecto tan temprano?

Fue rápido cómo acabó esa música, pero ahora se dio cuenta de que hay cosas mucho más importantes por las que preocuparse aparte de la castaña insistente fastidiosa cuando ve a distancia una limosina... Esa limosina.

—Uh... Softie, no es por interrumpir ni nada pero tenemos un problema. —apuntó desde donde venía el vehículo y reaccionaron rápidamente, corrieron agarrados de la mano para evitar perderse entre la multitud. Dejando a la castaña sola con su corazón doliente, ella ya sin importarle nada se dejó caer sobre el suelo y lágrimas nuevas escurrían de sus ojos.

¿Qué le dirá a sus padres ahora? Estúpido criminal.

Por otro lado el pelirrojo y el peliazul no fueron capaces de huir de ese vehículo.

Inevitablemente obligaron al peliazul a subir a la fuerza y el pelirrojo simplemente subió también arriba del techo de la segunda.

Porque, sí. Eran dos vehículos.

El peliazul estaba arriba de la otra junto a su madre quien no paraba de tratar de acercarse a su hijo para mimarlo y abrazarlo, el otro por acto de reflejo sabía cómo alejarla.

—¡Softie! —llamó el pelirrojo sobre el otro auto, el peliazul volteó a verlo ya asustado con la situación ya que su madre se estaba acercando violentamente enojada a él. —¡Salta!

El peliazul pareció detenerse ahí, temblando notablemente por esta situación que tanto lo intimida. —Bebé, te amo. ¡Pero estamos sobre dos autos en movimiento! ¡¿Estás loco?! —contestó, pero luego notó cómo su novio rápidamente saltaba para pasarse al techo de la que su novio bajito estaba.

No le quedó de otra, sacó un arma y amenazó con disparar como diera un paso más.

Echarle pintura a aerosol como fue con su esposo no serviría esta vez, si lo hace ella por falta de visión caería del auto y probablemente se fracture o si quiera salga con vida.

El pelirrojo volteó a ver el peliazul.

—¿Confías en mí? —preguntó.

—¿Eh?

—¡¿Confías en mí?! —preguntó devuelta.

—... ¿Sí?

—Entonces a la cuenta de tres vas a cerrar los ojos y saltaremos. —dijo el pelirrojo decidido quien no se centraba en escuchar a la mujer que lo estaba insultando mientras apuntaba con su arma

3...

—¡Un momento!

2...

—¿No hay una clase de plan B o algo así? —dijo, nervioso.

El pelirrojo decidió hacerlo rápido, con la mano libre con la que no sostenía el arma cargó al peliazul como un saco de papas.

1...

Y saltaron.

El pelirrojo al ver que no caerían de pie abrazó fuertemente al peliazul para evitar que él saliera lastimado utilizándose a sí mismo como un tipo de escudo para él.
Cuando cayeron el pelirrojo se quedó realmente quieto aún cargando el de ojos negros, buscando soportar el dolor de las nuevas heridas, estaba comenzando a sangrar.

El peliazul también salió lastimado pero menos que el pelirrojo.

Logró su cometido, quizá no del todo pero lo logró.

Sólo escucharon a limosina alejándose de ahí dejándolos a ellos.

El peliazul sale de su trance y después de eso se separó rápidamente del pelirrojo, y busca alguna herida notable en su rostro, rápidamente por el mucho movimiento al de ojos blancos no le queda de otra más que soltarlo y eso hace.

—¿Pico? ¡¿Estás bien?! —dijo tratando de levantarse, pero su cuerpo estaba débil y muy golpeado por el impacto como para conseguirlo. Sus heridas habían comenzado a sangrar también.

—¡No te muevas rápido y quédate dónde estás! Necesitamos relajar el cuerpo primero y buscar cómo levantarnos. —dijo mientras suspiró, sobando su tobillo derecho.

Durando la caída él decidió persistir ya con el peliazul entre brazos y aunque sea intentar caer de pie, eso hizo que se lastimara de manera muy mala el tobillo de su pie derecho.

También se había golpeado en la cabeza.

Y el peliazul solo se alarmó más al ver que el pelirrojo estaba comenzando a sangrar en su cabeza también.

Así que comenzó a gatear para acercarse a él.

Considerablemente angustiado, el pelirrojo en acto de reflejo se quitó la mochila que cargaba en sus hombros y se la cedió a él.

—El arma tiene seguro, guardarla en la maleta y busca un par de vendas, alcohol y algodón que tengo ahí. —el peliazul asintió y hizo caso, después de eso encontró lo que él le había pedido buscar y con la poca fuerza que tenían se hicieron a un lado para poder acomodarse y por lo menos hacerlo con las heridas más importantes, después curarían las más secundarias en el refugio.

Luego de unos veinte minutos el pelirrojo tenía la cabeza vendada, junto con su pie izquierdo, podríamos decir que gracias a que desinfecto la herida con alcohol en su pie ahora hacía este dolor más soportable, lo mismo con su cabeza.

El peliazul solo se había lastimado la muñeca izquierda severamente por lo que también tenía una venda ahí.

El resto eran raspones/cortes.

Después de eso compraron algo para cenar durante el camino y volvieron al refugio, mañana sí tomarían el tren y irían acercándose poco a poco al destino que tanto buscan.

Lamentablemente ese destino todavía estaba muy lejos.

Llegaron finalmente al refugio y se sentaron realmente cansados y adoloridos, ahora tendrían que pagar la consecuencias de haber sobre exigido a su cuerpo con estos continuos dolores.

Pero no se quejaban porque seguro serían dolores más severos al día siguiente.

—Bien... —dijo el pelirrojo dejando la maleta a un lado mientras llamaba la atención de su compañía, quien volteó a verlo. —necesito que te quites el suéter, así podré curar tus heridas.

El peliazul se alarmó.

—N-no es necesario. —contestó, el pelirrojo se siente desentendido.

—... Por favor)? —dijo, tratando de convencerlo.

—Ya te dije; está bien Pico.

—¡Acabamos de caer de un auto en movimiento sólo déjame ayudar! —persistió, pero el peliazul se desesperó rápido.

—¡Te dije que no lo necesito! —exclamó un tanto más alto.

—... —el de ojos blancos frunció el ceño, pero no se quedó callado por mucho tiempo. —¡Me estoy preocupando por ti! —continuó insistiendo.

El peliazul suspiró. —Bien. —rendido habló, se sintió dolor en su voz. —me quitaré la sudadera. —el tono angustiante en su voz se dio a notar, mientras tomaba los costados de abajo de la sudadera y tiraba para arriba para retirarla y así dejar ver piel blanca de su cuerpo, desde pecho hasta su cadera.

Su piel blanca ciertamente rojiza en algunos puntos de su cuerpo,ya sea por las heridas o porque estos ciertos puntos eran sus hombros y codos, eso y... Algo más.

Quemaduras de cigarro que son prueba del maltrato que recibió durante años por culpa de sus progenitores.

—Por favor, no digas nada sobre ello... Sé cuán patético me veo, soy horrible... P-por eso n-no quería que me vieras así y-...

Amor, mírame por un momento. —llamó el pelirrojo ya que el peliazul estaba tapando su cara con sus manos para evitar dejar ver que quería llorar.

Cosa que funcionó, volteó a verlo.

—T-tu... Tu cara, está toda roja... —habló con inocencia en su voz.

—¡Por supuesto que lo está baboso, no podría reaccionar de otra manera con la persona que más amo de esa manera frente mío! —contestó levemente avergonzado. —de hecho... —tomó la mano derecha de él peliazul entre la de él y la acercó para pegarla a su pecho por sobre el suéter verde. —¿Puedes sentir cómo late mi corazón? —preguntó; era cierto, demostraba latidos realmente rápidos. Pero simplemente el ambiente oscuras con el peliazul era realmente agradable.
—Es porque... Verte me pone muy nervioso.  No hay forma en el mundo de que pueda encontrarte feo o alguna de las otras cosas que hayas dicho.

El peliazul río amenamente. —¿Cómo puedes hacer que todas mis preocupaciones se vayan así? —preguntó con el mismo tono suave que usó su pareja para dirigirse a él.

—Bueno, es porque te amo. Tonto. —contestó en tono juguetón, el peliazul río devuelta. Ambos se abrazaron y acercaron sus rostros nuevamente.

—Yo también te amo.

—Ahora, ¿Me dejaras echarle un vistazo a las heridas? —dijo el pelirrojo separándose para poder buscar el alcohol, algodón y las demás cosas necesarias para ceder a desinfectar los raspones y cortes, y sobre estos últimos poner una vendita pequeña.

El peliazul suspiró. —Okay... Sólo cuídame bien. —condicionó el peliazul de manera juguetona acostándose sobre el sofá, sabiendo que el pelirrojo no sería capaz de tocarle un sólo pelo si no fuera por su bien o porque simplemente tiene o no tiene su permiso.

Eso era lo que le encantaba de él; lo caballeroso y amable que él era.

—Siempre, Softie.

Saca un poco de algodón y lo acomoda sobre la boquilla del alcohol ya abierto para poder mojar el trocito blanco suave.

Y durante esto, piensa.

El cuerpo pálido de su amado novio... Era muy atractivo, hermoso, cuando dice que está perdidamente enamorado de él es porque es verdad. Lo ha jurado más de una vez.

Por un momento siente la necesidad de quizá pasarse un poco y tocarlo... Besarlo y ver las adorables y lindas reacciones que él podría tener.

Se sonrojó al tan sólo pensarlo. Y suspiró para sí mismo buscando calmarse.

Debería pensarlo dos veces y eso hizo.

Comprende que eso ahora no será la mejor idea, ya que de por sí hace unos minutos persistió en quitarse el suéter y si fue así no se lo quiere imaginar suplicando que este no era el momento exacto.

Eso sin contar que ambos estaban heridos.

No estaban en condiciones.

Salió de su trance cuando escuchó a su pareja suspirar y se ruborizó por eso volteando a verlo a la cara, el pedazo de algodón y su mano ahora descansaban sobre el lado derecho de su estómago donde había cierto corte sangrando.

—¡¿Huh?! ¿E-estás bien? —preguntó, el peliazul le devuelve la mirada.

—Oh, sí, es sólo que... El algodón y el alcohol sobre la herida arden. —dijo sonriente.

—Bien. Trataré de ser lo más suave que pueda. —el peliazul simplemente lo mira enamorado y le sonrió como agradecimiento, el pelirrojo entendió el gesto por lo que le devuelve la sonrisa enamorada.

Retira el algodón de él estómago de su pareja y lo vuelve a apoyar más suavemente que la anterior vez, casi que rozando y después comenzó a pasarlo suavemente sobre la piel maltratada.

Ese sin duda había sido un día amargo para dos jóvenes apenas saliendo de la adolescencia enamorados, pero fácilmente encuentran consuelo en la compañía del otro y eso era lo que los hacía felices a los dos.



Oh boy-, 2367 palabras. Una disculpa me dejé llevar feo, estaba inspirada gente.

Me gustó el resultado del capítulo, mucha azúcar JAJAJAJA.

espero que a ustedes también les hay gustado obviusly <3

Btw, no esperaba que varias personas se interesaran en leer la historia, cuando lo vi quedé:



AHRE, en fin. Eso, espero que les haya
gustado el cap.

Que tengan día, tarde y noche porque lo bueno de acá es el Pico x BF. 😈💕

Chau.

• MILKY.

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