➳꙲᭄᪼⃟⃟𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐄𝐈𝐆𝐇𝐓𝐄𝐄𝐍: 𝐄𝐍𝐃 𝐈𝐒 𝐍𝐄𝐀𝐑. ᭃ͕᪶̋
¡Prepárense! ¡Porque la piedad nunca existió en esta historia de amor cliché!
Esto suena a tragedia, era casi como ese tan conocido meme molesto de “el fin se acerca”, y para ellos dos... El fin ya llegó.
El pelirrojo duró una media hora fumando de aquella caja inmerso en sus propias lágrimas de dolor y frustración.
¿Pero qué se hace cuando te caes? ¡Te levantas! Parecía que se rindió, pero quiere seguir intentando por él, suena masoquista ¿Verdad? O quizá una de estas historias de amor agridulces, el pelirrojo no está dispuesto a aceptar que sea así.
Bajó las escaleras de la azotea rápidamente asomándose en la habitación del refugio con rapidez. —¡Softie! —exclamó aquel apodo cariñoso en busca de llamarlo, pero lo único que recibió fue silencio.
Ahí se dio cuenta que era tarde; el chico huyó. Dejó una pequeña nota.
Parecía que pequeñas lágrimas cristalinas habían caído mientras esa pequeña nota era escrita, también tenía letra temblorosa, pero era legible por suerte.
“¡¿Ves a lo que me refiero?! ¡Te hice daño!
¡Perdóname, necesito alejarme de ti! ¡Verás que será lo mejor! ¡Lo prometo!”.
Suspiró pesadamente y arrugó la notita, se vistió rápido y guardó la notita en uno de los bolsillos de su pantalón de mezclilla azul. Acto seguido se colgó la maleta en los hombros dejándola en su espalda y usó la característica pañoleta para tapar su identidad. También se subió la capucha azul.
Una vez listo, abrió la ventana y vio a la felina asomarse levemente y empezar a maullar varias veces, al parecer no es el único que sabe que el peliazul huyó.
Le indicó a la felina que se haga a un lado, no comprendía cómo ella entendió la indicación pero ahora esa incógnita sin duda era lo de menos.
Corrió hacia la ventana dándose impulso y saltó levemente, cayendo en el tejado de la siguiente casa. Sabía que haría ruido, bastante, como para despertar a la gente. Pero necesita ir ¡Rápido!
Suena épica la imagen mental, la felina tampoco tarda en acompañarlo.
Ambos corrían y también saltaban en caso de ser necesario, pasando de tejado en tejado. ¿Por qué en los tejados y no caminando como cualquier persona normal? Porque desde arriba podrá ver más fácil dónde está el peliazul, ¡Joder, fue sólo media hora! ¡No pudo haber ido tan lejos! ¡¿O sí?!
Antes de que pudiera dar el siguiente salto sintió que algo o alguien lo empujó fuertemente, se agarró de los bordes del tejado de la casa perteneciente de x persona. Suspiraba pesadamente. Y antes de que pudiera usar su otra mano para poder agarrarse mejor y así no caer desde cierta considerable distancia MUY alta que puede acabar con su vida sin chance alguna de recuperación ve al rostro menos bienvenido para este momento.
Sky.
—Mmm... Vaya, parece que tengo la oportunidad de matarte de un sólo chasquido, si yo lo deseo. —le dijo, sí que se veía bastante resentida desde la última vez que pelearon por el peliazul.
—¡N-no me jodas! ¡Hija de la gran puta! ¡Nght! —se quejó de dolor al sentir que ella empezaba a pisar sus dedos haciendo que poco a poco el pecoso se vaya soltando del agarre que hacía que aún no caiga. La chica solamente reía.
—¡Sólo tienes una forma de que yo te deje en paz! ¡Dame el corazón de Ben! ¡Es todo! —¡¿Es todo?! ¡Ay, por favor, como si fuese tan fácil!
Y antes, de que la peliceleste pudiera hacer algún movimiento rápido el pecoso observó cómo la felina se le tiraba a la ojirosa y empezaba a rasguñarla por doquier debilitandola.
—¡Uyyy! ¡Ahora no, animal pulgoso! —le expresó, pero al parecer pisó mal, y cayó a aquel vacío bastante alto... Haciendo que no sólo ella por accidente no acabe por matarse, sino que también acabe con la vida de la felina tras de que esta no hubiera alcanzado a ponerse en posición para caer de pie.
El pelirrojo ahí exclamó el nombre de la gatita pero fue tarde, luego se aquella exclamación dolorosa se acomodó y fue subiendo al tejado de a poco. Por suerte, lo logró. Lágrimas escaparon de sus ojos luego de aquello. ¡En el peor momento! ¡Más miserable no puede ser! Y fue bastante rápido, más de lo que creyó.
Aquella gatita... Vaya, eso lo hizo darse cuenta del tanto afecto que le tenía a ella, y ahora, ya no estaba. ¡Se fue!
Bueno, al menos... Tienen un angelito, ¿No?
Ugh, no queda de otra más que seguir. Se puso de pie de manera temblorosa, casi se cae de nuevo pero por suerte no fue así.
Volvió a comenzar a correr y husmear por todos lados, totalmente desesperado pues no es que fuese tarea fácil encontrar a su pequeño por algo tan extenso como lo es la ciudad de las estrellas, pero jura que él no pudo haber ido tan lejos.
Escuchó un grito horrorizado desde una distancia algo larga... ¡Sonaba a la voz del peliazul! ¡¿O es que ya enloqueció y cree que es él?! ¡Espera que sea él!
Y, sabiéndose del grito horrorizado, sacó sus dos uzis, iría al rescate por él sí o sí.
Corrió entre unos tejados más, buscando de donde previno aquel grito.
—«Grita de nuevo, cariño, que me gusta tu voz». —pensó para sí mismo, acto seguido lo volvió a escuchar gritar. Pero parecían gritos de dolor... ¡Oh, no! ¡Oh, no!
Dio con un callejón sin salida, se dejó caer frente a él y en el proceso empujó a los seres que le hacían daño al peliazul.
Los Fairest.
El pelirrojo apuntó con sus dos uzis acto seguido y disparó hacia arriba más que nada para intimidar.
Mientras que el pobre asustado algodón de azúcar suspiraba pesadamente y dejaba escapar lágrimas tanto de dolor como shock, ahora... Tenía nuevas quemaduras de cigarro de adorno, ¡Para que siempre recuerde ese lindo día!
—¡Vaya! Es la rata callejera. —le expresó el hombre con molestia, mientras que sonreía de manera retorcida y se levantaba del suelo, sacudiéndose un poco. Se le vio sacar otro cigarro y encenderlo. La mujer también se levantó y sacudió un poco más que su propio marido, asqueada de la suciedad.
—Mi nombre es Pico, por si aún no lo tiene claro. —le dijo con firmeza el pecoso y con algo de altanería.
El peliazul de manera temblorosa se escondió detrás de él.
—¿Qué? Él mismo mencionó que desea regresar con nosotros, después de aquella traición... ¿Aún así estás dispuesto a defenderlo? —le preguntó Marylin con repudio, el pelirrojo gruñó.
—L-lo siento... —volvió a susurrar el chico, en serio parecía sentirse culpable. Y si bien el pelirrojo quería rescatarlo del grave error que estaba cometiendo él, también es cierto que se encuentra horriblemente indignado con él, así que lo ignoró por completo; ni un sólo gesto le dio.
—¡Hey! Tampoco es que esté mal, ¡De hecho, es una perfecta decisión que quieras regresar con nosotros, Sport! —le volvió a llamar la atención el hombre. El pelirrojo usó uno de sus brazos para empujar un poco al chico atrás. —¿Por qué no vienes a mis brazos entonces? ¿Tan rápido te arrepentiste? —le preguntó devuelta, como si aquella pregunta no pesara. El pelirrojo gruñó de nuevo. Mas el hombre rio. —no estamos los cuatro sólos, ¿Saben? —dijo de nuevo, acto seguido... Dio un chasquido con los dedos de su mano derecha, y rápidamente del tejado de donde vino el pelirrojo cayeron otros dos rostros no bienvenidos.
¡Nene y Darnell!
Pero tampoco pudieron reaccionar a tiempo... ¡Esos dos monstruos los habían dejado inconscientes a los dos tortolos!
Hola.
Ahr, re seca. ¡¿Qué me cuentan?! ¡Ahora sí se vienen los dos finales alternativos! ¡¿Están listos para afrontar las consecuencias?! Ahre decía.
/j
Eh... ¿Les gusta la nueva portada y separadores del fanfic? A mí, sinceramente me gustó el resultado.
Ya saben, portada dibujada por mí y blah blah blah.
En fin. Ya saben qué se viene, ¿No?
Puede que tarde más de lo que debería para la siguiente actualización, pero quiero publicar los dos finales alternativos al mismo tiempo... Esos dos finales vienen con sorpresa, así que no serán dos actualizaciones sino tres.
Desde acá, la trama se pondrá más oscura. Por favor tener discreción)?
¡Buen día, tarde o noche!
• MILKY.
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