𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐔𝐍𝐎
𝐀𝐋𝐌𝐀 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎𝐙𝐀𝐃𝐀

Un incendio,

aquel bosque,

Todos esos gritos,

Giselle había soñado con ese momento desde que tenía uso de razón, no sabía que significaba aquello o la razon del porque soñaba con algo tan terrible, pero le asustaba muchísimo cada vez que tenía esa pesadilla. Siempre despertaba asustada, con la respiración agitada y con un frio recorriendo su cuerpo, inevitablemente sus lágrimas caían sobre sus mejillas y se abrazaba al cuerpo de su único amigo; Luigi.

Aunque había algo diferente en su pesadilla en los últimos meses; una voz siniestra surgiendo desde la oscuridad anunciando que tarde o temprano moriría en sus manos. Ella deseaba que todo eso desapareciera de una vez por todas, deseaba estar tranquila y...morir en paz.

—  "Nadie va ayudarte, morirás lentamente en mis manos hija de Pan"

— Basta. Por favor, basta — Esa voz de nuevo ¿Por qué la torturaba así? ¿Qué más querían de ella? 

—   "Falta poco para que despierte completamente, no olvides mi advertencia"

— ¡DEJAME! — Abrió sus ojos y se sentó de golpe en el asfalto de ese hotel abandonado que le habia dado refugio por aquella noche. Frente a ella el cuerpo y la mirada preocupada de Luigi la acompañaron — Otra vez esa voz... Ese sueño.

— MIAU.

— Ya no se que debo hacer — Su padre había muerto y estaba completamente sola, sin ninguna esperanza para seguir adelante — ¿Crees que cuando muera pueda conocer a mamá?

—  ¿MIAU? ¡MIAUU! 

— Ya no tengo fuerzas querido Luigi — Miro su herida debido a la Dracanae que llevaba días persiguiendole,  si bien no fue herida por ese monstruo si que se hirio mientras escapaba — Lo siento mucho. 

— ¡MIAU! ¡MIAU! 

— Nadie puede ayudarnos, ya nadie puede ayudarme —   Los escalofríos comenzaron de nuevo y hacian temblar todo su cuerpo, su gato salio corriendo rumbo a un paradero desconocido — Padre, te he fallado. No soy la hija fuerte que esperabas, este  es el final.

— Puedo olerte desde aquí..... semidiosa  — La castaña sabía que estaba acabada aún si el monstruo no la encontraba la fiebre lo haría —  Prometo que voy a deborarte rápidamente, ni siquiera lo sentirás. O si te unes al Ejército de mi señor....

— ¡Acabas con mi paciencia niña! Llevó mucho sin probar el sabor de un semidios y te estoy ofreciendo un trato justo. 

¿Qué podía hacer? Su cuerpo no le respondía en absoluto y aunque lo hiciera no sabía manipular ningún tipo de arma para defenderse. Miro al techo sintiéndose patética y las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos, los pasos del monstruo se acercaban más y más rápido, anunciando su fin rotundo.

— ¡Te encontré! No, aquí no es — Giselle empezaba a ver borroso, estaba muy  mareada... - Sal ahora...Vamos.

- Ahí estás... - Al abrir sus ojos tras un parpadeo aquella Dracanae estaba tras la puerta de su entreabierta habitacion,  sus dedos tocaron el marco de la misma lentamente para tirarla rapidamente de un golpe fuerte y sonoro.  El monstruo mitad reptil sonrió de forma ciniestra al verla en su esquina agonizando por la fiebre. - Pobre niña, no te preocupes voy a ayudarte acabando con tu sufrimiento.

Ver como aquella criatura se acercaba poco a poco a ella sólo lo hizo más real, moriría a merced de ese monstruo y todo porque era una inútil. Pero al menos, el pensamiento de que en el inframundo podría conocer el rostro de su madre. 

— "No te rindas, Cheese. Resiste, todo estará bien pronto"

— ¡Eh tú monstruo feo! — De la nada y sin que el monstruo o ella se dieran cuenta una chica apuntó con su arco desde donde lo que había sido anteriormente una pared con puerta — Siento decirlo pero hoy no podrás cenar.

— Premio doble hoy, es mi día  de suerte — La dracanae se abalanzó directamente hacia la chica que salio corriendo por el pasillo. Gisselle gimio con fuerza al intentar levantarse, su cuerpo estaba enormemente débil por la fiebre. Debia hacer un esfuerzo o acabaría siendo comida para ese bicho.

— No de nuevo — Su visión comenzaba a volverse borrosa y eso sólo significaba que estaba por desmayarse. En la lejania Gisselle podía oír una batalla entre la desconocida y la Dracanae, en segundos un crujido en el suelo recorrió esa parte del edificio y entonces el suelo bajo ella cayo. 

Al caer y cerrar los ojos tras el golpe volvió a estar en aquella pesadilla, esta vez estaban esa ninfa y el sátiro con el que había soñado varias veces. El bosque estaba en llamas, había gritos por todos lados y parecían escapar de algo.

— Debemos irnos, Deborah. Moriremos sino nos vamos ahora.

— No podemos irnos ¡Cheese debe estar aquí! 

— ¡Cheese! ¡¿Dónde estás?! Maldición.

— ¡Cheese! ¡Cheese! ¡¿Cariño donde estás?! 

La ninfa posó su mirada y abrió los ojos con alivio, corrió hasta una niña pequeña, el sátiro respiro con alivio al verla ¿Por que soñaba con ellos? ¿Los conocía  de algún lado? Sí, los conocía. La fiebre le estaba jugando una jugada maestra, era Debbie y a quien ella llamaba era si misma cuando pequeña.

—  No te rindas — Deborah la abrazo mientras corrían — Resiste, Cheese. 

— Ya no tengo fuerzas — Susurro en su mente mirando aquella ninfa cargar a su pequeño yo — Estoy muy cansada Debbie.

— Necesito ayuda urgente, Quiron — ¿Quién hablaba? ¿Dónde estaba? Thanatos no se había presentado ¿Aún estaba con vida? —Me encontré con un gato y me llevó con una semidiosa herida. Tiene septicemia, no tiene mucho tiempo. 

— Necesita antibióticos urgentes, Adeline — Alguien tocó su frente que ardía debido a la fiebre. 

— La farmacia que vimos debe tenerlos pero no tengo el don de la embrujahabla y menos el de la medicina, Scott — Giselle  queria decirle que no tenía caso salvarla, que era mejor así pero lo único que su cuerpo permitía era escuchar — Necesitamos robar la farmacia. 

— La ayuda de Quirón tardara bastante en llegar, lo bueno es que estas con el hijo de Hermes solecito — El chico de nombre Scott se pone de pie — Necesito que me ayudes otra vez amigo.

— MIAU.

— Date prisa, Scott — La chica movió cosas al rededor — Trae el antibiótico, un botiquín y una aguja. Tenemos poco tiempo antes de que entre en choque septico.

— Todo estará bien, ya verás — El ronroneo de Luigi a su lado le hizo sentir acompañada.

No supo que había quedado inconsciente de nuevo hasta que escucho voces en la misma habitación que la despertaron, tardó un poco hasta que sus ojos le obedecieron. Al abrir los ojos todo estaba borroso sólo que inesperadamente la fiebre había bajado y se sentía un poco mejor ¿Cómo....? Giro su cabeza un poco y pudo ver a 4 chicos y un sátiro tomando una siesta a su lado.

Su brazo izquierdo y cabeza tenían una venda junto a un suero atado a lo que habia sido una lámpara de la habitación donde estaban, Gisselle sonrió un poco al ver a Luigi ronronear a su lado. 

— Debemos irnos — El gato la miro directamente con el silencio que le caracterizaba — Será pronto, Luigi. 

— MIAU.

— Tengo sueño, Luigi — Esa fiebre si que le había dejado débil, pero de algo estaba segura. No volvería a arriesgar a nadie que la quisiera y que este muriese por su culpa. Ella escaparia de donde fuese que aquellos extraños la llevarán, lo haría por el bien de todos, lo último que escucho fue lo que esperaba fuese un 》Escaparemos《 de su gato.

— MIAU. 

— Suena muy loco, lo sé — ¿De quién era esa voz? ¿Dónde...? — Pero nadie deja que una herida se infecte tanto a no ser que quieras morir.

— Lo sé, yo también lo he pensado — Esa voz era de aquella desconocida que la rescató de ese monstruo — Pero no sabemos que paso realmente, tenemos que esperar a que nos diga.

— Grover dice que el gato viene con ella — ¿Se referían a Luigi? Su eterno amigo gatuno había sido abandonado por su familia al igual que ella que un dia buscando en la basura  ambos se conocieron — No es muy hablador al parecer, se limitó a decirle que ya ha sido lastimada lo suficiente como para estar aquí.

— Parece que se cuidan mutuamente, ahí viene Quirón — Unos cascos rezonaron en la habitación — ¿Noticias Quirón? 

— La guerra se avecina, para todos  — Guerra, los titanes, los dioses, un bando vencedor y Gisselle no queria elegir uno — Pero lo importante ahora es la recuperación de esta chica. El señor D, tiene ocupaciones grandes ahora pero pidió expresamente que la cuidaramos hasta su recuperación. 

—Su infección cedió un poco pero el resto de heridas llevaran mas tiempo en sanar, caer de dos pisos no se cura tan rápido y además ¿Qué pasará si ella es secuestrada por el bando contrario.

—Tengamos fe, mucha fe.

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Septicemia: Envenamiento de la sangre por una infección no tratada, los síntomas suelen ser fiebre, taquicardia, dificultad para respirar y confusión mental. 

Gato Persa: Raza de gato caracterizado por ser cariñoso, presumido, perezoso y de aspecto aristocrático.