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𝟎𝟎. ¡El secreto de Ann! ¡El abuelo de Luffy y Ann, Monkey D. Garp!

𝗡𝗔𝗥𝗥𝗔𝗗𝗢𝗥 𝗢𝗠𝗡𝗜𝗦𝗖𝗜𝗘𝗡𝗧𝗘
(con sentido del humor porque, sinceramente, esta tripulación lo necesita)

El Going Merry se alejaba de la aldea Syrup a un ritmo tan lento que cualquiera podría haber tenido tiempo para un monólogo dramático... pero nadie parecía interesado en hacerlo. Mientras el barco avanzaba, el ambiente estaba cargado de una mezcla peculiar de emoción, incertidumbre y el clásico caos que acompaña a cualquier día normal con los Sombreros de Paja.

Ann estaba en la cubierta, mirando al horizonte como si estuviera protagonizando un comercial de champú, con el viento jugando con su cabello de forma irritantemente perfecta. A su lado, Usopp parecía la versión en vivo de un meme titulado: "Quiero ser valiente, pero soy humano". Su expresión era la de alguien debatiendo si había tomado la peor decisión de su vida al dejar su aldea... o si simplemente era martes.

Por supuesto, Luffy apareció con su sonrisa de "todo saldrá bien porque yo lo digo" y ese entusiasmo inagotable que lo caracteriza.

-¡Bienvenidos a la tripulación, Usopp y Ann! -exclamó mientras procedía a abrazarlos como si nunca hubiera oído hablar del concepto de espacio personal.

Ann apenas parpadeó. Su nivel de inmunidad al drama ya estaba en niveles olímpicos.

Zoro, que parecía tener un contrato de exclusividad con la baranda del barco, levantó la vista lo justo para dar su tradicional bienvenida hostil.

-No hay mucho que esperar, excepto que probablemente terminen haciendo estupideces.

Ah, el clásico Zoro. Un maestro en convertir una frase motivadora en una especie de amenaza pasivo-agresiva.

Nami, que hasta ese momento había estado ocupada organizando cosas importantes (léase: siendo la única adulta funcional del barco), se giró con una ceja arqueada.

-Aunque no seas un experto en combate, más te vale aprender a usar un mapa. Yo no voy a estar cuidándote.

Usopp soltó una risa nerviosa, porque, ¿qué más podía hacer cuando la capitana no oficial del barco básicamente le dijo: "más te vale no ser un inútil"?

Mientras tanto, Ann, con su aura de misteriosa perfección, dio un paso adelante y le dio a Usopp un ligero golpe en el hombro.

-Ya lo ves, no es tan malo. Si no haces demasiadas tonterías, hasta podría gustarte.

¿Era eso un cumplido? ¿Una advertencia? Nadie lo sabía. Ann tampoco tenía intención de explicarlo.

Más tarde, mientras el grupo se dispersaba, Zoro, aparentemente incapaz de ignorar su radar para misterios, decidió confrontar a Ann. La conversación fue tan sutil como un golpe de espada.

-Ann, no eres cualquier Ann, ¿verdad? -dijo, con el tono de alguien que cree estar protagonizando una novela de detectives.

Ann suspiró. Porque, honestamente, ¿quién quiere lidiar con secretos cuando el espadachín del barco insiste en resolverlos como si fuera su pasatiempo?

-Es cierto. Soy esa Ann, hija de Gol Roger.

El silencio que siguió fue tan dramático que casi podía escucharse el sonido de una ola rompiendo contra el casco.

Zoro respondió finalmente con su clásica mezcla de indiferencia y pragmatismo:

-No me importa quién seas. Si decides quedarte con nosotros, eres parte de la tripulación. Pero no metas la pata.

Ann, ligeramente sorprendida por la falta de histeria, simplemente asintió. No era común encontrar personas que aceptaran tan fácilmente ser compañeros de viaje con alguien que básicamente tenía un cartel de "problemas" pegado en la frente.

Más tarde, todos estaban sentados en la mesa cuando llegó Usopp, claramente emocionado.

-¡Oigan, adivinen qué! Usando mi incomparable talento artístico, hice una bandera pirata nuevecita. -Caminó hasta donde estaba Luffy, lo hizo levantarse de su asiento y empezó a desplegar la tela como si estuviera mostrando la última tendencia de moda-. ¡Y está lista! Miren.

La bandera, por supuesto, parecía sugerir que Usopp, y no Luffy, era el capitán del barco.

Ann y Nami intentaban no estallar de risa, mientras Zoro miraba la obra maestra con la misma expresión de indiferencia que ponía al ver una roca en el camino.

-Ya sé, ya sé, mi diseño los dejó sin palabras, ¿verdad? -intentó convencerlos Usopp, antes de que Luffy le estampara la bandera en el pecho como quien no quiere la cosa.

-Ya diseñé nuestra bandera -dijo Luffy con una sonrisa radiante.

Zoro levantó una ceja.

-Ninguna de esas banderas va a asustar a la gente. Créeme.

-¡Pero la bandera pirata debe reflejar al capitán! -dijo Usopp, resignado.

-El sombrero de paja, obviamente -interrumpió Luffy, y antes de que nadie se diera cuenta, los dos estaban peleando como niños en el recreo.

Nami, Ann y Zoro se rieron, interrumpiendo la discusión. Ann, mientras tanto, se recostó despreocupadamente en el hombro de Nami, perdiendo interés en el tema.

Pero entonces algo sonó afuera, justo cuando Luffy soltaba su gran frase:

-El viento está a nuestro favor a partir de ahora.

El barco se sacudió de forma alarmante.

Nami y Ann suspiraron al unísono.

-Tenías que abrir la bocota -dijo Nami, mientras Ann le daba un golpe en la cabeza a Luffy por puro reflejo.

Cuando todos salieron a ver qué ocurría, se encontraron con un barco de la Marina acercándose rápidamente.

-¡La Marina nos está atacando! -gritó Nami, señalando al barco enemigo.

Luffy, que había tomado un catalejo, miró con atención. De repente, su expresión cambió a una mezcla de confusión y sorpresa.

-¿Abuelo...? -preguntó Luffy, boquiabierto, mientras giraba la mirada hacia Ann.

-¿¡¿Abuelo?!? -repitieron los demás al unísono, tan confundidos como si Luffy acabara de decir que el mar era seco.

Ann se llevó una mano a la frente, claramente considerando la opción de tirarse por la borda en ese preciso momento.

-Entonces, ¿ese señor es tu abuelo? -dijo Zoro, completamente imperturbable, mientras el barco temblaba por los cañonazos que la Marina no parecía dispuesta a dejar de lanzar.

-¿Están todos bien? -preguntó Luffy con una sonrisa casi despreocupada, mientras el impacto de un cañón en la cubierta los lanzaba al suelo como fichas de dominó.

-¡Eso creo! -respondió Nami, todavía con el corazón latiéndole a mil por hora.

-¡No, claro que no estoy bien! ¡No estoy ni cerca de estar bien! -gritó Usopp, completamente presa del pánico, como si eso fuera a ayudar en algo.

-¡Usopp, Ann, dispárenles inmediatamente! -ordenó Luffy, adoptando una pose que pretendía ser autoritaria, aunque más bien parecía que estaba jugando a ser capitán en un juego de niños.

-¿Y si mejor... no sé... nos vamos tan rápido como podamos? -sugirió Usopp con nerviosismo, mientras Ann asentía de inmediato. Si Garp la veía, sabía que sería su fin.

Luffy los miró como si acabaran de decir la cosa más ridícula del mundo.

-¿Escapar de la Marina? ¡Jamás!

-¡Nami! Prepara la... la cosa esa -ordenó Luffy con la seguridad de alguien que claramente no sabía de qué estaba hablando.

Sin muchas opciones, Usopp y Ann terminaron ayudando a Luffy, aunque Ann no tenía idea de qué estaba haciendo. Al fin y al cabo, disparar un cañón no era precisamente su área de especialidad, y para ser sinceros, tampoco la de Luffy o Usopp, quienes, de forma muy eficiente, dejaron caer las bolas de cañón al agua.

-No tenemos tiempo, están aprovechando el viento. Si nos alcanzan, será nuestro final -dijo Nami, completamente sería, mientras intentaba pensar en una solución lógica.

-Eres la navegante, resuélvelo -respondió Luffy, demasiado concentrado en su "tarea" como para notar lo absurdo de su comentario.

Nami, que estaba a punto de perder la paciencia, giró hacia el espadachín.

-¡Zoro! Despliega la vela y todo a babor.

Zoro, que claramente no sabía qué era babor, simplemente se quedó ahí, mirando como si le hubieran hablado en otro idioma. Mientras tanto, Nami y Ann, las únicas adultas funcionales a bordo, tuvieron que encargarse de prácticamente todo.

Por supuesto, en medio del caos, la Marina seguía lanzando cañonazos, y los Sombreros de Paja parecían más ocupados en sobrevivir a su propia incompetencia que a la amenaza real.

-¡Barco pirata! Por orden de la Marina, arríen sus velas y sométanse a mi autoridad -gritó Garp desde su barco, su voz resonando como un trueno.

-¡Nunca! -gritó Luffy, visiblemente molesto. No iba a dejar que su abuelo lo controlara, no otra vez.

Garp, aparentemente tan testarudo como su nieto, decidió no esperar y lanzó una bola de cañón con sus manos como si fuera un juguete. Luffy, en un movimiento increíble, infló su cuerpo y logró desviarla, lo que provocó que la vela principal del barco de Garp cayera dramáticamente.

Hubo un momento de silencio total. Todos estaban impactados por la habilidad de Luffy... incluso él mismo.

-¿Qué demonios fue eso? -murmuró Zoro, claramente impresionado, aunque no lo admitiría.

Mientras el barco de la Marina perdía velocidad, los Sombreros de Paja aprovecharon para escapar. Ann, que había observado todo con una mezcla de orgullo y alivio, se quedó mirando a Luffy antes de irse a sentar junto a él.

Más tarde, Ann y Luffy estaban sentados juntos en silencio, observando el horizonte. Fue un momento inusualmente tranquilo, al menos hasta que Zoro apareció. Ann, al verlo, decidió levantarse. Al pasar junto a él, le dio un suave golpe en el hombro, como diciéndole: "Suerte con lo que sea que tengas en mente".

Zoro, como siempre, no dijo nada, pero la mirada de "¿qué demonios acaba de pasar hoy?", seguía fija en su rostro.

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