𝐒𝐀𝐕𝐀𝐆𝐄
«𝗢𝗡𝗘 𝗣𝗜𝗘𝗖𝗘 𝗟𝗜𝗩𝗘 𝗔𝗖𝗧𝗜𝗢𝗡 𝗙𝗔𝗡𝗙𝗜𝗖𝗧𝗜𝗢𝗡»
❥︎ 𝖶𝗋𝗂𝗍𝗍𝖾𝗇 𝖻𝗒 𝘿𝙭𝙧𝙠𝙛𝙡𝙭𝙬𝙭𝙧
❛❛Una feroz hija del océano, huye del legado que arde fervientemente en su sangre; pero en cada paso que da, el viento le susurra que no puede escapar de aquello que ya eres.❜❜
✨ ──── El viento salado del mar del Este traía consigo rumores y exageraciones, como siempre. Gold D. Ann, la hija del infame Rey de los Piratas, era un nombre maldito, un eco de un legado que el mundo deseaba aplastar o convertir en un trofeo. Porque, claro, ser la hija de Gol D. Roger no significaba heredar su trono ni su tesoro, sino un boleto directo a una vida de persecución y problemas que Ann nunca pidió. Gracias, papá.
Tras la ejecución de Roger, su madre, Portgas D. Rogue, emprendió una huida desesperada, cargando con una bebé recién nacida en brazos y a otro niño en su vientre mientras la Marina y los cazarrecompensas las acosaban. Durante casi dos años, madre e hija sobrevivieron entre refugios improvisados, huidas frenéticas y cuentos nocturnos sobre Roger, el hombre que veía la libertad como el mayor tesoro. Ann, incluso siendo una niña, ya sospechaba que "libertad" era una palabra bonita para justificar abandonar a quienes te necesitaban.
La tragedia llegó inevitablemente. Rogue murió dando a luz a Ace, dejando a Ann, apenas un año y unos meses mayor que su hermano, como la única testigo del sacrificio de su madre. En ese momento apareció Monkey D. Garp, con su peculiar sentido de la justicia y su método único de crianza: golpear primero, explicar después. Garp se llevó a los niños, pero tomó decisiones drásticamente diferentes. Ace fue entregado a Dadan, una criminal de medio pelo que parecía sacada de un manual sobre cómo no criar niños. Ann, en cambio, fue criada por el propio Garp, quien decidió que su "mano firme" podría moldearla para que se mantuviera en el "camino correcto".
Ann creció bajo la tutela del "Héroe de la Marina", lo que significaba un entrenamiento físico que habría hecho llorar a un soldado y discursos interminables sobre justicia, libertad y lo importante que era no ser como su padre. Aunque Garp intentaba ocultarlo, Ann sabía que había algo de orgullo y miedo en la forma en que la miraba: era la hija de Roger, pero también su mayor desafío. A pesar de sus constantes choques, Garp y su pequeño nieto Luffy fueron los únicos que realmente estuvieron ahí para ella. Pero incluso con su apoyo, Ann sabía que su apellido la perseguiría siempre.
A los 13 años, Ann decidió que era hora de marcharse. Nunca lo había considerado, pero después de conocer a Akagami Shanks y recibir lo que tal vez fue el peor consejo de todos, pensó que tal vez era lo mejor. No porque no apreciara a Garp (aunque su método de crianza dejaba mucho que desear) ni a Luffy, sino porque quedarse con ellos significaba ponerlos en más peligro del que ya estaban, especialmente siendo familiares de Dragón, el líder revolucionario. Así que, con más cicatrices que recuerdos felices, dejó atrás al único padre que realmente había conocido y al único amigo que había tenido.
Ace, por su parte, creció bajo el caos de Dadan y sus bandidos, y más tarde llegó Luffy a su vida tras el incidente de Shanks y la fruta Gomu Gomu.
Ann vio a Ace algunas veces cuando eran niños, pero al cumplir 8 años dejó de visitarlo, esperando que él la olvidara con el tiempo. Cuando Garp le contó que Ace estaba bien (gracias a Luffy y a un niño llamado Sabo), aunque un poco más salvaje de lo esperado, Ann sintió un alivio extraño. A pesar de sus diferencias y el tiempo separados, el vínculo entre ellos permaneció fuerte, construido sobre la única constante que ambos compartían: el peso de ser los hijos de Roger.
En su vida como fugitiva, Ann se convirtió en una experta en desaparecer. Cambió de identidad tantas veces que apenas recordaba su propio reflejo, y sobrevivió gracias a una mezcla de astucia y fuerza bruta. Pero la soledad y el constante peligro la dejaron marcada, incapaz de confiar en nadie y cargando con un resentimiento que se transformó en su escudo. Garp, mientras tanto, se mantenía al tanto de la que consideraba su nieta, sintiéndose impotente por no haberla detenido en su momento.
Cuando llegó al mar del Este, pensó que finalmente podría esconderse. La aldea Syrup, con su calma casi irritante y sus habitantes más preocupados por la lluvia que por el linaje pirata, parecía un refugio ideal. Trabajando como guardaespaldas de Kaya, una joven rica con la salud de un hilo, Ann encontró algo que se parecía vagamente a la paz. Pero incluso en esa fachada de normalidad, el peso de su apellido nunca la abandonó.
La llegada de los Sombreros de Paja lo cambió todo. Luffy, con su sonrisa despreocupada y su inquebrantable creencia en la libertad, era un recordatorio de lo que Ann había pasado años evitando: los sueños grandes siempre traían problemas. Pero había algo en su espíritu que irritaba y fascinaba a Ann a partes iguales.
Luffy no tardó mucho en sospechar que Ann era su Ann, aquella hermana que había conocido de niño y que desapareció sin más explicaciones. Por su parte, Ann sabía desde el primer instante que Luffy era ese Luffy, el niño testarudo y optimista que siempre había considerado su hermano. Pero ninguno de los dos dijo nada. En su lugar, compartieron una mirada cómplice, cargada de reconocimiento y preguntas no formuladas. No era el momento, pero ambos sabían que la conversación pendiente llegaría eventualmente.
Cuando Kuro desató su plan en la aldea, Ann no tuvo más remedio que actuar. Luchando junto a los Sombreros de Paja, recordó algo que había enterrado profundamente: la idea de que no siempre se pelea solo por sobrevivir, sino también por proteger algo más grande que uno mismo.
Al final, con Kuro derrotado y su refugio en Syrup destruido, Ann tomó una decisión inesperada: subió al Going Merry junto a Usopp. Sabía que el futuro con los Sombreros de Paja sería cualquier cosa menos tranquilo, pero también entendió que, por primera vez, no estaba huyendo.
Quizás, con ellos, podría encontrar no solo un lugar al que pertenecer, sino también una manera de enfrentar su apellido y el legado de su padre. Porque si el mundo quería una historia sobre la hija de Roger, Ann estaba lista para escribirla a su manera.
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𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀𝐒 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐌𝐀𝐘𝐎𝐑 𝐂𝐋𝐀𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃
𝐢. La historia, los personajes, los sucesos y la gran mayoría de lugares son ficticios.
𝐢𝐢. Se recomienda leer con discreción y bajo su propio riesgo, ya que está historia se clasifica como CONTENIDO PARA MAYORES DE 16 AÑOS y puede contener escenas subidas de tono o sexuales, violencia, lenguaje vulgar, muertes, asesinato, trastornos psicológicos, pedofilia, menciones de drogas y temas sensibles, etc.
𝐢𝐢𝐢. Los créditos de la creación del manga de One Piece pertenecen a Eiichiro Oda y a Netflix por su adaptación de imagen real y su adaptación animada.
𝐢𝐯. La historia y diálogos de los personajes NO CANÓNICOS, es decir que no son pertenecientes a ninguna de la serie, manga y anime, son de mi propiedad intelectual.
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No está de más decir que no apruebo ni promuevo ciertos comportamientos y/o pensamientos que puedan llegar a tener mis personajes, es FICCIÓN, es decir, NO ES REAL y cualquier comentario de odio u ofensivo hacia el libro, los personajes o mi persona será eliminado y reportado.
Además cabe resaltar que la protagonista no eres tú, ni T/n o Rayis como dicen por ahí, es Ann, yo no escribo ese tipo de historias.
NOTA DE LA AUTORA !!
Hello, aprovechando que no tengo nada que hacer con mi vida, estoy editando esto, si no les gusta one piece, vayanse alv de aquí, no mentira, pero esto no es para ustedes.
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