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𝐿𝐴 𝐷𝐸𝑆𝑃𝐸𝐷𝐼𝐷𝐴

Las despedidas no son el final, solo significan una pausa en un tiempo entre personas hasta que vuelvan a
encontrarse.

───

Aliana Johnson

Abrí mis ojos ante el zumbido que sentí en mis tímpanos por las explosiones que los salvadores provocaban, aun. Sentía las caricias de Judith en mi rostro, en mi rostro húmedo ante las lagrimas que derramaba por el duro proceso que debía llevar. Miraba sus ojos, su sonrisa, si ella supiera o sintiera lo que pasara entendería el por qué no quiero jugar, o quiero hacerla sentir mejor, era yo quien quería sentirse bien o levantarse de esta terrible pesadilla. Sentía una presión en mi pecho, era como si un hueco se estuviera iniciando allá adentro, era el proceso de aceptar o tener que imaginarme como lo perdería; como perdería a Carl. A mi lado tenía sentada a Natasha, sudada y con sus ojos llorosos, veía en su rostro la tristeza que esto le provocaba, lo duro que debía ser para ella tener que perder a un amigo más; era duro para todos. Lamía mis labios ante las lagrimas deslizarse allí, me encontraba desvanecida en este suelo intentando de buscar una salida en mi mente o en esta realidad. Judith le daba caricias a mi rostro, me daba algo de tranquilidad pero estaba en una tormenta de emociones donde no tenía salida, donde deseaba salir y desear que todo esto fuera solo un sueño.

Todos estaban sentados en las alcantarillas, en silencio, daban respeto a los que sufríamos la situación que nos tomó por sorpresa. Lo asimilaba, buscaba una forma de armar este rompe cabezas del por qué. Mordía mis labios, intentando de evadir aquel calentón en mi garganta mientras veía como Rick Grimes y Michonne intentaban asimilar maduramente las situación, ellos aún lado de Carl parecían descomponerse peor de lo que yo pude romperme delante de él. Pensaba muchas cosas, pero solo me enfocaba en dos cosas, en que perdería a Carl y en cómo podría sobrevivir a tal tragedia inesperada. Parecía algo irreal, parecía irreal que él se fuera a ir, ¿acaso esto era real? Me preguntaba a mi misma mientras bajaba la cabeza y intentaba de calmarme, en ver cómo mis manos acariciaban el cabello ondulado de Judith. Gire un poco mi cuerpo, observando cómo Natasha parecía dejar ver su entristecido rostro, vi lagrimas de mi hermana derramarse por sus mejillas, intentando permanecer en una postura de fortaleza ante lo que estábamos viviendo. Mis ojos ardían, ardían ante la cantidad de lagrimas que me derramaba y este solo era el comienzo de un final. No podía imaginarme el momento en que todo esto acabaría, era irreal para mi, no podía ver una imagen que me mostrara que Carl moriría. Era inevitable pensar en eso, mientras lo veía rodeado de dos de sus seres queridos más importantes solo pensaba en cuanto deseaba ser yo quien estuviese ahí tirada perdiendo el aliento a medida que los segundos pasaran.

—¡Haz que se detenga!—alce mi mirada, observando cómo Michonne se había levantado bruscamente del suelo ante los bombardeos. Ella se acercó con brusquedad a aquel hombre a quien me había acompañado en esa travesía en el santuario, Dwight herido de una bala en su brazo se alejó un poco de Michonne para darle espacio.—¿Me escuchaste?—le pregunto ella al hombre a quien nos ayudaba, a quien ahora debíamos proteger.—Haz que se detengan... —la voz entrecortada de Michonne provocó sensibilidad ante su aspecto, Natasha se levantó de mi lado, igual Daryl para así alejar a Michonne de aquel hombre.

—No puedo.—le susurro Dwight, intentando de darle espacio cuando Michonne delante de él sollozo, desvaneciéndose encima de Natasha, esta quien conteniendo lo duro que era para ella, socorro a Michonne, abrazándola.

—Dijiste que Hilltop estaba a salvo.—Rosita, quien estaba parada se acercó al círculo de ellos, hablándole a Dwight, esperando una respuesta.

—Si, lo está, no tenían planeado atacarlo.—le respondió Dwight, apretando la herida de su brazo, mientras que este hablaba con respeto.

—Podemos ir allá, llevarnos a Carl.—sentí el instinto de mirarlo, pero me mantuve observando a Rosita y en cómo buscaban alternativas de salir de este hoyo.

—No podemos ir hacia allá, es peligroso.—volvió a responderle Dwight, mientras que Daryl se puso a mi lado y removía a Judith en sus brazos para que esta estuviese tranquila.

—Nos pueden encontrar aquí, están bombardeando deben estar buscándonos.—mi voz se había escuchado tan débil, que los que estaban a mi alrededor me miraron con lastima, con pena porque sabían que intentaba de ayudar, a pesar de quien era yo quien necesitaba ayuda.

—Negan también te quiere, Nathan más que nadie también te quiere, no es seguro para nadie y menos cuando están todos juntos.—me dijo, acercándose un poco a mi y quedando frente a frente conmigo.

—Juntos, así funcionamos y así nos iremos.—Daryl se acercó un poco a ambos, separándonos, mientras que quedó mirándose fijamente con Dwight.

—Los bombardeos cesaron.—murmuró Tara, acercándose a nosotros y esperando respuesta ante los planes que planeaban.—Deberíamos ir a revisar, debemos movernos.—susurro ella, mientras que Michonne pasó por el lado de todos y caminó con lentitud hacia Rick, hacia Carl...

—Daryl.—lo llame, al ver cómo todos no parecían tener respuestas, él era la mano derecha de Rick; él elegía esta vez. Mientras que su mirada cayó en mi, mi vista se fue al final del alcantarillado, en cómo sentí el amargo nudo en mi garganta y mi pecho subir y bajar, al ver a Rick apretarle la mano a Carl con fuerza y darle un tierno beso.

—Dejare a Judith y revisaremos con sigilo el lugar.—dijo, mientras que se esmeró en caminar al final del alcantarillado.

Mi vista se quedó plasmada allí, al final del alcantarillado y como todo se volvió lento de momento, en cómo un amargo recuerdo con Carl me llegó a la mente de momento al verlo allí pálido en aquella camilla. Y es que recordar la primera vez que lo vi, como nos apuntamos con un arma y éramos como dos extraños me hizo desear volver allí, cuando no éramos absolutamente nada; cuando todo comenzó. Di pasos adelante, con lentitud y sin hacer incluso los talones resonar, simplemente algo débil y con poca energía en mi cuerpo quise acercarme hasta el final de la alcantarilla. Podía ver a Judith mirarme, mientras que se quedaba recostada del hombro de Daryl, quien se notaba desde aquí que acariciaba su espalda, mientras que Natasha lo abrazaba y observaba lo que ocurría a su alrededor. Había estado conmigo estas horas, unas horas de desespero e incluso preocupada, no sé qué pasaba por su cabeza, sé que le dolía verme de esa forma; y verlo a él así, también.

No dije más y esmere mi vista en cómo Carl cambió su mirada a la mía, cómo incluso Rick y Michonne lo hicieron dándome un espacio para estar junto a ellos. Pero Carl, con la poca fuerza que tenía me hizo una señal con su mano para que me recostara. Eche algunos flequillos de mi cabello para atrás de mi oreja, notando como Rick me dio el espacio para que con cuidado mi peso estuviese encima de la comilla y me recosté lo más rápido posible. Recosté mi cabeza en su pecho, si, en su pecho sudado que subía y bajaba, sintiendo su respiración entrecortada darme en el rostro. Me acomode un poco con tal de no sofocarlo mucho, y lleve mi mano abdomen. Mientras que sentí su mano cubrirme ahí mismo delante de Michonne y Rick quienes nos observaban parados, con Judith en brazos de Rick quien también nos miraba y Daryl observándonos, quien le había pasado a la tierna Judith a su papá. Mientras que yo, tuve una pelea entre la tristeza y mi fuerza de voluntad para no desmoronarme aquí delante de Carl, darle mi compañía y escucharlo. La poca fuerza que tenia en su brazo lo hizo hacer que me apagara a él, mientras que cerré mis ojos al escuchar su respiración entrecortada, esto me mataba y si algo rogaba en mi mente era que por amor a Dios; si existía, le pedía que esto fuera una terrible pesadilla. Rogaba, pero sabía que era imposible, rogaba porque lo amo y estaba apunto de perder lo más que adoraba y lo poco que me quedaba, a penas el dolor empezaba y no quería imaginarme como esto acabaría.

—Podemos llevarlo, Daryl puede traernos uno de los autos.—aferrada a Carl, escuche algunos de los murmuras entre la conversación que Rick y Michonne mantenían, ambos con un aspecto desastroso.

—Carl, no lo logrará.—trague saliva ante tal comentario provenir de Rick, hablo la realidad que a todos les dolió, y nada más de pensar en eso se me formaba un nudo en la garganta.—Debemos quedarnos con él, yo me debo quedar y se que Aliana se quedará.—le volvió a musitar a Michonne, mientras que dejaba mi vista plasmada en ellos.

—Nos quedamos.—le afirmó, mirándolo con cierto apoyo, ambos apoyándose y era un vínculo que también se haría difícil romper entre ellos.

—Puedes quedarte con Judith, ella necesita estar ahí, y si pasa... —la quebrada voz de Rick se alertó ante nosotros, sin ni siquiera entender lo que dijo y sin poder terminar, me hizo sentir un tajo nuevamente en el corazón al ver su terrible aspecto.

—Yo me la llevo, la cuidaré y llevaré allí, estará segura.—vi como Daryl interfirió, mientras que sentía mi cabeza subir y bajar por el pecho de Carl, me aferraba a él como si no quisiera soltarme.—Me encargaré, Aliana tampoco puede moverse mucho, puedo llevármela.—me quede mirándolos fijamente, observando cómo me incluían en la conversación.

—No.—la gruesa voz de Carl resonó en mis oídos, y hizo que todos dirigiéramos la mirada a él, incluso Tara quien nos miraba entristecida aún lado de Daryl.—Déjala que se quede, solo déjenme despedirme de Judith, pero dejen a Aliana.—pidió.

—Se quedará con nosotros, pero la necesitamos en Hilltop, ahí estará a salvo. Cuando todo esto... acabe.—le dijo Rick, mirándonos y viendo cómo Michonne se acercó a nosotros, y cuando vi sus intenciones no tarde en ayudarla.

—Iremos por el este, cogeremos la ruta de los bosques, dame su mochila y sus cosas, la esperaremos ahí al amanecer.—le explico Daryl a Rick, mientras que yo ayudaba a Michonne a que Carl se incorporara y pudiera mirar a Judith, a quien pusieron tristemente delante de él.

—Tu estarás bien, ¿esta bien?—la tierna mirada de Judith en su hermano provocó en mi un sentimiento, esas inmensas ganas de llorar al sentir un terrible nudo en mi garganta.—Por Michonne, por papá y Aliana. Los vas a enorgullecer, has caso a lo que te digan, aunque no siempre tendrás que hacerlo. A veces nosotros los niños debemos mostrarle el camino a nuestros padres.—todos observaban y escuchaban a Carl con atención, en cómo le hablaba a su hermana y cómo dejaba derramar lágrimas, mire dolorosamente como él llevó sus manos a su sombrero de alguacil y lo sostuvo, mirando fijamente a su hermana.—Era de papá, y luego fue mío. Ahora será de Aliana, y cuando crezcas, y seas una mujer como ella se convertirá pronto, te lo dará a ti.—me quede sin aliento al escuchar eso, sintiendo como Carl me pasaba su sombrero cómo cayó en mis manos y como sentí esas inmensas ganas de llorar. —Siempre que lo tenia, sentía a papá cerca de mi, me hacía ser fuerte; me ayudó, y se que Aliana lo necesitara un tiempo para no sentirse sola. Quizás no te haga sentir sola también.—mire a Rick, notando como sus lágrimas bajaban mientras que escuchaba a su hijo, mostrando esa fuerza pero dejándose ver. —Antes de que mamá muriera me dijo que yo vencería este mundo, no lo hice. Tu vas a vencer este mundo, se que lo harás.—le dijo, mientras que mis ojos de tanto nublarse no resistieron al hecho de derramar lágrimas y lleve mi mano a mi rostro restregándolo al momento en que separaron a Carl de Judith, cuando ella rompió en llanto.

—Vamos... —Daryl sostuvo a Judith, mientras que mi mano se deslizó dándole también el sombrero, no quería pasar de desapercibida y que sin querer hacerlo dejara el sombrero. Daryl lo sostuvo, mirando fijamente a Carl con un toque de tristeza en sus ojos.—Estás personas, tú las salvaste, tú lo hiciste.—dijo, con su voz gruesa y sin saber cómo más despedirse, mirándome a mi y intentando de darme fortaleza; pero no pudo y simplemente se fue pero Natasha se detuvo, se detuvo delante de Carl, observándolo con una sonrisa.

—Maldito, no sabes el odio tan grande que te tengo justo ahora.—Carl estiro su mano ante las palabras de mi hermana, ambos la estrecharon entrelazándola y sonriéndose uno al otro pero mi hermana cambió aquel aspecto con la necesidad de sollozar.—Fuiste y siempre serás mi mejor amigo, Carl. Fuiste nuestra salvación, nos salvaste.—dijo ella sollozando y dejando caer sus lágrimas.—Nunca te olvidare.—sollozo nuevamente, bajando su cabeza y siendo consolada por Michonne, quien acarició su espalda.

—Solo, ten muchos bebés.—ella sonrió ante la voz ronca de Carl, una voz que dejaba ver el cansancio. Ella le asintió, alejándose de él para darle espacio al hombre que Carl y yo ayudábamos, este quien entristecido reflejó el agradecimiento de Carl en su rostro.

—Me ayudaste a enorgullecer a mi mamá.—fue lo primordial que dijo aquel trigueño a Carl, le dio un poco de espacio a Tara, incluso a Rosita para que estas quienes mostraban su tristeza se despidieran de Carl, para nuevamente darle espacio a Siddiq en despedirse de Carl.

—No solo tú, a la mía también.—le respondió Carl a él, estos quienes eran observados por Michonne y Rick, incluso por mi.

—Me trajiste aquí, me diste un chance. Jamás te lo podré recompensar, pero te enorgulleceré para mostrarles a todos ellos. Porque eso es lo que haré, te enorgulleceré a ti Carl, y también cuidaré de ella para demostrarles.—le sonreí a Siddiq, intentando de calmar mis ganas de llorar, y mordiendo mis labios, bajando la cabeza, me quedé en silencio.

—Felicidades, eres uno de nosotros.—escuche a Carl, observando cómo las manos de ambos se chocaron, haciéndome alzar la cabeza y viendo cómo este se iba sin más remedio alguno.

Vi cómo se fue, como la tristeza solo se reflejó en tres personas vinculadas de una misma forma, vinculados por Carl. Quedábamos solo nosotros, en silencio y sin decir mucho acerca de lo que ocurría. Mientras que me quede en silencio y opte por quedarme estancada en mis pensamientos, sentí como Carl prefiero recostarse nuevamente en la camilla. Lo observe, dándome cuenta que realmente lucía mucho más pálido y mientras que lleve mis manos a mi rostro restregándolo, intenté permanecer estable ante la terrible situación en donde nos veíamos involucrados. Michonne no tardó en ponerse nuevamente delante de Carl, agarrarle su mano y quedarse con él, haciéndolo sentir seguro. Mientras que Rick, se puso detrás de él y se quedó sentado en el suelo, viéndose dolido. Jamás había visto a Rick de esa forma y no podía evitar dejar de mirarlo, y es que era obvio; yo perdía al amor de mi vida, pero él perdía a su hijo, su hijo varón y su primer amor. Lleve mi vista a mis manos, cabizbaja y envuelta en una terrible situación que me enfermaba.

Imaginando algo que jamás sucedería, y es que recuerdos e imágenes vivas en mi cabeza me llegaban, imaginando a Carl antes de esto; buscándome yo misma una justificación de que pude haber hecho algo, yo pude haberle salvado. Mis ojos se humedecieron, ¿en qué había fallado? Era lo único que me preguntaba ante la imagen viva de la mordida de Carl en mi mente, pude haber pasado más tiempo con él, pude haberme despedido mejor si tan solo me hubiese percatado de que algo pasaba y es que sólo pensaba, en que fue mi culpa. Observe simplemente cómo los minutos pasaban, cómo Michonne le pasaba un paño a Carl, limpiándole su sudor, e incluso dándole de que tomar. Pero el calor lo abrumaba y hasta debí alejarme de él para no sofocarlo, mientras que le dábamos toda la atención y cuidado posible. Deseaba yo estar en su lugar, si alto rogaba era que yo fuera él en estos momentos, o que no fuéramos ninguno de los dos, que nada de esto estuviese sucediendo. Sentí las mano de Carl en la mía, sentí su calor lo que hizo que levantara mi cabeza y volviera a la triste realidad.

—Lo siento... yo debí ayudarte, yo debí haberte protegido también.—fue lo primero que dije, ni siquiera lo pensé, ni planeé en decirlo; solo salió. Su mirada se quedó plasmada en mi, y apretaba su mano mientras que baje nuevamente la cabeza.

—No quiero que estés triste, Aliana, tampoco molesta.—abrí los ojos, dejando mis súplicas que no valían la pena, y escuché la voz entrecortada de Carl dirigirse a mi. Sentí mi estomago dar vueltas, sentía hasta nauseas de tanta tensión, de tanta vulnerabilidad.—No quiero que ninguno de ustedes lo esté.—dirigí mi mirada a Michonne, un rostro lleno de lágrimas mientras que Rick, acariciaba mis piernas y me daba también algo de consuelo; se lo agradecía.—Necesito que seas fuerte, por papá... por Judith y Michonne, por ti misma.

—Lo haremos, juntos, siempre lo hemos estado.— Michonne me miro, en vuelta en su rostro de lágrimas y también me quede mirándole, me dio una sonrisa que duró poco; pero me fortaleció.

—Eres mi mamá Michonne, mamá.—aguante como pude aquel sollozo que se formó al escuchar cómo se dirigía a Michonne, quien lloraba ante sus palabras.

—Tu eres mí hijo, Carl.—le respondió ella, besando su mano y dejando sus lágrimas caer, mientras que yo intentaba poder aguantar y miraba como Rick se derrumbaba en silencio. Pero ambos, él y yo habíamos presenciado como esa última vela se apagó.

—¿Podrías ayudarnos?—escuche a Rick mirarme, y me quede confusa ante su idea, ante su repentina pregunta—Necesito sacar a Carl de aquí.—nos pidió.

No habíamos querido perder ni siquiera un poco de tiempo, me fui inclinando adelante para dejar que Michonne y Rick fueran los que llevaran a Carl. Dirigí mi vista a mi estuche, en donde mi arma estaba intacta ahí, y simplemente me esmere en esperar a que los demás continuasen detrás de mi. Giré mi vista, observando cómo Carl lucía, cómo sentí mi mundo empezar a desmoronarse cuando vi como ni siquiera él mismo podía pararse. Rick y Michonne lo incorporaron, ambos ayudándolos y nada más me rompía el corazón él no poder hacer que esto se detuviera. Rick me asintió, así que simplemente empecé mi caminata por donde mismo Daryl se había ido, intentando de avanzar mientras que lastimosamente escuchaba los jadeos de Carl, como si le incomodara caminar. Intentaba concentrarme en poder salir, en buscar la tapa de la alcantarilla para poder ayudarlos, pero en mi mente solo estaba eso; la imagen de Carl siendo un caminante.

Suspire gruesamente, viendo las escaleras que conducían afuera de la alcantarilla, y viendo así que estaba destapada. Se nos iba hacer más fácil, así que empecé a subir las escaleras con rapidez. Saliendo así y sintiendo el ambiente acalorado, notando aún aquel color rojizo, anaranjado y amarillento que formaba el color del fuego, Alexandria había caído. Baje mis manos y me esmere con fuerza en hacer que Carl se reforzara de mi, y mientras que Michonne también lo empujaba este se aferró a mi cuerpo y pude ayudarlo a salir. Miro el ambiente como yo, ambos sentados en el césped oliendo aquel olor a humo, mientras que lo sostenía y miraba su aspecto, su terrible aspecto que me carcomía. Bese la mejilla de Carl, y quise tenerlo así para mi, pero Michonne e Rick no tardaron en salir y ambos rápidos recibieron a Carl en sus hombros.

Logramos haber salido de la alcantarilla, mientras que agarraba mi arma, apuntaba y veía todo el desastroso lugar. El ambiente observamos había sido doloroso, ver nuestro hogar, ver nuestro hogar que había sido estable para nosotros por un tiempo; verlo totalmente destrozado. Sentía rabia e incluso impotencia, pero en lo último que pensaba en este momento serían en los salvadores. Tan solo veía el lugar, ver las casas destrozadas me partía el corazón, no había sido lo que construimos. Me había quedado estancada observando el lugar, e incluso había bajado el arma, visualizando imágenes en mi cabeza cuando todo estaba bien. Cuando incluso estaba con nosotros, Noah, Abraham, Glenn y Sasha, cuando paseábamos por las calles. Y mi imaginación me llevo a un día, un día soleado y todos en familia dispuestos a comer, pero ahora incluso estábamos en vuelto en perder a Carl.

Sentí la llamada de Rick en mi, como cargaba a Carl junto a Michonne y me llamaban al estar lejos de mi, me había quedado estancada en mis terribles sueños que jamás se iban a realizar. Empecé a correr hasta ellos, viendo cómo se infiltraron en lo que reconocí como la Iglesia en donde Gabriel se reunía en las mañanas, a donde Rick le otorgó poder estar y hacer lo que le gustaba, predicar. Sintiendo el abrumador calor que nos daba este ambiente, me infiltre en la Iglesia, viendo así como ellos estaban recostando a Carl al final de ella, en la tarima donde Rick solía dar sus típicas reuniones y alertar a todos sobre algo. Mientras camine, en uno de los bancos rotos y destrozados de la Iglesia me visualicé con Carl, agarrados de la mano y escuchando a Rick, e incluso... a Maggie y Glenn delante de mi esperando a que Carl y yo guardáramos silencio, pero eso fue cuando todo estaba bien.

—Gracias por haberme traído aquí.—me fui acercado a la tarima, escuchando la gruesa voz de Carl hablarle a Rick, quien me daba la espalda al estar sentado delante de Carl.

—Lo siento, no quería que estuvieses allá.—le respondió su papá, mientras que observaba por los hoyos que tenía la Iglesia las casas arder en fuego, lo habíamos perdido todo.

—No por haberme traído, por hacer que fuera así. Por hacerme quien soy.—al seguir escuchado a Carl hablar me fui acercando más a la tarima, mientras que Rick me dio un paso y pude treparme, sentándome delante de él y quedando con Carl entre medio.—De vuelta a la prisión, cuando fuimos atacados, había un niño; quizás más grande que yo, con un arma. Él la bajo, y entonces yo le dispare. Él se dio por vencido y yo solo le dispare, pienso en él y en lo que le hice, y en cómo fue fácil matarlo.

—Carl, no.—Rick no tardó en interrumpir a Carl, quien le daba memorias en donde no estuve presente y no podía entender nada.—Lo qué pasó, lo que perdiste esas cosas que has hecho, tú eras solo un niño.—supuse que eso había pasado hace un largo tiempo, y mientras que veía como Carl se acaloraba, ya no se podía hacer nada por detener su fiebre.

—Y tú lo viste, todo lo que hice. Lo fácil que fue, por eso cambiaste. Trajiste a la gente de Woodburry, vivimos todos juntos y éramos enemigos, y bajaste tu arma; lo hiciste, y por eso cambié, y ahora soy quien soy. Paraste de pelear, fue lo correcto y es lo que es correcto, aún lo es. Puede ser así otra vez, tú puedes hacerlo detenerse. Por Judith y Aliana, por ustedes.—arrugue la nariz, llevando mi mano a acariciar el brazo sudado de Carl, deslizándola hasta que toque su mano y acaricie lentamente esta, e incluso sus dedos.

—No puedo ser quien fui antes, Carl.—le respondió Rick, a este quien empezaba a buscar un encuentro de paz, mi alguacil quería que todo acabara.

—Tienes que hacerlo, siempre habrá algo después de eso, para ustedes y para ellos.—dijo Carl, algo grueso con su voz agotada, y escucharlo me empezaba a carcomer los sentimientos, mientras que mi mano seguía acariciando la suya.—Se que te lo imaginas, un futuro, donde solo no hay guerras y hay paz. Y si no es así, yo me lo imagino.—dijo, dejando de mirar a Rick, y quedándose mirando a algún sitio como si se lo estuviese realmente viviendo.—Tienes una barba, larga y bastante gris, Michonne bebe café y es feliz. Judith es más grande, y Aliana, ella solo luce como una mujer y totalmente más hermosa que hoy, ahí está detrás de Judith yendo hacia ti con mi sombrero puesto y sonriéndote. Siendo todos una familia. Alexandria es grande, y hay casas nuevas, gente trabajando y todos viviendo. Ayudándonos a vivir, si puedes ser como eras antes, así es como sería.—me quede mirando fijamente a Rick, quien no supo cómo ni siquiera responderle a su hijo y se quedó sin habla por unos segundos.

—Carl, todo eso que hice... fue por ti Carl.—hablo Rick, con una voz entrecortada. Apretando la mano de su hijo.—Desde el principio, desde Atlanta, desde incluso la granja. Todo fue por ti, en la prisión fue por ti y Judith, e incluso después de ahí fue por ustedes, por ti, tu hermana y Aliana, y aún lo es y nada cambiará eso.—mi vista seguía posada en Rick, en cómo me había incluso incluido, y me había hecho parte de ellos.

—Yo quiero esto para ti, papá.—respondió, y al ver cómo Carl empezó a derramar lágrimas sentí un estruendo dentro de mi, uno que me aviso que estaría apunto de llorar.

—Lo haré real, Carl, lo prometo, lo haré real; para ti.—le prometió Rick, y mientras que mordía mis labios para no llorar; escuchaba aún lo que esté le decía a su hijo.—Carl lo siento, debía protegerte, es lo que un padre debe hacer, es su trabajo proteger a su hijo.

—Amor.—lo interrumpió Carl, a quien mire también finamente.—Es solo amor, amar a su hijo y mejor no pudiste haberlo hecho.—verlos a ambos me rompía hasta el más mínimo sentimiento que llevaba dentro de mi, ver como se miraban... cómo se expresaban. Hasta que pude ver cómo Carl dirigió su mano a su arma y eso me había alterado los nervios.

—¿Que haces?—pregunté algo alterada, con una voz entrecortada, confusa ante ver cómo saco su arma de su estuche y ahí lo entendí todo, y rápidamente me negué.

—Debe ser, debe ser... —Michonne interrumpió, con una voz también entrecortada al darse cuenta que Carl mismo terminaría esto, ambas nerviosas estábamos también alterándole los nervios a Rick.

—Lo sé, tiene que ser alguien que me ama.—le dijo a Michonne, entendiendo la referencia que debía ser uno de nosotros, pero no íbamos a poder hacerlo.—Pero ustedes no pueden hacerlo, y yo crecí, yo debo hacerlo. Yo.—sentí mis ojos humedecerse, e incluso solté su mano para poder restregar mi rostro y taparme la cara unos cuantos segundos.

—No lo harás, no puedes hacerlo.—dije destapando mi rostro, viendo cómo Rick y Michonne estaban de acuerdo conmigo, pero no dijeron nada. Mis manos tambalearon y tocaron su cálida mano, viendo cómo su mirada se quedó plasmada en mi, y cómo él acarició mis manos y sonrió, maldita sea Carl.

—Debo hacerlo mi amor... —me hablo, mientras que veía como sus lágrimas se resbalaban y como sus manos apretaron las mías con fuerza. Mientras que me quede cabizbaja y arrodillada delante de él.—Luego de esto, no quiero que sufras o estés molesta, no quiero que te frustres y te encierres.—me pidió, mientras que sentí mis ojos arder y me le quedaba mirando.—Yo esperaba un buen momento para que fueras mi novia, quería que todo esto se acabara principalmente para que tú y yo pudiéramos estar en paz, pudiéramos habernos realizado juntos. —él sonrió, y intento ponerle humor a este situación, en donde Michonne y Rick si sonrieron, pero yo solo me quede aturdida ante eso, perdida y dolida.

—No tienes que pedírmelo, lo soy... soy tu novia.—le dije, arrugando la nariz mientras que él me sonrió, y eso hacía que cerrara los ojos con frustración ante eso.

—Me ahorraste las palabras.—dijo, algo cansado, mientras que su arma seguía aún lado de él, y él tan solo nos observaba. Rick no se detenía de mirarme, y eso me sofocaba, ver sus ojos azules cristalizados mirarme y presenciado esto qué su hijo y yo teníamos.—Michonne me dijo la primera vez que te vio que ibas a ser mi novia, siempre lo recordaré.—él dirigió su mirada a Michonne, quien entre lágrimas sonrió y asintió.

—Jamás olvidaré ver cómo se dieron su primer beso, cómo interrumpí ese momento, y ahora ambos son casi unos adultos y pudieron llegar hasta aquí; juntos.—Rick nos miró a ambos, sosteniendo la mano de Carl y mirándonos, mientras que intentaba de ponerle tranquilidad al asunto pero era tanta la presión, tanto los recuerdos que solté un sollozo. Viéndome obligada a llevar mi mano a mi rostro, y tapando cómo lloraba ante eso.

—No puedo creer que vaya a perderte.—dije sollozando, en medio de todo esto lo único que pensaba era; ¿cuando llegaría el momento en que Carl partiera?, sentí mi nudo en la garganta desatarse y como sentí un sobo en mi espalda que intentaba calmarme.

—Te amo, Aliana.—él me miro fijamente, y rápidamente al querer responderle solo un sollozo se me había escapado, lo que hizo que bajara la cabeza cabizbaja y le diera un beso a Carl en su frente, quedándome estampada cerca de él.—Te amo, Michonne.—le dijo a la morena, a su mejor amiga; a su segunda mamá a quien no tarde en escucharme escaparse un terrible sollozo.—Te amo papá.—mordía mis labios ante el hecho de no romper en llanto aquí mismo, tanta tensión, tanta tristeza se brotaba en nosotros. Ver cómo ellos y aquel vínculo se veía, como desaparecería.

—Y yo te amo a ti Carl, te amo mucho.—entre lágrimas y con una voz rota, Rick se inclino para darle un beso a Carl en su frente... mientras que llevo también su mano a mi cabeza y la acaricio.—Haré todo lo que deseas, todo lo que querías, lo haré realidad.—le afirmo su papá, deslizando su cuerpo encima de él y abrazándolo.

Padre e hijo se aferraron uno al otro, eso tampoco impidió que Michonne se abalanzara encima de Rick para demostrarle un apoyo mutuo. De dónde también me hicieron parte, dándonos todos un fuerte abrazo que sabríamos que Carl al menos recordaría estos últimas horas que le quedaban, o a penas minutos, ya ni siquiera sabíamos cuánto le faltaba. Deje mis lágrimas derramarse encima de la camisa de Carl, quienes nos apretaba con fuerza y lloraba con nosotros, dándonos así más ganas de aferrarnos a él y no soltarlos. Pero todo tenía un tiempo y nos había tocado yendo separarnos de él. Observe cómo Rick y Michonne se miraron, como sabían que ya se habían despido de Carl, estos me miraron e incluso asintieron, dándome total confusión de lo que seguía ahora. Pero simplemente al ver cómo se levantaron y deseaban quedarse más tiempo con Carl, supuse que mi doloroso momento de despedirme de él había llegado, y no estaba aún preparada mentalmente para despedirme de él.

Rick y Michonne tuvieron una batalla infernal en desear no separarse de Carl, pero así es como se supone que sean las cosas, me miraron y tocaron mis manos como si me transmitieran algún tipo de fuerza, y con mi rostro lleno de lágrimas les susurré estando agradecida a que me dieran el último tiempo a mi, con Carl Grimes. Estos dieron la espalda, y agarrados de la mano y aferrándose a ellos emprendieron su caminata fuera de la Iglesia en donde me estarían esperando cuando terminase de decirle adiós a Carl, porque él tomaría la dura decisión de acabar todo de raíz. Observando cómo Carl miraba a sus papás, él decidió empezar a levantarse y yo entre el desespero, lo ayude a inclinarse hacia adelante, quedando así sentado y recostado de la pared de la Iglesia, en donde él solo dirigió su mirada hacia mi, como si fuera lo último; y es que realmente lo era, la peor parte.

—No me mires así... por favor.—le pedí, esquivando su mirada mientras que intentaba de aún calmar mis lágrimas, intentando de relajarme y mantenerlo calmado, mientras que sus lágrimas se resecaban en sus mejillas; él aún me miraba.

—Eres tan hermosa, siempre lo has sido.—lo mire tan destrozada, que yo misma me fui acercando a él, notando lo pálido que aún seguía y como estaba todo sudado, si pudiera ser yo quien estuviese así; lo aceptaría, lo aceptaría.

—No hagas esto, sabes que me duele.—le volví a pedir, sintiendo mis lágrimas querer empezar a salirse de mis ojos, mientras que él solo se encogió de hombros y mantuvo un humor que adore de su parte en el ambiente.—Daría lo poco que tengo para que esto no fuera realidad, para que te quedes conmigo más tiempo.—musité, cerrando los ojos con frustración.

—Quiero que te quedes hasta que sepa que lo haré, porque tengo miedo y eres lo único que me da seguridad.—observe sus lágrimas resbalarse por sus mejillas y mientras intentaba de darle seguridad y fuerza, asentí levemente apretando su mano.

—No quiero que hagas esto.—hable con mi voz en un hilo, ni siquiera podía hablar sin que quisiera llorar, y él tan solo estaba sentado y con su espalda en la pared, recostado y mirándome.—No quiero que te hagas esto, por favor.—le pedí, con mi voz entrecortada y en desacuerdo con lo que querría hacer.

—Si no lo hago yo, ¿quien lo hará?—me pregunto, con una voz llena de cansancio, y simplemente tenía razón, viéndome así en silencio y dolida. Él suspiro, y supe he se preparaba para hablarme y así fue... —Cuando te conocí, jamás pensé que llegaríamos hasta aquí, tan lejos juntos. Jamás lo pensé, realmente pensé que morirías a través del tiempo, siempre que había alguien de mi edad moría. Y tú me sorprendiste, me enamoraste y me dejaste ver que no todo era como yo pensé.—hablo, mirándome a los ojos y dándome un poco de su pensar ante nuestra primera vez en conocernos.

—Y ahora yo te pierdo a ti.—susurre, estancada en el pensar en que pronto sería así. Observando así a través de las ventanas rotas por culpa de la explosión, un poco de claridad en cómo ya el día estaba llegando.

—Quiero que pelees, quiero que venzas esto yo quiero que te superes, quiero que seas el soporte de mi papá; se que no podrá solo.—me pidió, dejándome ver su aspecto de cansancio, como su mirada se quedó plasmada en mi y en cómo sus manos se dirigieron a mis flequillos sueltos fuera de mi oreja y empezaba a acariciarlos, y a acariciar mi rostro.—Quiero que hagas las cosas bien, que tomes decisiones pensando en las consecuencias. Quiero que termines lo que empezamos, y si vez que algo está mal, no lo hagas, si te resulta fácil tampoco lo hagas. No quiero, y tampoco dejes que el mundo te arruine.—lleve mi mano hasta la de él en mi mejilla y la estampe ahí, cerrando mis ojos y dejando mis lágrimas caer.

—No lo haré.—le respondí, mientras que él poco a poco fue acercando con la poca fuerza que tenía mi cuerpo a su cálido cuerpo, al cual abracé y me aferré aun estando así en calor, empapado en sudor.—Lo prometo... —solloce en su pecho, aferrándome a él y sintiendo aún así su aroma varonil, sintiendo su pecho subir y bajar y como con su poca fuerza me apretaba.

—Me iré sabiendo que fuiste mía, y que siempre lo serás, Aliana.—entre lágrimas siguió hablando, dándome los recuerdos e últimos momentos que pase con él, los mejores.—Te amo Aliana, te amo.—me dijo, sintiendo yo así mis lágrimas resbalarse por mi mejilla, como no tarde en responderlos y me aferré ahí.—Vas a irte sin mirar atrás, no vas a ver esto.—me pidió.

Sentí mis ojos pesados, sentía aún el pecho de Carl subir y bajar, me sentía aliviada que aún estuviera aquí. Entre el cansancio y el agobio de la situación, me empecé a levantar dirigiendo mi vista a Carl, quien aún seguía con sus ojos abiertos y sus lágrimas secas en sus mejillas. Supe que era momento de irme, y con mi corazón en la boca me quede observando el rostro de Carl; aunque se viera así, siempre lo recordaría de la mejor forma. Apreté mis labios al ver su mirada plasmada en mi, como ambos demostramos ese vínculo de amor que creamos y que nadie pudo romper. Siendo desconocidos, siendo amigos y unos buenos amigos, tuve con quien hablar; con quien compartir. Tuve a alguien que tenía la misma capacidad que yo, alguien que me enseñó a amar y a saber que era mi otra mitad, y saber que estaría apunto de perderlo me hacía un nudo en la garganta. Des aferrándome del cuerpo de Carl con mis ojos húmedos, poco a poco incline mi cabeza hacia la de él, sintiendo así sus resecos labios aceptar mi cálido. Las lágrimas se mezclaron en ese beso, que sería el último y el que más recordaría con mucho más dolor. Nos separamos del beso, y observe cómo se quedó mirándome por segundos, mientras que lamí mis labios y sentí mis lágrimas aún caer, era hora de levantarme y esperar afuera.

Observe con un tajo en el corazón al amor de mi vida quedarse sentado, con un arma dispuesto a todo por acabarlo de raíz. Mientras que cuando me fui levantando, le di una cálida sonrisa que sabía que él adoraría, porque al ver su rostro sonreírme me había dado un momento de felicidad en segundos. Mire a Carl una última vez, y había sido lo peor que pude haber hecho, porque la mente es lo peor que los seres humanos pueden tener; la mía me torturo en tan solo segundos con imágenes de ambos, desde el primer día hasta hoy. Mi pecho se apretó, y di media vuelta para emprender camino a Rick y a Michonne, afuera y para tristemente también partir a Hilltop, en donde ya la magia no volvería. Quise detener mi paso ante sentir aun mis lágrimas bajar, quise mirarlo una última vez, pero para eso ya era tarde. Aún no escuchaba el pequeño pitido que su silenciosa arma hizo me dejó saber que ya todo había acabado, continué caminando con un dolor en mi alma, hasta que pude ver poco a poco la claridad del día.

Con lentitud, y con mis músculos tensos, empecé a girar mi cuerpo y dirigiendo mi vista a él. Trague saliva ante eso, y quise borrar para siempre esa imagen de él, tirado en el suelo de y con su mano temblorosa. No mire atrás y lentamente continué hacia afuera, hasta que el dolor pudo más que yo. Tenía la boca abierta de la impresión, sintiendo mi cuerpo tambalear, sentí desvanecerme y así sucedió, simplemente caí arrodillada en pleno exterior de la  Iglesia destrozada sintiendo la vulnerabilidad apoderarse de mi cuerpo. Lleve mis manos temblorosas a mi estómago al sentir como se revolcaba, mientras que quise tapar mi sollozo pero había sido tanto el aguantar que ver a Carl de esa manera hizo que estallara, así que, grite. Solté un grito devastador, sintiendo como sacaba todo y como intentaba de callar mis sollozos tapándolos con mis manos, pero el dolor que sentía en el pecho era tan grande que tuve que llevar las manos ahí y apretar mi camisa como si eso ayudara.

Gritaba desesperada, queriendo arrancarme los cabellos y que todo esto fuera una terrible pesadilla, no podía ver Carl, y me di cuenta que realmente se había ido de todas formas; estaba muerto, complemente muerto. Mis lágrimas bajaban desesperada y me quede incluso sin aire, sin voz y sin sollozar, quise tocarlo, pero solo me le abalancé encima al hombre que más estaba sufriendo en este mundo, al hombre con quien deseo un para siempre de su hijo y se había ido a penas hace unos minutos. Me aferré al cuerpo de Rick Grimes, mientras que lo apreté como si se pudiese arreglar mi dolor, y no; tenía un hoyo en el corazón que jamás lo traería sanidad, y solo deseaba eso. Lloraba, y no me imaginaba cómo se sentía, pero simplemente dejé mi alma ahí, viendo cómo realmente todas las imágenes de nosotros se vieron en mi cabeza como cada una de ellas pude distinguirlas y ese día, me había marcado para siempre. Me había perdido a mi misma, pero a él jamás lo olvidaría, las memorias se quedarían.

• • •

Bueno, no se me hizo fácil escribir el capituló, quise hacerlo lo más rápido posible porque no estaré activada por algunas semanas; depende. Estoy algo desconcertada con la muerte de Carl, no me gustó que muriera en la serie porque para mi le faltaba mucho más que eso, aunque debo admitir que la serie tendrá un gran cambio; pero soy amante al cómic así que, no estoy de acuerdo con la muerte de Carl.

Segundo, estoy algo desconcertada con algunas cosas que me he llevado acerca de esta novela, lo cual a veces me lleva a la decisión de eliminarla. Empecé la historia de Carl & Aliana en 2016, y realmente adoro su historia y la considero diferente. Siempre me llevo los comentarios negativos, comparaciones o incluso de que aburre. No soy la mejor escritora, pero me esfuerzo en hacer que les guste mi novela.

queenxgrimesx, fuera.

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