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── 𝐈𝐈: 𝐒𝐩𝐢𝐝𝐞𝐫 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐣𝐮𝐧𝐠𝐥𝐚

N. de la A. Cuando veáis este emoji 🐚
reproducid la música del vídeo que está al principio del capítulo.
Así la escena será mucho más real y más fácil de imaginar

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⇉ [ ❛𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐌𝐔𝐍𝐄❜

𝗟𝗮 𝗰𝘂𝗲𝘀𝘁𝗶𝗼́𝗻 𝗻𝗼 𝗲𝘀 𝗼𝗹𝘃𝗶𝗱𝗮𝗿 𝗲𝗹 𝗺𝗶𝗲𝗱𝗼 𝘀𝗶𝗻𝗼 𝗲𝗻𝗳𝗿𝗲𝗻𝘁𝗮𝗿𝗹𝗼 𝗰𝗮𝗿𝗮 𝗮 𝗰𝗮𝗿𝗮, 𝗱𝗲𝗺𝗼𝘀𝘁𝗿𝗮𝗿𝗹𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝘁𝘂́ 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲𝘀 𝗰𝗼𝗻 𝗲́𝗹. 𝗘𝗿𝗲𝘀 𝘃𝗮𝗹𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲, 𝗔𝗹𝗱𝗮. 𝗧𝗲𝗻𝗲𝗿 𝘂𝗻 𝘁𝗲𝗺𝗼𝗿 𝗻𝗼 𝘁𝗲 𝗵𝗮𝗰𝗲 𝗰𝗼𝗯𝗮𝗿𝗱𝗲. 𝗧𝗼𝗱𝗼 𝗹𝗼 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮𝗿𝗶𝗼. 𝗧𝗲 𝗵𝗮𝗰𝗲 𝗺𝗮́𝘀 𝗳𝘂𝗲𝗿𝘁𝗲 𝘀𝗶 𝗹𝘂𝗰𝗵𝗮𝘀 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮 𝗲́𝗹 𝘆 𝗹𝗼𝗴𝗿𝗮𝘀 𝗱𝗲𝗿𝗿𝗼𝘁𝗮𝗿𝗹𝗼❞

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𝐒𝐏𝐈𝐃𝐄𝐑 𝐒𝐀𝐁𝐈́𝐀 𝐐𝐔𝐈𝐄́𝐍 𝐄𝐑𝐀 𝐒𝐔 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃𝐄𝐑𝐎 𝐏𝐀𝐃𝐑𝐄. El terrible Miles Quaritch que casi destruye Pandora abrumado por los celos, la avaricia y el rencor. Spider quería rechazar la idea de que fuera él su verdadero progenitor pero bien sabía que por mucho que rehusara de la realidad esta siempre volvía para atormentarlo. Uno de sus mayores miedos es que se convirtiera en un monstruo humano como lo era Miles pero yo sé perfectamente que Spider tiene tanta bondad en su corazón que apenas es equiparable con la avaricia de ese humano arrogante.

Miles al igual que yo nació en la colonia de la Administración de Desarrollo de Recursos, también conocida como Hell's Gate, dicho anteriormente, nos criamos como si fuéramos hermanos junto con los hijos mestizos de Jake Sully pues parte de la genética de ellos son similares a la de los humanos, compartiendo así rasgos muy similares a los míos y a los de Spider como cinco dedos en las manos pues antiguamente Jake era uno de ellos antes de transformándose oficialmente en un na'vi tras haber explorado Pandora en su forma de avatar y enamorarse de Neytiri. Años después, nació el primogénito de ambos: Neteyam, luego Lo'ak, Kiri, nosotros y Tuktirey.

Tras la derrota de la RDA por parte de los Na'vi, Miles yo éramos demasiado jóvenes para criogenizar nuestro cuerpo y no pudimos ser enviado de vuelta a la Tierra con los demás humanos, ¿me arrepiento? Para ser sincera no, he visto muchos horrores en mi vida y todos ellos cometidos por esos humanos con esas armas de matar. La mejor opción con la que siempre estaré en total gratitud es con la que tomó mi padre adoptivo, Jake Sully, al adoptarnos pese a que Neytiri siempre mostraba preocupación por nuestra naturaleza humana y en parte porque Spider era el hijo biológico de Miles Quaritch, el causante de haber matado a su padre pero de él no tenía absolutamente nada de similar. Spider es bondadoso además de aventurero y siempre está dispuesto a ayudar a los demás. Gran parte de su tiempo lo dedica a la exploración y estar con sus hermanos adoptivos, era «El Spider de de la jungla».

Pero es que, ¡por Eywa! La jungla de Pandora es inmensa. La madre tierra de los portentos naturales y la divina transformación de seres extraordinarios en cada paraje. Un Jardín del Edén, pero con dientes y garras y es que, ni más ni menos, era la quinta luna del gigante planeta gaseoso Polifemo cuya forma era tan grande como la Tierra. Nuestro mundo realiza una órbita a su estrella Alfa Centauri A en el Sistema Alfa Centauri cuyo el sistema estelar es el más cercano a nuestro Sol. Y en donde todos los días yo soy feliz y cada vez descubro algo nuevo entre sus ancestrales árboles.

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             𝐋𝐀 𝐋𝐔𝐙 𝐂𝐀𝐈́𝐀 𝐄𝐍 𝐂𝐀𝐃𝐀 𝐇𝐔𝐄𝐂𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐀́𝐑𝐁𝐎𝐋𝐄𝐒 𝐂𝐎𝐍 𝐏𝐄𝐐𝐔𝐄𝐍̃𝐎𝐒 𝐇𝐈𝐋𝐎𝐒 𝐀𝐔́𝐑𝐄𝐎𝐒 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐅𝐈𝐍𝐎𝐒 𝐇𝐈𝐋𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐎𝐑𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐈𝐋𝐔𝐌𝐈𝐍𝐀𝐁𝐀 𝐂𝐀𝐃𝐀 𝐏𝐎𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐌𝐈𝐒 𝐏𝐎́𝐌𝐔𝐋𝐎𝐒, Spider se hallaba delante de mí, habíamos hecho una carrera saltando de árbol en árbol y balanceándonos de enredadera a enredadera. Era una de nuestras actividades favoritas. Mientras me desplazaba podía notar el terreno húmedo del musgo acariciando mis pies desnudos. El fino contacto de las flores de todo tipo de colores de la laurisilva inundaban el paisaje con un aroma frescal y lozano. Una sonrisa afloraban de mis labios cuando notaba a la misma Eywa dándome la bienvenida mientras el balanceo de los árboles me regalaban un nuevo paso y de ese mismo paso un nuevo destino como un pétalo violáceo en las noches de Pandora que se alza hacia un nuevo amanecer creciente.

—¡No me alcanzas! —vociferó Spider a unos pasos delante mía. Había trepado sobre una enredadera que se escondía por finas hojas verdemar y tras una pirueta ya se encontraba corriendo por el gran tronco de los árboles gigantescos que se encuentran esparcidos como lunas por toda la jungla de Pandora. El cantar de las aves expresaba la sincera alegría del alma, su canto lleno de felicidad y gozo me llenaron los oídos de una calidez esperanzadora. Un sonido que me decía que tenía la naturaleza cerca: sin daños, sin maltratos. La amada Eywa que me dejaba respirar el aroma dulce de aquellos portentosos pétalos que si bien al llevar la máscara exoesqueleto nos quitaba cierta parte del olfato no nos distaba de aquella sensación tan primorosa. Y tras estos estímulos, yo me reí para mí adentros con ademán de intensificar mi velocidad y ver si podía lograr alcanzarlo. Aunque era muy poco probable, Spider era el mejor de todos y aunque yo no lo hacía tan mal todavía me faltaba mucha practica por delante y sabía que me ponía a un peligro mayor si una de mis piernas fallaban y caía.

Cuando pequeña tenía miedo a las alturas así que por ello mis entrenamientos en la naturaleza se atrasaron hasta que pude controlar esa fobia con la ayuda de Neteyam. «La cuestión no es olvidar el miedo sino enfrentarlo cara a cara, demostrarle que tú puedes con él. Eres valiente, Alda. Tener un temor no te hace cobarde. Todo lo contrario. Te hace más fuerte si luchas contra él y logras derrotarlo», me había dicho y gracias a sus palabras pude seguir hacia delante. Afrontarlo. Mirar y decir: yo puedo. Aunque también me había aconsejado que no trepara tan alto pues al fin y al cabo a mayor distancia mayor mortalidad, no para un na'vi pero si para una simple humana como yo. Spider igual pero jamás le había visto caerse y en todo caso estaría segura que buscaría sus propios medios para salvarse, más conociéndolo. La naturaleza era como su verdadera madre, se movía tan rápido y tan audaz que apenas era perceptible.

En un momento dado, había llegado al final de un tronco que se dividía en dos ramas más pequeñas de un metro de ancho cada una, las pude saltar sin problema. Tras la última, las ramificaciones concluían y debía de dar un salto de un metro y medio para acabar en el otro árbol. En mi frenesí, perdí de vista a Spider. No estaba delante pero juraría a verlo visto antes saltar.

—¡Spider! ¿Dónde estás? —No obtuve respuesta. Se escabullía muy rápido en la naturaleza, demasiado—. ¡Niño mono! ¿¡Dónde estás!?

—¡Boo! —Spider me asustó desde atrás tapándome los ojos con una sonrisa, yo ahogué un grito de puro espanto. Él lo notó—. ¡Te he asustado!

—No lo has hecho. Para nada. Simplemente quería seguirte el juego —le mentí a modo de defensa.

Por supuesto que sí. —«Por supuesto que no». Era más bien su respuesta correcta—. Creo que va a ser mejor que no des este salto. Si pensabas que iba a continuar dejándote sola es que has perdido completamente el poco juicio que te quedaba.

—Ja, ja. Qué gracioso —manifesté yo sarcásticamente. En parte me molestaba que pensara que no podría hacerlo pero, había una enredadera en el medio, podría sacar mayor impulso, atraparla y con ella hacer balanceo hacia el siguiente árbol. Sé que era mucho más distancia en el medio que las otras anteriores pero....¿por qué no intentarlo?

—Ni se te ocurra —respondió Spider como si leyera mis pensamientos—. Te conozco lo suficiente cómo para saber lo que estás pensando en este preciso instante. Si quieres hacerlo entonces lo haremos juntos.

—¿Y cómo? —le pregunté yo, frunciendo el ceño—. No pretenderás convertirte en Tarzan de la Jungla y atraparme por la cintura para explorar contigo la naturaleza. —Realmente eran curiosas las historias y leyendas de los humanos en la Tierra.

—Creo que estás leyendo muchos cuentos para humanos pero... —De repente dejó de hablar y meneó la cabeza con sus rizos dorados y sonrió con ademán pensativo—... tienen buenas ideas. —Dicho esto, me agarró por la cintura, cogió impulso y saltó hacia la enredadera. Yo le grité y si mi vida no estaría en peligro muy posiblemente le hubiera dado una patada para que me soltara. Pero aún así disfruté a su lado. Su torso estaba al descubierto pero una vestimenta hecha con hojas y productos naturales le cubría las demás zonas, igual que en mi caso. Dejé que la brisa del atardecer moviera mi cabello negro con danzas ondulantes y sus dedos invisibles me repiqueteaban en la sien cuando Spider se balanceaba por aquella enorme enredadera del color de la esmeralda. Habíamos concluido tres arbustos grandes pero la enredadera colgante no tenía límite y estaba conectada con el resto de las ramificaciones.

Sin embargo, por culpa mía y mi repentino mareo hice que uno de mis pies repiquetearan sobre la superficie del tronco y eso que la carrera se desestabilizara. Spider no perdió el control con sus brazos fuertes pero yo hice que mi cuerpo se desprendiera de él. Mi pie falló, se resbaló con el musgo indispuesto y caí hacia atrás, la altura era de seis metros, me choqué con algunas ramas pequeñas descendientes y algunas hojas me sirvieron de manto casi inmediato en el desliz de la caída pero no para frenar suficiente mi cuerpo. Spider ya volvía hacia mí, descendiendo con todas sus fuerzas pero ya me quedaba poco para chocarme contra el terreno, intenté a duras penas agarrarme a algo pero la velocidad frenética me lo impedía. Volvía a tener miedo. Volvía a tener pánico y a mi cabeza vinieron los consejos que me había dado Neteyam, en mi cabeza él volvía a estar presente. Y justo antes de chocarme fuertemente en el final del trayecto unos brazos fuertes me agarraron. Alcé la vista. No era Spider.

Era Neteyam.

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