
── 𝐈: «𝐋𝐨𝐬 𝐧𝐢𝐧̃𝐨𝐬 𝐦𝐨𝐧𝐨𝐬»
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⇉ [ ❛𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 '𝐀𝐖❜
𝙊𝙚𝙡 𝙉𝙜𝙖𝙩𝙞 𝙆𝙖𝙢𝙚𝙞𝙚 ❞
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────𝐎𝐄𝐋 𝐍𝐆𝐀𝐓𝐈 𝐊𝐀𝐌𝐄𝐈𝐄 —susurré a media voz. Miles, Lo'ak, Kiri y yo nos encontrábamos en uno de los mayores laboratorios de genéticas de la RDA. Estaba intentando aprender el idioma na'vi, a veces con palabras tan cortas como frases medianas pero lo único que conseguía eran las burlas de Miles y Lo'ak que no paraban de reírse por mis vanos intentos.
—¡Chicos! ¡Tampoco seáis tan malos! —me defendió una de mis más leales amigas. Su nombre era Kiri y lo tenía todo para ser perfecta: divertida, cariñosa, amable y sobre todo, luchadora. A pesar de que mi cabeza apenas le llegaba al cuello y mi piel era de color carne y la de ella azul nos llevábamos tan bien como si fuéramos hermanas de sangre. Miles Socorro también era conocido como «Spider» aunque Kiri y yo lo llamábamos «el niño mono» porque podía estar toda la tarde saltando de árboles y árboles como un gorila y jamás se cansaba. Ojo, yo tampoco me quedaba atrás. Él y yo éramos los únicos humanos que habíamos nacido en Pandora y como no pudimos volver al cielo, aprendimos a convivir con los na'vi, adoptándonos a nuestro nuevo mundo y a su tribu.
Jake Sullivan nos adoptó como si fuera nuestro padre, él también años atrás había sido un humano como nosotros, que podía adoptar la experiencia de un avatar para recorrer Pandora sin riesgo alguno hasta que falleció en el cielo y finalmente se quedó en la forma de un na'vi con su mujer Neytiri, mi madre adoptiva aunque si debo de ser sincera, Spider y yo nunca le hemos caído muy bien por el simple hecho de ser humanos. La misma raza que destruyó a su padre y gran parte de su tierra. En el fondo comprendía su recelo, los humanos muchas veces somos los peores monstruos pero yo y Spider éramos más na'vi espirituales y lo único que teníamos de humanos eran nuestro físico. Durante toda nuestra infancia y adolescencia crecimos, jugábamos y explorábamos con los hijos mestizos de Jake: Neteyam, Lo'ak, Tuktirey y adoptivos: Kiri, yo y Miles.
Un Avatar que estaba trabajando le dio con la toalla en la espalda a Miles para molestarlo.
—¡Oye! ¡Ya eres mío! —exclamó el muchacho.
—¡Solo se permite la entrada a los avatares! ¡Den la vuelta! —exclamó una científica detrás nuestras que acalló las risas. Sabía perfectamente que se refería a Kiri y a Lo'ak.
—Ña, ña, ña, ña —Kiri farfulló imitando a la señora y poniendo los ojos en blanco mientras pasaba por su lado.
—Ups, ¡perdón, perdón! —continuó Lo'ak detrás de ella pero ni se inmutó para darse la vuelta.
Yo estaba al lado de Spider mientras guardamos nuestras máscaras de exoesqueleto. Habíamos entrado a una sala de vigilancia avanzada para acompañar a Kiri a ver a su madre biológica: la doctora Grace.
—¡Qué graciositos sois vosotros dos! —exclamó Spider abriendo la puerta con Lo'ak y Kiri pisándole los talones a propósito—. ¿Sabéis lo que más odio? Que vosotros podáis respirar el aire terrestre por horas...
—Es verdad. Y nosotros solo podemos respirar el vuestro como diez segundos. ¡Ni más ni menos! —le continué yo imitando su enfado para burlarme un poco de él. A veces me encantaba molestarlo. Aunque en cierta parte también era un problema para mí pero verlo enfadado me gustaba mucho más que ver la realidad del asunto.
—Sí, niños monos, eso es tan, tan triste...¡para vosotros! —Empezó a burlarse Kiri, esta vez mientras nos perseguía para hacernos cosquillas. Lo'ak se había puesto una máscara para poder respirar mientras contemplaba todo como un niño al recibir su primer juguete. Spider estiró la cola de Kiri para molestarla y empezaron a gruñir con el famoso sonido de un tigre protegiendo su territorio.
—¿Estáis haciendo los idiotas? Pregunto —pregunté frunciendo el ceño.
—¡Hey, hola, niños! —exclamó Max cuando Kiri se dirigió a él para saludarlo, Spider y Lo'ak le chocaron el puño. Yo me fui con ella para ver a su madre, la fallecida doctora Grace en su cuerpo dormido de Avatar.
—¡Hola, má! —la saludó esta subiéndose a los escáneres de resonancia magnética, con el operador reclinado dentro de una cápsula cerrada y, pese a su sonrisa, la conocía lo suficiente bien cómo para saber que la tristeza inundaba en sus ojos. Jamás pudo llegar a conocer a su madre, mucho menos a su padre. Ver dormida a su ser querido era lo más cerca que podía estar de ella.
Me acerqué a ella y le di la mano a modo de consuelo. Kiri me miró.
—Me pregunto que hubiera pensando de mí si hubiéramos tenido la oportunidad de conocernos...
—Estoy segura de que sería la madre más orgullosa del mundo al tener una hija tan buena y valiente como lo eres tú —me sinceré y le aferré más la mano. Ella me esbozó una sonrisa en su mirada, unos preciosos orbes de oro se llenaron de esperanzas. Ella colocó un cachete con la misma sonrisa sobre el cristal y dejó que todos sus sentidos escucharan el pequeño mundo en el que vivía su madre.
«𝐓𝐀𝐋 𝐕𝐄𝐒 𝐌𝐄 𝐄𝐒𝐓𝐎𝐘 𝐕𝐎𝐋𝐕𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 𝐋𝐎𝐂𝐀 pero estoy viendo evidencias de una respuesta sistémica a nivel global. No usaré el término de inteligencia, tal vez consciencia suena mejor», dijo la doctora Grace del pasado a través de una pantalla. Kiri la observaba con nostalgia mientras hacía respiraciones con su máscara de oxígeno. Noté cómo Spider la miraba con aflicción y yo también. Uno de mis grandes deseos era que Kiri la conociera. Grace era una mujer muy querida y cercana a sus estudiantes Na'vi, le encantaba la botánica, pasión que fue adquirida por su hija. Kiri le encantaba estar en el bosque y casi siempre se conectaba con la madre naturaleza: Eywa.
«Es como si toda la biosfera de Pandora estuviera consciente y usara esta respuesta cognitiva» —continuó el recuerdo capturado por la pantalla. Spider se sentó encima de la cápsula y Kiri siguió contemplando a su madre, yo a su lado.
Lo'Ak había llegado y cuando fue consciente de la situación tuvo que preguntar:
—¿Entonces quién creéis que la preñó? Se me hace que fue Norm Spellman.
—Sí, seguro. —Spider y él se rieron. Yo les dirigí un gesto poco adecuado con mi cara.
—No merecéis ni vivir... —respondió Kiri con acritud dirigiéndose a ellos.
—¡No, no! Solo piénsalo —le interrumpió Lo'Ak—. Es el nerd de la clase, estaba siempre con ella en el laboratorio.
—Te juro que me suicidaría —replicó Kiri ignorando la sonrisa de ambos—. Bebería ácido.
—Oh. ¿Y por qué no hacemos que ellos lo beban y así dejan de decir tantas tonterías? —Empecé a decir, Kiri me guiñó el ojo. Sin duda, le había gustado pero aquellos dos seguían mirando la pantalla y a aquel hombre trabajando que estaba con Grace mientras ella hablaba.
—Sí, ¡él tiene razón! —Spider se llevó su mano hacia delante señalando la pantalla—. ¡Míralo ahí otra vez! ¡Le está guiñando el ojo! —Lo'ak empezó a carcajearse.
Aquellos dos iban a saborear mis puños.
—¡Oye! —exclamamos Kiri y yo. Spider se calló pero sus labios estaban temblando para contener la risa a duras penas, sin embargo, Lo'Ak continuó:
—Sí...Veo a sus avatares en el bosque... —Se llevó sus dedos hacia el corazón, mientras hablaba más lentamente—:...ellos solos...
—¡Qué asco! —exclamó su hermana adoptiva dándole un empujón en el pecho.
—¡Deja de decir eso! —le seguí yo pero buena parte de mí se arrepintió. Lo'ak siempre me superaba con sus bromas.
—¡Uh! Qué pena que tú no tienes un avatar, Alda, estoy seguro de que ya lo hubieras hecho muchas veces con Neteyam. —En ese momento sentí cómo mis mejillas se sonrojaban más de la cuenta y lo empujé también, si bien no funcionó porque apenas le igualaba la fuerza y solo hizo que Lo'ak se riera muchísimo más.
—¡TE ODIO! —vociferé.
—Pero no disimules. Mi hermano te interesa a pesar de ser una niña mono. No hace falta mentir. Cuando lo veas de nuevo dale dos besos de mi parte. Muac, muac. —Ahí ya no pude más y lo perseguí por todo el laboratorio diciéndole unos cuántos improperios. ¡Cómo odiaba que hablara así sobre lo que siento por Neteyam delante de Spider y Kiri!
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