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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒: 𝐇𝐨𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐫.

Martes 5 de marzo, solo faltan 6 días para la Academia.

Tsuki estaba preocupada, pues no ha visto a Kori en ningún momento por las calles del clan, Mira no asistió al entrenamiento de hoy. La ansiedad le llegaba hasta el cuello en un punto que sentía que iba a vomitar.

En la mañana Aiko había ido a casa de su hermano a hablar con él, aún no le contó a su madre de que Mira no fue a entrenar. Estaba sentada en su cama doblando su nuevo uniforme que le llegó de la Academia, trataba de no pensar tanto en eso.

Respiró profundo y salió a buscar a Rebecca, bajando las escaleras se encontró a su madre limpiando la mesa, por suerte estaba de espaldas.

Silenciosamente fue hacia la puerta y en cuando salió corrió lo más rápido que pudo, salió de las murallas del clan y bajo su velocidad ya que había mucha gente en el mercado, las lágrimas continuaban cayendo, se distrajo para limpiarse y chocó contra alguien, ambos cayeron al suelo.

Tsuki se sobó la cabeza y al levantar la mirada Shigo estaba igual que ella, este se sorprendió al verla con lágrimas en los ojos.

¿Tsuki?

P-perdón se levantó rápidamente y salió corriendo.

Espera gritó Shigo, ella no lo escuchó.

Llegó a la casa de Rebecca, esta estaba fuera de su casa hablando con sus padres, así que se detuvo e iba marcharse.

¡Tsuki! exclamo, ella se volteó—. ¿Qué sucede? preguntó al verla con lágrimas en los ojos.

Estaban sentadas en la sala y Tsuki le contaba todo, ella la escuchaba atentamente y también estaba preocupada.

¿Le contaste a tu mamá? Preguntó después de que terminara de hablar.

—No, irá a hablar con él de nuevo y, ¿si les hace algo?

—No pienses en eso —secó sus lágrimas—, ¿Qué tal si vamos a su casa?

—No creo que sea buena idea, Bec.

Suspiro y luego se fijó en una pequeña hinchazón no muy notable en la frente de Tsuki — ¿Que te pasó en la cabeza?

—Choque con Shigo mientras venía.

—Auch —hizo una mueca de dolor—. Tengo noticias malas que contarte.

—¿Que sucedió? —Preguntó, pensando que tal vez Rebecca se iría o la expulsarían.

—Hay protestas frente a la ciudad de Furui, ¿Recuerdas la vez que Hogomi nos dijo que el Rey iba a tener una reunión con los Norcranianos? —Tsuki asintió—Pues, hace unas horas se divulgo la noticia de que en aquella reunión él estaba planeando entregarle toda Rujarquia a Kaleb, ya que como los Norcranianos quieren matarlo para apoderarse, él quería dejarle todo a ellos para que no lo lastimen.

—Es un imbécil —espetó Tsuki.

—De eso estuve hablando con mis padres afuera, además los comerciantes no pueden ingresar al Castillo debido a las protestas. A mi familia le afecta esto, pues somos comerciantes del rey —finalizó—. Por ser comerciantes directos del rey, casi nadie quiere comprar sus mercancías ahora y en unos meses estaremos en quiebra.

—Tranquila, todo va a estar bien, encontraran la forma de solucionarlo —dijo—Oye, ¿Qué tal si vamos a caminar? —asintió y fueron a la puerta.

—Mamá saldremos, en un rato vuelvo —avisó.

Aún pensaba en Kori y Miraiki.

En la casa de estos, Kageshi se había metido a la habitación de Kori por la ventana, para ver cómo estaba la situación... Y de paso ver a Mira.

Kori entró a su habitación encontrándose a su mejor amigo sentado en la silla de su escritorio, no le sorprendió, ya que no era la primera vez que hacía eso. El otro quedó sorprendido por los golpes que tenía en su cuerpo, no demostró expresión alguna, por lo agotado que se veía Kori, prefirió animarlo un poco.

—¿Qué tal el entrenamiento? —Preguntó.

—Bueno, al menos ya sé cómo hacer un torbellino —Respondió el otro y se sentó en su cama.

—No entiendo el propósito de tu entrenamiento tan duro, Kori —Mencionó y se sentó a su lado—. Aunque, si es para que te vuelvas más resistente, creo que funcionará.

—Eso espero...

—¿Y tú madre y hermanos que piensan?

—Mamá trata de convencer a papá con palabras, para que Liam y Zephy no lo hagan a golpes.

Kageshi se recostó en la cama, pensando un poco antes de responder.

—Debe ser estresante, ¿Quieres venir? —Preguntó lo miró de reojo.

—¿A dónde?

—Debes salir de tu casa un rato, podemos ir a comer o ir al estanque —Respondió.

—Me parece genial —Sonrió—. Miraiki también vendrá.

—Oh, está bien, jaja —Respondió nervioso.

Kori fue por su hermana en silencio, ya que su padre aún seguía en la casa, si lo veía salir lo regañaría. Sin ningún problema, los tres salieron por la ventana sin ser vistos.

Estaba anocheciendo, la villa poco a poco era iluminada por los adornos de luz, había niños jugando, personas entrando y saliendo de los comercios y restaurantes.
Miraiki disfrutaba ver la villa de noche, sonrió al ver las constelaciones que la tranquilizaban cada noche, la iluminación de la villa era la perfecta para que el verdadero cielo nocturno pudiera ser contemplado, esa era la razón por la que su madre la dejó dormir en la última planta de la casa, así tendría en ventanal del techo. Kageshi y Kori sonrieron al verla feliz. Se acercaron a uno de los restaurantes para cenar.

—¿Qué van a pedir? —Preguntó el mozo. Los chicos pidieron sus órdenes, en cuanto a Kageshi al terminar de pedir su comida, escuchó las voces de las personas.

Estas notaron la presencia del joven cuando ingresó, susurraban y murmuraban a sus espaldas insultándolo.

"Es un Eoduun"

"¿Por qué lo dejan entrar a la villa?"

"Debería volver del agujero de donde salió"

"Monstruo asqueroso"

De reojo observó su muñeca, la marca de eclipse parcial que simboliza a su clan estaba expuesta, la cubrió discretamente con su otra mano. Mira notó su incomodidad, al igual que su hermano.

—Ey, él es bienvenido en el clan —Exclamó Kori.

—Se supone que protegemos a la ciudad, no que la ponemos en peligro —Dijo un señor.

—Deténganse, el gran Ethan acepta que este joven pueda estar aquí, ustedes deben respetar eso —Mencionó el dueño del restaurante que salió a defenderlo.

Las personas volvieron a lo suyo, en cuanto a algunas decidieron retirarse, mirando con desprecio al joven.

—Gracias, perdón por las molestias —Dijo Kageshi.

—Ustedes son bienvenidos, disfruten de su cena —Mencionó y se retiró.

Kageshi miró de reojo a Miraiki, ella esbozó una pequeña sonrisa al verlo algo desanimado.

La cena transcurrió sin ningún otro inconveniente, hablaron de cosas triviales para olvidar todo lo sucedido, aun así, Kageshi no podía evitar sentirse incómodo, pues las personas que estaban, lo miraban de mala manera cuando lo escuchaban hablar y reír.

—Mira, iré al baño un momento —Dijo Kori, ella asintió y su gemelo se retiró.

La mesa era para tres personas, Kageshi estaba del lado izquierdo frente a Kori y Miraiki estaba al lado de ambos. Los dos intercambiaron miradas, ella observó a la gente a su alrededor y notó que efectivamente, disimulaban sus miradas hacia el joven.

—¿Cómo te sientes? —Preguntó él para romper el silencio.

—U-un poco mejor —Respondió.

—Me alegra saber eso —Le sonrió, causando que ella se sonroje un poco.

—¿Y tú c-cómo te sientes?

—Estoy bien, no te preocupes —Respondió y desvío su mirada a su plato vacío—. Estoy acostumbrado a ese tipo de comentarios.

—Tampoco q-quiere decir que deb-bes tolerarlos —Mencionó.

—¿Qué debo hacer entonces?

—Enfrentarlos.

—Eso solo va a aumentar los prejuicios —La volvió a mirar—. Es mejor ignorar lo que dicen.

—Sabes que tampoco p-puedes ignorarlos

—Debo tratar, solo hasta que les demuestre junto a Hogomi que no todos los Eoduun somos bestias —Finalizó.

Kori había vuelto, pagaron la cena y se retiraron, para ir a la plaza. Sin embargo, Kuro los esperaba a ambos en la calle y no se veía contento.

—¿Por qué salieron? —Preguntó, obviamente molesto.

Ninguno respondió y luego observó con desprecio a Kageshi.

—Vengan, ahora —Ordenó, los gemelos fueron con él.

Kageshi se arrepintió de haberlos sacado de su casa, pero había sido con buenas intenciones, al menos pasaron un buen momento juntos. Solo le quedaba rezar para que no la pasen mal en su casa.

La ciudad fuera de la villa también estaba resplandeciente,

—Tu hinchazón disminuyó —mencionó Rebecca mirando la marca en la frente de Tsuki.

—Eso es bueno —sonrió.

En algunos postes había hojas pegadas que tenían las últimas noticias sobre la guerra, era justo de lo que estaban hablando, Tsuki se detuvo a leer uno de ellos.

Ultimas noticias.

El Rey Einar II planeaba hacer un trato con Kaleb, Gobernante actual de Norcrania para dejar toda Rujarquia en su poder, con las intenciones de que no lo lastimen a él y a su familia.

Muchos dicen que es similar a aquella vez en la que el Rey Darius quiso ceder más de la mitad del territorio Rujarco; además, de entregarles a los miembros de los Clanes y a los de la Etnia "Tesa Kuarahy'ã". En aquel entonces el pueblo se opuso a entregar a sus protectores y con la ayuda del Príncipe Erick de Furui y su mujer, lograron echarlos.

Lamentablemente años después, Kaleb regresó con un ejército más grande dispuesto a matar al Rey, a toda su familia, a los miembros de los Clanes y a la Etnia.

En ese momento hay una multitud de gente fuera de las murallas de Furui, exigiendo que el Rey salga.

El día de mañana, el Rey iba a dar un anuncio importante, pero decidió esperar a que los ciudadanos se calmen para dar el aviso.

—Solo falta que decidan traer a todas las bestias que tienen en Norcrania para aniquilarnos a todos —dijo Rebecca.

Tsuki vio como algunas personas se detenían a leer, obviamente ellos estaban igual de enfadados. Algo que no le gustaba nada es que miraban mal a su amiga, algunos se atrevían a tirar indirectas, Bec no les hacía caso, hasta sonreía amablemente a la gente. Llegaron a la plaza, lugar donde los de la Etnia "Tesa Kuarahy'ã" se encontraban vendiendo sus bordados y demás; también estaba el Tío de Rebecca y sus primos.

—Iré a hablar con mi Tío, vuelvo enseguida —dijo Rebecca con su sonrisa característica.

—Bien —Respondió y seguía mirando las artesanías

Estaba tan distraída observando que chocó con alguien nuevamente, él estaba de espaldas y casi a la altura de Tsuki.

—Perdón.

El chico se volteó, era Shigo.

—Tsuki, e... —se fijó en su frente y también estaba roja como la de él —Perdóname a mí, debí mirar mi camino.

—Fui yo la que no estaba prestando atención, así como ahora —Respondió ella sin poder dejar de mirar el cabello tan hermoso que tenía Shigo.

—Descuida —desvió la mirada —, te busque por la ciudad, como vi que estabas llorando me preocupe —volvió a mirarla.

—Ah, no te preocupes estoy bien —Respondió algo apenada.

—¡Volví! —Exclamó Rebecca apareciendo detrás de Shigo —Oye, tú eres Shigo, no te agradecí por habernos ayudado a cargar las canastas.

—No hay de que —sonrió —, ¿tú eres...?

—Anahí-Rebecca Taylor —dijo con orgullo, este sonrió algo confundido por la mezcla regional en su nombre, ella notó eso y rio—, pero dime Rebecca o Bec, soy la mejor amiga de Tsuki.

Tsuki observó el cielo, ya era totalmente de noche y su madre no sabía que ella salió.

—Debo irme, mamá no sabe que estoy aquí.

—Bien, te acompañare —dijo Rebecca—, ¿Vienes? —Preguntó a Shigo y este asintió.

Ambos acompañaron a Tsuki a casa, esta vez sí hubo conversación entre ella y el castaño.

—Perdón por no haber hablado contigo cuando nos conocimos... —Se disculpó ella.

—Descuida, yo tampoco me animé a iniciar una conversación —Entonces era tímido o antisocial por la forma en que lo dijo, le intrigaba saber más de él, y el castaño también quería saber de ella.

—No te veías muy animado cuando te vi

—Pues... digamos que el viaje fue algo aburrido —Justificó.

—Me sorprendí cuando tu tío mencionó que era del clan de la naturaleza y me sentí algo intimidada, ustedes son increíbles —Expresó.

—¿Qué? Tú eres del clan de hielo, yo me impresioné y quise conocerte, pero no sabía cómo iniciar la conversación —Ambos se veían emocionados por conocer al otro.

Rebecca sonrió, ya que al fin su amiga estaba dejando su timidez de lado, o al menos eso espera.

—¿Cómo es la villa en la que viven? —Preguntó la pelinegra.

—No es una villa como tal —Responde—. Estamos ubicados en una colina donde hay muchos árboles, hay casas en estos y también sobre algunas rocas y un montón de pasarelas y puentes —Describió y luego volvió a mirarla—. Suele ser un laberinto para los nuevos.

—Me gustaría visitarla un día —Mencionó.

—Si quieres puedes venir conmigo y te enseñaré el lugar —Propuso desviando su mirada de vuelta al camino, no se esperaba un sí, pero tampoco esperaba un no.

—Si estás dispuesto, con gusto iré contigo —Dijo con una sonrisa en los labios.

El castaño la miró y se sonrojó ligeramente al verla sonreír, le devolvió la sonrisa.

Estaban a unas calles cerca de la casa de Tsuki, el castaño, como aquella vez, miraba a Tsuki de reojo de vez en cuando. Ella estaba muy preocupada en llegar a su casa, probablemente su madre ya la está esperando con un castigo.

A unos metros de la casa de Kori, su padre salió de su casa y se cruzó con ellos, Tsuki y él se miraron fijamente, ella apartó la mirada para ver en la ventana de su casa, ahí estaba Cass, su tía, abrazando a Miraiki. Volvió a mirar al frente y continuó su camino.

Al llegar a su casa, Mika estaba sentada en las escaleras leyendo, miró a su hermana y sus acompañantes.

—Tsuki, mamá te estaba buscando —Se levanta—, le dije que fuiste a ver a Rebecca.

—Gracias, en serio —Dijo sonriendo aliviada.

—Nos vemos el lunes —Se despidió Rebecca de Shigo y Tsuki.

Shigo en cambio solo se quedó parado junto a Tsuki después de que Mika entró a la casa.

—Adiós —Volteó y se marchó.

Tsuki fue detrás de su hermana. Al terminar la cena, Aiko el regaño por haberse ido sin avisar y ella pidió perdón por eso, pues sabía que sus hijas se cubren cuando cometen un error.

A la hora de dormir, Tsuki se recostó en su cama observando el techo, Cleo acurrucada a su lado. Solo 6 días, de pronto se sentía nerviosa, una voz en su interior le decía que no vaya, cosa que siempre sucede desde que anunció que se inscribió en la Academia; sin embargo, ya no hay marcha atrás, compró los boletos, tiene el uniforme y su nombre ya está escrito en la lista de los nuevos reclutas. Había terminado de guardar las fotografías que tenía pegadas a la pared, hasta las marcas del pegamento se quedó en su pared.

No dejaba de pensar en Miraiki y Kori, siempre cuidó a Mira como si fuese su hermana mayor, a pesar de que Mira es 1 año mayor que Tsuki; aun así, se preocupa tanto por ella como por Kori. Al cabo de unos minutos se quedó dormida junto a su gata.

Domingo 10 de marzo, 16 horas para la Academia.

Por ser el último día en que los chicos estarían en Hinan, terminaron con los entrenamientos y decidieron pasarla como nunca con ellos. Bec pasó un día feliz con sus padres, el único detalle, era que sus padres no sabían que ella no solo iba a acompañar a Tsuki hasta allá, sino que también se quedaría ahí para graduarse como militar.

Las protestas en el Castillo de Furui continúan, razón por la cual el Rey aún no ha hablado. Probablemente, en unos días, habrá escasez de alimentos en el Castillo, los comerciantes no han podido ingresar desde que las protestas iniciaron. A parte de los ataques constantes, los Altos Mandos y la élite se reunirían para discutir varias cosas

—General Bradley, hay reportes de avistamientos de las bestias, 87 km al sur de la ciudad —comentó un militar.

—Continúen la vigilancia al lado Sur, no queremos que vuelva a ver un ataque —ordenó Bradley.

—¿Qué haremos con los prisioneros de guerra que capturamos hace meses? —Preguntó Dimitri, mejor amigo de Hogomi.

—El General Gunter ya se encargó de ellos hace unos días —Respondió y se enderezó—, uno de ellos fue el que habló. —miró a Gunter y asintió con la cabeza, indicándole que hable.

—Vinieron en busca de la chica —se escucharon murmullos—, ella formaba parte de los jóvenes reclutas del Ejército Norcraniano, hay muchos más como ella, incluyendo Eoduun de clase 3 y 4; además planean reclutar a más.

—En las Montañas Ketsurein, han sido vistos varios de clase 3 y 4, suelen cazar animales en esa área —comentó otro militar.

—No creo que quieran unirse a los Norcranianos, saben que cuando los encontremos a ellos, serán sentenciados a muerte y será aún peor si se unen a ellos. —les recordó Bradley.

Es verdad que hay un grupo pequeño de Eoduun en esas montañas, cazan animales, cosa que no tiene nada de malo, salvo por algunas ocasiones en las que se han reportado que atacan a las personas que viven cerca de aquellas montañas, al menos así lo contaron las personas que antes vivían allí.

—Mañana irán los nuevos reclutas a la Academia, debemos garantizar la seguridad de los chicos —propuso Hogomi.

—Es lo que haremos, por eso decidí que tu Tropa irán a hacer guardia —dijo el General Bradley—, confío en ti, son de los mejores y ellos estarán a salvo con ustedes, te lo dejo en tus manos Capitán Yoru.

—No lo defraudare, General.

Un hombre ingresó a la sala, todos se levantaron a saludarlo, él era General Supremo del Ejército de toda Rujarquia, Selim Özdemir, un hombre con las complexiones de un militar promedio, una tez canela y algunas arrugas en la cara por su edad, además de las canas en su cabello.

—Tuve inconvenientes para llegar a tiempo —se disculpó—, quería avisarles que yo estaré desde mañana acompañando a Sergei con el entrenamiento de los nuevos reclutas, solo serán los dos primeros meses.

—De acuerdo —dijo Bradley.

La reunión finalizó, todos menos: Hogomi, Gunter, Dimitry, Bradley y Özdemir se retiraron.

—Quiero hablarles sobre los nuevos reclutas —se sentó al lado de Hogomi —, probablemente ya conozcas a algunos de ellos Hogomi. —este asintió, Özdemir se dirigió a todos— Hemos contado a 14 reclutas provenientes de algunos de los 8 Clanes, otros 9 son niños "normales", sin poderes, pero los más ágiles y con el entrenamiento militar pueden formar parte de la elite. Así como Alina Sagitova, Dimitry Bortsov, Isaac James y el resto de tu equipo —miró a Hogomi, él es el único de su equipo que tiene uno de los poderes de los 8 elementos—, y el resto de los reclutas, no tienen experiencia en combate, simplemente trabajan en el campo, son 32.

Un hombre alto, de tez morena ingresó a la sala, mientras el General Özdemir continuaba hablando.

—Esos son los que me preocupan, en los últimos años no tuvimos a tantos, con lo grave de la situación, necesito que sean más estrictos con los entrenamientos.

—Descuide, yo me encargaré de los nuevos reclutas —dijo el hombre.

—Instructor Sergei Bortsov —se levanta y lo saluda.

—Si me permite General Supremo, me gustaría acompañar a Hogomi para la seguridad de los reclutas y así conocerlos mejor, solo 2 semanas —propuso Gunter.

—Está bien, tiene mi permiso.

Hogomi lo miró extraño, conociendo a Gunter él nunca diría eso, como General de la Élite tiene mucho trabajo, jamás aceptaría algo más por lo ajetreado que estaba.

Lunes, 11 de marzo. 04:30am, 3 horas y media para la Academia.

Tsuki había terminado de colocarse su nuevo uniforme de la Academia, consistía en pantalones Azul marino, una camisilla negra con una camisa militar del mismo color que el pantalón, botas militares negras, la insignia de la Academia y la de recluta.

Aiko estaba abajo esperándola, con Mika y Khan. Apenas bajo las escaleras, Aiko miró hacia otro lado para disimular sus lágrimas, su hermana mayor se acercó a ella y sonrió un poco para después abrazarla.

—Cuídate, por favor —susurró, se contuvo y dejó ir sus lágrimas.

Estaré bien.

Tsuki se dirigió a su madre y la abrazó, ella también dejó salir sus lágrimas, no podía creer que la niña que un día tenía en brazos ahora iría a la guerra y probablemente no volvería, se secó las lágrimas y abrazó fuertemente a Tsuki, entonces se rindió, decidió aceptar que su hija ahora es una recluta.

—Promete que volverás —Tsuki quedo sorprendida por un momento, es la misma frase que ella le dice a Shiroi cada vez que se va.

—Lo prometo —se separó y fue a la puerta, en ese momento Khan se aferró a ella.

—Tsuki, por favor no vayas, ¿Quién va a jugar conmigo? —Preguntó llorando amargamente.

—Khan te prometo que volveré pronto —Mika tomó a Khan en sus brazos y Tsuki pudo salir.

Shiroi ya estaba allí en la calle esperando con Rebecca, Khan seguía estirándose hacia ella, se despidió de su madre y su hermana.

— ¿Cuándo volviste? —Preguntó a su padre.

—Ayer en la noche, ya estabas durmiendo cuando llegué —mencionó.

En todo el camino hablaba con Rebecca, de vez en cuando esta le preguntaba cualquier cosa a Shiroi, Tsuki notaba que estaba nerviosa, la conoce muy bien y sabe cómo actúa estando nerviosa.

La Estación de Tren estaba casi vacía, había 2 chicos que también pertenecían al Clan Kottayama, ambos conocen a Tsuki y se llevan bien, estos no resaltaban tanto, puesto que sus poderes no alcanzaban un nivel muy alto, de igual forma se sentían confiados para ir al ejército. A ella se le hizo bastante extraño que Shigo aún no venía, miraba a todos lados buscándolo.

Shigo llegó junto con Kageshi y Hogomi, ambos tenían sus uniformes puestos al igual que ella y Bec, admitía que el uniforme le sentaba bastante bien a Kageshi, en especial a Shigo, quién como siempre tenía el cabello largo y suelto.

—Que guapos —admitió Rebecca en voz alta.

—También me alegra verte —dijo Kageshi.

—Solo faltan Kori y Miraiki.

Hubo un silencio.

—¿Qué? —Miró a todos confundida.

—Ellos vendrán más tarde —Respondió Shiroi.

Fueron a desayunar en el café de la Estación, mientras esperaban el Tren conversaban entre ellos, Tsuki no se incluyó en la conversación, solo observaba las vías del tren en desde su silla, sintió nostalgia al recordar cuando viajó con su Familia a Jiyū. En esa misma cafetería con paredes castaños desayunaban mientras esperaban el tren para visitar a sus familiares, recuerda que observaban el paisaje y ella comentaba todo lo que veía mientras su hermana leía un libro y su hermanito dormía en brazos de su madre.

El tren llegó y Tsuki salió de sus pensamientos. Rebecca borró su sonrisa al ver el tren, respiró profundo y exhalo.

—Hora de irnos...

Se levantaron y abordaron el tren, cada uno tenía sus boletos, claramente Shiroi se quedó en la estación, pues él faltó a la reunión por cuestiones de trabajo y pidió a Bradley que Hogomi lo reemplace en la vigilancia.

Miraiki llegó junto con su hermano y su padre, ella quería ir con Tsuki y los demás al verlos abordar el Tren, pero su padre la detuvo. Shigo vio lo que sucedía, pero no podía hacer nada, ahora sabe porque Tsuki siempre miraba con odio a Kuro. Luego de lo que sucedió abordó el tren y miró en la ventana a Kori abrazando a su hermana.

Tsuki se sentó al lado de la ventana y se despidió de su padre una vez que el Tren comenzó a andar. Él tuvo un mal presentimiento de que probablemente algo no estaba bien con su inscripción en la Academia y desde hace tiempo lo estuvo meditando.

Los paisajes del viaje de ida eran hermosos, sería un viaje largo, pero al menos lograrán llegar a tiempo. Incluso podrían dormir, conversar, comer, obviamente los chicos preferían la primera opción, pues se habían despertado temprano y se sentían cansados.

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Espero les haya gustado!

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Ayudanme a hacer crecer esta historia :'D.

Dato curioso:

Gunther no tiene un apellido, pues según él creció en un horfanato, y en Rujarquia los niños de los orfanatos no tienen un apellido hasta que son adoptados. Él jamas fue adoptado, porque escapo del orfanato.

El nombre completo del General Bradley es: Michael Bradley Cummings.

¡Hasta la proxima actualización!

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