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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑: 𝐄𝐬𝐩í𝐚

Desde las sombras.

22 de enero.

Eran las 10am y los militares y vecinos aún trabajaban para limpiar el desastre causado en la noche. Los prisioneros de guerra que habían capturado los estaban interrogando; ninguno se atrevía a hablar, así que el General Gunter vendría a Hinan y se encargaría de ellos, él era el principal líder de la élite de Rujarquia, un hombre alto y fornido, con ojos azules, ligeros rasgos asiáticos y cabello negro, siempre llevaba guantes de cuero. A pesar de su actitud amable y pacifica intimidaba a mucha gente por su apariencia, Tsuki lo había visto bajar del camión militar con sus soldados, era la primera vez que lo veía en persona y de cerca.

Ella y su padre irían a la estación de tren para comprar los boletos para la Academia, que son especiales y deben tenerlos con al menos 2 meses de anticipación para ser anotados y tener un lugar reservado, debido a que el mismo tren suele llevar pasajeros que no irán a la academia; Rebecca y Kageshi ya tenían los suyos, Kori y Mira probablemente su padre va a conseguirlos después. La estación de tren no estaba muy lejos de la ciudad, así que fueron caminando por el sendero de piedra.

Hablaron un poco para pasar el rato, no era un camino largo, pero al menos no se aburrirían.

—Las bestias no son tan fuertes como los Eoduun, ellos a veces solo hacen las cosas sin pensar.

—¿Alguna vez viste uno de clase 4? —Pregunta la niña curiosa.

—Por suerte jamás he visto uno —Dijo con una sonrisa—. ¿A ti te gustaría ver uno, por eso quieres ir al ejército? —A pesar de que mantuvo su sonrisa, Tsuki ya sabía a dónde iría la conversación si respondía, así que cambió el tema.

—Nunca me contaste como conociste a Mamá...

—La conocí en la estación de tren —Respondió, una sonrisa y una mirada nostálgica se mostró en su rostro—. Volvía de la guerra, en cuando bajé del tren vi a Aiko ayudando a otra mujer con su equipaje, corrí a ayudarlas y juro que nunca había visto a una mujer con una belleza única y un corazón tan puro.

—Pero, Kuro es su hermano, ¿Nunca la viste?

—Me había dicho que tenía una hermana, pero nunca la vi y no imaginé que fuese tu madre —observó la estación de tren a lo lejos —llegamos.

—Me gustaría que me apoye... —Murmuró bajo, aunque su padre la escuchó.

—¿Por qué crees que lo haría? Una madre no cría a sus hijos para llevarlos al matadero —No dijo nada más y subió los pequeños escalones.

No había mucha gente, eran más o menos ocho personas, algunas compraban sus boletos y otras esperaban, Tsuki se sentó en una de las sillas que había mientras su padre compraba los boletos. La estación de tren tenía un estilo igualmente oriental como la ciudad de Hinan, los rieles brillaban por el constante mantenimiento de estos. Shiroi terminó de pagar los boletos, se dirigió hacia ella y ya estaban por irse hasta que...

—¡Shiroi! —Exclamó un hombre de cabello castaño que se acercaba a ellos, parecía ser un conocido de su padre.

—¡Hiroto! —Respondió, ambos iniciaron una conversación.

"Aquí vamos de nuevo..." pensó Tsuki, pues cada vez que su padre se encuentra con un amigo o un conocido hablan por horas. El hombre era incluso más alto que su padre, cuando se acercó a estrecharle la mano fue notorio, los ojos verde lima que tenía lo hacían ver como alguien cálido pese a su tamaño, fácilmente podrían decir que era un vikingo sediento de sangre.

—¿Y qué haces por aquí? —Preguntó el albino a su amigo.

—Vine a comprar el boleto para la Academia, además, mi sobrino vendrá hoy a la ciudad.

—¿Tu sobrino?

—Así es —Miró a Tsuki— ¿Es tu hija?

—Sí, ella es Tsuki —Respondió mirándola con orgullo y ella le sonrió a Hiroto con algo de timidez.

—Así que también irás a la Academia, eres igual de valiente que mi sobrino —Elogió.

Un tren había llegado, Hiroto supo que ese era el tren que abordaba su sobrino; mucha gente bajó y el sólo se quedaba parado en el mismo lugar.

"¿No buscará a su sobrino?" Se preguntó Tsuki.

El hombre llamó la atención de un chico que bajo de aquel vagón y él le dirigió la mirada. Tenía ojos verdes profundos, cabello largo hasta los hombros, algo desaliñado, pero iba muy bien con su rostro con rasgos orientales y un poco más alto que Tsuki.

En cuanto se acercó, su tío posó su mano en su hombro.

—Él es mi sobrino, Shigo Kemono.

—Un gusto —Dijo amablemente, su mirada se posó en Tsuki.

"¡¿Kemono?!" Exclamó en sus adentros.

Él pertenecía al Clan Kemono, el cual es capaz de crear y manifestar todo lo relacionado con la naturaleza, ese era su elemento. No había prestado atención, por sus cabellos, ojos, rasgos y la piel ligeramente color canela, estaba distraída que hace un momento, ni se dio cuenta de que tenía a un hombre del clan Kemono.

Shigo examinaba cada parte su rostro, seguía serio lo cual causaba que Tsuki creyera que él tal vez estaba analizándola y buscaba algún defecto; aunque él hacía todo lo contrario.

Shiroi y Hiroto continuaron hablando todo el camino de vuelta a la ciudad, se nota que pasó tiempo desde que no se veían. Tsuki permaneció callada como siempre, era tímida; en cuanto a Shigo, también estaba callado, aunque respondía algunas preguntas como "¿Quieres ir a la Academia?", "¿Qué edad tienes?". Era un año mayor que Tsuki, de vez en cuando la miraba de reojo.

Tsuki solo ignoraba todo a su alrededor, sin embargo, deseaba haber traído un libro para leerlo en el camino o al menos traer a Rebecca y así tendría con quién hablar, cuando esa idea se le paso por la cabeza recordó a Shigo, pero no quería hablarle porque se sentía intimidada. Tal vez debería haberle hecho caso a Rebecca y debió practicar para dejar su timidez a un lado.

De vuelta en Hinan, Tsuki fue directamente hacia Rebecca cuando la vio cargando una canasta de frutas en la entrada.

—¡Tsuki! —sonrió alegremente como siempre—. Lastimosamente ahora no puedo abrazarte, pero me alegra verte, ¿Ya compraste el boleto?

—Sí y yo también me alegro de verte, déjame ayudarte con eso —cargó la canasta, Rebecca la abrazó.

—Ahora sí —Dijo y levantó otra canasta de frutas que estaba a su lado—, hoy llegaron muchas frutas y verduras de Gake, estamos llevando éstos a TODOS los comercios de la ciudad —Exclamó exhausta.

—Veo que aún hay más —Tsuki dirigió su mirada a las demás canastas con frutas y verduras.

—¿Puedo ayudarlas? —Tsuki se puso rígida al oír la voz de Shigo detrás de ella.

—¡Claro! Nos vendría bien algo de ayuda —Respondió Rebecca alegremente.

Shigo se llevó otra canasta de frutas y fueron los tres hasta los comercios para dejar las canastas; iban y venían, la mañana se había vuelto tan agotadora.

Finalmente lograron entregar todas las canastas, estaban frente a la casa de Hiroto. Shigo observaba a Tsuki escuchando lo que le decía a Rebecca, cuando terminó de contarle, la pelinegra miró a Shigo.

Abrió la boca para decir algo, pero su Tío lo llamó para que ingresara a la casa, así lo hizo, no sin antes dirigirle una última mirada a Tsuki y despedirse.

—¿Me vas a decir quién es? —Preguntó Rebecca con una sonrisa y mirada pícara.

Tsuki comenzó a avanzar seguida por Rebecca.

—Se llama Shigo, lo conocí en la estación de tren, su Tío es amigo de mi papá.

—Ya veo.

Shiroi tenía asuntos pendientes por atender, entonces Hogomi se encargaría de entrenar a los chicos para la Academia. Empezó con Kageshi, enseñándole algunas de sus técnicas con su poder.

Mientras ellos entrenaban, Tsuki notó que Miraiki estaba callada y con una expresión preocupada, ella ya sabía el por qué Kori no vino al entrenamiento. Se acercó a ella y coloco su mano en su hombro captando su atención.

—¿Qué sucede? —Preguntó.

—K-Kori llegó a la casa con hematomas en todo su cuerpo y-y tenía algunas heridas —Kageshi escuchó eso y se distrajo desviando su mirada a Mira, lo que causó que no pudiera defenderse del golpe que le dio su hermano.

—Kageshi, no bajes la guardia —dijo mientras veía a su hermano en el suelo, Kageshi se puso de pie y se dirigió a Mira.

—¿Cómo que Kori está herido?

—¡¿Qué?! —Exclamaron los demás.

—Es por papá, él va a entrenarlo a partir de ahora —sollozó.

Tsuki suspiró y miro a los demás.

—Hubo una reunión en la madrugada con Ethan, solo faltan 5 años para que deje su puesto; Kori y yo somos candidatos, mi Tío obviamente está en mi contra —se volvió hacia Miraiki y la abrazó.

Los demás estaban callados, no sabían que decir, Kageshi simplemente se acercó a ambas para consolar a Miraiki.

17:00pm.

Todos fueron a casa de Tsuki a cenar, de esa forma Miraiki podría hablar con su tía a solas sobre lo que sucedía, los demás se sentaron en la mesa a esperar que terminaran de hablar.

—Y... Tsuki —Rebecca rompió el silencio, Tsuki la miró—, ¿de dónde viene Shigo?

—¿Quién es Shigo? —Preguntó Kageshi.

—Es alguien que conocí en la estación de tren en la mañana, creo que viene de la ciudad Zìrán —Respondió.

—Entonces, él debió haber visto a alguien del Clan Kemono —dijo Rebecca sonriendo aún más—, siempre quise saber cómo manifiestan sus poderes.

—Shigo puede enseñarte —Rebecca levanto una ceja confundida—, él pertenece al Clan Kemono.

Rebecca se sorprendió bastante, no se había dado cuenta, parecía un chico normal.

—¿Hablaste con él? —Preguntó Hogomi enderezándose.

Tsuki negó con la cabeza y cuando iba a hablar, Mira fue a sentarse al lado de Kageshi, Aiko comenzó a servirles la comida. Alguien llamó a la puerta, era Mika, la hermana mayor de Tsuki, era doctora y pasaba mucho tiempo en el hospital con sus pacientes.

—Ya llegué —ingresó al comedor— ¿Cómo están? Ha pasado tiempo desde que ya no los veía —se dirigió a Kageshi, Rebecca y Hogomi. Su madre se acercó a abrazarla.

—Siéntate —Le señaló su asiento junto a Tsuki—, ¡Khan ven a cenar! —llamó a su otro hijo.

Hiroto se había encargado en más de una ocasión en cuidar de Shigo y su hermana pequeña, la relación de este y su padre no era muy buena y prefería estar con su tío. Luego de servir la cena se sentó frente a su sobrino para comer, mientras que el otro apenas tocaba su comida.

—La hija de Shiroi y tú tienen casi la misma edad, podrían llevarse bien —Mencionó para tratar de tener una conversación—. Es una buena chica.

—Sí —Responde cortante.

—No has tocado tu comida —Señala su plato, la comida que le había servido ya estaba esparcida y mezclada ya que el muchacho se la pasaba jugando.

—No tengo hambre —Dijo con voz monótona.

—¿Pasó algo antes de que vinieras? —Preguntó, el muchacho no se veía animado y estuvo callado gran parte del día—, ¿Shigo?

—¿Qué? —Miró a su tío y este levantó una ceja esperando una respuesta—. No pasó nada, se fue sin decir ni una palabra como siempre.

—¿Y Kendra?

—Está con el abuelo, ni siquiera preguntó por ella —Dijo eso último con más molestia—. No le importamos.

—Sabes que para él también fue difícil... —Mencionó antes de ser interrumpido.

—Él no estuvo ahí cuando paso —Bajó la mirada con el ceño fruncido—. Ni siquiera estuvo cuando más lo necesitamos.

—Él se sentía culpable.

—¡¿Culpable él?! —Se levantó de la silla y sus ojos verdosos brillaron, lo que hizo que Hiroto también se levantara en alerta—. ¡Él no fue quien se quedó mirando sin hacer nada!

—¡Crees que fuiste el único que no pudo hacer nada, él cargaba con todo un clan y no llegó a tiempo para salvar a tu madre, ni tus primos, ni siquiera a su propia madre!

—¡¿Y qué hay de mí, de Kendra?! —Cuestionó golpeando la mesa con su puño.

—¡SHIGO! —Gritó por la reacción de su sobrino.

—¿Qué hay de sus hijos?¡Lo necesitábamos en ese momento y desapareció!

Se tranquilizó más y Hiroto le responde con la misma calma:

—Shigo, tu padre es líder de un clan, debes entender la responsabilidad con la que carga.

—¿Solo tienes eso para justificar que no ha sido un buen padre estos años? —Con un nudo en su garganta, fue a su habitación.

Su tío se volvió a sentar, suspiró y se recostó más en la silla, miró de reojo una foto suya con su hermana que tenía en la sala con unas flores blancas en un florero y una vela encendida.

—Asa, ¿Qué voy a hacer con él? —Dijo.

La madre de su Tsuki estaba atenta a todas las expresiones que ponía su hija en la conversación que tenían durante la cena.

Hablaban sobre la información que ha estado difundiéndose en muchas ciudades, el Rey Einar II iba a tener una reunión en secreto con el enemigo, pero tal parece que el Rey faltó a la reunión y ahora los Norcranianos están más enojados que antes; hubo un descontento social en Gake, la ciudad más cercana al Castillo de Furui.

—El líder del Clan Kemono y la líder del clan Ziamli están patrullando las zonas más vulnerables con sus mejores guerreros, el líder del Clan Kottayama también está involucrado en la vigilancia y según me informaron Shiroi y Kuro también están allí —Mencionó Hogomi—. La élite del ejército fue con ellos —Aiko suspiro de alivio al oírlo.

—Así que por eso él faltó al entrenamiento —murmuró Tsuki.

— ¿Cuándo terminará esta guerra? —Rebecca se recostó en su silla algo desanimada—, me gustaría encontrar la forma de que esto acabe.

—Yo también —dijo Tsuki—. Me gustaría ver un amanecer distinto, uno que simbolice el fin de la guerra.

—Es muy cursi, ¿No crees? —Se burla Kageshi. A lo que Tsuki simplemente lo mira mal por reírse de su más grande deseo.

—La guerra habrá acabado cuando Rujarquia vuelva a izar la bandera —Menciona Hogomi

Aiko recogió los platos y Kageshi se ofreció a ayudarle, se escuchó un golpe en la puerta. Cuando Tsuki abrió, Hogomi salió rápidamente pues era su compañero, diciendo que Gunter necesitaba hablar con él sobre un tema importante.

—El General Gunter está en Hinan —dijo Tsuki después de cerrar la puerta.

—¿¡En serio?! —Cuestionó Rebecca mientras recogía los platos — ¡Siempre quise conocerlo! Debe ser tan guapo, fuerte y rudo como lo describen.

—Hogomi trabaja con él desde hace 3 años más o menos —mencionó Kageshi.

—Hogomi cambió mucho desde que entró al ejército —dijo Aiko.

—Bueno... no es el mismo desde lo de Aidan y Nolan —bajo la mirada.

— ¿Que pasó ese día? —Rebecca volvió a sentarse en su mismo lugar.

—Murieron en la batalla de Merlí.

—Es muy triste —dijo Khan.

—Hogomi quedó devastado, se sintió miserable e inútil por no salvarles la vida, eran sus mejores amigos fueron los primeros en aceptar a Hogomi en la sociedad —Kageshi levantó la vista y observo a sus amigas—. Siendo honesto, no quiero que ninguna de ustedes ni siquiera Kori sean militares, no me gustaría perderlos —Tsuki tragó saliva, Rebecca casi se le escapa la lagrima y Miraiki se sonrojo tiernamente.

—Hey, no digas eso —Rebecca se acercó a abrazarlo.

Aiko miró de reojo a Tsuki, tenía la esperanza de que tal vez ella cambiara de parecer acerca de ser militar.

—Yo no tengo opción —Murmuró Miraiki para sí misma, bajando

—Kageshi, confía en nosotras, podemos defendernos —espeto Tsuki.

—No sabemos lo que nos espera, pero yo haré lo posible para mantenerlas a salvo.

—Oye tampoco exageres, no seremos damas en peligro —Rebecca se separó de él y puso su codo en el hombro de Tsuki—; seremos EL peligro —Tsuki sonrió al igual que Mira.

—Iré afuera un rato —Aiko salió del comedor y fue afuera, quería llorar desconsoladamente, pero la oirán.

En el pasado estuvo intentando convencer a Tsuki de que cambie de opinión, pero ya no podía obligarla a no ir cuando se alisto este mismo año para la Academia, solo quedaba convencerla para que borre su nombre de la lista, por eso se lo pedía a Shiroi, ya que Tsuki lo escucha más a él.

Simplemente se sentó en las escaleras y se recostó en el pilar, se abrazó a sí misma, contemplando la gran Luna llena.

Luego de limpiar la mesa, Kageshi se marchó a su casa no sin antes acompañar a Miraiki a la suya, Rebecca se quedaría a dormir en casa de Tsuki, ya había pedido permiso así que nada le impedía tener una pijamada.

—¿Vas a ducharte? Así preparo tu ropa.

—Sí y, por cierto, yo aún tengo tu ropa en casa por si quieres ir algún día —sugirió sonriendo ampliamente y Tsuki soltó una risa.

Hogomi ingresó a la sala de reuniones en el cuartel general de Hinan, Gunter estaba de espaldas viendo uno de los mapas en su escritorio.

—General —El otro se dio la vuelta—, tiempo sin verlo.

—Hogomi, quería darte un aviso importante —mencionó.

—¿De qué se trata, Señor?

—Tú y tu escuadrón, serán ascendidos a la elite —Hogomi trato de no demostrar su sorpresa, pero por sus ojos era evidente—, Serás el nuevo capitán de la elite del Ejército Rujarco, han estado a prueba todos estos meses por ser muy jóvenes.

—N-no sé qué decir.

—Te entiendo, la próxima semana partirás —volvió a concentrarse en su mapa.

—No lo defraudaré, Señor —Dijo con orgullo.

—Lo sé —Sonrió de lado.

La estación del tren se encontraba vacío, las luces iluminaban los pasillos, la noche era fría y silenciosa. Un hombre uniformado caminaba por los pasillos, seguía las vías del tren, a medida que avanzaba el camino se obscurecía más y más.

Aquel hombre, Genkaku, era un General Norcraniano, operaba en solitario, raras veces se llevaba a un grupo con él. Con tantos años, la gente ha conocido su reputación de sanguinario y perverso, siendo una muestra de que Kaleb tiene a hombres sin escrúpulos en su ejército.

Después de caminar un buen rato se adentró en el bosque, caminó hasta toparse con un hombre con una altura de más o menos dos metros y medio, traje militar Norcraniano; había una bestia con aspecto demacrado y siniestro, ojos brillantes y rabiosos, una boca con dientes afilados y alrededor del cuello una cadena que era sujetada por aquel hombre alto.

—¿Y bien, Genkaku? ¿Cuándo empezamos?

—Ahora es el momento, todo marchará de acuerdo al plan.

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Espero les haya gustado este nuevo Capítulo, voten, comenten y compartan.

Ayúdenme a hacer crecer esta historia :'D.

Dato curioso.

Los idiomas oficiales de Rujarquia son: Ruso, Japonés y Turco. También se hablan otros idiomas como Ucraniano, Francés, Alemán y Chino pero solo parte del 12% de la población habla estos últimos.

Obviamente no hablo ninguno de esos idiomas, así que todo lo que este en un idioma que no sea Español, Ingles o Guaraní, fue sacado de Google Traductor ;)

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