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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥

Está entre nosotros.

Henry dejó a Shigo sentado dentro de la caverna, pues no estaban seguros de los peligros que podían tener estando afuera.

—Activa la u-ubica-ción del brazalete, en mi mano d-derecha —Murmuró débil, respirando muy fuerte.

—¿Cómo hago eso? —Shigo señaló con su dedo indice derecho el botón que se hallaba en su muñeca. El peliblanco hizo caso y luego abrió una de las botellas de agua que llevaba y se lo dio a Shigo—. ¿Tu estabas en el combate?

—N-no —Respondió y apoyó su cabeza a la roca, cerró sus ojos— ¿De dónde eres?¿Qué haces en la caverna en plena batalla?

—Primero dime quién eres y de que lado estas —Lo miró fijamente.

El castaño lo miró a los ojos, parecía asustado, no había notado que tenía rasgos orientales y ojos grises, luego respondió:

—S-Shigo Kemono, yo sirvo a Rujarquia —Y se enderezó un poco esperando la respuesta del peliblanco.

—Necesito ayuda de los Altos mandos, me fugué del castillo negro. Soy Henry Kingusu...

Kaleb volteó y sacó su revolver disparando a Tydar en la cabeza, lo cual lo dejaría inconsciente. Rompió el cristal de hielo de un puñetazo para darse cuenta de que Özdemir se había ido. Ivar asoma sus brazos de un portal debajo suyo y lo agarra de los pies, en un instante estaba peleando con Kaleb mientras caían en picado desde varios metros de altura. El dictador le disloca la mandíbula a su oponente en su transformación y lo usa como amortiguador de caída, quedando él parado sobre su espalda.

Al caer boca abajo, Ivar se rompió varios huesos del tronco y vomita sangre al instante que cae. El otro le arremete una patada en la cabeza dejándolo inconsciente y en shock, Twil junto a Rage lo atacan al mismo tiempo mientras que desde la distancia, Selim le dispara. Kaleb no parecía mostrar señales de que le afectaran los disparos por lo que dedujo que tenía un traje antibalas debajo, incluso la máscara de cuervo lo protegía. No tardó mucho en derribar a los dos que lo atacaban dejándolos gravemente lastimados, observó en la dirección de Özdemir y este nuevamente se había ido, escuchó una ametralladora a su izquierda eliminando a las bestias, viendo que se trataba de Bradley fue por él.

 Cuando iba a apuñalarlo por la espalda un muro de hielo rodeó al dictador. Bradley se alejó y las bestias en el perímetro fueron aniquiladas por espinas de hielo, de entre los árboles miembros del clan Kottayama se hicieron presentes. Ethan líder del clan tomó al general del brazo y lo alejó aún más del muro que rodeaba a Kaleb. Este último rompió el muro nuevamente con un puñetazo, en cuanto él salió, ellos ya se habían llevado a Bradley y los cuatro Eoduun lastimados en el lugar. En una distancia segura y encontrándose a Selim, Ethan se dirigió a ambos:

—General Bradley, General Supremo, hemos venido por una solicitud de un miembro,Tsuki Kottayama —Mencionó, Bradley levantó una ceja intercambiando miradas con Özdemir—. El clan Namiojin también está presente, se encuentran en las orillas del lago contraatacando al ejército Norcraniano. 

—¿Vinieron a petición de Kai Namiojin y su hermana? —Preguntó Bradley.

—Solo a petición Kai, sin más que decir, es mejor que se resguarden, Kaleb es muy fuerte y es la primera vez que logra acercarse tanto a ustedes —Recomendó y dirigiéndose a su gente ordena:—. La mitad, vayan a ayudar a los soldados, el resto se encargara de resguardar a los generales y los caídos.

Tal y como Ethan dijo, el clan Namiojin del agua, estaba cerca del lago y creaban esferas de agua atrapando a muchos soldados y ahogándolos hasta la muerte, otros usaban la técnica que Kai habia empleado una vez, atravesando con agua a los soldados y golpeándolos.
Tsuki se había topado con algunos de sus conocidos a medida que avanzaba, sonriendo internamente de que por fin llegaron. Kai incluso se unió a su gente para seguir avanzando.

La pelinegra visualizó una luz brillante más adelante, un hombre del clan la acompañaba, ambos se acercaron y pronto escucharon sonidos de soldados gritando y agonizando. Ambos se miraron y decidieron separarse para averiguar que era lo que estaba sucediendo, avanzando encontró cuerpos de soldados calcinados.

—Debió ser Aranen —Pensó, los cuerpos estaban tan quemados que era imposible saber si eran Rujarcos o Norcranianos. 

En cuando pasó los cuerpos de largo un muro de hielo salió de la nada golpeando a algo que se acercaba a ella, su compañero la habia salvado de ser atacada. El hombre moreno se levantó después de recibir el ataque y lanzó una bola de fuego hacia ambos que lograron esquivar. A continuación los dos se pusieron a la defensiva, sabían que ningún arma podía servir con él.

Como si de un lanzallamas se tratase, el sujeto comenzó a derrochar fuego en todas direcciones. Tsuki tuvo que moverse, debido a lo caliente que era el fuego, su hielo se derretía rápidamente.
Los árboles comenzaron a incendiarse. Kai observó el fuego desde su posición, junto otros se unieron para formar una serpiente de agua gigantesca, que dirigieron al lugar y golpearon con todo al sujeto, el rubio se acercó y antes que el agua se evaporara totalmente encerró al sujeto en una burbuja de agua tratando de ahogarlo, mientras este calentaba más su cuerpo evaporando el agua de a poco.

—¡KAI DÉJALO, LOS BAESINJIA DEBEN SER INTERROGADOS! —Exclamó la pelinegra a lo lejos.

Kai lo lanzó con fuerza contra una roca para dejarlo noqueado.
Apagaron las llamas, cuando no parecía haber más enemigos cerca se adentraron más al bosque en busca de alguno.

Kaleb había perdido muchos soldados, la retirada fue en silencio, mientras que desde la lejanía observaba a los Rujarcos retirarse también. Algo era seguro para una próxima batalla, los clanes también estarían allí, sonrió y volvió a teletransportarse.

Los soldados heridos fueron llevados al ala médica del cuartel que se encontraba en el segundo subsuelo. A pesar de estar regenerándose, Ivar y los demás no soportaban el dolor de sus heridos, ya que nunca habían sido lastimados de tal forma, por lo que tuvieron que ser sedados.

Tydar no estaba con ellos, nadie más que los altos mandos sabían dónde se encontraba. Estaba amordazado, atado y conectado al monitor para sus latidos. Sentía un ardor insoportable en sus costillas, pero poco le importaba. Hace años que nunca había demostrado esa parte de él que se mantuvo oculta.
Será interrogado por eso y lo único que quería era liberarse y ver que sus compañeros estaban bien. La puerta de la habitación en la que estaba se abrió, miró de reojo la puerta, era Bradley.

—Si que estás lleno de sorpresas —Dijo, cerro la puerta tras él y se acercó a Tydar para retirarle la mordaza de su boca.

—Ivar, Twilight, Rage y los otros... —Murmuró.

—Están bien, fueron sedados porque no aguantaban el dolor, sus heridas no son graves —Mencionó, acercó una silla a él y se sentó al lado de Tydar—. Ahora, vas a decirme, ¿Quién eres y quiénes fueron tus padres?

Tydar permaneció en silencio por unos minutos, luego lo miró fijamente y habló:

—Vivía en una caverna, nadie en Rujarquia sabe de su existencia —Contó—. Nunca conocí a mi padre, mi madre fue secuestrada y la vendieron a él, después la dejó, un hombre la encontró y la llevó a las cavernas. Había un pequeño pueblo dentro, cuando estuvo embarazada de mí, se enteró que mi padre era un Eoduun de clase 3. De todas formas estuvo dispuesta a tenerme, años después, nunca hubo señales de que mi oscura parte aparecería, así que ella me enseñó a usar lo que heredé de ella.

—¿Cómo se llamaba tu madre? —Preguntó serio.

Se miraron fijamente unos minutos y volvió a preguntar.

—¿Cómo se llamaba tu madre? —Más insistente.

—Yuki, Yuki Kottayama —Mencionó.

Bradley quedó sin palabras al oír ese nombre. Shiroi perdió a su hermana hace mucho, nunca encontraron rastros de ella, creyeron que se la habían llevado a otro país y todo este tiempo, siguió en Rujarquia.

—¿Dónde está ella? —Preguntó.

—Murió.

—¿Por qué? —Volvió a preguntar, Tydar dejó de mirarlo y no respondió—. Tydar —Insistió.

—Yo la maté —Respondió, sus ojos rojos denotaban tristeza, pero el rubio no notó eso.

—¡¿Cómo?!¡¿Por qué lo hiciste?! —Se levanto y lo tomo de la mandíbula para que lo mire a los ojos y responda.

—Como dije, no mostré señales de que mi parte oscura aparecería —Siguió el relato—. Cuando tenía 5 años, esa parte de mí despertó, cuando lo hizo, mis sentidos del olfato se agudizaron y olí la sangre que corría por el brazo de mi madre al cortarse...

—¡¿Qué pasó después?! —Apretó su agarre.

—Solo recuerdo cuando la tenía en mis brazos y ella tenía el cuello desgarrado —Respondió, sus ojos comenzaron a cambiar y su cara a deformarse.

Bradley se alejó y Tydar transformado, trataba de safarse mientras emitía gruñidos y gritaba. Sus patas de araña emergieron de su espalda tratando de romper las ataduras. Los soldados ingresaron y lo sedaron.
El general se retiró a su oficina. Solo Shiroi sabía que Yuki y Michael tenían una amistad en su niñez, en aquel entonces, Bradley aún vivía en Hinan, cuando se mudó le llegó la noticia de que ella desapareció. Junto a Shiroi la buscaron por meses, poco a poco se rindieron y aceptaron que ya no la verían jamás.

Tsuki y los demás estaban en la enfermería junto a Tiago y Miraiki, quienes nuevamente estaban en las camillas siendo atendidos.

—De vuelta en la camilla —Dijo Tiago con un tono monótono.

—Deberías tener más cuidado —Espetó Noah—. Tu también Mira —Se acercó a ella, se encontraba en la camilla del lado derecho.

—S-sí —Musitó.

Cuando Kageshi los encontró, ella finalmente cedió y se desmayó, el alivio que sintió al verlo ahí fue enorme, tanto que quedó inconsciente. Miró a los ojos a su pareja que estaba a su lado, y le sonrió. Noah desvío la mirada de ellos.

—Oigan, el general envío un mensaje —Dijo Bec, revisando su brazalete—. Quiere que vayamos a la habitación 33 de la enfermería.

—¿Qué habrá pasado? —Cuestiona Tsuki.

—¿Será que se trata de lo que hizo Tydar? —Supone la morena—. Dicen que un cristal de hielo vino de él y salvó al General Özdemir.

—¿Cómo? —También se quedaron sorprendidos.

—Así lo escuché, en fin, vayan ustedes, me quedaré con Tiago y Mira —Dijo.

—Kori y yo también —Menciono Kageshi—. Cuenten de que se trataba cuando vuelva.

—Hecho —Dijo Yue Fei, siendo el primero en salir y dirigirse rápidamente a la habitación.

—Si que quiere respuestas —Murmuró Noah y fueron detrás de él.

La pelinegra estuvo a punto de llorar en cuanto vio a Shigo en la camilla durmiendo, no podían entrar a verlo, pues aún no había despertado. Presentaba heridas, contusiones y raguños en todo el cuerpo.

—Sigue vivo... —Murmuró Aranen.

—¿Cómo es que?... —Preguntó Tsuki dirigiéndose al General.

—Aún no lo sabemos, apenas llegó fue atendido —Respondió—. Además, no vino solo, vengan conmigo...

Lo siguieron, aunque Tsuki se quedó mirándolo unos segundos más y después los acompañó.

—Rujarquia es tan pequeña —Comentó y señaló la siguiente ventana sonriendo.

Cuando vieron quien estaba ahí, solo Kai y Tsuki pudieron reconocerlo y recordaron la última vez que lo vieron.

Henry estaba tan lastimado y delgado que parecía que iba a romperse, ahora era mayor, unos veinte años más o menos y ya no era tan delgado. Su cabello pasó del negro medio grisáceo al blanco puro. Estaba siendo atendido por unas enfermeras y los doctores que le hacían chequeos.

—¿Qué?... —Solo eso alcanzó a estipular Kai.

—¿General, puede responder todas nuestras preguntas antes de mostrarnos alguna otra cosa? —Pidió Yue.

—Pues, esto era lo último, estará por unas horas aquí y luego podrán hablarle —Respondió—. Tienen muchas preguntas y solo algunas podrán ser respondidas.

—¿Por qué?

—Quizás no sepa la respuesta.

Se miraron entre ellos y el general los llevo a la sala de reuniones. Ahí se encontraba Tsuta Kemono, líder del clan Kemono y padre de Shigo y Kendra, también Ágata, Gunter, Atalaya, Ethan Kottayama y Kalani Namiojin, líder del clan del agua.

Ocuparon los asientos vacíos para escuchar al general. Él aclaro ciertas cosas antes de empezar, los altos mandos no piden ayuda a los clanes, por lo que Tsuki y Kai serán castigados por no dar aviso de lo que iban hacer.

Dicho eso procedió a contar sobre lo que se había descubierto de los clanes, siendo interrumpido casi al final por Kalani Namiojin.

—Espere, un momento —Dijo, tenía una voz suave pero firme—. ¿Desde cuando saben eso?

—Hace unas horas —Respondió Ágata—. No le contamos a nadie más, no sabemos como puede reaccionar la gente.

—Al menos debieron convocar una reunión con los líderes de los clanes —Espetó Tsuta Kemono—. Y también me hubieran informado que mi hijo había desaparecido.

—Tsuta, te envié un mensaje un montón de veces y nunca respondiste —Mencionó Ágata dejándolo sin nada más que decir.

—Por suerte encontramos a Shigo y junto a él, al último Kingusu —Añadió Bradley.

—Imposible —Exclamó Ethan—. Los Kingusu al igual que el clan Rüzgar fueron exterminados, ¡No encontramos rastros de ellos en décadas!

—Al parecer Kaleb lo tenía prisionero —Mencionó Ágata.

—¿Por qué?

—No estamos muy seguros, Tsuki y Kai nos habían contado, pero estamos esperando a que Henry esté disponible para contarnos él mismo —Respondió el General.

—Bien, ¿Otra cosa que quiera decirnos?

—Yuki Kottayama.

—¿Qué tiene que ver mi tía con todo esto? —Preguntó Tsuki.

—Sabemos donde estuvo y... —Tomó una pausa.

—¿Y? —Insistió la pelinegra, ahora preocupada por su expresión.

—Murió hace años, Tydar, líder del grupo de los Eoduun de la montañas es su hijo —Concluyó.

Tsuki salió de la sala y Bradley fue tras ella. Se acercó a un guardia y le preguntó:

—¡¿Dónde está Tydar?!

—Lo siento, no puedo decirle —Respondió.

—¡Kottayama! —Bradley se acercó a ella—. No pueden hablar con Tydar hasta que Özdemir hable con él.

—¿Qué más es lo que oculta?

—No oculté esto, apenas hace unas horas me enteré —Mencionó.

—Bien, no voy a volver a la reunión, no me siento bien —Excusó.

—De acuerdo, pero no aún no le cuentes nada a tu padre —Pidió.

Asintió con la cabeza, Bradley volvió a la sala de reuniones y ella fue a la habitación de Shigo. Le dolía la cabeza por tantas cosas que pasaron de golpe, cuando llegó a la ventanilla donde se encontraba su amigo, él había despertado y había una enfermera revisándolo, enseguida termina y sale de la habitación. Shigo ve a Tsuki en la ventana.

—Disculpe, ¿Puedo pasar a verlo? —Pregunta a la enfermera.

—Sí, pero no se tarde, el paciente debe descansar —Dicho esto, la pelinegra entra a la habitación.

Le cuesta caminar hacia su compañero, mientras que él no pudo contener la emoción de verla y le sonrió. 

—No sabes cuanto me alegro de ver... —Fue interrumpido por un golpe de Tsuki en su estomago—. Ts-Tsuki... —Acto seguido ella le dio un abrazo.

—Pensé que habías muerto... —Murmuró, el castaño sintió como su hombro se mojaba por las lágrimas de su compañera.

—Perdón —Dijo, ella se sienta en la camilla para abrazarlo por la cintura y mirarlo, él la mira a los ojos.

—Cuando vi al lobo... 

—Deberías hacer más caso a lo que dicen —Mencionó sonriendo, ya que sabe lo que pasó con el lobo.

—Perdón, quería encontrarte, pensé que moriste —Se disculpó.

—Yo no podía volver —Mencionó—. Dimitry y yo nos encontramos, pero las bestias nos perseguían y mis poderes por alguna razón no me funcionaban. En un momento nos separamos y ya no supe de él. Estaba muy lastimado, esas cosas que nos atacaron en el acantilado, me arrastraron por una cueva y me mordieron y rasguñaron muchas veces.

—Bec me había mencionado sobre eso —Comentó y tomó su mano—. No entiendo porque tus poderes no funcionaron.

—Tsuki —Su rostro demostró preocupación—. Kaleb está entre nosotros...

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Finalmente después de un año y medio, Rujarquia I llegó a su fin.

Sin más que decir, los espero en el epílogo. :"D

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