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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟓: 𝐏𝐫𝐞𝐦𝐨𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧 - 𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝟐

Unas sombras negras se abalanzaron sobre ellos, al ver mejor aquellas sombras, eran las bestias.

-¡GENERAL! -Exclamaron al unisonó.

Otras más aparecieron e iban por ellos. Uno atrapa a Thiago y los demás se ven rodeados. Thiago usa una de las bombas que traía para colocarlo en la boca de la bestia y hacerla explotar; sin embargo, esta al tener la bomba en su boca la mordió y la arrojó lejos antes de que estalle.

Gunter con la daga que tenía en su cinturón, atravesó la parte inferior de la bestia que estaba sobre él. La piel de estos es muy dura, tuvo que aplicar gran fuerza para hacerlo. Acto seguido, deslizó la navaja hasta el cuello del animal, cortando lo como si fuese un simple pedazo de papel. Las tripas de la bestia cayeron sobre él, empujó a la cosa y se levantó cubierto de sangre.

-¡Vayan con Hogomi, yo me encargaré de esto! -Ordenó.

-¡SI SEÑOR! -Respondieron todos, menos Tsuki.

Se dirigieron al lugar en donde debían reunirse con Hogomi y su escuadrón.
La pelinegra no quería dejarlo, había hecho lo mismo con Alina y no volverá a hacerlo, en su lugar, les cuidó la espalda a sus compañeros para que las bestias no vayan tras ellos.

El general estaba por regañarla, pero no era tiempo, eran demasiados Taigāurufu, necesitaría algo de ayuda.
Ella aún no tenía el uniforme ni las armas de la Élite. Lo único que podía hacer era usar sus habilidades, todo lo que aprendió en combate cuerpo a cuerpo, no los mataría, pero al menos puede debilitarlos un poco. Gunter con una daga de 30cm, logró cortar la cola de tres de ellos, luego sacó su espada y con esos tres desequilibrados fue por los otros, ni siquiera necesitó cortarles la cola, simplemente fue esquivando los ataques de cada uno con movimientos rápidos, a diestra y siniestra, acabó uno a uno con ellos. Tsuki ya dejó a cuatro lo suficientemente noqueados como para que estén inconscientes, en cuando volteó quedo sin palabras al ver que casi todos estaban muertos.

El General aniquiló a los últimos que quedaban, jadeaba con fuerza y sudaba. Parecía alguien incapaz de dañar a una mosca hace unos momentos, ahora se había convertido en todo un asesino a sangre fría, capaz de hacer daño a quién sea que lo moleste, si tan solo los demás lo hubiesen visto. Manchado de sangre hasta en la cara, se dirigió a Tsuki.

-Debemos ir con los demás -ni siquiera la miró, sólo marchó hacia donde Hogomi y los demás estaban.

La pelinegra lo siguió dos metros detrás de él, le había dejado sorprendida el cómo acabo con las bestias.

Tal parece que no solo las bestias estaban presentes en el lugar, cientos de Norcranianos atacaban desde todas las direcciones.

Los que estaban abajo eran golpeados o asesinados por el escuadrón de Hogomi, este último junto a su hermano estaban transformados, cada que tocaban a un Norcraniano, este se pulverizaba.
Kori ayudaba de la misma forma, usando sus poderes. Mientras los demás confiaban en sus habilidades y entrenamiento, logrando crear, una gran escena de acción y sangre; el lugar era una carnicería, con los árboles machados de sangre y lo que parecían ser trozos de piel desgarrada a causa del ataque de las bestias, ellas eran un gran problema. Thiago, Noah, Dimitry y Shigo se encargan de ellas.

Gunter se unió a la pelea apenas llegó, solo golpeaba y cortaba a los Norcranianos que se acercaban demasiado, no los mataba, solo les dejaba con heridas para impedir su escape. A Tsuki se le hizo un poco raro, pero le restó importancia, pensó que después iba a interrogar a uno de ellos y se dispuso a ayudar a sus compañeros.

Acababan con diez soldados y dos bestias, y más aparecían, los refuerzos no tardaron en llegar, los soldados Rujarcos trajeron sus armas, ametralladoras, bombas y armas blancas. Los guardias de la ciudad al ser informados de lo que sucedía se pusieron alertas y bloquearon las entradas. Los niños, ancianos y mujeres se encerraron en los sótanos de su casa y en el bunker que estaba debajo del museo. También había mujeres fuertes al lado de casi todos los hombres de la ciudad en las murallas de la ciudadela, armados con lo que podían, ya que las armas que tenían se agotaron y solo unos pocos pudieron armarse, incluso los perros de caza estaban sueltos junto con sus dueños vigilando la entrada.

Esto apenas era el inicio de una gran batalla que estaba por llegar después. Gake es una ciudadela que está ubicada lejos de Hinan, probablemente allí y en ciudades menores también ocurre lo mismo.
Tsuki, Kori, Kageshi y Shigo no tardaron en pensar en eso, sólo rezaban porque no sea así que todos estén bien, en especial sus parientes.

La pelinegra no lo pensó dos veces y sacó los abanicos que tenía en su cinturón y comenzó a desgarrar y partir a los que se cruzaban, el filo los cortaba como si fuesen mantequilla, tan perfecto y preciso, tanto que la piel de los soldados Norcranianos que apenas fue rosada por el filo, era cortada profundamente y la sangre brotaba sin parar. Las bestias atacan a los soldados Rujarcos de bajo rango que los disparan, arrancando la piel de sus huesos, mientras los hombres sueltan quejidos y sollozos guturales del dolor y desesperación.

Los Norcranianos los ubicaron a todos en un área específica, mientras los suyos se acercan a la ciudadela por otros caminos a escondidas. Los guardias y los ciudadanos no tardaron ni dos segundos en reaccionar para empezar el ataque, apenas se asomó un Norcraniano de entre los arbustos.
Siete de los guardias que estaban armados con armas como el sí y la catana, saltaron de las murallas y apuñalaban a cada Norcranianos que no era tocado por las balas y las flechas.

Kori aumentaba su nivel de energía poco a poco, buscando volver a alcanzar el punto más allá del límite de su poder. Tsuki trataba de conseguir lo mismo, solo que ella busca alcanzar un nivel que jamás alcanzó y puede ser fatal.

Shigo estaba en apuros con las bestias, cada que mataba a uno, tres más aparecían, aún más fuertes y agresivos. En un momento los Norcranianos tenían la ventaja, cientos de Rujarcos eran masacrados. Bradley ya había Sido informado de esto, pero él también tenía sus problemas cerca de los límites con las montañas Ketsurein.

El reino estaba siendo invadido de golpe, les tomó por sorpresa, este fue un movimiento que fue planeado desde hace mucho tiempo.
No tenían una formación y los altos mandos estaban dispersos, sólo quedaba resistir y rezar.

En Hinan, Aiko buscaba desesperada a Khan y Kendra -La hermana de Shigo-, no estaban en la casa y temía lo peor. Los Norcranianos lograron pasar la muralla y es ese momento que el pánico se apoderó de la gente.

-¡KHAN, KENDRA! ¡¿DONDE ESTÁN?! -Gritaba desesperadamente.

La gente corre en busca de un escondite presas del terror, mientras el Clan se enfrenta a ellos. No contaban con sus soldados más fuertes en ese momento. Ella no sabía que un Norcraniano la estaba siguiendo.

Encontró a Khan protegiendo a Kendra con grandes espinas de hielo, impidiendo el paso a los hombres que querían llevárselos. Comenzaron a arrojarle piedras y el que acertó, logró hacer que Khan caiga inconsciente y el hielo se desvanezca.
Intenta atacarlos por lo que le hicieron a su hijo, en cambio, ellos la sujetaron con fuerza y apuntaban las manos de Aiko en direcciones opuestas, ya que trató de usar sus poderes.

En un abrir y cerrar de ojos cada uno de ellos fue atravesado por una espina de hielo que sobresalía del suelo, la soltaron al caer muertos, ella volteó y su esposo estaba allí junto a su hermano.
El resto de la Élite se unió, incluso la gente.

No todas las ciudades eran atacadas, Gizli, Fuyu, Jiyū, Memai y Lao enviaban los refuerzos.

El combate se detuvo por un momento, los Norcranianos anunciaron la retirada. Era extraño, atacar de golpe y retirarse pocas horas después.

Había muertos, cientos, muchos de ellos mutilados y desgarrados, la carne de los cadáveres estaba esparcida y revuelta, los cuervos y buitres aparecieron para un glorioso festín.
Tsuki jadeaba con fuerza debido al cansancio, sus manos, brazos, torso y cara estaban cubiertos por el líquido rojo.

-¿Tsuki, estás bien? -Preguntó Shigo, igual de cansado y no tan manchado.

-Si... Creo... -Ambos voltearon cuando escucharon a Thiago vomitar. Durante el combate, una de las bestias estalló muy cerca de él y terminó con los intestinos de la bestia alrededor de su brazo derecho.

-Agh, ¡Asco! -Exclamo retirando la cochinada de su brazo y enderezándose.

-¿Qué fue todo esto? -Se cuestionó Noah, confundido por la situación.

-¿Por qué nos atacaron así de repente?

-Debió... Ser una distracción... -Dedujo Kageshi.

-¿Por qué querrían distraernos?

El General Gunter apareció detrás de ellos, jadeando y con el semblante serio.

-Tomaron Gizli y Fuyu -Anuncio, a todos los presentes-. Nos concentraron en un solo punto, y atacaron ambas ciudades, poco después de que la mayoría de sus soldados se retiren a ayudar a los demás distritos.

-¿Que significa? -Pregunto Shigo.

-Que habrá una batalla... -Respondió Hogomi.

Estuvieron durante ocho horas recogiendo los cientos de cadáveres de sus compañeros caídos, quemando a los Norcranianos y acabando con los que quedaron vivos.

-Conocí a este soldado -Mencionó Thiago, antes de tapar el rostro del hombre con la tela-. Tenía una familia en Gake, era buen hombre...

-Así serán las cosas a partir de ahora -Murmuró Noah, viendo el cielo, aún había buitres volando por el área.

-¡Apúrense! -Ordeno Gunter-. Los nuestros merecen una digna sepultura.

Tsuki memorizaba cada facción de los rostros que tapaba, mientras Shigo la ayudaba a cargar el cuerpo en el camión, tuvo una punzada en la cabeza, causando que suelte el cuerpo.

-¡Tsuki! -Exclamó Shigo, fue hacia ella y la revisó-. ¿Estás bien?

-N-no... -Dijo antes de caer inconsciente.

-¡Kottayama apresúrate, no son espejos para que los observes! -Exclamó el joven, en aquel entonces, el padre del General Özdemir.

-Lo siento Capitán, solo así podré recordarlos -Menciono.

-La mejor forma de recordarlos, es con los buenos momentos que tuvieron con nosotros en vida, no esté momento en que están con los rostros desfigurados -Espetó.

-Tiene razón... -Oyuki, con ayuda de su compañero, cargó el cuerpo en el camión.

Miró a su alrededor, había banderas y ruinas de lo que parece ser era la ciudad de Kaiban, suspiró y continúo cargando al resto...

La pelinegra despertó, aún no podía abrir los ojos, escuchaba la máquina del hospital a su lado, también oía las voces de Shigo y Thiago conversando, ¿De verdad volvió a suceder? No parecían ser los únicos, del pasillo venían más voces, uno era Gunter y el otro su padre.
Lentamente abrió los ojos, tardó un poco en acostumbrarse a la brillante luz en su cara, la hizo lagrimear un poco.

Shigo volteó a verla y tan rápido como pudo se levantó y la abrazó fuerte.

-¿Estás bien? -Murmuro en su oído. La pelinegra asintió, giró la cabeza a la camilla que estaba a su lado... Miraiki y Yue Fei estaban ahí, no sólo eso, otros más también, al menos unos quince.

-¡¿Qué les pasó?! -Exclamó sentándose bruscamente.

-Wow, no te muevas, aún podrías estar mareada -Mencionó Shigo, empujándola con suavidad para que vuelva a acostarse.

-Miraiki se desmayó al igual que tú, solo que eso fue cuando estuvo aquí -Mencionó Thiago-. Tenías los abanicos y ella se encargó de guardarlos, cuando la encontramos estaba tirada en el suelo.

-¿Qué le sucedió?

-Los doctores creen que fue por estrés -Respondió el castaño-. La verdad, toda esta situación ocurriendo de golpe, ¿A quién no estrenaría?

En ese momento, Mira se quejaba y chillaba, comenzaron a preocuparse cuando derramó lágrimas, llamaron a los doctores. Ella estaba teniendo una crisis.

-¡Mira, estoy aquí cálmate! -Exclamó la pelinegra, esperando a que su prima logré calmarse.

-Por favor, salgan de la sala -Dijo el doctor, mientras inyecta a un sedante a Mira.

La enfermera los echó y tuvieron que esperar afuera, Tsuki veía que le hacían algunos análisis.

-¿¡Oigan, que hacen aquí!? -Pregunto Kageshi llegando junto a Kori y Aranen.

-La enfermera nos echó, Miraiki tuvo un ataque -Respondió el castaño, con apenas terminar de decir eso, Kori ingresó a la habitación seguido por Kageshi, mientras los enfermeros los empujaban afuera forcejeando, preguntaban que le había sucedido.

-No sabemos qué sucedió, por favor, esperen afuera, le haremos algunos análisis -Pidió el Doctor.

Miraiki tenía el ceño fruncido llorando con débiles sollozos, no hubo de otra que salir.

-¿Qué le sucedió? -Pregunto Kori al enfermero.

-Aún no lo sabemos, lo más probable es que fue por estrés -Respondió y volvió a ingresar a la sala.

-Tsuki deberías sentarte -Dijo el castaño.

-Estoy bien, no me pasará nada -Sus piernas le temblaban, por lo que le sujetó el brazo por si acaso.

Estaban en el hospital militar en el cuartel general, podía escucharse a los militares movilizándose, incluso parecían estar probando las armas, algunos disparos eran audibles a lo lejos. Minutos después en los pasillos se escuchaba el eco de los pasos de los soldados y sus voces, una batalla se aproximaba, tal y cómo Hogomi había dicho.

Miraiki estuvo estable después de que los doctores la dejaron, solo dejaron a Tsuki y Kori ingresar a verla. En eso Miraiki abre los ojos y se sienta en la cama.

-¡Mira recuéstate! -la empujó suavemente su hermano, para que vuelva a reposar.

Ella comenzó a soltar lágrimas.

-Está bien, estamos bien -Dijo Tsuki, comenzó a acariciar su cabello.

-S-solo fue una pe-pesadilla -Murmuro temblando.

-¿Qué sucedió, porque te desmayaste?

-No lo sé, solo me dolió mucho la espalda y luego... Todo se volvió negro -Respondió, estaba pálida.

-Dijiste que tuviste una pesadilla -Mencionó su hermano.

-No fue nada... -Ninguno de los dos le creía.

Gunter ingresó a la habitación.

-¿Estás mejor? -Preguntó a Mira sonriendo amigablemente, ella asintió-. Tsuki, vendrás conmigo -Ella se levantó y lo siguió.

-¿Qué sucede General? -Pregunto la pelinegra.

-Tu y tú equipo irán a las montañas Ketsurein junto con el de Hogomi -Respondió, ella prácticamente corría detrás de él, ya que el mayor era bastante alto y daba pasos largos-. Tengo entendido que tú primo se va a quedar a cuidar a su hermana.

-Así es, jamás la dejaría sola -Respondió-. ¿No debemos ir por los demás primero?

-Ellos ya están esperándote.

Efectivamente ellos estaban afuera, sus armas y el resto de la vestimenta eran entregadas, ella fue al vestíbulo a cambiarse

El traje de la Élite era azul marino oscuro totalmente, los pantalones tipo militar un poco ajustados pero cómodos, la camisa de mangas largas con cuello; el arnés de cuerpo completo negro, el cuál pasaba por la cintura los hombros y muslos; los bolsillos que eran abrochados por la parte del cinturón que pasa por los muslos; las botas negras largas, casi cerca de la rodilla, perfectamente cómoda y con buena capacidad de proteger los tobillos y piernas; los guantes sin dedos con protección de cuero en la muñeca y antebrazo; los lentes de visión nocturna; el cubre bocas negro con filtro, el cual no usarán frecuentemente; y por último la capa con bordes azules, para esconderse en los lugares más oscuros.

Colocó cada daga, catana y pistola en su lugar, se paró frente al espejo y luego de fijarse en que cada cosa esté en su lugar salió, Kageshi al igual que ella estaba lista. Sus músculos resaltaban más ahora que tenía el traje, volteó a verla, la observó de pies a cabeza y sonrió de lado.

-Sabes, jamás dudé que un día llegaríamos a usar estos trajes.

-Yo tampoco -Dijo, manteniendo su semblante sereno de siempre

-De verdad has cambiado -borro su sonrisa para demostrarse un poco asombrado.

-Sigo siendo la misma -Dijo, escucharon a los demás viniendo detrás de ellos.

Subieron al camión, no emitieron ni una, ambos subieron detrás de ellos. El ambiente no se sintió incómodo por el silencio, Shigo era el único que tenía algo que decir, pero no quería hacerlo frente a sus compañeros y tampoco quería incomodar a Tsuki a la hora de decirle que se veía bien con el traje.

Llegaron a la entrada de la montaña en poco tiempo, debido a la velocidad a la que iba el vehículo y el despeje que la gente había hecho en los caminos hace varios días para que el acceso sea más fácil.

No había muchos árboles cerca, pero a medida que más alto veías, más se llenaba de vegetación hasta un punto en el que sólo hay un montón de rocas.

Apenas llegan y Kageshi siente varias presencias de otros Eoduun a kilómetros, esos era los que habitan y aterrorizan a los habitantes de las montañas. Podía saber cuántos eran y a qué clase pertenecía.
Dos era de clase 4; uno de clase uno, el único prácticamente; cuatro de clase tres y uno de clase dos, pero este último tenía una energía débil, había dos opciones: o estaba herido, o era un infante. Más adelante sintió la presencia de otros tres con la misma energía. Hogomi también lo sentía, apretó los puños para resistirse al instinto de querer correr a su encuentro, al otro también le sucedía lo mismo.

Llegaron a la torre de vigilancia, el Tte. Harrison los recibió. Este era un hombre de tez morena, ojos marrones y calvo, delgado y no muy alto; probablemente de unos 170cm de altura, aun así, intimidante como lo son los altos mandos y habló con una voz firme y con un acento extranjero.

-Así que, estos son los nuevos miembros de la Élite -Los observó a cada uno-. No me impresionan, aun así, debemos atacar con lo que tenemos -Eso último hizo que todos los nuevos cambiaran sus semblantes.

-teniente, créame que ellos son los más destacados -Menciono Hogomi-. Kageshi Yoru y Tsuki Kottayama son los dos mejores.

-Se nota en ellos, pero me van a impresionar cuando demuestren que pueden contra un grupo de Norcranianos y otro grupo de Eoduun, que habitan estás montañas -Pronuncio-. Vayan al pueblo, los habitantes ya fueron evacuados para que puedan combatir sin preocupaciones, salvo los de la montaña, ellos no están con mucho riesgo.

-Se lo agradezco.

Siguieron a Hogomi hasta el interior de la torre, dónde se le entregó a cada uno, un rifle equipado con un radar termo-acústico.

-Kageshi, ¿Pueden sentirlos? -Preguntó la pelinegra.

-Sí... Están lejos, no debemos preocuparnos por ellos -Respondió, recibió una llamada en el reloj digital que siempre traía para comunicarse con cierta persona-. Oh, debo contestar. -Se alejó un poco.

-Que romántico -Se burló Thiago. Noah solo lo miraba con enojo, pudo ver quién lo llamaba.

-¡Cállate! -Exclamó rojo cuál tomate.

Una vez lejos contestó, podía tener una videollamada con ella a través de aquel reloj.

-¡Miraiki! -Exclamo con un brillo en los ojos y una sonrisa en sus labios-. ¿Estás bien? -Ella sujetaba el reloj en su mano que había sacado de su mochila, la cual dejaron a su lado.

-Si... -Murmuro-. Kori está hablando con el doctor, quería decirte algo

-¿Qué sucede?

-Tuve una visión...

Tsuki aún tenía algo de dolor por lo sucedido en la mañana, al menos no era muy intenso como hace un rato.

-Tsuki, ¿segura que podrás ir sola en la otra base? -Pregunto Hogomi.

-Claro, no será la primera vez que estaré sola por ahí.

-Olvídate de lo que sucedió, fue hace mucho y no, no volverá a pasar.

-Nadie puede asegurar eso, puede volver a pasar o será algo peor -Repitió lo que su hermana mayor le había dicho.

-Ahora eres fuerte, estarás bien mientras no te encuentres a Genkaku o Trevor...

-¡Capitán! -Exclamo el teniente-. Debe partir con tres de los mejores, los radares detectaron movimiento, y no son animales.

-Enseguida, Señor.

-Iré contigo -Propuso la pelinegra.

-No, tu debes quedarte, si el teniente llegara a necesitar a alguien de tu nivel debes quedarte -Respondió-. Me llevaré a Kageshi, Dimitry e Isaac -Ella asintió-. A pesar de todo, tengo un mal presentimiento...

Ella volteó hacia él, estaba parado de espaldas, y era la primera vez, jura que la primera vez, que vio que las manos de Hogomi temblaban.

-Ten cuidado, por favor -Se levantó.

-Estaré bien.

La conversación entre Kageshi y Miraiki aún no acabó, de hecho, Kori ingresó a la sala con Mira, saludó a su amigo y se sentó en la esquina de la habitación.

-No creo que signifique algo, estaré bien -Dijo él. Ella escuchó la voz de Hogomi diciéndole a Kageshi que lo acompañe- Debo irme...

-Kageshi, por favor cuídate mucho -Pidió, el otro tuvo una pequeña pausa y esbozó una pequeña sonrisa.

-Prometo, que volveré contigo...

-Adiós -dijo devolviendo la sonrisa y colgando. Kageshi se alista para ir con su hermano, y también tiene ese mal presentimiento.

No cabía menor duda que algo estaba por suceder.

En el hospital, Miraiki se recostó, teniendo un rosario que había en la mesita al lado de su cama, lo sujetaba fuertemente en su pecho, sentía como la ansiedad iba en aumento, aquellos pensamientos solo la ponían peor, se estaba preocupando demasiado. Kori notó su preocupación, decidió iniciar una conversación para calmarla.

-Detesto que Papá no lo acepte.

-Sabes porque no lo hace, la unión de dos clanes a través del matrimonio, no es bien vista todavía -Mencionó.

-Estupideces, solo no quieren que nuestros poderes "se mezclen" con otros.

-No quiero que vaya a pelear con él sobre eso, ya no quiero más peleas, mamá está a punto de caer en la depresión -se sentó en la camilla -. Liam, Zephy y tú siempre discuten con él, tampoco pueden olvidar el pasado, ¡Estamos en medio de una guerra! ¡¿No podemos dejar de discutir por un minuto?! Uno de nosotros puede morir en cualquier momento y solo discuten.

-Mira, cal-cálmate -Se sorprendió por la reacción de su hermana.

-Lo siento, pero es la verdad -Volvió a su tono tranquilo-. Háblale a Tsuki, como antes, no quiero que haya una rivalidad entre tu y ella, como la que tienen Papá y Tío Shiroi.

-Los dos cambiamos. Ella es diferente y yo también, no la conozco...

-Solo dices eso porque te aterra que Papá lastime a Mamá, ¿Cuándo tocó a Mamá?¡Jamás lo hizo y jamás lo hará!

Kori mantuvo su mirada en el suelo, en eso tenía razón, pero ella no sabe lo que le había hecho a él en su entrenamiento.

Dos horas más tarde.

Tsuki, Shigo, Thiago y Noah estaban con la infantería cerca de los límites con la parte conquistada por los Norcranianos, tan cerca de ellos había un barranco, abajo sólo había rocas y era una caída de más de 50 metros, había algo de neblina, más allá de las rocas se podía apreciar el lago Ketsurein y el bosque que ahora pertenece a Norcrania.
El lugar estaba en total silencio, Shigo estaba intranquilo, podía sentir el olor de los animales, pero algo no andaba bien, algo no podía percibir.

-¿Shigo? -Murmuro la pelinegra detrás de él.

-Algo anda mal -la miró con preocupación.

-Capitán...

-Están cerca... -Murmuró el Capitán, con su característico acento y pronunciación de la "r", viendo el fondo del barranco-. Estén atentos al bosque, cada movimiento, no importa si es un animal, pero disparen -Todos asienten-. Aléjense de la orilla, si están abajo o arriba, querrán tirarnos al precipicio.

Noah y otros arqueros comienzan a cargar sus ballestas; lo mismo, Tsuki y otros espadachines hacían lo mismo.

Hogomi y su grupo pequeño investigaba cualquier señal del enemigo. Kageshi sintió a unos kilómetros a uno de los Eoduun de las montañas, se levantó de golpe de su posición.

-Tranquilo -Murmuró su hermano, mientras examinaba algunas huellas que podrían pertenecer a las bestias.

-¿Cómo puedes resistir?

-Con el tiempo aprendes cosas -Se levantó y siguieron avanzando-. No es fácil, aún eres un niño.

-¿Se lo dices a un hombre de 20 años?

-No hablo en ese sentido.

-Tu... ¿No sentiste que algo malo pasará? -Pregunto algo nervioso.

-Si, sólo espero que no sea grave -Respondió algo tenso.

-Sabes, Miraiki me contó que... ¡CUIDADO! -Un francotirador portaba un lanzacohetes y disparó, lograron esquivarlo por suerte. Tsuki y los demás oyeron la explosión.

Kageshi se ocultó entre los árboles mirando fijamente al francotirador, preparó el fusil y lo apuntó a él. Antes de que pudiese presionar el gatillo otro francotirador le disparó, Isaac lo empujó a un costado salvándolo de recibir un impacto.

Escucharon a muchos movilizándose, Hogomi calculó que al menos eran veinte, ellos sólo eran cuatro. Ocultos de espaldas detrás de los árboles, el enemigo estaba atento, buscando alguna señal de la ubicación de los soldados élite.
La radio de Isaac se encendió y era el Capitán, quién pregunta que sucedía, delatando su ubicación, comienzan a disparar, él se aleja manteniéndose detrás del árbol.

Hogomi estaba por usar su poder hasta que algo lo tomó por el cuello.

-Aquí estás -Tenía a otro Eoduun frente a él, era de clase 4, tenía rastros de quemaduras, era el mismo que Aranen había "tostado" hace años. Él intentaba liberarse de su agarre-. Es inútil, Capitán -Pronunció con burla la última palabra.

Kageshi saltó del árbol dándole una patada en la cara a la criatura, para que Hogomi sea liberado.
Apenas aterriza y su poder se activa generando una gran grieta, la tierra comienza a deshacerse y algunos Norcranianos caen al vacío.

Dimitry e Isaac disparan al enemigo cambiado de posición, Hogomi lucha con la criatura y su hermano acaba con los Norcranianos sin usar armas.

Una vez acabado el conflicto, Hogomi informa sobre lo sucedido y esperan nuevas órdenes.

-Fue una emboscada... -Murmuró Kageshi.

-Que rápido de diste cuenta -dijo Isaac con sarcasmo.

Todos rieron, en ese momento, Isaac es perforado con una bala.

-¡Isaac!

Trevor y tres hombres más los rodean, Isaac tenía una herida en el pecho y no dejaba de sangrar y toser.

-¡Resiste! -Dimitry se acerca y hace presión en la herida, pero ya es tarde- ¡ISAAC!

-Ahora siguen ustedes -Dijo Trevor apuntando les junto con sus demás soldados, Hogomi se lanza a él, y lo alcanza una bala en el hombro, de todas formas, el dolor físico que sentía era lo de menos.

Kageshi y Dimitry atacan a los demás soldados, una bestia salta de entre los arbustos y va hacia Hogomi, cuando Dimitry se pone enfrente.

-¡¿QUE ESPERA PULGOSO?! -Lo insista, y comienza a correr, con la bestia detrás, Kageshi trató de ayudarlo, pero estaba ocupado con los otros tres, y esta vez usó la Catana.

Un combate mano a mano entre Hogomi y Trevor, uno estaba herido, y eso le daba la ventaja al otro, pues de vez en cuando pateaba su herida, causando que pierda más y más sangre y sea más punzante y ardiente la herida.
Se debilita a cada minuto, pero no le impide las ganas que trae de vengar a su compañero, de torturar a su asesino, su juicio estaba nublado y pese a eso, parecía tener la ventaja.

Cada golpe era más fuerte que el otro, se dejaba llevar por la ira y Trevor no podía con sus golpes. Es ahí cuando coloca la mano derecha en el pecho del enemigo para hacerlo polvo.

Tal fue su sorpresa al darse cuenta que no paso nada y que algo bloqueó esa acción...

Trevor lo tomó de la muñeca y lo arrojó con fuerza al suelo, teniéndolo boca abajo, puso un pie sobre su herida en el hombro e hizo presión, luego comenzó a pisarlo frenéticamente, Kageshi intenta ayudar a su hermano, pero otra bestia se abalanza hacia él. Fue tanta la desesperación que sintió al ver a su hermano en apuros.

Hogomi gruñe del dolor, el otro le da la vuelta y comienza a patear y pisar su estómago y pecho.
Dejándolo débil, lo sostiene del cabello y lo obliga a arrodillarse. Hogomi escupe sangre y Trevor le da una paliza en la cara.

-¡HOGOMIII! -Grita su hermano al verlo de esa forma, mientras la bestia no lo deja ayudarlo.

-Se acabó Capitán... -Comienza a sacar una daga de su bolsillo.

Tsuki y los demás no saben más sobre Kageshi y Hogomi desde su último mensaje.
Un movimiento detectado por el radar los pone alerta, de pronto una cosa extraña sale de la tierra, era una bestia, pero pequeños, color marrón y con garras gruesas y patas más desarrolladas.

-¡QUE DEMONIOS! -Grita el Capitán antes de que Noah mata a la cosa de un flechazo.

-Parece ser que es más débil que las bestias que conocemos.

Al terminar de decir eso, más salen y entre varios se abalanzan a cada soldado, ni siquiera intentan matarlos, directamente comienzan a devorar a los soldados. Tsuki acaba con algunos y corre a ayudar a los demás. Shigo arroja a cada uno al precipicio.

Las bestias más grandes se aparecen de entre los árboles.
La pelinegra última su hielo para acabar con los marrones, era en vano, pues más aparecían y a veces las bestias grandes y negras las protegían.
Kageshi llega y acaba con la bestia que ha estado persiguiendo desde su ubicación.

Los hace polvo en lo que parece ser una explosión de ira.

Los marrones vuelven debajo de la tierra y causan que está empiece a temblar, su plan era derrumbar el piso en el que estaban y hacer que todos caigan. Antes de que muchos caigan al vacío y son aplastados por las rocas, Tsuki, Noah, Thiago y otros soldados se salvan. El capitán ha caído.

Thiago hace uso de sus bombas a pesar del riesgo al estar tan cerca de un barranco. Tsuki es atacada por una de las bestias pequeñas, casi cae al vacío. La bestia la tiene en el borde del barranco y la orilla nuevamente comienza a agrietarse. Shigo corre a ayudarla y quita a la bestia, solo para caer y sujetarse del borde, mientras que la criatura se sostiene de su pie.

Tsuki lo toma de la muñeca antes de que el caiga, el castaño intenta quitarse al animal del pie, pero como muchos volvieron a sumergirse, estos salen de las paredes del barranco buscan hacer que caiga.

-¡Sostente! -Grita la chica.

-¡NO ME SUELTES POR FAVOR! -Las mordidas en sus piernas y brazo comienzan a dar efecto, pierde fuerza, pero ella aún lo sostiene.

-¡SHIGOO! -Exclamó al sentir que se resbalaba, una bestia "normal", le muerde a Tsuki en la pierna y comienza a jalar de ella. Por inercia sostiene con fuerza a Shigo. Kageshi y los demás no podían ayudarla.

El castaño al ver que más bestias se acercan a ella le ruega:

-¡DEJAME O TE VAN A MATAR!

-¡No lo haré!

-Tienes que... -Murmuró con los ojos vidriosos, ella sintió como el agarre de Shigo se aflojó y comenzó a resbalar hasta ya no tenerlo.

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Gracias por la espera jeje.

Dato por si no lo notaron:

Kaleb estaba cerca. Esto se sabe ya que cada vez que está cerca los poderes se bloquean por algún extraño motivo. Que USTEDES todavía no conocen 🙃

Hasta la próxima!!

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