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O5

—TecnoLife, buenas noches. ¿En qué podemos ayudarlo?

—Hola... Hm, quisiera que me dieran ayuda sobre mi robot... —su voz era temblorosa.

—Claro, dígame ¿qué es lo que le ocurre a su robot?

—V-verá, él ha estado raro... parece agotado cuando no ha hecho mucho, se cansa realmente rápido y... —sintió el nudo formarse nuevamente en su garganta pero lo tragó como pudo.

—¿Algo más?

—Hoy se ha desmayado.

—¿Desmayarse? —preguntó incrédula la mujer tras la línea. —¿Cómo ha sucedido eso?

—N-no lo sé, mi mejor amigo y yo hemos venido a Busan a ver a mi familia, fuimos a la playa por la tarde y él simplemente estaba jugueteando con el robot de mi mejor amigo y con otro niño cuando sólo s-se desplomó.

—Deme los datos de su robot por favor —pidió la mujer, Jimin se los proporcionó y luego se escucharon dedos tecleando.

Hubo un silencio que hizo desesperar a Jimin, los segundos se hacían eternos cuando la angustia estaba rasguñando su piel.

—¿Es la primera vez que se sucede esto? —pregunta de pronto la mujer.

—N-no... Este es su segundo desmayo.

—¡¿Segundo?! —Jimin muerde su labio porque sabe que eso sólo significan malas noticias. —¿Por qué no reportó desde el principio el incidente?

—Lo lamento, yo estaba muy asustado.

Un sollozo se escapa de su garganta y escucha suspirar a la mujer.

—Su robot está dañado, como puede darse cuenta. Ese modelo tuvo varios ejemplares fallidos, por favor proporcione su dirección y mañana por la mañana el personal de la empresa pasará a recoger su robot.

—¡¿Recogerlo?!

—Así es, es un robot fallido, lo traeremos de vuelta y le daremos uno nuevo.

—¿Qué harán con él?

—Deshecharlo lo más probable. Por favor, deme su dirección y mañana tendrá un robot nuevo. Lamentamos las molestias.

—¡No quiero uno nuevo! —gritó furioso. ¿Deshacerse de Yoongi? Estaban locos si creían que él lo permitiría. No importaba cuántos fallos tuviera Yoongi, él lo quería tal y como era. Él...

—Joven, su robot no tiene mucho tiempo de vida según nuestros registros.

—¿Qué?

—Debido a lo las condiciones en las que su robot se encuentra, su nivel esperado de vida se ha reducido a una velocidad espeluznante. Contando el tiempo que lleva activo y fallando tan constantemente, yo estimo que su robot tiene aproximadamente dos meses de vida restante.

El corazón de Jimin dio un brinco. Nuevamente todo a su alrededor se puso helado y su respiración se cortó.
Esto debía ser una broma, una de muy mal gusto. Yoongi no puede.... Él no puede simplemente...

—No es cierto... —susurra Jimin con la voz rota.

—Si es debido al daño presentado en diferente robots de ese modelo, le damos la opción de cambiarlo por uno que funcione correctamente. Sin embargo, si es debido a...

—No. No quiero a nadie que no sea él. Gracias.

Jimin cortó la llamada, sin dejar que la mujer terminara de decir todas las condiciones. De pronto comenzó a percatarse cómo todo a su alrededor se distorsiona y siente que el piso cada vez está más alejado. Alcanza a mirar a una señora vestida totalmente de blanco y con su cabello canoso amarrado en una cebolla subir por las escaleras. Ella le está llamando pero él no puede oírla realmente. Ella está muy cerca de su rostro cuando él deja de ver y todo se vuelve un manto oscuro lleno de dolor y frío.

Todo comienza a verse borroso, sus sentidos están conectándose nuevamente y alcanza a escuchar la voz de su mejor amigo. Taehyung está hablando con alguien pero no reconoce la voz de la otra persona... Oh, mentira, ya recordó, está hablando con Hyunjin.

Su vista se aclara y lo primero que observa es una pared azul cielo y una ventana con cortinas blancas recogidas con un bonito listón del mismo color que las paredes. La luz entra por aquella ventana y le pega directo en la cara. Jimin frunce la nariz y entre cierra los ojos.

Se gira sobre su espalda, viendo directo al cielo raso de la habitación. ¿Dónde está concretamente?
Vira los ojos hacia su mejor amigo y el otro muchacho quienes hablan entre sí con la voz algo baja. Puede ver de frente a Hyunjin pero sólo ve la espalda de Tae.
Se levanta lentamente llamando la atención del pelinegro de labios gruesos.

Taehyung se gira al darse cuenta que el niño frente a él mira a través de él. Taehyung se acerca y se sienta en la cama con cuidado.

—¿Te despertamos? —pregunta el castaño, luciendo arrepentido.

Jimin niega con la cabeza y sonríe ligeramente. —¿Dónde están los demás?

—Abajo, le están haciendo compañía a Jeongin que está desayunando —dice Hyunjin.

—Hm... ¿C-cómo está Yoongi?

—Bien —dice Taehyung de inmediato. —Él está como si nada, realmente nos sorprendió cuando despertó.

—¿Qué te han dicho los de la empresa?

Jimin aprieta los labios y fija su vista en otro punto de la habitación. Las palabras de la mujer regresan a su cabeza y le retumban la mente. Se siente ahogar de nuevo y quiere verlo.

—¿Jimin? —Taehyung le sostiene el hombro y Jimin lo mira de pronto, tratando de centrarse en el rostro de su amigo.

—Dijeron que sólo le quedan dos meses de vida.

Tanto Hyunjin como Taehyung abrieron sus ojos con sorpresa y pudo ver cómo los labios del menor se abrieron un poco.

—¿Es todo lo que te han dicho? —inquiere Hyunjin, con la firme idea de que puede haber algo más detrás de todo el problema. Sin embargo, Taehyung le da un suave golpe en la mano, diciéndole que no diga nada más con una mirada severa que expresa mucho. Hyunjin suspira y asiente.

—Quiero verlo... Necesito saber que está bien.

—Está en el comedor —dice Hyunjin—, pueden salir al jardín si quieren estar solos.

—Gracias —dice Jimin, levantándose de la cama y saliendo a prisa de la habitación. Pero antes de cerrar la puerta se detiene y mira a Taehyung, como cayendo en cuenta de algo. —No le he dicho a mamá.

Taehyung suelta una risita y sacude su mano restándole importancia. —Anoche he hablado con ella. No le dije lo de Yoongi, le he dicho que nos hemos encontrado con uno de tus amigos de la escuela y nos quedamos con él. Ha estado de acuerdo pero quiere que volvamos antes de las dos de la tarde a casa.

Jimin asiente y se va rápidamente.

Una vez llega al comedor, lo primero que divisa es una simpática escena de Jeongin comiendo un plato de cereal de chocolate, riendo tiernamente del extraño baile que Jungkook hace frente a él. Yoongi está jugueteando con una manzana en sus manos mientras su vista está clavada también en el show sin sentido de Jungkook.
Entra a paso lento y es Jeongin quien lo ve primero, le saluda y en seguida Jungkook y Yoongi voltean a verlo.

Jimin se acerca a Yoongi y le masajea los hombros con nerviosismo. Él está bien... Su pecho se llena de calma.

—Buenos días Jiminie, la nana de Innie dejó el desayuno hecho.

—No es mi nana —Jeongin se queja y llena su boca con otra cucharada grande de cereal. Jungkook le revuelve el cabello.

—Estoy bien... ¿Podemos hablar un segundo tú y yo?

Yoongi se pone en pie al instante y asiente. Jimin entrelaza sus manos y lo dirige hasta el jardín, bajo un lindo techo decorado con flores y plantas bastante bonitas.
Yoongi no puede dejar pasar el hecho de que ya estando ahí, sus manos aún seguían unidas. El pálido sonrió mínimamente sin querer hacer muy obvia su emoción.

Sin embargo, Jimin notó su indestructible sonrisa y sonrió también. Se quedaron mirando unos segundos antes de que la sonrisa del rubio temblara con vergüenza ante la atenta mirada del mayor.

—¿Por qué sonríes tanto?

—Sonreír es un placer de la vida, no hay por qué detenernos de hacerlo.

Jimin suelta una risa corta y asiente, bajando su mirada y notando apenas sus dedos entrelazados. Yoongi mira la unión también para después ambos mirarse a los ojos. Jimin alza la mano hasta que es visible para ambos, a la altura de sus pechos y enarca una ceja. Yoongi sonríe más en grande, dejando ver sus rosadas encías.

Jimin deja caer su mano haciendo que chocara contra su pierna, aún sin soltar la mano de Yoongi. Debía admitir que su tacto ligeramente rasposo era adictivo. Quería seguir sintiendo su amplia mano cubrir la suya.

—¿Cómo estás Yoongi? —preguntó por fin.

—¿Yo? Estoy bien, aunque hace calor... Pero sí, estoy bien.

—Hm... Me alegro.

—Si te refieres a lo que sucedió ayer, yo...

—Está bien, no tienes que justificar nada. Estoy bien con saber que tú estás bien.

Yoongi asiente y le besa la sien. Fue el primer beso entre ambos. Fue un beso lento, duradero. Un beso que transmitía calma, cariño y agradecimiento. Sin embargo, el dueño de aquellos labios que regalaban el beso sabía que muy en el fondo, casi escondido a la perfección, había miedo y dudas. Incertidumbre de lo que podría suceder más adelante.

"Estoy bien".

Pero, ¿de verdad estaba bien?


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