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O3

—Vamos, toma el que sea y vámonos, Taehyung debe estarnos esperando ya.

Jimin golpeteaba el piso con la punta de su pie repetidas veces con fastidio. Llevaban más de una hora en la misma cochina tienda de ropa juvenil y Yoongi seguía sin escoger algún conjunto pues cada que avanzaban un estante encontraba una prenda que le gustaba más que la anterior.
Era por esto que Jimin odiaba venir de compras con el azabache, era hartante.

—Joder Yoongi, toma dos conjuntos y vayamos a pagar por el amor de Dios, muero de hambre.

—Pff~ ya ya, estos dos. Vámonos.

—¡Por fin! —exclama Jimin caminando a prisa hacia la caja.

Yoongi rueda los ojos y le sigue de cerca.

Desde aquella noche Jimin había decidido interactuar un poco más con Yoongi, comenzar a considerarlo como un amigo más. Desde que inició junio y sus clases se volvieron más relajadas comenzó a salir con Yoongi e incluso sin la compañía de Taehyung y Jungkook. Yendo a centros comerciales, pequeños parques recreativos y demás lugares.
Pero sin dudas el peor lugar eran las tiendas de ropa, Yoongi siempre tardaba horas en escoger y desesperaba tanto a Jimin que éste siempre terminaba escogiendo la ropa con la excusa de que era él quien la iba a pagar. Sin embargo, esta vez Yoongi se opuso pues según él, los gustos del rubio eran feos y totalmente contrarios a los suyos.

Cuando llegaron donde Taehyung y Jungkook, quienes también venían cargando varias bolsas de compra, se dedicaron a caminar juntos unas cuadras hasta llegar a la parada de autobuses para volver a casa. La tarde había sido buena para los cuatro, una salida entre amigos siempre era buena.

El viaje de regreso fue todo risas y fotografías, pues la pareja más joven había desarrollado un extraño gusto por tomar fotografías de todo y de todos.

—Deberás pasarnos las fotos después —le dice Jimin a su castaño amigo.

—Sip, aunque pensaba sacarlas y hacer algún cuadro para ambos, ya sabes algo tipo familiar.

Jimin rueda los ojos pero asiente.

—Suena lindo, una foto familiar —menciona Jungkook. —Tu y yo somos una familia, ¿cierto? —le pregunta a Taehyung quien asiente con una enorme sonrisa y le deja un beso en la mejilla.

—Así es corazón, lo somos.

Yoongi observa la escena y sonríe con ternura. Jimin lo observa a él con timidez. Yoongi vira los ojos hacia el rubio y ambos se observan unos segundos, mismos en donde Jimin logra sentir una extraña sensación dentro de sí.

Desvían las miradas y siguen subiendo las escaleras del edificio con las voces melosas de los otros dos de fondo.

Jimin siente sus mejillas arder en vergüenza. Se siente presionado pero a la vez se siente culpable, las palabras de Yoongi dan vueltas por su cabeza atormentando su mente. Por supuesto que él quiere que lo ame, para eso lo hicieron. Él debe sentirse mal, incomprendido, triste y usado. Dios...
Pero, ¿y qué hay de mí? Se pregunta Jimin. Yo también fui usado, estuve triste y me sentí muy mal. Yo... No puedo hacerlo, no aún.

—Jimin —la voz alarmada de Yoongi lo saca de sus pensamientos y lo hace detenerse, girando hacia atrás para verlo unos cuantos escalones abajo.

—¿Qué pasa? —Jimin se apresura a estar cerca de él e inspeccionar su rostro que denota un poco de miedo.

Yoongi suelta las bolsas de compra y apoya las manos en sus rodillas, comenzando a respirar con pesadez.

—¿Yoongi?

—¿Jimin, qué pasa? —Taehyung recién nota que la pareja se ha quedado atrás. Jungkook se asoma por detrás de Tae para observar.

—Estoy bien —dice Yoongi, esbozando una sonrisa avergonzada. —Es sólo que subir estas escaleras después de caminar todo el día me ha derrotado.

—Ahg, si estabas cansado debiste decirme —le reprocha Jimin con un poco de frialdad en su voz, tomando las bolsas que Yoongi ha dejado en el suelo.

—No, deja eso, yo lo cargaré —Yoongi trata de quitarle las bolsas pero Jimin le da suaves golpes en las manos.

—Deja, sólo llévate esas dos. Vamos despacio.

Ambos retoman las escaleras con un ritmo más lento mientras que Taehyung se gira a ver a su novio con preocupación en la mirada.

—¿Estás cansado también, Kookie? —pregunta casi en un murmullo.

El robot niega con la cabeza con inocencia en la mirada, y observa un sehundo a Yoongi, win entender su extraña actitud. —Es extraño, nuestra energía debería durar más que esto... Tal vez hyung no recargó sus energías adecuadamente o quizás las gastó de más el día de ayer.

Taehyung sonríe macabro y le hace cejitas a su novio. —¿Crees que las haya gastado con Jiminie?

Jungkook abre sus ojos entendiendo a lo que su novio se refiere y carcajea. —No quiero saberlo, de verdad.

Cuando ambas parejas llegan a sus respectivas puertas, se despiden y entran rápidamente. Ambos dejan las bolsas en la habitación, junto al ropero de Jimin. Exhalan a la vez y comparten una risa tierna.

—Iré a ducharme —anuncia el rubio, Yoongi asiente y se recuesta en la cama.

—Te esperaré aquí.

Jimin tuerce los labios sólo un poco ante su respuesta pero se abstiene de decir algo.
Una vez de vuelta, se encuentra al azabache acostado aparentemente dormido del lado vacío que existe en la cama. Jimin aprieta los labios y se sienta en su usual lado del colchón, secándose el cabello.

Lo observa en silencio, viendo su bonita piel lechosa, sus ojeras falsas que desde el primer instante en que las notó le gustaron. Sus ojos afilados y que parecían estar delineados naturalmente, sus pestañas, su nariz, sus labios finos y rosados. Sus cabellos revueltos sin remedio y sus manos que ahora estaban bajo su mejilla y sobre la almohada, viéndose totalmente adorable.
Cuando menos lo notó, se encontraba bajando la mirada por el cuello, deteniéndose en el pequeño pedazo de piel y clavículas que la camiseta dejaba ver. Su corazón comenzó a acelerarse y algo revoloteó en su estómago.

—¿Se te perdió algo? —la grave voz lo hace despegar sus ojos de su abdomen y subirlos a prisa hasta su rostro. Yoongi lo mira con una risa burlona en los labios. Jimin frunce las cejas, carraspea la garganta y usando un tono de voz serio, reprocha:

—¿Se te perdió algo a ti? Estás en mi cama.

Yoongi ronronea y se levanta, acomodando su espalda en el respaldo de la cama y estirando sus brazos hacia Jimin.

—Ven aquí.

—No.

—Anda, nunca dejas que te abrace en público... Ahora no hay nadie.

Jimin lo piensa un momento y después de botar la toalla en alguna parte de la habitación se apresura a quedar entre los brazos de Yoongi quién sonríe triunfante sin que Jimin lo vea. Deposita un besito en sus hebras humedas para después apoyar su mentón en la parte superior de la cabeza de Jimin.

—¿Puedo quedarme hoy?

—Hm...

—Por favor, ha sido un día agotador y quiero descansar a tu lado.

—Ugh... De acuerdo —acepta con timidez, pero sin cambiar ese tono severo en su voz, escondiendo su rostro en el cuello del pálido.

Yoongi lo aprieta sólo un poco más a él y le acaricia el brazo. Jimin acaricia el cuello de Yoongi con su nariz y piensa un poco antes de hablar.

—¿Cómo es que te has agotado tanto hoy? Jungkook se notaba tan normal como nosotros.

—Bueno, Jungkook no cargo todas las compras de su novio toda la tarde —dice, con un tono bromista, fingiendo un reproche.

—Yo te dije que si querías ayuda y me rechazaste.

—Porque cargar las cosas del otro es cosa de novios.

—Entonces no te quejes —se defiende Jimin, formando un suave puchero, haciendo a Yoongi reír. —Espera, tú y yo nunca acordamos estar en una relación.

—¿No? Pues lo siento por ti porque tu relación conmigo inició cuando presionaste aquel botón y me dijiste tu nombre.

—Fastidioso —murmura Jimin.

Yoongi ronronea a unos centímetros por sobre su oreja y Jimin encuentra realmente placentero ese sonido. Las caricias en su brazo disminuyen y siente los labios de Yoongi golpear en su mejilla. Jimin se aleja sólo un poco para poder ver con claridad lo que Yoongi estaba haciendo. Sus rostros quedaron cerca, tal vez no como para que sus narices rozaran pero sí lo suficientemente cerca como para poner tímido a Jimin.

Los ojos de Yoongi rodaron de los bonitos avellana de Jimin hasta sus esponjosos labios que se encontraban entre abiertos de los nervios. El azabache se acercó lentamente hasta que, ahora sí, sus narices estuvieran pegadas. Jimin cerró los ojos y Yoongi lo miró unos segundos antes de posar sus finos labios sobre los de Jimin sin tocarlos realmente.

—¿Qué está mal conmigo? —Jimin abre los ojos y es ahora Yoongi quién los tiene cerrados.

Jimin se aleja totalmente, liberándose de los brazos de Yoongi que lo tienen rodeado, lo peor es que éste no se opone y lo deja alejarse.

—¿Qué dices? —pregunta Jimin con las cejas unidas.

—Fui programado para amar —dice con tristeza—, se supone que alguien me compró para que yo le dé amor y me dieran amor a mí pero... No entiendo. Hago lo que me toca hacer pero no recibo nada a cambio —Yoongi tiene la mirada perdida y si ponías atención podías ver cómo sus ojos ahora lucían más brillantes. Jimin tuvo miedo.

—Yoongi...

—Es que no entiendo —le dice con desesperación. —No estoy exigiendo nada pero... De verdad no lo entiendo. Lo hago todo pero tú pareces no notarlo. Significa que estoy haciendo algo mal... Pero, ¿qué hago mal? —aquella última pregunta se liberó junto con toda la desesperación que Yoongi contenía. —¿Por qué no puedes quererme de la forma en que yo te quiero? —Yoongi exhaló con dolor, Jimin sintió sus ojos humedecerse.

Yoongi mordió su labio inferior y se acercó a él inmediatamente.

—Dios no, no llores por favor, perdón. No quería que... Ahg, Jimin por favor, lo siento —dice Yoongi de manera atropellada, acariciando las mejillas contrarias, en las que comienzan a trazarse los caminos de sus lágrimas.

—Perdóname —le pide en un sollozo—, no puedo hacerlo... Quiero hacerlo, lo juro. Lo intento de verdad pero, no puedo.

Yoongi empuja a Jimin para que acomode su rostro contra su pecho, Jimin llora deliberadamente ahí sintiéndose protegido. Las manos huesudas le dan caricias en todo lo largo de su espalda y se enredan en sus hebras doradas. Aquella voz grave le habla en suspiros, diciéndole que todo estaba bien, que no debía disculparse, que él no estaba molesto. Que se calmara.

—Jungkook está realmente emocionado de que el verano comience, ya sé que todavía falta pero él no para de hablar y hablar de ir de nuevo a la playa e ir de compras con las ofertas de la temporada y esas cosas.

Taehyung cruza sus piernas estiradas sobre el sofá de Jimin, coloca un pie encima del otro y mete una nueva galleta salada a su boca.

—Incluso dice que está dispuesto a hacer amigos nuevos cuando vayamos a la playa y dice que quiere llevar a Jin hyung y Namjoon hyung pero le he dicho que ni siquiera tenemos un vehículo para ir, ni dinero para pagarle el viaje a ellos dos porque dice que quiere invitarlos ¡Já! como si él tuviera siquiera dinero, si hacemos eso seré YO quien pague todo.... Oye, la mesa sigue sucia.

Jimin le lanza una mirada filosa y pasa nuevamente el trapo con limpiador sobre la mesa. Taehyung le sonríe, metiendo su mano en el paquete de galletas en busca de una nueva.

—Deberías ayudarme, en lugar de estar ahí echado y mallugando mis sillones —se queja el rubio.

—Náh, ya tienes una gran ayuda con Yoongi hyung, míralo —dice señalando al mayor quien está recogiendo los trastos sucios de la cocina—, tan diligente el muchacho, qué envidia —muerde la galleta.

Jimin vira los ojos y cuando cree que la mesa está por fin limpia, se coloca las manos en la cintura observando los pequeños muebles que hacen falta limpiar y pensando con cuál de ellos comenzar.

El ruido de porcelana quebrándose lo hace dar un respingo y a Taehyung levantarse un poco para observar lo que sucedió. Se vuelve hacia la cocina con prisa y mira a Yoongi con cara de susto y varios trozos de un plato quebrado en el suelo.

—¿Qué pasó? —pregunta Jimin, acercándose al azabache.

—L-lo siento, se me resbaló y n-no sé, sólo se cayó. Perdón, ¿puede arreglarse?

—Hey, tranquilo —le acaricia el brazo tratando de que se calmara. —Es sólo un plato, no pasa nada.

—Yo... No entiendo, lo estaba sujetando bien, en serio.

—Fue un error, todo está bien.

Error.

—Yo recogeré esto, ¿de acuerdo? —Jimin le sonríe con simpatía, queriendo que deje de mirarlo con aquellos ojos de espanto. —Tú sigue haciendo lo que estabas haciendo, sólo ten más cuidado.

Yoongi asiente, le da un último vistazo a los pedazos de porcelana en el suelo y se va por más trastos. Jimin mientras recoge el desastre comienza a pensar y tratar de entender qué sucedió. Claro, fue un error, un error lo comete cualquiera pero... ¿Todo estaba yendo bien con Yoongi?
Realmente se veía asustado, quizá sucedió otra cosa y él no la mencionó. O quizá sólo se sintió culpable y ya.

Un golpe seco lo tomó por sorpresa y alzó la mirada con prisa al notar el enorme bulto tirado frente a él. Joder. Su corazón se agitó como nunca y sintió su cuerpo helarse.

—¡Taehyung! —grita con miedo— ¡Taehyung ayúdame! —vuelve a gritar.

Sus manos sostienen al cuerpo pesado que sigue sin despertar. Lo acomoda en su regazo y su propio rostro se deforma en llanto cuando ve los ojos felinos cerrados y sus labios separados.

—¿Qué sucedió? —pregunta Taehyung, tirándose de rodillas al instante, viendo a Yoongi sin moverse y a su amigo llorando desesperadamente.

—No lo sé, sólo se desmayó. Ayúdame por favor.

—Llevémoslo al sillón, vamos.

Ambos chicos llevan al robot al primer sillón a su alcance y lo observan unos segundos. Taehyung lo gira un poco y le revisa la nuca.

—¿Qué haces? —pregunta Jimin, sorbiendo su nariz.

—Ellos tienen aquí el nivel de carga que poseen, siempre debe estar aunque sea a más de la mitad, por su bien. Aunque es extraño que su carga se agote tan rápido cuando él duerme perfectamente por las noches y no realiza actividades pesadas.

—¿Estará bien?

—S-sí —no lo sé. —Su carga está baja, sólo deberá dormir un buen rato y recargará lo que le hace falta. Tranquilo.

Jimin asiente y se acerca más al pálido que duerme con tranquilidad en el sillón. Taehyung decide que es mejor irse y dejarlos solos. Jimin le pide quedarse pero el castaño se niega. "—Estarán bien", le dice antes de cerrar la puerta.

Jimin observa a Yoongi y siente ganas de llorar de nuevo. Sorbe su nariz diciéndose a sí mismo que no debía llorar, Yoongi estaría bien, por lo que no hay por qué llorar.

Su pequeña manita se mueve hasta el cabello revuelto del mayor y comienza a acariciar. Me gusta tu cabello, piensa. Nunca te lo digo pero también me gusta tu piel y tus ojos.


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