1O pt.1
El clima invernal estaba en su máximo esplendor, con el frío calando los huesos de las personas que andaban por la calle y con hermosos copos de nieve cayendo desde el cielo, adornado el paisaje nocturno.
La navidad estaba a la vuelta de la esquina, haciendo lucir las calles con luces y adornos brillantes. Con personas vestidas como Santa Claus invitando a pasar al público a sus respectivos negocios y restaurantes. Sin embargo, todo podía ser hermoso y llamativo, pero Jimin era aquel muchacho que no prestaba mucha atención a lo ajeno, que caminaba a su casa con las manos hechas puños metidas en los bolsillos de su abrigo y con la mitad de su rostro escondida tras su bufanda de colores otoñales.
Entrando a su edificio, sintió un poco de tranquilidad pues por alguna extraña razón no había gente en el vestíbulo mas que el policía de la entrada que saludó amablemente al rubio, como todos los días.
Por la mente de Jimin solamente pasaba la idea de entrar a su departamento y echarse a su cama a disfrutar del comienzo de sus vacaciones de invierno. No tendría nada que hacer, a nadie a quien ver. Posiblemente, Taehyung y Jungkook estarían con él la mayoría del tiempo pero, esperaba que ellos aparecieran después. Aún no estaba listo para conversar y festejar como supuestamente se debía.
Sin embargo, sus planes se vieron frustrados cuando al llegar a su piso vió a su mejor amigo parado en la puerta de su departamento.
-Vaya, esa cara dice desde lejos que no estás feliz de vernos -bromea el castaño.
-No es eso, sólo no esperaba verte aquí.
-Te estaba esperando, vamos dentro, aquí hace un frío inhumano.
En cuanto entraron, Jimin se quedó sorprendido de ver todo aquello que decoraba su hogar. Había guías de luces, algunos muñequitos de Santa Claus y hombres de nieve sobre los muebles. Incluso había un pino mediano bastante llamativo en la sala de estar.
-¡Ta-da! -canturreó Kim, detrás de Jimin.
-¿Tú hiciste esto?
-En cualquier caso, fuimos Jungkook y yo.
-¿Por qué?
-Se dice gracias, rubia malagradecida.
-Taehyung -le reprendió su novio desde atrás.
-Queríamos que te sintieras feliz. Queríamos hacerte sentir emocionado. Tú... sigues triste y no puedes negarlo. Si bien nunca fuiste gritón o muy animado, ahora lo eres menos. Quiero a mi mejor amigo de vuelta, al que siempre se reía de mis ocurrencias y al que siempre me sigue en todo. Yo no quiero al Jimin callado y que se la vive encerrado en su departamento sufriendo por algo que, bueno, ahora forma parte del pasado.
-Taehyung...
-Entiendo cómo debes sentirte. Has pasado varias veces por esto y me siento tan mal de no poder hacer nada por ti. Tanto Jungkook, tú y yo sufrimos la perdida de Yoongi hyung pero, yo sé que tú eres alguien fuerte Jiminie, alguien que puede con esto y, por Yoongi hyung mismo, deberías salir adelante.
-Amor... -murmuró el azabache, tomando del brazo a Taehyung, pidiéndole que se detuviera.
-No... No era necesario que lo mencionaras -dice Jimin, apartando la mirada.
-Yo creo que sí. Necesitamos avanzar, Jimin. Y quiero que lo hagamos juntos, no pienso dejarte solo.
Tras un suspiro por parte del más bajito, un asentimiento llega, volviendo a Taehyung alguien feliz que no duda en abrazar y cargar a su mejor amigo. Las sonrisas aparecen en los rostros de los tres y entonces, todo comienza.
-Me alegra que aceptaras -le dice Taehyung, sonriendo en grande-. Ahora, has tu maleta, nuestra salida es mañana.
-¿Qué? -la sorpresa vuelve a atacar la expresión del rubio y Taehyung se muerde el labio con culpabilidad falsa en el rostro.
-Verás, sabía que estarías todo deprimido para navidad y de seguro no ibas a querer hacer nada, entonces me encargué yo solito. Hablé con tu mamá y le dije que iríamos a pasar navidad con ella pero que llegaríamos unos días antes para poder estar más tiempo con ella y quizá vernos con los niños, Hyunjin y Jeongin.
-Pero mamá querrá saber qué sucedió con Yoongi...
-Pues se lo diremos. Es parte de avanzar Jimin, no hay por qué esconder las cosas. Sólo hay que saber afrontarlas. Y como te dije hace un momento, no pienso dejarte solo. Lo haremos los dos juntos.
-Tres -interviene Jungkook.
-Cierto, tres -Taehyung le regala una cálida sonrisa a su mejor amigo que prontamente se vuelve recíproca.
Es increíble la manera en la que el tiempo corre sin detenerse. La manera en la que todo cambia sin que uno lo note. La forma en la que el tiempo transcurre sin perdonar nada ni a nadie, llevándose mil y una cosas a su paso sin dar tiempo de pensar dos veces y enmendar errores.
Como el tiempo logra cambiar tantas cosas sin el permiso de nadie, acomodando todo perfectamente a su paso, sin dar explicaciones, sin aceptar devoluciones ni cambios, solamente dejándote gozar de aquello que él prepara especialmente para ti.
A veces, sus regalos pueden dejarte sorprendido. Sus obsequios son totalmente inesperados y con suerte son algún sueño que tú habías estado planeando desde antes y que sólo él pudo traerte. El tiempo es como un tipo de Santa Claus que llega a diario pero a veces, sus presentes no son del todo agradables, pero totalmente planificados para darle un nuevo giro y sentido a tu vida.
El tiempo nos trae regalos en forma de momentos que, aunque no nos gusten, debemos aceptar sin tener la opción de devolverlos o cambiarlos de alguna u otra forma.
Para Jimin, quien actualmente estaba molesto con el tiempo, había recibido el obsequio del momento donde su actual amor debía partir de su vida debido a un mal funcionamiento de su sistema. Aunque, entre más pensaba el rubio, estaba seguro que el señor tiempo le había traigo lo que todos conocemos como karma. Uno de los lemas del tiempo es que todo avanza para todos y conforme te comportes es como él se comportará contigo, tal cual como Santa y los niños traviesos que reciben carbón.
Jimin había sido castigado con el karma del señor tiempo. Donde Jimin antes había tratado de manera menospreciante a Yoongi, recalando sus malas experiencias con él y cerrándole su corazón ni bien lo conoció. Pero para su sorpresa, la preciosa actitud de Yoongi nunca cambió a pesar de los malos tratos y logró abrirse paso por el frío y roto corazón de Jimin hasta hacerlo completamente su hogar. Siendo ahí, el momento en el que el karma se presentó en sus vidas y para mala suerte del robot azabache, fue quien más duro pagó.
04 de octubre; 17:40 . Seoul, Corea del Sur.
Sentía los párpados pesados y no necesitaba mirarse en un espejo para saber que las bolsas bajo sus ojos estaban cada día más marcadas y oscuras. Su estómago rugía pero él no tenía ganas de comer. Sentía frío pero el otoño recién iniciaba y mirando sus manos, sabía que él también estaba palideciendo.
A su costado se encontraba Yoongi, yaciendo recostado sobre la cama, durmiendo. Llevaba tanto tiempo durmiendo que Jimin tenía miedo de que ya no despertara. Aunque sabía que ese sería un final totalmente esperado. Ese era el destino ya estipulado para Yoongi.
Estaba quedándose dormido, luchando contra sí mismo para mantenerse despierto. No quería perderse de nada y después sentirse culpable de algo.
Incluso no notó la llegada de su mejor amigo, quien tocó a su puerta entre abierta con los nudillos y una cara de tristeza que a Jimin siempre le hacía querer ir a abrazarlo.
-¿Cómo va todo? -preguntó Kim. Su voz más grave de lo usual, con un tono bajo y sin ánimos.
-Sigue durmiendo.
Taehyung asintió con ligereza, haciéndose paso en la habitación y yéndose a sentar en el piso a un costado de Jimin. Inmediatamente el rubio se acomodó de tal forma que podía observar casi de frente a Taehyung y mirar por el rabillo a Yoongi. El silencio no se prolongó mucho más que unos cuantos segundos pues la actitud y el semblante que el castaño mostraba, tenía a Jimin algo curioso y por supuesto, preocupado.
-¿Qué sucede? -preguntó de una- Taehyung, ¿qué tienes?
-Yo... -tomó una respiración algo honda y se dió su tiempo para exhalar-. Le conté a Jungkook lo que está sucediendo.
Las cejas marrones de Jimin brincaron ante la sorpresa y el montón de situaciones diferentes a las que Taehyung podría estarse enfrentando tras confesarle aquello a su novio.
-Él está... pues, molesto. Está herido porque se lo oculté todo este tiempo. Él palideció cuando creí que un robot no podía hacerlo... Se enojó, me gritó, cree que no confío en él, me recriminó algunas cosas y me empujó lejos de él cuando quise tranquilizarlo.
Se alborotó la melena castaña y lacia que poseía, mirando hacia el suelo. Se sentía mal, se sentía culpable. Tenía miedo y una tristeza irremediable le carcomía entero.
Jimin por su parte, solamente se mantuvo observándolo en silencio, con las cejas ligeramente juntas y con extraños escalofríos corriendo por su espina dorsal.
-Él comenzó a llorar por Yoongi hyung, sintiéndose culpable y dolido. Yo me sentí tan mal y tuve tanto miedo... Jungkook jamás había actuado así. Lucía furioso como nunca, daba miedo, está irreconocible. Pero también lloraba a la par que insultos salían de su boca, se jaló el cabello tantas veces y sus brazos se marcaron tanto cuando apretaba los puños. Me siento tan culpable de haber provocado algo así que... no sé, yo... -alzó la vista para encontrarse con los ojos de su mejor amigo, con los ojos húmedos frunció las cejas y puchereo inconciente hacia él-. Me siento tan culpable Jiminie.
-Tae... -Jimin le extendió los brazos y Taehyung se levantó para abrazarlo cual niño pequeño queriendo ser cargado por su madre.
Tan pronto estuvo en los brazos del mayor, comenzó a llorar. Jimin no pudo contenerse y lloró también, a la par de su mejor amigo. Ambos buscando consuelo en el otro, liberando sus sentimientos con quien más se sentían tranquilos. Sintiendo el pesar del otro y queriendo ser sentidos también. Tal cual dos almas gemelas yendo en busca del calor de su otra mitad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro