—¿Tanto les costaba decirme desde pequeño que yo no era realmente de la familia? ¿Tanto? ¿Tanto que tuve que enterarme por medio de una carta que la tía Kim me dejó hace años?

—¿Tu tía?

Pregunto recordando aquel momento en el que días antes de su partida ella, en su cama se encontraba escribiendo algo que nunca dejo leer a nadie. Y un día antes de partir, aún cuando parecía que se encontraba bien anteriormente, le regaló a ella un hermoso cuadro con una fotografía de ella y su bebé.

Ella quería e intentaba explicarle, pero este se notaba no solo alterado, sino también confundido y frustrado, por lo que era difícil tratar de hablarle.

—Deja que tu madre hable.

Interrumpió su padre con un tono de voz bastante grueso que hizo que este se callará aún exaltado.

—¿Qué?

—Jeon, aún somos tus padres, así que te voy a pedir que antes de decir una palabra más nos escuches.

El menor haciendo una mueca asintio a lo dicho sentándose en una de las sillas mientras que sus padres se sentaron en unas que estaban al frente suyo.

Su madre antes de continuar fue hasta su habitación y a los pocos minutos después volvió. Con ambas manos extendió un pequeño sobre hacia él.

—¿Qué es esto? —pregunto confundido el menor observando el sobre.

—Antes de poder contarte todo lo que debes sabes, debes leer esto primero.

Esbozo su madre. El menor sin perder tiempo hizo caso, agarro y el sobre y la leyó:

«Hola, yo soy Choi Min-Hye, la madre de este lindo pequeño, la mujer que esta abandonando frente a este orfanato a su pequeño. Sé que no tengo ninguna clase de perdón por lo que hice... Pero, ¿Qué podía hacer? Mi familia  cuando se enteró que estaba embarazada y de que el responsable de ello,mi exnovio, no se quiso hacerse cargo... Me dieron la espalda, me abandonaron a mi suerte... 15 años tenía cuando me embarace, aún voy a la secundaria, en realidad nunca pensé en ser madre, no aún, pero por creerle a él ahora estoy sola.
Cuando cumplí los nueve meses de gestación y al fin lo tuve, desde un inicio, dije que no tomaría el papel de madre... No porque no lo quisiera, sino porque sabía en el fondo que conmigo no tendría un buen futuro... Soy apenas una niña que ni siquiera sabe cuidarse así misma, que su familia la abandonó y que la persona que más amo la dejo de la noche a la mañana... Y aunque yo estoy haciendo lo mismo con mi propio bebé, al menos sé que dejándolo aquí alguien más podrá ser capaz de darle el amor y el cariño que yo no puedo darle...

El día de mañana cuando te enteres de alguna u otra manera, no te pediré que me perdones... Solo que trates de entender el "por qué" lo hice. Espero seas empático conmigo y con las personas que te criaron, mi querido niño... Aunque entenderé si no me quieres perdonar. Si me quieres odiar, ódiame. Si no me quieres amar no lo hagas. Y si en un futuro nos vemos y deseas ignirarme, hazlo, porque al fin y al cabo no merezco tener ese cariño que yo misma debe ir. No tuve ni tengo la fuerza para ello...»

«Sé que no tengo el derecho a pedir nada, pero por favor, a las personas que te adoptaron, no las odies cuando sepas la verdad. Ellos te cuidarán bien, te darán mucho amor y mucho cariño.

Y ustedes, lindas personitas que lo adoptaron, que nunca le falte amor, cariño, empatía, apoyo en sus decisiones a futuro. Guienlo por el buen camino y jamás lo juzguen si saber sus razones. Será un buen niño, lo sé...

Futuros padres de mi niño, de todo corazón les deseo una buena vida. Que sean felices.

Atenta. Choi Min-Hye.»

—Ella... —murmoró para sí mismo observando nuevamente la carta.

—Para ella no fuiste un error a pesar de las dificultades, ella en verdad te quiso, su único problema era que no podía darte un futuro. Ibas a vivir en la total ruina...

—¿Entonces, ustedes...?

—Déjame contarte algo —suspiro hondo y continúo— cuando sea joven, tu tía, la madre de Taehyung y yo éramos muy buenas amigas, ella fue la que me aconsejo adoptar.

—¿Por qué?

—Ya voy a ese punto —rió inaudible y siguió— cuando tuve a tu hermano y él ya era bastante grande, quise tener otro. Con tu padre lo intentamos muchas veces, pero no dió resultado, entonces fuimos al hospital para hacer un chequeo y en ese chequeo el doctor me dió la mala noticia de que ya no podría ser mamá otra vez, ya que cuando tú hermano nació internamente a la hora del parto los doctores rasgaron un órgano importante... Aún recuerdo que me sumergí en una depresión que duro mucho tiempo, todo hasta que Kim apareció y me dijo sobre adoptar. Admito que al inicio no estaba lista para hacerlo, el miedo me invadia, hasta que de todos los bebés tú fuiste el que me cautivo con esa sonrisa de conejito y ojitos brillantes como los de Bambi. Tú fuiste mi más grande y linda bendición que la vida me dió...

—¿Yo–...?

—Sé que aún estarás confundido y frustrado porque no te lo hemos dicho antes, pero entiendeme, hijo, temía que ya no sintieras lo mismo por nosotros... Hijo...

—Esto es demasiado para mí... Me duele la cabeza... Yo —se levanto de su asiento— en otro momento hablaremos del tema.

Este con una mano en su cabeza se dirigió a su habitación tratando de procesar toda la información que sus padres me habían dado.

Con sutileza se recostó sobre la cama quedando dormido casi al instante: su cabeza dolía demasiado, era un dolor indescriptible e insoportable. Todo paso muy rápido por lo que todo era difícil de procesar aún.

Con desesperación necesitaba un descanso. Su cabeza estaba muy cargada, ya todo en él se apagó y necesitaba recuperarse. Sentía la necesidad de restablecer su estabilidad emocional, urgentemente.

【 Al día siguiente, por la mañana 】

Los pequeños rayos del sol que entraban por el gran ventanal castigaban su plácido sueño. Con pereza y dificultad tallo sus ojos sintiendo un fuerte dolor en su cabeza.

—¡Ahhh! ¿Por qué duele tanto?

Se quejó observando su mesita de luz y notando que sobre la misma estaba la medicina para el dolor de cabeza y una taza de agua.

A él nunca le ha gustado las pastillas, pero en esta ocasión, sin quejarse, agarro la pastilla y de una la puso en su con un buen poco de agua.

Unos cuantos minutos después de asearse y cambiarse, se dirigió a la planta baja encontrándose con su madre, la cual estaba sentada en una de las sillas del comedor sosteniendo su taza con la cabeza baja, jugando con sus dedos ando ansiosa.

—Oww, creí que estabas durmiendo aún... —esbozo llendo a la cocina y tomar algo de agua fría.

—Lo siento... —al escuchar aquello dejo el vaso sobre la mesada dirigiéndose a ella con rapidez.

—No te disculpes —la abrazo por detrás colocando sus brazos al rededor de su cintura y su rostro entre el cuello y el hombro de la misma— lamento haberte tratado tan mal todo este tiempo... Mamá —susurró con los ojitos cristalizados— tú no tuviste la culpa de nada...

—Mi querido niño —esbozo con ternura alzando su mano así acariciar su cabello con delicadeza— lamento no haberte dicho la verdad cuando era debido... Tenía miedo de perderte —susurró dejando caer pequeñas lágrimas que recorrían sus mejillas.

—Mamá, sin importar qué, solo quiero que sepas que te amo más que a nadie en este mundo. Tú eres mi madre.

Esas palabras alegraron a su madre, la cual al instante de escucharlas se lavando de su asiento así abrazarlo mejor.

—Hijo, si te sientes listo podrás conocerla.

—Entonces, ¿Podré conocer a mi madre biológica?

—Si lo deseas, sí.

—En ese caso, deseo verla.

Ella tan solo asintio sutilmente con una débil sonrisa. Aún tenía miedo, pero sabía que él debía de enfrente su realidad.

Al rededor de unos tres días habían pasado ya que su madre, la señora Jeon había hecho una cita con la madre biológica de Jungkook. Hacia ya tres días que se estaban preparando para tal anhelado encuentro. Tres días en los que Jungkook ni el el trabajo se concentraba.

Cuando el día llegó los nervios aumentaron. Unas cuantas horas después, la noche fría de hizo presente. Los tres, su padre, madre y él se encontraban llendo hacia el lugar donde quedaron, la casa de su madre biológica.

—¡¿Pre-presidenta Choi?!

Exclamó con sorpresa al verla recibirlos en su casa, pero la sorpresa no solo fue de él sino de ella también.

«¿Cómo sea posible?»

Se preguntaron así mismos mirándose mutuamente un entender nada.

—¿Secretario Jeon? —le miro confundida inclinando un poco su cabeza.

—¿Ustedes ya se conocen? —preguto con curiosidad mirando a ambos.

—Esto... Ella es mi jefa, la presidenta Choi. Pero no entiendo, ¿Por qué hemos venido aquí?

—Hijo.  Jungkook, ella es tu madre.

Ante tal afirmación el menor quedó en shock apoyándose sobre una de las sillas que se encontraban ahí.

«¿Eso quiere decir qué los rumores eran ciertos?»

«¿Por eso cuando investigue tenía tanta similitud con ella?»

Se pregunto así mismo una y otra vez. Aquellas no salían de su cabeza. Estaba atómico, no podía creer nada.

Por otro lado:

Taehyung aún no tiene claro sus sentimientos, por lo que primero habla con Jimin, su mejor amigo y luego le pidió consejos a su padre.

Aunque oficialmente Taehyung y Bogun están saliendo, aún en la cabeza del rubio existe solo existe una persona, y es jungkook, la única persona que no puedo sacar de su cabeza.

Bogun al notar el descontento del rubio fue a hablar con Jungkook. No toleraba esa situación, deseaba que él rubio olvidará a aquella persona que le haría tanto mal.

—¿Por qué mejor no te vas y nos dejas a todos en paz?

—Con todos, ¿Solo te refieres a ti y Taehyung?

—Da igual. Aún por cumpla tuya no puedo hacer feliz a Taehyung, y todo por ti.

—¡Ja! No es mi culpa que él aún me ame. Además, ese asunto mío no es, que tú no puedas hacerlo feliz a mí no me incumbe.

—Cállate —ordeno— eres un imbécil.

—¿Por qué? ¿Por qué no puedes conquistar a la persona que tanto dices amar?

—¡Tú~! —lo agarro de la camisa mirándolo fijamente a ls ojos.

—No intentes culparme por tu incompetencia. Ahora sí me disculpas, tengo muchas cosas que hacer —rodo los ojos con intenciones de irse.

—¡Espera ahí! —exclamo acercándose a él dándole una piña en la cara

Los puños iban y volvían: unos daban a la cara mientras que otros daban en el abdomen, muslos y costilla.

Luego de un acalorado intercambio de palabras y puños, fueron separados por varias personas que se encontraban en la zona. Después de aquello ambos frustrados se fueron del lugar.

—¡¿Pero qué demonios le pasa?!

Exclamó acomodando su ropa y cabello como a su vez limpiando con un pañuelo su labio inferior.

—¡Idiota!

Así frustrado llegó a su casa, le dió de comer a Lu y luego se metió a la ducha a darse un refrescante baño.

Desde que hablo con su madre biológica volvió a su casa. Necesitaba tranquilizarse un poco de todo lo que estaba viviendo. Necesitaba procesar todo.

—Lo siento...

Murmuró para luego salir de a casa, entrar al taxi e ir directamente al aeropuerto.

Jungkook ya estaba cansado, estresado y sin ganas de nada. Su familia, ahora la biológica, sus sentimientos, trabajo, estudios, entre otras cosas no lo dejaban estar.

Luego de pensarlo mucho, una fría noche estrellada, que también casualmente habían estrellas fugaces, decidió hacer las maletas e irse junto a Lu a la isla Jeju sin decirle nada a nada, solo dejando una pequeña nota para que no se preocuparan por él.

«No se preocupen por mí, yo estaré bien...»

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—Espero les haya gustado ❤️
—Denle a la ★ (estrellita) de abajo ^^
—Bye~❤️

(Disculpen, Wattpad no me esta andando bien).