“—¿Qué? ¿Por qué no puedes elegir? —arqueo una ceja— es un respuesta fácil y sencillo, ¿Él o yo?”

El pelirubio quedó tan en shock que ni podía dar una respuesta a su pregunta. Sus sentimientos y pensamientos invadieron su mente como si fuera un huracán.”

—¿Por qué dudas tanto? —pregunto el castaño mirándolo.

—¡Ash, ya basta!

Exclamó fuerte y cansado al sentirse tan presionado por ambos chicos. El pelirubio sin decir una sola palabra más salió corriendo del lugar y por detrás de él fue Jimin.

—Idiota.

Susurró el de mechas verdes yéndose del lugar junto a Yugyeom y Jinyoung a sus respectivas casas.

Los días pasaron con rapidez. Y en esos días ni jungkook ni mucho menos BoGun sabían nada de él. Taehyung simplemente los ignoraba y cada que los veía se escondía en algún lugar.

Desde aquella vez que Jungkook le hizo esa pregunta, Taehyung no pudo sacarsela de la cabeza. Esa preguntaba ni tan siquiera lo dejaba dormir por las noches, ¿Y la verdadera razón de ello?

Él aún seguía sintiendo algo por su querido primer amor de del pasado. A pesar de todo, de que él lo dejara sin decirle una sola palabra, a pesar de aquellas palabras que antes le habia dicho, que aún cuando fueron hirientes y una realidad, no quitaban el hecho de que sus sentimientos seguían intactos.

La única diferencia que había era que ya no era como antes, que en realidad algo si cambio, y fue el hecho de haberle dado una oportunidad al amor de su vida, Jungkook.

—¿Entonces qué harás, Taehyung? —pregunto curioso de brazos cruzados sentado en el pequeño sofá del cuatro del rubio, mientras que a su vez lo miraba recostado en la cama con la mirada perdida en el techo— porque Jungkook parece estar muy decidido y no lo vas a hacer cambiar de opinión.

—Lo sé, lo sé... —murmuró dando un ligero resoplido.

—Sé que no debería decirte esto, pero creo que te ayudará para que tomes una decisión... —se levanto y se sentó a su lado colocando una mano en su muslo indicandole que se sentará— estos días he estado hablando mucho con Yugyeom, y él me ha dicho que, aunque no lo parezca, Jungkook también la está pasando mal, ya no tolera esta situación, se la pasa bebiendo aún en la semana. Ya está harto y por eso es que te hizo aquella pregunta. Él aceptará lo que decidas, siempre y cuando lo hagas porque así lo sientes.

—¿Él lo aceptará? —su contrario asintio varias veces con la cabeza mirándolo— ok... Debo pensarlo un poco... —volvió a tirar su cuerpo a la cama.

—Descansa. Y recuerda que si tomarás una decisión lo harás porque es lo que realmente sientes —se paro frente suyo— yo te apoyaré incondicionalmente.

El pelirubio levanto su cabeza sintiendole débilmente. Su contrario abulto su labio haciendo una mueca de costado para segundos después salir de la habitación e irse a casa.

—Espero que te guíes por tu corazón, Taehyung...

Susurró para sí mismo cerrando la puerta de entrada de la casa del rubio.

—¡Eres un idiota!

Exclamó dando patadas al aire rodando de un lado a otro en la cama, quejándose hasta por lo más insignificante.

Hizo tan berrinche que al cabo de unos minutos quedó totalmente dormido: sus ojos le pesaban, su cuerpo se sentía cansado y ya su cabeza dolía de tango darle vueltas al asunto.

Mientras tanto con Jungkook:

“—Mira, ¿Ves lo que te dije? Son muy parecidos”

“—Pero... ¿Por qué son tan similares?”

“—¿Serán familiares lejanos?”

“—Definitivamente son MUY parecidos”

Aquellas fueron algunas de las tantas cosas que la gente susurraba a su espalda al verlo llegar a su trabajo, donde todos están reunidos en la primer planta.

Todos estaban nerviosos y a la vez ansiosos por la llegada del nuevo presidente, el fundador de dicha gran empresa.

—¡A todos los presentes, se les pedí que por favor hagan silencio, la presidente ya está aquí!

“—¿La presidenta?”

“—¿Es una mujer?”

“—Pense que era un hombre”

“—Shh, he escuchado que ella vino de Estados Unidos y que se quedará un tiempo para poder dirigir su negocio principal”

“—Yo he escuchado que se fue porque cuando era adolescente se había quedado embarazada y su familia le dió la espalda”

“—Hasta donde sé ella lo aborto”

“—A mí me han dicho que engaño a su esposo y que por eso se fue...”

“—A mí que el padre no quiso hacerse cargo y la dejo”

La gente susurraba mientras la miradan entrar y subir al pequeño escenario que se encontraba allí.

A pesar de los murmullos de los empleados y la insistencia del presentador porque hagan silencio, ella no les tomo mucha importancia. Agarro el micrófono y con solo una de sus palabras todos callaron.

—Antes de iniciar este aburrido discurso, me presento, soy Choi, Enma, presidente y fundadora de la empresa "Click"

—¡Un click y es tuyo! —los empleados exclamaron el lema de la empresa.

—Así es. En fin. Desde ahora estén muy atentos porque habrán cambios, algunos serán leves mientras que otros serán drásticos.

—Sra. Choi, daré los primeros cambios —la mencionada asintio sutilmente con la cabeza— ¡Presten atención! Aunque en la secretaría de presidente no habrán cambios, en todos los demás sectores sí.

Y así comenzó a dar todos los cambios que hace días atrás, antes de su llegada, la señora Choi le había dando.

“—¿Cómo es posible que ese mocoso no lo sacarán de su puesto?”

“—Ash. Es injusto. Él es demasiado joven para tener ese puesto y encima para colmo también lo conserva”

“—Él de seguro hizo un trato con la empresa, como ya ves, es un niño mimado”

“—Estoy seguro que ese mocoso es algún pariente de la señora Choi, porque cómo es posible que le den ese puesto tan importante a un mocoso.”

Las quejas de los demás cada vez se hacían más presentes, ahora hacia el menor, el cual solo escuchaba y no decía absolutamente nada.

A él no le afectaba realmente lo que otros murmuraban de su persona, ya que él sabe su verdad y la razón por la que realmente ocupa ese lugar, y claramente no era por lo que ellos murmuraban.

—¿Quién es Jeon JungKook? —pregunto la señora Choi.

—¡Yo! —exclamó a lo lejos dirigiéndose a la presidente.

—Oww, ¿Tú eres el muchacho de la heladería? —lo observo de pies a cabeza afirmando dentro suyo que era verdad.

—Ah~, es usted —rasco su cabeza para luego hacer una reverencia formal hacia ella— lamento lo de aquella ocasión, no sabía que usted era la presidenta.

—Está bien, no debes hacerte problema por ello —le dedicó una sonrisa de labios cerrados.

❬ Flashback ❭

—¿Me podría dar un judo de plátano con cinco hielos y dos postres de chocolate? —el de mechas verdes pidió sonriendo sutilmente a la señora de la cafetería.

—Aquí está.

Le entrego su judo luego de que pagará y guardará su cambio. Al darse la media vuelta sin darse cuenta choco con otra persona. Sin querer le habia volcado un poco de su jugo a dicha persona, pero gracias a sus reflejos lo pudo atajar impidiendo que este cayera del todo.

—Lo-lo siento, fue un error mío —se disculpo sin mirar a dicha persona haciendo varias veces una reverencia.

—Estás cosas suelen pasar, no tan a menudo pero pasa —rió inaudible colocando un mano en su boca para luego poner una mano en su mano haciendo que este le mirara.

—Lo siento, señorita.

—Ya. Está bien.

Sonrió y ambos con la mirada buscaron un lugar libre. Siendo el único lugar libre cerca de la ventana. Por instinto fueron allí por distintos lugares dándose cuenta al dejar sus bandejas sobre la mesa.

—¿Oww?

—¿Tú otra vez? —pregunto la pelinegro al verlo.

—Lo siento, si gusta me voy —esbozo subiendo su bandeja.

—No. ¿Quieres que almorcemos juntos? —le pregunto amablemente con una sonrisa de dientes— igual no hay más lugar.

—Eso es verdad —observo su alrededor— está bien, igual no tengo problema.

Jungkook le sonrió amablemente a la desconocida sentándose en una de las sillas.

❬ Fin del Flashback ❭

—Bien. ¿Podemos iniciar? —le pregunto mirando al de mechas verdes.

—Claro. Aquí tengo los horarios que el señor Yoon me paso, pero si desea hacerle algún cambio dígame que lo hago.

—Que eficiente, me gusta. Iniciemos.

—¡Ahhh, ya estoy cansado!

Exclamó el menor recostandose sobre la cama totalmente agotado. Había sido un día cansador y con muchos cambios en el trabajo que debía cambiar, eso sin contar el lidear con las personas de su mismo departamento.

—¡Jeon!

Se escuchó desde la puerta de su casa (su gran departamento). Aquella voz la podría reconocer en cualquier lugar por lo que simplemente grito desde su habitación.

—¡Solo entra, tú sabes la clave!

Dicho y hecho. Desde su habitación se escucho el ruido sonoro de su teclado y la puerta siendo abierta.

—¡¿Estás candado?  ¿Quieres que te haga la cena?!

Pregunto su querido amigo sabiendo perfectamente que no ha comido nada por su estado.

—¡Por favor!

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