Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

EXTRA 01: NIGHT (CAP 37)

Descubrió que estaba enamorado de Yeosang a los 15 años.

Aún podía recordar los celos irracionales que lo albergaron cuando vio al chico charlando animadamente con una chica, en medio de los corredores tras finalizar las clases. Wooyoung acababa de salir de geometría, feliz de poder reunirse con su amigo para que ambos pudiesen ir a visitar a un Seonghwa enfermito a su casa. Mas su sonrisa se borró de su rostro, cuando la mano de la chica acarició el mentón de Yeosang, como si fuese un gesto regular.

El dolor en su pecho fue uno de los primeros indicios. Uno bastante difícil de ignorar cuando era incapaz de razonar su molestia. Tener celos de un chico era fácil de justificar, pensar "yo soy amigo de Yeosang y no quiero que tenga otros amigos que me reemplacen", tal vez. Pero tener celos de una chica era algo... completamente diferente.

Fue abrumador. Fue... una pesadilla. Su madre se había encargado diariamente de inculcarles sus creencias, de hacerle ver que la homosexualidad es un pecado, un error que iba en contra de la naturaleza y que necesitaba ser exterminado de cualquier forma posible.

Aquella noche se quedó mirando el techo de su habitación hasta la madrugada, pensando en que diría su madre cuando se enterarse de lo que Yeosang, su amigo, le hacía sentir.

Se enamoró como cualquier otro adolescente... o quizá peor. Wooyoung nunca había experimentado el amor antes. Su vida era el básquetbol, sus estudios y su hermana. ¿Cómo se suponía que se enfocaría en algo como el amor cuando era su última prioridad?

Yeosang le hiz comprender. Yeosang fue un paso crucial en su vida que le permitió avanzar. Gracias a Yeosang y a los sentimientos que despertó en él, Wooyoung se transformó en lo que actualmente era y no podía estar más agradecido con su amigo.

Pues sin él quizás no sehabría conocido a sí mismo. Sin él quizás se habría quedado estancado en un mundo donde no existían las posibilidades para alguien como Wooyoung.

Porque para Wooyoung, un chico perdido que carecía de una brújula, Yeosang significó el mundo, al convertirse en el guía que lo condujo hasta donde se hallaba ahora.

Era su principio y también tú final.

No había un antes.

No había un después.

Acabó por acostumbrarse a amar a Yeosang, de tal modo que se obligó a sí mismo a no superarlo. No importaba si no reciprocaba sus sentimientos o si estaba con Seonghwa. A Wooyoung le bastaba poder amarlo, porque ahí, con la persona que le había enseñado el camino, el resto del mundo cobraba sentido.

Para él, sus propios sentimientos siempre habían sido claros.

Hasta aquella pregunta.

"¿Lo querías mucho?"

¿Qué clase de pregunta era esa? ¿Cómo se suponía que debía saberlo? ¿Quererlo? ¿Lo hacía? Wooyoung jamás había considerado querer a otra persona. Y aunque era consciente de que Yeosang desconocía que San había sido su novio falso durante todo ese tiempo no pudo evitar cuestionarse lo que realmente sentía por el rubio.

¿Cuándo las cosas habían empezado a cambiar?

¿A caso sucedió durante su cita? Cuando entró al local y vio al rubio sentado en la mesa, con la mirada enfocada en el florero. Luciendo deslumbrante en una camisa que realizaba el tono de su piel y el rosa tenue de sus labios.

¿O quizá en la tienda? Cuando fue a comprar sus cortinas y se encontró llamando a San sin pensar. Relajándose al escuchar su voz. Sonriendo como idiota cuando su tono fue suave a través del auricular y la comprensión de que necesitaba detener ese "algo" entre ellos lo golpeó de pronto.

¿O aquel día en su departamento? Con San riéndose en su cocina. Con su mirada tierna bajo la suya. Una calidez desconocida expandiéndose por su pecho, a la vez que su corazón latía con vehemencia.

En las mañanas en las que San murmuraba entre sueños, y su imagen era demasiado agradable como para no ser capturado. Entonces Wooyoung le besaba; la frente, la nariz y las mejillas, mientras el rubio dormía profundamente a su lado.

En las visitas a su departamento cuando San enfermó. Disfrutando mimarlo. Amando la manera en que San se dejaba cuidar por él, como su mayor demostración de total confianza. Las sonrisas débilmente reprimidas cuando hablaba en un asqueroso acento francés.

Aquel "te extraño" qué había sido incapaz de contestar. Porque aunque hubiese tratado de negarlo, él también lo había extrañado como jamás había esperado que lo haría, y Wooyoung se había aterrado al sentir cómo esa dependencia que antes le pertenecía a Yeosang, empezaba a ser de alguien más.

Lentamente. En detalles que pasaban desapercibidos al principio. En sensaciones nuevas que San despertaba y que le hacían ver su entorno de una manera diferente.

No estaba seguro de cómo ni cuando las cosas habían cambiado. Si había sido en un beso compartido en la puerta de la Universidad, o en una mirada en la cafetería en la que acostumbraban desayunar juntos.

En la noria, o afuera en la calle tras haberlo separado de un tal DunDun.

En las aguas termales, o en el bar cuando su papel fue ser su Cupido.

Quién sabe, quizás todo comenzó cuando relató su horrible historia sobre la nalgada a lo Christian Grey.

Para luego llamarlo Cerdito como si estuviera en su derecho.

Un suspiro hondo abandona sus labios, a la vez que veía a través de la ventana, las gotitas de lluvia chocando contra el cristal y deslizándose por su superficie.

Su pecho doliéndole al pensar en el chico que caminaba bajo el diluvio.

Deseando estar ahí para sostenerlo.

Mas también siendo capaz de entender que la última persona que San necesitaba en ese momento, era él.

Dirigió su atención momentáneamente hacia Yeosang, percatándose de la sonrisa alicaída que decoraba su rostro y recordando lo que los había traído hasta aquí en un inicio. No sabía muy bien cómo sacar el tema flote, de su nueva dirección y de lo sucedido con Seonghwa, pero no resultó necesario.

—Seonghwa terminó conmigo.

Sus labios se curvaron en una "o". —¿Ustedes ya no...? —Yeosang sacudió la cabeza y Wooyoung se suavizó al notar la tristeza que cubrió el semblante del contrario. —Lo siento. ¿Cuándo sucedió?

—Mm... Desde su fiesta de cumpleaños...

—¿Por qué? —Yeosang se encogió de hombros, evadiendo su mirada, como si aquello fuera suficiente para que Wooyoung no se diera cuenta de las lágrimas que se acumulaban alrededor de sus ojos.

—Dijo que ya no era feliz conmigo.

Auch.

Le miró comprensivo, palmeando levemente su brazo, sin saber cómo consolarlo. Seonghwa siempre se había visto tan... vivo y alegre a su lado, siempre usaba una sonrisa en su rostro cuando estaba con Yeosang. No se habría imaginado jamás que Seonghwa fuese la persona infeliz en la relación, o que estuviera descontento con cómo estaban las cosas.

—¿Te emborrachaste por eso?

Yeosang rió secamente. —Sí... aunque fue una mala idea. Realmente odio vomitar.

—¿Quieres vomitar ahora?

—Tengo dignidad Wooyoung, vomitaré cuando llegue al departamento.

Wooyoung revoleó los ojos, reconociendo fácilmente lo terco que se comportaba Yeosang a veces.

—Si te sientes mal puedo pedirle al taxi que...

—No pude detenerlo —intervino. Wooyoung tragó pesado ante el cambio abrupto de tema. Seonghwa. —Lo único que quiero es que sea feliz y yo... estuve impidiéndoselo todo este tiempo.

—Lamento que haya acabado así, Yeosang. De verdad.

—No lo lamentes... Sabía que ocurriría algún día ¿sabes? Que se iría, solamente pensé que podría ignorarlo, fingir que... todo estaría bien para siempre —suspiró con pesadez, jugando con sus dedos sobre su regazo—. Fue ingenuo de mi parte creer que podría manejarlo...

Wooyoung se encogió en su asiento. Manejarlo. Bueno, ya somos dos expertos cometiendo errores.

—Desearía que las cosas hubieran sido diferente...

—Sí, bueno... bienvenido al club —dijo Wooyoung sarcástico—. No eres el primero que es botado por ser un idiota.

—Ni el último... Hey... ¿Qué pasó entre San y tú?

—Cosas —carraspeó, esforzándose por olvidar al menos por un instante la voz vulnerable del rubio a través de la lluvia—. Supongo que estábamos destinados a fallar.

—A Seonghwa le agradaba bastante. Nunca paraba de hablar de San —dijo esbozando una sonrisa nostálgica—. Apuesto a que seguirán siendo amigos.

—Ni me lo digas —se rió—. Deben estar juntos justo ahora.

—Lamentándose por haber tenido novios tan estúpidos —suspiró melodramático. Wooyoung rodó losnokos con diversión—. Mientras que nosotros estamos aquí, como buenos perdedores... ¿Lo recuerdas, no?

Wooyoung frunció el ceño. —¿Recordar qué?

Los buenos perdedores. Nosotros sentados en una banca a un lado de la cancha, tomando jugo de naranja preparado por tu mamá. El juego de béisbol.

—Oh, no, no, ¡no me lo recuerdes! —se quejó, escuchando la risa suave de Yeosang al interior del auto—. Seonghwa quería asesinarme ese día. Aún puedo visualizar su cara de enfado y sus ojos sedientos de mi sangre.

—Oye, al menos no te golpeó en la nuca con una de sus zapatillas deportivas.

—¿¡Eso fue lo que te lanzó!? Wow... cómo olvidar cuando acabaste medio muerto en la enfermería de la escuela. Y por supuesto, su puntería de excelencia ¿no es así?

—Hwa realmente pensó que nosotros sabíamos cómo jugar béisbol... ¿de dónde sacó esa idea? Tú ni siquiera estabas en básquetbol todavía. Con suerte sabías caminar sin caerte.

—En mi defensa, pensaba que batear y tirar pelotas sería suficiente conocimientos.

—¡Corriste en dirección contraria, Wooyoung!

Ambos rieron, evocando memoria del pasado que por años habían permanecido enterradas, y que resurgieron, como bálsamo para las heridas que esperaban que el tiempo pudiera sanar.

Ahí, en un vehículo bajo la torrencial lluvia, encontraron un refugio en el otro. Un refugio que habían olvidado que si quiera existía, un refugio que su separación había erosionado.

Wooyoung prácticamente había olvidado lo que ellos eran.

Entre el enamoramiento que tuvo con Yeosang durante la secundaria, y los años sufriendo y arrepintiéndose de las decisiones que había escogido, había pasado por alto que antes de todo ellos eran amigos. Mejores amigos. Una amistad que no era fácil de encontrar, y que habían construido desde que tenía 6 años.

—Extrañaba reírme contigo —susurró. Yeosang le devolvió la sonrisa.

—Yo también. Siento que... nos hemos distanciado mucho ¿no te parece?

—No podría estar más de acuerdo... No nos distanciemos de nuevo ¿sí? Odié alejarme de ustedes cuando entré a la universidad. Los extrañé tanto... No quiero volver a separarme.

Yeosang alzó su dedo meñique, esperando que Wooyoung lo imitara. —No podría estar más de acuerdo —repitió.

Sus muñecas entrelazaron, sellando la promesa, y en la penumbra pudo atisbar la expresión suave que cubría el rostro de Yeosang. La mirada tierna y la sonrisa pequeña que curvaba sus belfos. Recordando casi inevitablemente las palabras que habían abandonado los labios de San hace cuestión de minutos.

"Lo amas".

Huh...

Lo hacía ¿no es así?

Wooyoung de verdad lo hacía. Lo amaba, un montón. Era alguien increíblemente especial para él y gran parte de su vida.

Y años atrás... Dios... años atrás él habría desfallecido por besarlo en el asiento trasero de ese taxi.

Pero ya no más.

Y aunque le diese terror admitirlo, y cientos de preguntas se acumularon en su cabeza, sabía perfectamente que entre sus motivos y existía uno en específico que le estaba haciendo despertarte de aquel trance.

Alguien que tal vez ya era demasiado tarde para recuperar, mas que valía completamente la pena.

—Yeosang...

—¿Sí?

Apenas era capaz de escuchar su propia voz bajo el sonido de sus propios latidos. —¿Está bien si te confieso algo?

—Dispara.

Wooyoung inhaló tembloroso, carcomido por los nervios, Yeosang alzó ambas cejas a la espera de lo que su próxima declaración fuese a tratar. Por un instante juró que Wooyoung iba a hiperventilarse, o a darle un paro cardíaco. Sonrió, no obstange, cuando aún bajo la mala iluminación, sus mejillas rojizas se tornaron visibles.

—Lo quiero —dijo finalmente, hundiendo las uñas de sus dedos en sus piernas—. Lo he estado ignorando desde hace demasiado tiempo y yo... lo quiero ¿sí? Sé que es tonto, porque no debería encontrar su malicia tan adorable y menos el apodo estúpido que me puso, y que por cierto todos los días espero poder escuchar. Odio que sea tan lindo y tierno y fácil de hacer reír. Adoro cuando habla dormido y no debería adorar tanto ese detalle pero dice cosas tan bobas y que me hacen querer besarlo todo el tiempo. Y yo... ¡joder! ¡Estoy tan malditamente enamorado de Choi San que me quiero tirar de un puente!

Se cubrió la cara sin querer oír una respuesta. Oh, Dios, lo había dicho. Oh, Dios, no podía creer que había dicho todo eso en voz alta. Enamorado de San... maldita sea. Realmente estaba enamorado de San.

Yeosang rompió en carcajadas al escucharlo, y qunque tuvo la intención de ofenderse, por esa reacción, se halló demasiado descolocado para responder.

Wooyoung palmeó su brazo con torpeza y volvió a reír.

—¡Ya iba siendo hora de que te dieras cuenta, bobo!

___________________________________________

¡Primer extra!

Lamento mucho tardar, de verdad, pero ya está aquí, tres más y listo. Disfruten uwu.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro