Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐑 𝐞 𝐬 𝐢 𝐥 𝐢 𝐞 𝐧 𝐜 𝐢 𝐚




━━━━━━━━━━━━━━━━


Resiliencia|La capacidad de hacer frente a las adversidades de la vida, transformar el dolor en fuerza motora para superarse y salir fortalecido de ellas. Una persona resiliente comprende que es el arquitecto de su propia alegría y su propio destino. 


━━━━━━━━━━━━━━━━




Día jueves: Fantasía.

Ángel y demonio: Takemichi piensa que salvará a Mikey si logra vencer al demonio que lo atormenta... no sabe que solo necesita quedarse a su lado para lograr salvarlo.

Numero de palabras: 4010.

Mención de parejas: Baji, Kazutora y Chifuyu.

Advertencias: Violencia, insultos.




.



.



.





Takemichi voló por 15 años en busca de Manjiro.

De nuevo había fallado en su propósito de salvar a aquel oji-negro.

¿Por qué ese demonio perseguía tanto a su protegido?


—¡Mikey es un maldito demonio! —cuando escuchó aquel nombre dejó de volar.

Su aureola vibró al escuchar ese nombre.

¿Estaban hablando de su Manjiro?

—Si uno de sus hombres te llega a escuchar nos meterás en problemas idiota, cállate —se molestó mientras miraba hacía todos lados. —Recuerda que estamos en su territorio.

—¡Arruinó nuestro negocio! —gritó molesto.

—Te dije que no era buena idea —replicó. —Agradece que no nos golpearon.

—¡¿Están hablando de Manjiro si o no?! —el de alas blancas ya no aguantaba las ansias de saber.

—Kiyomasa hace peleas con apuestas ¿Por qué a él no lo golpean? —se quejó.

—Porque él es parte de la ToMan —respondió. —Simplemente olvídate de ese negocio. No le ganaras al invencible Mikey.

De nuevo su aureola vibro.

¡No lo había imaginado! ¡Estaban hablando de Manjiro!

Feliz se alejó aleteando sus alas y voló alto en el cielo para después dejarse caer en una gran sonrisa.

Al fin vería de nuevo a aquel de ojos azabaches.

Estaba cerca, podía sentirlo.



.



.



.



Cuando se integro en su forma humana ante la sociedad lo hizo con un plan.

Encontrar al tal Kiyomasa.

Kiyomasa parecía más fácil de encontrar que Manjiro. Si encontraba a Kiyomasa él lo conectaría con el oji-negro.

No fue difícil dar con aquel sujeto, solo tuvo que preguntar por aquellas supuestas peleas. Fue guiado y llevado hasta el lugar donde muchos hombres gritaban y maldecían.

Sus ojos se abrieron con gran sorpresa al ver como en el centro dos chicos parecían pelear a muerte uno contra el otro. La sangre de ellos se regaba por el suelo mientras que los espectadores solo gritaban, reían y se frustraban.

No podía permitir que aquella escena sucediera ante él y quedarse sin hacer nada.

—¡Alto! —su voz se destacó entre las demás. —¡¿Qué están haciendo?! ¡Pueden morir! —se acercó corriendo hacia los dos chicos que tenían su rostro cubierto de sangre. —¿Sienten fatiga? ¿Escuchan correctamente? ¿Pueden ver? —sacó del bolsillo de su pantalón un pañuelo blanco y comenzó a limpiar el rostro de los contrarios.

Todos estaban atónitos.

¿Había interrumpido una pelea importante del día para curar a esos dos chicos?

¿Quería morir acaso?

—Deben de ir al hospital lo antes posible —les ordenó. —Sus heridas son graves y deben de ser atendidas ¿Necesitan que llame a una ambulanc-? —no logró terminar su oración por el fuerte agarre que sintió en sus cabellos.

—¿Quién te crees que eres idiota? —tenía suficiente fuerza para levantar de los cabellos al rubio. —Estas arruinando mi negocio —le lanzó un golpe en el vientre.

—Y-Yo q-quie-

—Ahora tú serás la atracción principal —el azabache mordió su cigarrillo para evitar que se cayera y comenzó a golpearlo.

—¡Golpéalo!

—¡Mas te vale aguantar chico!

—¡Mátalo!

—¡Apuesto por ti Kiyomasa!

¿Eh? ¿Aquel tipo era Kiyomasa?

—¡Apuesto por el rubio! ¡Es resistente!

—¿Eres idiota? ¡Kiyomasa lo aplastará sin problemas!

—¡Todo mi dinero lo apuesto a Kiyomasa!

Ya no tenía dudas, había encontrado a Kiyomasa.

¿Manjiro estaba involucrado en este tipo de negocios? Rezaba para que no.

—¡Ese chico sí que aguanta! ¡Apuesto por él!

—¡Mátalo!

—¡Lanza un golpe niño!

Después de unos momentos todos callaron.

Lo único que se escuchaba eran los golpes impactando en el oji-azul junto a sus quejidos. No tardó mucho en sumarse los jadeos de cansancio por parte del más alto.

—C-Cae de una vez —jadeó el de cicatriz. Su cigarrillo ya se había caído de su boca por culpa de su acelerada respiración.

El rubio había recibido puñetazos, patadas, pisadas y cabezazos ¿Cómo podía seguir de pie?

—Aún no... —murmuró mientras la sangre escurría por su nariz. —¡Aún no!

—Y-Ya es suficiente chico —susurró uno de los chicos que había sido limpiado por el oji-azul. —Ríndete —aconsejo.

— ¡No! —estaba temblando, pero sus alas invisibles a los ojos de los demás lo ayudaban a mantenerse de pie. —Esto no basta para enmendar lo débil que he sido —susurró.

—¿Qué tanto murmura ese chico?

—Ni idea... tal vez tanto golpe le quito lo cuerdo.

—O tal vez ya estaba loco. Nadie se metería en una pelea de Kiyomasa solo porque sí.

El nombrado golpeo al menor solo por frustración. Molesto porque sus golpes no derrumbaban al niño de ojos azules que era más pequeño y débil que él.

—Falle, falle —un golpe directo a su nariz lo hizo callar por solo un segundo. —f-falle y falle.

—¡Ya es suficiente! ¡Ríndete!

—¡Sí! ¡No queremos lidiar con un muerto!

—¡Ya demostraste ser un chico rudo!

—¡Vas a morir niño!

—¡No puedo rendirme! —las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

Había fallado tantas veces por ser débil.

Manjiro nunca ha podido vivir una vida feliz por su culpa.

Nunca ha podido cumplir con su propósito de vida por tener a un ángel guardián tan débil.

Tan llorón.

—¡Tengo un motivo para no rendirme! —levantó la mirada y comenzó a limpiar la sangre que brotaba de su rostro. —Kiyomasa de la Tokyo Manji... —el nombrado trago en seco. —¡Si de verdad quieres ganar, tendrás que matarme! ¡No pienso perder de nuevo!

¡Va a salvar a Manjiro en esa vida!

Hará que descubra y cumpla su propósito de vida.

Vencerá al demonio que lo persigue.

Y transformará lo negativo que vive dentro de él en luz.

—¡Traigan un bate! —les ordeno el azabache a los espectadores. —¡Si quieres que te mate eso haré! —le sonrió.

—¿Un bate?

—¿No era una pelea a puño limpio?

—¿De verdad piensa matar al chico?

—¿Eso no es pelear sucio...?

—¡Dejen de hablar y apresúrense! —se enfadó al ser cuestionado.

—Oye Kiyomasa... —todos jadearon al escuchar aquella voz. —Estas asustando al público.

¿Él quién es? Su cara le era familiar...

—No intentes pasarte de listo, imbécil.

—¡Es el mismísimo Draken!

¿¡Ken!? ¡Lucia muy diferente a vidas pasadas!

Nunca lo imagino con cabello y trenza rubia. Menos con un lado rapado para mostrar la figura de un dragón.

¡Un momento! Si Ken estaba ahí eso significa que...

—Oye Ken-chin.

Su aureola y alas revolotearon.

¡Ahí estaba!

Nunca confundiría esos ojos tan profundos.

—¿Qué? No uses ese estúpido apodo aquí —se quejó.

—Se me acabaron los dorayakis —sonrió.

Quiso llorar.

Manjiro seguía siendo el mismo.

—¡Buen día señor! —un grupo inició inclinándose con las manos en la espalda.

—¡BUEN DÍA SEÑOR! —los faltantes no tardaron en seguirlos con temor por inclinarse tarde.

¿¡Señor!? ¿¡Qué vida tenía Manjiro ahora!?

Sus miradas se encontraron.

El oji-negro comenzó a caminar hacia él.

—¡Sano! ¡Estoy en la banda tres! —gritó uno de los muchos hombres. El rubio solo lo ignoro. —¡Me llamo Akaishi!

—Estorbas —el de trenza lo pasó de largo. —Mikey solo habla con quienes despiertan su interés. —el contrario solo se disculpó. No era tan idiota como para seguir hablando.

Ambos rubios de largo cabello llegaron con el de cicatriz. El cual apenas inclino su cuerpo y cabeza.

—Buen día señ- —perdió el aire al recibir una patada de lleno en su vientre.

—Kiyomasa ¿Desde cuándo te crees tan importante? —cuestionó el de tatuaje en la cien. —Baja más la cabeza cuando saludes al comandante.

—S-Sí —se frustró al no poder recuperar el aire. —Señor...

Takemichi se asustó al ver aquello.

¡Demasiada violencia!

¿Qué hace Manjiro?

No se detiene.

Sigue caminando hacia él

¡Demasiado cerca!

Cayó al suelo cuando la cercanía fue tanta que sus narices estuvieron a nada de tocarse. Por instinto se alejó y sus piernas se enredaron entre ellas y por torpeza tropezó.

—Oye ¿Cómo te llamas? —el de largo cabello lo miraba con atención. Sin querer quitarle la mirada.

—Takemichi Hanagaki.

—Ya veo... Takemitchy.

Quería llorar de nuevo.

Jadeo cuando el contrario se agachó y lo tomo de sus cabellos para acercar sus rostros.

—¿De verdad estas en secundaria? —sonrió.

Se quedó en silencio. No le quería mentir.

Por suerte el oji-negro no espero respuesta.

—Takemitchy, a partir de hoy seremos amigos ¿Sí?

Escuchó un gruñido y algo moviéndose en aquellos ojos sin fin.

Hola demonio.

El rubio soltó sus cabellos y se levantó para dirigirse al alto azabache. Tembló cuando miro como una sombra rodeaba el cuerpo del mas bajo.

—¿Tú organizas estas peleas?

—Sí.

El oji-negro sonrió.

Y le lanzó una patada con tal fuerza que lo levantó del suelo. Cuando cayó lo tomó se sus cabellos y siguió golpeando su rostro por unos segundos.

Piso la cabeza del herido y sonrió.

Takemichi no podía ver el rostro del ser maligno porque no tenia uno. Pero estaba seguro de que si lo tuviera ahora mismo lo vería sonreír. 



.



.



.



El oji-azul había seguido al rubio desde aquel día. Algunas veces se reunió con él en forma física cuando escucho que lo buscaba y quería verlo, de verdad que el oji-negro seguía siendo el mismo de hace siglos.

En ese momento se encontraba siguiendo al mas bajo a una velocidad no permitida.

Cuando notó aquello frunció el ceño.

—Manjiro puedes tener un accidente y preocuparas a tu familia.

Sonrió cuando los ojos del contrario se relajaron y reguló su velocidad.

—¿Pasa algo? —cuestionó el trenzado al ver su cambio de velocidad.

—El suelo esta húmedo por la lluvia de hace rato —explicó. —Solo pensé en que si yo voy al hospital por un accidente hare llorar a Emma.

—No se si alegrarme por tu momento de razón o tener miedo porque "pensaste".

—Seré tu voz de la razón Manjiro —canturreó feliz el de alas blancas. —No dejare que te desvíes de tu camino.

—Invitemos a Takemitchy la reunión de hoy.

—¿A Takemitchy?/¿Yo?

—Llámalo cuando lleguemos.

—De acuerdo.

Tuvo que alejarse hasta el techo de un edificio para esperar la llamada y responderla. Ya había ido en forma no visible a una de las reuniones para vigilar a Manjiro.

Era su segunda reunión y estaba nervioso. Caminaba entre aquellos hombres rudos que lo miraban con unos ojos que comunicaban: ¿Quién eres y porque estas en una reunión de la ToMan?

Si supiera la respuesta les respondería con gusto.

—La reunión se debe al conflicto con Moebius —informó el rubio desde el lugar más alto. —Si nos enfrentamos, el conflicto será enorme.

¿Moebius? ¿Se enfrentarían?

¿¡Una pelea!?

—Los he reunido para saber su opinión.

Escuchó unos pasos detrás de él. Cuando quiso voltear un impacto en su espalda lo lanzó al suelo.

¿¡Por qué todos lo pateaban en esta vida!?

¿Estaba de moda acaso?

—¿¡Qué te sucede Peh-kun!? —se quejó.

—¿¡Ah!? ¿¡Cómo sabes mi nombre Hanagaki!? —se agacho para verlo con sus grandes ojos opacos. —¡Dicen que arruinaste el negocio de Kiyomasa!

—¿Cómo planeas regresar el dinero perdido? —cuestionó el rubio.

—¿D-Dinero?

—Ya para, Pah —el peli-lila dio unos pasos al frente. —Fue culpa de Kiyomasa por usar el nombre de la ToMan en su club de peleas clandestinas.

—¿¡Qué!? No soy muy listo, no entiendo esas cosas —se quejó.

—¡Pachin es tan inteligente como una pulga de mar! —les recordó el de castaño.

—¡Entonces si no saben no se metan! —gritó el oji-lavanda.

—Oye Pah —llamó el tranzado. —Cierra el pico.

—Lo siento Draken —se disculpó mientras caminaba hacia donde fue llamado.

—No te lo tomes tan a pecho Takemitchy —pidió el mas alto. —Pah está bastante alterado.

Asintió comprendiendo. Cuando siguió a Mikey se enteró por lo que estaba pasando el capitán de la tercera división.

—Pah no es así —le dirigió la palabra el de cabello lila. —Un amigo suyo se peleó con gente Moebius, por eso estamos aquí.

—Escuche lo que sucedió —no quería escuchar de nuevo lo que había ocurrido. —Fue realmente... horrible.

¿Lloró cuando escuchó lo que ocurrió?

No lo duden.

—Sí, así hacen las cosas los de Moebius —frunció el ceño. —Tienen dos generaciones de antigüedad y controlan Shinjuku.

También había aprendido un poco de los territorios que controlaban las pandillas.

La ToMan controlaba Shibuya, recorrió toda el área y se alegró al ver que los hombres de Manjiro no causaban tantos problemas.

—¿Qué quieres hacer Pah? —al escuchar aquello ambos dirigieron su vista al oji-negro. —¿Peleamos?

Esa sombra de nuevo.

La masa oscura comenzó a rodearlo y se fue agrandando.

—Son mayores que nosotros... —murmuró el rubio mientras miraba hacia el suelo. —Es imposible que la ToMan salga ilesa, solo les causaría problemas... —su voz se quebró. —Pero es tan indignante Mikey...

—No te pregunté eso —ambos se miraron. —¿Quieres pelear o no?

—¡Sí quiero! ¡Quiero matar a todos esos malnacidos! —lloró y gritó de la rabia.

—Pues claro —esta vez miró a todos los reunidos. —¿Alguno de ustedes no cree que valga la pena vengar al amigo de Pah? —todos sonrieron. Él también lo hizo. —¿¡Alguno de ustedes tiene miedo por lo que le pasó al amigo de Pah!?

Todos se rieron.

—¡Ninguno! ¿¡Verdad!?

Eso estaba mal.

Muy mal.

La masa negra se hizo tan grande que comenzó a colarse entre los otros miembros.

¿Tan fuerte se había hecho ese demonio?

—¡Acabaremos con Moebius!

—¡Sí!

—¡El tres de agosto! ¡Correrá sangre en el festival Musashi! —fue lo ultimó que dijo antes de comenzar a retirarse. Todos lo siguieron.

El tres de agosto...

¡El tres de agosto siempre moría Ken!

Sus alas comenzaron a agitarse de la angustia.

¿¡Qué haría!?

La única solución que encontraba era ir a la pelea para cuidar de la vida del trenzado.

Siempre que Draken moría el demonio se volvía mas fuerte por el dolor de Manjiro.

—Chico si sigues aleteando tanto dejaras plumas por todo el santuario.

Brincó del susto.

—¿P-Puedes verlas? —el contrario asintió. —¿Eres un ángel?

—Era —sonrió. —Las alas pesan mucho, cuando dejas de tenerlas es un verdadero alivio.

—¿Eres un desterrado? —jadeó al recibir un asentimiento. —Nunca había visto a uno...

—Somos mas de lo que te imaginas, créeme —rio. —Mi nombre es Chifuyu ¿Tu eres el ángel de Mikey?

—Sí —se acercó al contrario para estar más cerca.

—Tus alas son grandes amigo —alagó. —Seguramente tienes siglos existiendo.

—D-Disculpa que pregunte, pero ¿Cómo...? —no sabia como preguntar aquel tema.

—¿Cómo fui desterrado? —habló con normalidad. El contrario asintió. —Rompí uno de los diez mandamientos.

—¿Cuál? —ambos se sentaron en las escaleras al ver que la platica seria larga.

—El ultimo —respondió. —"No codiciaras"

—¿Qué fue lo que deseaste?

—El amor —sonrió. —Me enamore de dos personas.

—¿Eso es posible? —se sorprendió. No juzgaría. —¿Cómo sucedió?

—Se me concedió cuidar a Baji, es uno de los mejores amigos de Mikey —explicó. —Pero también decidí cuidar a otro chico llamado Kazutora.

—¿Por qué?

—Kazutora necesitaba una luz —hizo una mueca. —Su vida fue horrible y también era muy cercano a Mikey. Ese demonio comenzó a querer hacerle daño.

—¿El demonio de Mikey? —el contrario asintió. —¿También les hace daño a las personas cercanas a Mikey?

—Sí, tuve que cuidar a Baji y Kazutora de esa cosa —confesó. —Quería hacerles daño, pero no lo permití. Fui su voz de la razón y logré guiarlos correctamente antes de ser desterrado.

—¿A ellos los amaste tanto como para ser desterrado?

—Sí —sonrió con nostalgia. —Ellos siempre estaban juntos y se enamoraron. Comencé a desear estar con ellos... quería compartir todo lo que ellos hacían juntos.

—Los envidiaste —murmuró.

—Quería tenerlos conmigo —se encogió de hombros. —Y yo estar con ellos.

—¿Cómo fuiste desterrado?

—Mi aureola se hizo polvo —miró instintivamente la aureola del contrario. —Mis alas se quedaron sin plumas y la carne se pudrió.

—Que horrible.

—Y aunque ya cicatrizo no deja de doler —se quejó. —Arde.

—Ya veo...

—¿Y tú? —se dirigió al oji-azul. —¿Qué harás con Mikey?

—No se —escondió su rostro entre sus piernas. —Por siglos he intentado salvar a Mikey pero siempre llego tarde.

—Pero ahora llegaste a tiempo ¿No? —trató de animar. —Kazutora estuvo a punto de matar al hermano mayor de Mikey pero logre detenerlo.

—¿¡Qué!?

—Todo esta bien entre ellos ahora —tranquilizó. —Con eso ayudé indirectamente a Mikey ¿Cierto?

—Ahora que lo dices —susurró. —Su hermano casi siempre moría en sus otras vidas y eso hacia mas fuerte al demonio... ¡Gracias Chifuyu! —se lanzó a abrazarlo entre lágrimas. —¡Ahora mismo Mikey estaría peor!

—De nada —sonrió. —Amigo intento abrazarte, pero tus alas no me dejan —no lograba acomodar bien sus brazos.

—No importa —se alejó sonriente. —Gracias por ayudarme.

—No te preocupes ¿Pero porque estabas tan nervioso antes de que yo llegara?

—Ken siempre muere el tres de agosto —el oji-esmeralda se preocupó.

—¿Siempre?

—Siempre.

—Pero... Ahora estas aquí para impedirlo ¿No?

—Ahora que lo dices... sí —asintió. —Nunca estuve presente en la muerte de Draken.

—Lograste encontrar a Mikey a tiempo —sonrió. —Aprovecha eso, ahora tienes más posibilidades de salvarlo.

El sonido de unas bocinas se escuchó abajo del santuario.

—Les dije a Baji y Kazutora que iría al baño para poder hablar contigo —se rio. —Tengo que irme. Mucha suerte en tu misión Takemichi, se que lo lograras esta vez.

—Gracias Chifuyu, adiós —se despidió al ver al otro irse.

Por curiosidad se asomó.

El oji-esmeralda reía por las tonterías que los dos chicos azabaches decían sobre su tardía en el supuesto baño. Los tres entre risas, empujones y abrazos comenzaron a irse.

Ahora sabia porque a Chifuyu no le importo hablar de su destierro. Fue porque simplemente no le había afectado ser desterrado.

Aun con el ardor en su espalda se dejaba abrazar por aquellos dos chicos.

Chifuyu deseaba más estar con ellos que tener unas alas.



.



.



.



Todo estaba yendo mal.

El enfrentamiento con Moebius se había adelantado. Pah cometió la estupidez de apuñalar al líder de aquella pandilla y él por estar en su forma humana no pudo guiar correctamente a Manjiro en el momento exacto.

El demonio se le adelanto.

Oscureció la conciencia de Mikey y lo condujo a no respetar la decisión de Pah cuando este se entregó a la policía. Aquello provocó una pelea entre el comandante y el vice-comandante de la ToMan, logrando dividirla.

Creyó que le enfrentamiento con Moebius había terminado, pero no fue así.

Manjiro había empeorado desde la división de la pandilla.

Se estaba volviendo loco. Takemichi y el demonio peleaban por el mandato en las acciones de Mikey.

El demonio le tentaba a pensar que él tenía la razón.

El ángel le recomendaba volver a su lugar junto a la pandilla unida.

Mikey por otro lado quería golpear su cabeza contra la pared.

No sabía como debía actuar. Sus pensamientos se contradecían los unos a los otros cada que quería decidir que hacer como líder de su pandilla y en querer descifrar que era lo que le ocurría.

Claro, hasta que Takemichi recordó lo que ocurría el tres de agosto acompañado de un mal presentimiento.

Dejó a Mikey solo para volar con toda la velocidad que sus alas le brindaban hacia donde su fe lo guiaba. Cuando llegó al lugar solo la mitad de la ToMan se encontraba peleando, estaban en desventaja.

Cuando miro que todos comenzaban a caer tocó sus espaldas.

Los levantó.

Todos gritaron y con energías renovadas siguieron pelando.

Buscó con la mirada al de trenza y lo encontró en el suelo inconsciente con una apuñalada en un costado y sangre escurriendo de su cabeza.

—¡Llamen a una ambulancia!

Nadie podía verlo ni escucharlo.

Pero el que se encontraba más cerca fue el que por influencia miró a su líder.

—¡El vice-comandante esta herido! ¡Que alguien llame a una ambulancia!

Tuvo que acompañar en todo momento al rubio para cuidar de su salud.

Cuando se aseguró de que la salud del contrario estaba a cargo de médicos voló hacia donde había dejado a Mikey.

La ultima vez que lo vio fue en un pequeño mirador con vista al río.

Comenzó a entrar en pánico, voló por los alrededores hasta que divisó una silueta en un puente. Al reconocerla voló y se convirtió en su forma visible.

—¡Mikey! ¿¡Qué haces!? —se acercó corriendo hacia el rubio que estaba a la orilla del puente. A un paso de caer al profundo río.

—Todo es mi culpa ¿No? —murmuró con sus ojos perdidos. —Él me lo dijo.

—¡Nada es tu culpa! ¡No lo escuches a él! —gritó sin pensar en las revelaciones que provocaba.

—Si lo es... Si yo hubiera sido un buen amigo habría aceptado la decisión de Pachin —habló con la verdad. —En lugar de hacer eso peleé con Ken-chin y dividí la ToMan. He sido un pésimo amigo y líder.

—¡No es así!

—Hoy la mitad de la pandilla a sido lastimada, todos están en el hospital y Ken-chin está debatiéndose entre la vida y la muerte —apretó sus puños con impotencia. —Si la ToMan hubiera estado unida habríamos ganado.

—Pero no puedes abandonarlos —comenzó a llorar. —No puedes abandonar a tus hermanos ni a tu pandilla. Ellos te perdonarán.

—Les hice daño Takemitchy —lo miró a los ojos. —¿Crees que no me he dado cuenta de que algo está mal en mí? Toda mi vida he escuchado una voz que me pide lastimar a alguien.

—¡Yo puedo ayudarte!

—Y después te iras.

Takemichi se quedó sin palabras.

—Es verdad ¿No? —sus ojos no dejaban de ver los contrarios. —Cuando tu termines conmigo te iras.

No había pensado en eso.

Claro, cuando acabara con el demonio de Manjiro tendría que irse.

El demonio siempre fue el que desviaba a Mikey del buen camino. Si el demonio desaparecía ya no interferiría en su vida, lo que lo llevaría a cumplir su propósito de vida.

El cielo notaría aquello y le otorgaría otra persona para cuidar...

No quería irse.

—Así que él no mentía —dedujo al ver el silencio del contrario.

—Yo tampoco quiero irme Manjiro.

—Entonces no te vayas —sus ojos negros comenzaron a brillar por culpa de las lágrimas que querían escaparse. —Cuando te veo me siento en paz... no pienso en lastimar a nadie cuando estás conmigo; Te necesito.

—Debo volver porque son las reglas —sollozó sin saber que hacer. —Dios-

La sobra apareció de un momento a otro.

Era gigante.


Eso es ángel... lastímalo más para hacerme más fuerte.


Frunció el ceño. Aquella voz era el demonio.

—¿Qué tengo que hacer para que te quedes conmigo?

Aquello rompió el corazón del oji-azul.

¿Tanto quería que se quedara con él?


Nadie te necesita aquí. Tu pandilla y amigos se separaron ¿Por qué sigues vivo? Solo causas problemas, no tienes un motivo para quedarte... Si mueres estarás con ese ángel para siempre.


El cuerpo de Manjiro se dio la vuelta para quedar a un paso de tirarse del puente.

—¡No funciona así! ¡Manjiro! ¡No lo hagas por favor! —gritó al ver las intenciones del contrario.

El demonio se estaba aprovechando de la debilidad del oji-azabache. Lo estaba controlando y manipulando a su antojo.

Mikey saltó.

—¡Manjiro! —la mitad de su cuerpo saltó para alcanzar a tomar la mano del nombrado. Sus alas impedían que cayeran al agua.

Pero no podía volar.

Lo único que le importaba en ese momento era la persona a la cual sostenía.

—¡Yo también quiero quedarme! —confesó mientras lo miraba a los ojos. —¡Quiero vivir una vida contigo!

—T-Takemitchy —las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos oscuros. La voz del oji-azul era más fuerte que la que gritaba en su cabeza.

—No me queda mucho tiempo —murmuró al ver varias plumas blancas caer y volar a su alrededor. Con un gran grito de dolor aleteó por ultima vez para que ambos pudieran regresar al puente.

Sus plumas se separaron de su piel.

Sintió ardor en la carne de sus alas y esta fue desapareciendo en humo, se estaban quemando.

Lo que siguió después fue un enorme dolor en su cabeza. Logró ver como los mechones de su cabello se convirtieron en un color azabache y la aureola que lo coronaba se convirtió en polvo.

Supo rápidamente el porque fue desterrado.

Rompió la ley mas grande e importante.


"Amar a Dios sobre todas las cosas"


—Takemitchy ¿Estas bien?

—Sí —sonrió. —Chifuyu tenia razón, las alas son pesadas.


Él amaba más a Manjiro que a Dios. 





════════════════


¡Hola! 


Primero que nada quiero aclarar unas cositas. Takemichi siempre llegó tarde para salvar a Mikey, siempre encontraba a Manjiro cuando ya no había manera de salvarlo. Es una indirecta a que Takemichi siempre que regresaba al presente Mikey no era feliz y se desviaba del camino. 

Pero en la historia Takemichi logró encontrar a Mikey antes de que todo lo malo pasara, entre ellos las muertes de los seres queridos de Manjiro. Aquello le dio ventaja y Mikey pudo pedirle lo que quería; Que Takemichi se quedará a su lado. 

Takemichi no venció al demonio, solo se quedó junto a Manjiro y Mikey solo escuchaba a su Mitchy. El demonio simplemente quedó en el olvido. 


¡Otra cosa! ¿Quieren saber cobre Chifuyu? ¿No? entonces sáltense el próximo párrafo: 

Chifuyu era un ángel mas joven que Takemichi. Las personas que Chifuyu tuvo que cuidar eran muchas personas despreciables e incorregibles. Fuyu comenzó a hartarse de los humanos tan estupidos que le tocaban. 

Nuestro Chifuyu ama el romance, él siempre soñó con tener un romance como los que veía de vez en cuando rondando por el mundo. Cuando le tocó cuidar de Baji y Kazutora se enamoró de la forma de ser de aquellos dos. 

A su vista eran muy buenas personas y el amor que ambos tenían era justo como lo que él soñaba, aunque se sentía feliz por ambos no logró impedir sentir envidia. Ahí fue cuando fue desterrado. 

Conoció a Baji y Kazutora como humano y no tardó en llevarse bien con ellos. Un año después se confesó y la pareja lo aceptó para que formara parte de su relación:)   

¡Chifuyu logró vivir el romance con el que siempre soñó! Nunca se ha arrepentido de tenerlo. 


Para este día tuve que investigar el tipo de ángeles y un poco de historias se ángeles y demonios que se cuentan por ahí. Fue interesante saber los tipos de ángeles. 

¿Sabían que hay ángeles específicamente para hacer milagros en la tierra? 

Tremendo. 

Takemichi y Chifuyu son ángeles guardianes, los que nos cuidan y son los mas cercanos a nosotros.


¡Casi lo olvido! ¡Draken vivió! Takemichi y su poder sagrado logró que aguantara a tiempo y los médicos pudieron salvarlo. 

Y... creo que no hay más para contarles. 

¿Alguna duda? 

¿Si? ¿No? ¡La responderé! No muerdo, ustedes comenten. 

Por cierto, si alguien vio un error perdón. Es de madrugada y mis ojos están mas cerrados que abiertos.

¡Nos leemos mañana! 



—Andrea Nightmares. 



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro