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8 de Agosto 2021
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Londres, Inglaterra
Las vacaciones habían pasado demasiado rápido para Scarlett, se acercaba la fecha en que regresaría a clases y aunque ya era algo a lo que estaba acostumbrada, este semestre sería diferente, al ser el último en su carrera los nervios la invadían por no saber qué haría al concluir la misma, por un lado, su padre Thomas Rossi quería que se adentra de lleno al manejo de su empresa, a pesar de esta ir de la mano con la de su abuelo Fiorello, no lograba llenarle el ojo a Scarlett, quién estaba decidida a seguir los pasos del patriarca de la familia, este último durante toda la carrera le brindó soporte emocional en los momentos en que Thomas solo aparecía para presionarla y recordarle que aunque se hiciera de su propio negocio, después tendría que atreverse a desenvolverse en el negocio familiar.
Fiorello se encargaba de tranquilizar a su nieta, y asegurarle que primero muerto antes de dejarla hacer algo que no la mantendría completamente feliz, la morena esperaba que su abuelo pudiera cumplir esa promesa, pues no quería tener algún enfrentamiento con su padre simplemente por tratar de hacer lo que su corazón le dictaba.
La chica estaba sumida en sus pensamientos tratando de organizar su nuevo ciclo, a pesar de ya tener su horario, con responsabilidades como la florería tendría que tener tiempos estandarizados para cada cosa, dejo de pensar en ello cuando su teléfono comenzó a sonar, al mirar la pantalla sonrió y respondió sin esperar.
— ¿Sí?. — cuestionó ella con jugueteo.
— ¿Se encuentra disponible la preciosa niña de la moto?. — escuchar la voz del mayor logro que las famosas "mariposas" aparecieran en su estómago.
— Desgraciadamente, tiene una agenda muy ajustada. — ella rio al escuchar el bufido del mayor por la bocina.
— Qué mal, estaba por entrar a su local, pero lo mejor será que la deje trabajar. — la morena al escucharlo abrió los ojos ante la sorpresa.
— ¿De verdad estás aquí?. — el río.
— Compruébalo por ti misma. — sin más el mexicano colgó la llamada, Scarlett al instante salió de atrás del mostrador para caminar directamente hacia la puerta de la entrada.
Decidida la abrió y salió de ahí, miro a su alrededor hasta que notó como a un par de metros Michel se encontraba bajando de su auto, al estar fuera el moreno se asomó al interior, cuando regreso a una posición normal la monegasca se percató que él tenía entre sus manos lo que parecía un ramo de flores, la emoción comenzó a crecer dentro de ella, no quería sacar conclusiones apresuradas, pero algo le decía que eran para ella.
Sus miradas se encontraron, ambos se brindaron una sonrisa, el mexicano miro a ambos lados antes de atravesar la acera y dirigirse hacia donde se encontraba la chica, al estar cerca de ella le fue inevitable no rodearla con sus brazos, Scarlett se sorprendió al principio, pero después se dejó llevar.
La mañana después de su primera salida como amigos, Sergio se tuvo que retirar antes de que ella despertara gracias a que recibió una llamada de Christian solicitándolo en la fábrica, salió del departamento sin siquiera hacer ruido, se encargó de dejarle un mensaje a la morena donde le aclaraba que le había surgido una emergencia de trabajo por lo que se tenía que retirar, pero agradeció por su estadía y le prometió que le compensaría tal desplante. Ella al despertar lo primero que hizo fue mirar su celular para revisar la hora, así fue como se percató del texto del mexicano, un poco de tristeza la invadió, pues se había hecho un par de ideas de donde podrían compartir un buen desayuno antes de que él se fuera, pero aun así ella le respondió con sinceridad entendiendo la situación y recordándole que no olvidaría su promesa.
Los días pasados estuvieron en contacto, manteniéndose al tanto de como iba su día y lo que hacían, teniendo una plática fluida que terminaba en videollamada por la noche, por este tipo de detalles Scarlett comenzaba a entusiasmarse con el moreno, algo que ya le había comentado a Lila quién debía aceptar estaba algo preocupada por su amiga, la pelinegra era consiente de la velocidad en que Scar se enamoraba sí, pero nunca había sucedido con alguien al que llevara tan pocos días conociendo, Delilah tomo la decisión de comunicarse con Max quién tampoco estaba convencido de lo que estaba pasando con su amiga.
Pero por ahora Scarlett se encontraba flotando entre nubes gracias a los sentimientos que comenzaba a desarrollar por el mexicano, a quien veía como una persona totalmente sincera, le encantaban las ocurrencias de él y el cómo lograba hacer que sus días salieran de la monotonía con una simple llamada. Ambos se separaron después de un corto tiempo abrazados, el mayor tomo la mano de ella y dejo un ligero beso sobre su palma haciéndola sonrojar.
— Te traje un pequeño detalle. — Sergio extendió las flores hacia la monegasca.
La menor las tomo al instante y sus ojos brillaron al notar que se trataba de Peonias en colores rosados combinadas con Hortensias en un morado pastel acompañadas de un poco de follaje verde que le daba más vida.
— ¿Cómo supiste que eran mis favoritas?. — cuestiono Scarlett dando un pequeño salto de emoción.
— Siempre he considerado que esas dos son algunas de las flores más bellas que hay, fue fácil deducir que le encantarían a una mujer tan linda como tú. — Sergio le brindo una sonrisa.
Aunque por dentro él agradecía haber optado por las flores que conocía gracias a que eran las favoritas de su esposa, no dejaba de recriminarse por tal acto tan bajo de su parte, pero se excusó con el mismo argumentando que no tenía nada de malo regalarle flores a la que considerada ya era su amiga.
— Están muy lindas, muchas gracias. — Scarlett se encargó en dejar un beso en la mejilla de él, quien termino descolocado por el acto. — Ahora ven, vamos a dentro para que conozcas a mi otro bebe.
Sin pena tomo la mano del mayor arrastrándolo hacia la boutique floral, Scar abrió la puerta como pudo y así ambos entraron al local, Sergio se sorprendió al ver de que se trataba, la chica le había comentado que contaba con un negocio propio, pero nunca aclaro cuál era el rubro, ahora se sentía como un completo estúpido por el regalo que le había dado.
— Vaya es. — pauso, Checo no sabía como expresarlo. — Muy bonito, me sorprende la decoración tan acorde y siendo sincero, grita tu nombre por todos lados. — Scarlett rio levemente.
— Esa era la intención. — la monegasca lo guio al pequeño sofá decorativo que había instalado hace un par de días en el lugar, dejando el pequeño ramo entre los dos, ambos tomaron asiento.
— ¿Cómo estuvo tu trabajo?.
— Todo bien, afortunadamente logre desocuparme rápido y decidí venir a verte. — el mexicano dejo un leve toque sobre la nariz de ella logrando que la arrugara en un mohín. — ¿Qué tal te ha ido a ti?. Cuéntame todo.
— Solo fueron dos días. — ambos rieron.
— Lo sé, pero, contaba las horas para verte de nuevo. — Scarlett sintió como las mariposas regresaban ante las palabras de él.
— ¿Te parece si vamos por un café para ponerlos al día?. — cuestiono la menor recibiendo una sonrisa por parte de Sergio.
— Me encantaría. — ante esto ambos se pusieron de pie.
Scarlett se dirigió hacia el mostrador para tomar su teléfono y su bolso que termino colgando de su hombro derecho, tomo las llaves de la tienda y se giró, Sergio le cedió el paso y ella caminó hacia la salida, cuando estaban por abandonar el lugar el teléfono de la menor comenzó a sonar, quién al ver la pantalla se puso nerviosa, no estaba preparada para hablar con él después de ignorar sus últimos mensajes, pero era una videollamada, si Max la contactaba de esa forma era por qué tenía cosas importantes que decirle.
— ¿Me das unos segundos?. Tengo que responder. — cuestiono Scar con pena, Checo solo asintió.
Scarlett caminó con rapidez hacia la parte trasera de su local, la cual utilizaba como bodega, ingreso al sanitario que se encontraba ahí y cerro la puerta tras de ella cerrándola con pestillo, suspiro profundo y presiono el botón verde para responder, al instante aprecio en la pantalla la imagen de un Max recostado sobre su cama, lucía ligeramente despeinado, probablemente recién despertaba de una siesta.
— ¡Florecita!. — exclamo el mientras sonreía, logrando contagiar a su amiga.
— ¡Hola Solecito!. ¿Qué tal estás?. — Max pudo notar el nerviosismo en la voz de su amiga.
— Todo bien, no me quejo, pero estaría mejor si alguien no se hubiera encargado de ignorarme. — él la señalo con su índice incriminándola a través de la pantalla.
El neerlandés le mando un par de mensajes estos días tratando de sacarle información, pero la monegasca no daba su brazo a torcer, llevando el ojiazul a anotar en su agenda la exposición artística de Lila, en la que ambos se encargarían de sacarle información a Scarlett sobre el chico que no conocían.
— Lo siento mucho Maxie, estos últimos días en la florería han estado demasiado saturados, con trabajo me ha dado tiempo de respirar. — Scar trato de reír para aligerar la situación, pero resulto más en un quejido.
— ¿Estás segura de que es por falta de tiempo que te dignas a dejarme en visto?. — el neerlandés entre cerro los ojos.
— Claro que si tonto, sabes que eres una de las prioridades en mi vida, y de no ser por tanto ajetreo en mi día a día siempre estaría pegada al teléfono escribiéndote. — ambos sonrieron mutuamente.
Pero la sonrisa de Max se borró al escuchar un par de toques en la puerta acompañados por una voz masculina en el fondo, a la cual en un futuro desearía haberle prestado más atención.
— Scarlett, ¿Te encuentras bien?. — cuestiono el mexicano detrás de la puerta.
— ¿Qué está pasando Scar?. — la morena pudo apreciar como su amigo se sentaba sobre la cama con un semblante de preocupación.
— Mmm, no es nada. — hablo nerviosa, aún no quería contarle a su amigo lo que comenzaba a suceder entre el chico de las pecas y ella.
Y no por qué Michel fuera un mal tipo, sino que sabía que estaba comenzando a envolverse en sentimientos por el de manera muy rápida, eso era algo que a Max y su instinto sobre protector nunca le había agradado, llevándolos a tener constantes discusiones cuando ella llegaba a iniciar alguna relación, discusión que quería ahorrarse por el momento.
— Todo está buen. — respondió a su pregunta. — Tengo que irme.
— ¿Estás con el hombre misterioso del cual me hablo Lila?. — la monegasca abrió la boca sorprendida ante tal traición de la que consideraba su mejor amiga. — Scarlett, necesitamos hablar sobre eso, no puedo estar tranquilo sin saber con quién diablos te paseas por las calles, ¡Ni siquiera lo conoces!. — Scar pudo notar como el rostro del neerlandés se enrojecía revelando que comenzaba a molestarse.
— Max no soy una niña como para que Lila o tú se encarguen de controlar con quién me relaciono, así que por una vez en la vida métanse en sus propios asuntos y déjenme tranquila. — el rostro del chico se desencajó al escuchar a la chica, ella nunca le había hablado así.
— ¡Scar!. — dijo con emoción una dulce voz.
Al instante detrás de Max apareció la pequeña Penélope, el neerlandés decidió dejar en las manos de la niña el teléfono, no quería responder algo que pudiera alterar más la situación con su amiga.
— ¡Hola P!. — la morena trato de sonreír. — ¿Cómo estás, princesa?.
— Estoy bien, aunque extraño que Maxie me lleve a jugar contigo. — la menor hizo un puchero que logro enternecer a la morena.
— Yo también extraño jugar contigo, te prometo que pronto nos organizaremos para una cita de juegos, ¿Te parece?. — Penélope asintió. — Tengo que irme bonita, pero hablamos pronto.
— Está bien Scar. — la pequeña dejo un beso sobre la cámara. — Es para ti, te quiero.
— Yo también te quiero muñequita. — sin esperar respuesta, Scarlett colgó la llamada.
Comenzaba a arrepentirse de como le había hablado a Max, decidió que lo prudente sería dejar que se tranquilizara y después arreglarían las cosas, apresurada dio la vuelta y quito el pestillo para abrir la puerta, al hacerlo gracias a la cercanía de Sergio a la misma termino por estamparla en el rostro del mexicano. Este retrocedió gracias al golpe, llevo la mano directa hacia su ceja, donde sufrió el mayor impacto, y maldijo interiormente al sentir humedad, se había lastimado.
— Perdóname, dios, soy una tonta, no sabía que seguías ahí, déjame ver. — Scarlett con prisa se acercó a él.
Tomo su mano para poder observar su rostro, y palideció levemente al ver como su ceja se había abierto debido al golpe, no parecía una herida grande, pero la sangre que comenzaba a salir la asusto.
Scarlett con rapidez fue hacia la parte contraria de donde se encontraban, de un estante que utilizaba para guardar el papel coreano* con el que envolvía los bouquets que llegaban a pedirle, abrió una de las pequeñas puertas y tomo el botiquín que por reglamento debía tener en su tienda para obtener los permisos correspondientes.
Al tenerlo en su poder regreso con Sergio y tomo su mano para llevarlo hacia el sillón donde momentos atrás se encontraban sentados, le indico que volviera a tomar asiento, y él no renegó, pues comenzaba a marearse por el dolor que sentía en el área donde se encontraba la herida.
La menor abrió el botiquín y tomo una gasa, destapo la pequeña botella de agua oxigenada, vertió un poco sobre la gasa, dejo con prisa la botella sobre el piso para proceder a limpiar la pequeña herida del mexicano, este último al sentir el ardor provocado por el contacto de la solución con la herida frunció el ceño.
— Me disculpo de nuevo, no me percaté que estabas tras la puerta. — Checo negó levemente mientras la chica seguí con su tarea.
— Tranquila, fue un accidente. — pauso. — A menos que tengas una razón para odiarme y ese fue tu forma de desquitarte. — Scarlett logró reír con las palabras del mayor, sintiendo como la tensión y la preocupación que comenzaba a sentir desapareció levemente.
— Eres un tonto. — Sergio sonrió. — Solo te colocaré un punto adhesivo* y creo que con eso quedará bien. — el mayor asintió.
Scarlett buscó la sutura mencionada, despego de la plantilla el que colocaría y con cuidado lo posiciono sobre la herida de Sergio, omitiendo una ligera presión que resulto en un quejido del mayor.
— Listo, problema solucionado. — Sergio asintió.
— ¿Enfermera he?. Otro don a la lista. — la menor sonrió con pena mientras sentía como sus mejillas se sonrojaban.
— Tienes un poco de sangre seca en un costado. — sin esperar tomo la saga que anteriormente había utilizado y limpió la sien del moreno.
La monegasca, al mismo tiempo noto como sobre la mejilla derecha de él había un poco de sangre, tomo su barbilla con delicadeza y lo obligo a mirarla mientras limpiaba.
Para este momento Sergio se había quedado concentrado en el rostro de ella, su mirada estaba centrada en su tarea y aun así sus facciones se encontraban relajadas, él no podía entender como era posible que esa chica fuera tan bella tanto física como sentimentalmente, la poca información que conocía sobre ella lo tenía encantado provocando que no pudiera dejar de pensar en ella, pues para él no había nada mejor que una chica activa, respetuosa, divertida, independiente y con los pies en la tierra, características que podían describir a Scarlett a la perfección según su pensamiento.
Por instinto propio, Sergio tomo la mano que ella tenía sobre la barbilla de él, con delicadeza la dejo sobre el regazo de ella, Scarlett lo miró extrañada, pero se quedó estática al sentir como el mexicano llevaba su mano hacia la mejilla de ella, que pudo sentir como una ligera chispa recorrió su piel en el momento que la palma suave de él la toco.
Scarlett cerró los ojos, su tacto era tan delicado, la estaba tomando como si fuera una pieza de porcelana que en cualquier momento llegaría a romperse, sintió como él con uno de sus pulgares delineo, su labio inferior con un suave gesto la menor abrió sus ojos notando que el rostro de Sergio se encontraba más cerca de lo que lo recordaba.
— Estoy maldiciendo interiormente una y otra vez por lo que estoy deseando hacer, aquí y en cualquier mundo está mal, pero no puedo contenerme más. — la emoción creció en el pecho de Scarlett, esperaba que estuvieran pensando en lo mismo porque ella también deseaba sucediera con mucha fuerza.
— Solo hazlo. — menciono ella en un susurro, sabiendo que por su cercanía él la escucharía. Sin perder tiempo, Sergio termino de acortar la distancia entre sus rostros, para dejar sus labios sobre los de ella, pero al instante se separó, ambos se miraron con sorpresa sin poder cree lo que acababa de pasar, Scarlett creyó que parecían un par de niños que comenzaba a descubrir lo que era el amor, pero su idea se fue a la basura cuando el mexicano tomo con ambas manos las mejillas de ella y ataco de nuevo sus labios pero ahora de una forma más invasiva.
La menor al instante correspondió su acto enredando sus labios con los de él, la chica poso sus manos en los antebrazos del moreno dispuesta a disfrutar el momento, su interior se estaba llenando de sensaciones, los labios de Sergio eran suaves, pero sin duda alguna sabía lo que estaba haciendo y estaba segura de que ese beso sería difícil de olvidar.
Después de unos minutos entre besos, ambos sufrieron por la falta de aire, fue ahí donde tomaron la decisión de separarse, aunque ambos permanecieron con los ojos cerrados disfrutando las sensaciones que los embargaban, Checo recargo su frente con suavidad sobre la de ella, Scarlett por su parte brindaba leves caricias sobre los antebrazos de él.
— ¿Qué me hiciste Scarlett Rossi?. — soltó Sergio de un momento a otro.
La chica sonrió a sabiendas de que él no la observaba, decidió tomar ahora la iniciativa y robarle un beso al chico de pecas que llevaba varios días habitando en su mente.
Fue así que pasaron un buen rato entre besos y miradas cargadas de sentimientos, sin tomar en cuenta que dentro de un tiempo, estos pequeños actos, los llevarían a crear un remolino de situaciones que terminarían afectando sus vidas, y probablemente las de las personas que los rodeaban.
• Papel Coreano: También conocido como Hanji, es el papel tradicional de Corea hecho a mano, se elabora con la corteza interior de la morera, un árbol originario de Corea denominado 'dak' que crece en las montañas rocosas.
• Punto adhesivo: O llamados puntos de aproximación son suturas cutáneas adhesivas capaces de unir los bordes de una herida para que pueda cicatrizar y así curarse, se utilizan cuando la herida es lineal, poco profunda y no está infectada.
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