↦04. ᴘᴀʀᴀ ᴜɴ ᴊᴜᴇɢᴏ, sᴇ ɴᴇᴄᴇsɪᴛᴀɴ ᴅᴏs
↦ᴍᴀʀᴋ |04
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—¿Me estás diciendo? ¿Qué tuviste una erección, frente a la misma Ava Jalali? —Noah, parecía fascinado, como si recién hubiese conocido a un Dios o algo así. — que suerte tienen algunos, ¿te reconoció?
—Claro que lo hizo. —respondí y di un sorbo grande a mi cerveza. —y por supuesto reconoció su dichosa cadena.
Mi amigo me miraba con atención, como si le estuviera contando una historia dramática de esas que lee su hermana.
—¿Y se la regresaste? —se inclinó un poco mirándome fijamente a los ojos.
—No, claro que no, no será tan fácil para ella recuperarla. —hable seguro y una vez más, saque de mi bolsillo el dichoso objeto. — hoy tenemos una pequeña cita, en donde se la daré, no sin antes obtener mi venganza.
—¿Te la vas… a coger de nuevo?
—Es lo menos que se puede hacer. —me encogí de hombros y sonreí de lado. —pero esta vez, seré yo quien la abandone.
—Buena suerte con eso, si te dejo tirado una vez, no sé qué te hace creer que no lo hará de nuevo. —se recostó en si silla y se cruzó de brazos despreocupado. — no es que no confíe en ti, pero mírala, esa mujer está para comérsela cada noche y sin cansarse.
Rodé los ojos, no iba a negar que Ava, era realmente otro nivel de belleza comparado con el de otras chicas, pero tampoco quería decir que no fuera cansado estar comiendo del mismo plato tantas veces.
La campana de clases se escuchó por toda la cafetería, así que ambos tomamos nuestras cosas para poder volver a la última clase. Mire mi reloj, tenía tiempo suficiente para arreglarme luego y llegar a las nueve de manera puntual.
Tenía que estar listo y presentable, el bar era de clase alta y tenía estrictos códigos de vestimenta para mantener su reputación, así que tenía que estar apropiado para el lugar.
En el transcurso de la clase, no pude evitar jugar un poco con aquella cadena entre mis dedos, la textura fría me recordaba a esa noche de nuevo, había estado observando a Ava, desde que llegó con sus dos amigas, por alguna razón ella resaltaba mucho más por sobre las otras dos.
Su forma de caminar, su sonrisa bien disimulada y sus piernas, habían logrado captar mi atención en cuanto la vi, me quedé en la mesa tomando unos cuantos tragos, hasta que se quedó sola, no se veía que le molestara, lo que era señal de que no era de esas típicas chicas que busca cualquier cosa, contad de saciar sus ganas de sexo.
Luego, en la cama, su olor, no era frutal, ni dulce… era atrevido, era sensual de una manera inexplicable. Poco después su piel, parecía tenerla perfecta en todo sentido, ni siquiera el sudor en el que habíamos estado expuestos había quitado ese rojo de sus labios y esa perfección en su cara.
Un sonido me saco completamente del recuerdo, era un suspiro que se tomaba más como excitación que como cansancio. Miré a mi lado y lo vi, era Noah, que se mordía el labio mientras hacía zoom a las fotos que yo había tomado de Ava para mi trabajo en la revista.
—¿Qué mierda haces? —le reclame arrebatándole el teléfono de las manos, mi teléfono en realidad. — esas fotos son trabajo, no son para que te estés imaginando una escena porno.
El me miro algo molesto y luego se estiró sobre su silla, yo esperaba que no tuviera las fotos, porque a pesar de que no se veía nada en concreto, podría meterme en problemas.
—No es justo que solo tu tengas la diversión. —me dijo segundos después en un leve susurro.
—Idiota. —fue lo que dije para olvidar luego aquella situación.
En cuanto tuve oportunidad, salí de la clase tan rápido como me era posible y camine por el pasillo para ir hacia mi casa, corte por la Facultad de diseño, era más cerca pasar por allí y acelere el paso hasta que sentí un golpe en mi hombro.
—¡Auch! —un quejido luego inundó mis oídos. —¡¿no ves por donde caminas?!
Me detuve para ver de quien se trataba, solo para darme con la sorpresa de que era Ava.
—¿Estudias aquí? —fue lo primero que pregunte.
—Tiene que ser un chiste. —maldijo ella por lo bajo, me dio una mirada de mala gana y trató de secar su camisa recién llena de agua por mi culpa. — ¿ahora eres mi acosador personal?
—No lo soy, y no me interesa serlo. —me cruce de brazos y aunque trataba de verla a los ojos me era difícil, su camisa mojada se había pegado en todo su pecho, dándome la vista del color de su sostén y de la piel debajo.
—¡Hey! Mi cara esta arriba. —chasqueo los dedos frente a mí y enseguida la mire a la cara. — pervertido.
—¿Me lo dices en serio? —levante una ceja. — que yo recuerde, he visto mucho más que eso.
Di un par de pasos, los suficientes para quedar a centímetros de ella, pasé mi dedo por su rostro hasta llegar a su mentón obligándola a verme a los ojos.
—¿No es así Jalali? —pregunte en un susurro.
—¿Y? Fue solo un momento. ¿Qué creías? ¿Qué por eso te dejaría verme sin nada toda la vida, cada que me encontrará contigo? —soltó una risa irónica.
—Que mal para ti, porque si paso la prueba de fotografía, vas a tener que desnudarte solo para mí. —sonreí de una manera algo victoriosa.
—Sueñas demasiado.
—Y tu estas demasiado segura. —la cercanía de su rostro me permitió sentir el roce de sus labios, me daba la intención completa de morderlos.
Ella se alejó bruscamente de mi, y apretó sus carpetas sobre su pecho, con la intención de que ya no viera hacia sus senos.
—¿Traes mi cadena? —pregunto algo agresiva.
—Si, justo aquí. —se la deje ver enrollada entre mis dedos. — recuerda que tienes una cita con ella si la quieres de regreso.
Ella entreabrió la boca para responder, pero antes de que hablará, puse mi dedo pulgar sobre sus labios.
—Si no vienés. La tirare. —susurro firme y deje libres sus labios para luego caminar de nuevo.
No mire hacia atrás, supuse que ya se habría ido al igual que yo, así que no tenía por qué verificar algo que era lógico.
Cuando llegue a casa, no tarde en ducharme, me rasure incluso no mejor que pude, si iba a volver a follarme a esa chica, tenía que asegurarme de que ella no lo olvidará tampoco, no importa cómo.
Estuve listo a tiempo, tenía una fragancia a hombre serio, al menos para mí, y solo faltaba el detalle de aquella cadena, me la colgué en el cuello y tomando mis llaves fui hacia el auto para subirme.
Llegue al bar unos minutos antes de las nueve, así que me asegure de tener preservativos y el dinero que necesitará para esa noche, estaciones el auto y entre al lugar, era entre semana, así que claramente no estaba lleno.
Me senté en la misma mesa en donde ella estaba esa noche y me adelante a pedir algo de beber, alguna cerveza para refrescar no me haría daño.
Espere minutos, hasta que la vi llegar, era imposible que no marcara presencia en un lugar como este, incluso si estuviera lo más desarreglada que se puede, llamaría la atención.
Traía un vestido negro, pegado por completo a su cuerpo, resaltando cada curva de él. Su cabello suelto como la veía normalmente y el largo de la prenda hasta sus muslos, daría lo que fuera por subir el vestido ahora.
Logró encontrarme rápido, así que en menos de nada ya estaba sentada frente a mí, en esa silla redonda y acolchada.
—¿Gustas algo de beber? —pregunte a lo que ella solo se acercó por encima de la mesa levemente.
—Dámela. Cumplí con mi presencia, ahora regrésala. —exigió con seriedad.
—No es así de sencillo. —sonreí y no te que a ella no le gusto. —no creerás que te hice venir solo por tu cadena y ya. ¿Verdad?
Ella elevó una ceja y se cruzó de piernas recostándose en el espaldar de la silla.
—Tu cadena, tiene un precio. —explique de manera fácil. —pasas de nuevo la noche conmigo, y la tienes de regreso, fácil.
—Ah, entonces esto se trata, de que no superaste la cogida de esa noche. —sonrió de manera que tome amenazante.
—Jamás dije eso.
—Es lo que das a entender Mark. —pronunció mi nombre suavemente y mi expresión claramente fue algo sería. Se supone que no sabía cuál era. —olvidaste que puedo ver quién hizo el debut de fotografía.
Me maldije un poco por ello, estaba dejando pasar muchos detalles que no debería en una situación así.
—Yo solo estoy aprovechando tu descuido. —asegure.
—Pidiéndome que te deje volver a estar conmigo en la cama, dime, ¿no es un tanto irónico? —entre cerro los ojos y se reincorporó. — porque de otro modo, habrías tirado el objeto y ya está.
—¿Y tú por qué viniste entonces?
—Porque quiero recuperar algo que es importante para mí.
—¿Cómo sabes que no lo tire ya?
—Por favor. —soltó una risa obvia. —la tienes puesta.
Sonreí de forma calmada, esto no podía salirse de mis manos, tenía que conservar la calma si quería que esto saliera bien.
—Bien, tu ganas. —levante mis manos en señal de paz. — pero, aun así, ya te dije lo que quiero a cambio de regresar la cadena.
Le di un sorbo a mi trago prestándole atención a ella, esperando a saber si ahora me quedaría yo con la joya o si aceptaría entonces el trato.
—Bien. —hablo finalmente y se levantó. — acabemos con esto rápido.
Se dirigió hacia el balcón de esa misma noche y yo termine de un último sorbo mi trago, me acerque con el mesero para pagar lo que me había tomado y además pagar la noche en el lugar.
Camine por el pasillo hasta llegar a la puerta de la habitación donde estaba recostada Ava esperando. Abrió la puerta y entró, yo la seguí viendo cómo se quitaba los zapatos y dejaba a un lado su bolso.
Cerré la puerta detrás de mí y me abrí un poco la camisa. No espere mucho más y me acerque a ella para jalar su cintura y tenerla contra la pared cerca una vez más.
—No sabía que tenías tanta urgencia. —susurro levantando el mentón.
—Dijiste que querías terminar con esto rápido.
Subí mis manos por sus piernas hasta poder subir aquel vestido de color negro, encontrando la textura de aquellas bragas que logré identificar eran de encaje. Mis labios rozaban los suyos de manera inevitable y sus manos se habían dirigido a mi pecho, las yemas de sus dedos subieron y cuando sentí que estaban por llegar a la cadena las tome con agilidad y las pegue en la pared por arriba de su cabeza.
—No intentes nada. Ya sabes que no funcionó la última vez. —advertí mientras la mano que aún tenía bajo su vestido jalaba aquella tela de sus bragas.
Sentí cuando su respiración se agito por la sensación de la prenda entre sus piernas, estirándose cada vez más entre sus pliegues. Aplique más fuerza en aquella tela hasta que se rompió dejando un sonido satisfactorio para mí.
Ella apretó sus labios y pareció estar algo molesta por lo que había hecho, pero no me Importo, en cambio tome sus labios con los míos en un beso intenso que aproveche para morder el labio inferior de ella que me tentaban desde hace rato.
Guarde entonces la prenda rota aprovechando que estaba atrapada entre mis labios, para volver a tener mi mano bajo aquel vestido, toque la piel de sus muslos internos y subí lentamente hasta tocar directamente su intimidad.
Un escalofrío me recorrió volviendo a aquella noche en este mismo lugar, me encargue de subir una de sus piernas a mi cadera y acaricie con mis dedos entre sus pliegues haciendo que se removiera ante la sensación. Masajeé por fuera, estimulando cada parte hasta que introduje un dedo en todo su centro, su pecho subió y bajo agitado y metí un segundo dedo entonces.
Sonreí cuando trato de callar sus jadeos, como si quisiera hacerme creer que no lograba causar nada en su cuerpo, pero le era inevitable. Metí y saque mis dedos varias veces, hice círculos dentro y fuera, deslizando para cubrir cada parte que me fuera posible con la mano.
—Soltarte tus manos, y si tratas de hacer algo, te voy a amarrar con tus propias bragas, ¿quedo claro? —susurré en su oído y metí con fuerza un tercer dedo obligándola a responder.
—Carajo. —maldijo apretando la mandíbula. — ¡bien!
—No es difícil, tú lo haces difícil. —deje un par de besos en su cuello y deje libres sus manos poniéndolas sobre mis hombros para que pudiera sostenerse.
—No soy yo la que tiene algo importante del otro y pide sexo a cambio de regresarlo. —me dijo mientras aún tensaba la mandíbula.
—¿Seguirás con eso? —aceleré mis dedos dentro de ella y entonces empecé a meter un cuarto haciéndola gemir contra mi hombro.
Estaba costándole soportar aquello, mis dedos no eran delgados y ella está realmente estrecha como para que no lo sintiera. Saque mis dedos por completo dándole un descanso de aquello, esperando que le hubiera quedado claro mi punto.
Tome su otra pierna y la levante asegurándome de que ambas rodearan mi cadera, apoye su espalda contra la pared y me quite el pantalón tan rápido como me fue posible aquella posición, deje mi erección al aire, ya me dolía de tenerla bajo el bóxer.
Sentí la pinte rozar contra ella y me apure a sacar el preservativo o no aguantaría más y la penetraría allí mismo sin nada.
En cuanto estuve listo me hice hacia atrás hasta poder sentarme sobre la cama y tenerla allí, sobre mí, en una vista que sabía cualquiera no podría tener. Sentí de nuevo el roce de mi erección contra su entrepierna y mi paciencia estaba llegando a su fin.
—Parece que si estabas con urgencia. —volvió a susurrar ella mientras se alejaba un poco para ver mi rostro. —supongo que si será rápido.
Yo relamí mis labios y cerré los ojos cuando sentí que su cadera se elevó, estaba listo para estar dentro de ella una vez más y escuchar cada sonido que saliera que sus labios. Pero entonces, mis piernas se sintieron livianas como si no tuviera a nadie sobre mí y al abrir los ojos, ella estaba parada frente a mí.
—Si harás esto de nuevo con alguien, asegúrate de que no vea donde tienes la cadena. —hablo mientras yo venía como se ponía ese maldito collar en el cuello y arreglaba su vestido.
Maldije apretando los dientes, sin quitar mi mirada de ella, viendo como recogía sus zapatos y tomaba su bolso.
—¿Qué pasa? ¿Pensaste que era principiante en esto? —sonrió con una inocencia fingida y de forma descarada me dio un beso fugaz en los labios. — créeme, no eres el único idiota que trata de chantajearme. Aunque, admiro que eres astuto. No te preocupes, enviaré a alguien para que te ayude con tu problema.
Señalo la erección que me había dejado y salió de la habitación como si nada.
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"¿Quieres jugar con fuego?"
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Ya pues, como raro aparezco de la nada.
Miren que les di un capítulo bien cochinillo y largo.
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