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↦01. ᴅɪᴠᴇʀsɪᴏɴ ɴᴏᴄᴛᴜʀɴᴀ

↦ᴀᴠᴀ |01
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Salir de fiesta con amigas nunca está de más… sin embargo, no puedo el lujo de hacerlo cada que quiera porque tengo responsabilidades y sin más, estoy construyendo una reputación que empieza a crecer por Internet.

Hace algunos años… bueno para ser exacta hace tres años, esto gracias a que empecé a hacer videos sobre muchas cosas que tenían que ver con belleza y moda, eso era lo principal, me encanto desde siempre así que técnicamente es lo que me gusta.

Sin embargo, hace poco llegue a nada más que dos millones de seguidores, lo que significa que debo cuidar mi reputación en la calle y a donde vaya. No me preocupa saber que hay personas que saben que salgo de fiesta los viernes o sábados con mis amigas, lo que podría preocuparme es que hicieran ideas un poco locas sobre con que chico me vean o en su defecto chica, que saben no es mi amiga.

—¡Ava Jalali de la Purísima Trinidad! —escucho el grito de Evie. Si, un nombre parecido, pero no igual, compartimos gustos, pero somos bastantes diferentes en carácter.

—No me llames así. Lo odio. —le doy una mirada sería antes de volver a concentrarme en lo que estoy haciendo.

—Tu odias todo y a todos, menos el café y diseñar. —eso me hace reír un poco, podría decirse que me conoce. —que por cierto, te traje uno

Le doy una mirada de nuevo, trae dos cafés en sus manos y una bolsa que probablemente trae donuts o cualquier cosa dulce. Ella me extiende el café y yo no dudó en tomarlo, cuando le doy una probada relajo mis hombros, esta tibio y bien cargado.

—Soleil pregunta si vendrás esta noche. —Evie se sienta a mi lado. —ya sabes, a la fiesta, en un nuevo bar, nuevo lugar.

—No lo sé… —lo dudo unos segundos, si quería salir, esta semana ha estado pesada, pero no sabía si era buena idea en otro lado que no conociéramos.

—Anda ven, su hermano mayor nos ira a recoger si lo necesitamos, así que esta cubierto. —ella me da un pequeño empujón.

La miro rápido y luego miro al frente, la semana pasada no había podido ir, estaba súper ocupada con los últimos diseños que debía entregar con Vogue, así que supongo que si les debo esta salida a las chicas. En especial a Soleil, ella es quien siempre se encarga de llevarnos a fiestas y eventos, que no se como consigue.

—Bien, supongo que no hará mal a nadie. —apenas término la frase, Evie me abraza un poco eufórica, su energía parece que jamás se acaba.


°°°


Estaba esperando a las chicas, yo ya estaba lista así que solo estaba en mi celular mientras ellas terminaban, normalmente siempre me preocupo por estar lista a tiempo y ante la demanda de rapidez que exige Vogue, aprendí a estar lista rápido.

Poco después, por fin salieron ambas listas para salir.

El lugar a donde íbamos, era alejado de la Facultad, de eso me di cuenta justo cuando pasamos por varias cuadras el bar que normalmente frecuentamos.

La calle en donde quedaba ese nuevo bar, estaba llena de lugares con música a todo volumen, personas bailando y tomando. Mire a mi alrededor, la mayoría de ellos se veían extravagantes, eso sin mencionar que el nuestro no se quedaba atrás.

Subiendo las escaleras de la entrada pude ver el nombre del bar en letras rosa neón contrastando con lo oscuro de la noche, “neon night” tenía bastante referencia a su estilo.

Continuamos hasta llegar a algunas mesas, el lugar era bastante famoso, así que no me sorprendió en nada que estuviese lleno. En cuanto nos sentamos en una de las mesas que estaban bastante oscuras y que además de eso, tenía sillones cómodos con espaldares exageradamente altos.

—¿Qué van a tomar? —uno de los chicos que parece trabajar en el lugar, se acerca para dejarnos ver la carta.

La tomó empezando a ojear los diferentes tipos de cócteles, algunas bebidas, incluso comida de la que ahora no tengo ganas.

—¿Por qué en todos lados hay un cóctel que se llama orgasmo? —la pregunta de Soleil nos hace darnos una mirada a mí y a Evie.

—Porque… es muy famoso ¿el trago? —trato de dar una explicación, pero al final solo término riéndome junto con ellas.

Nos decidimos por margaritas para iniciar, era un lugar nuevo para nosotras, así que por claras razones debíamos iniciar suave, porque a pesar de no estar solas, podría ser peligroso.

El ambiente del lugar mejora con cada hora que pasa, han entrado varios chicos jóvenes y atractivos, personas con mucho dinero y chicas con ganas de divertirse, así como nosotras.

—¡Vamos a bailar! —Soleil es quien toma la iniciativa luego de varios cócteles que ya nos hemos tomado.

Evie y yo nos levantamos junto a ella caminando hasta el centro de la pista, empezamos a movernos al ritmo de la música y a reír, nunca nos ha hecho falta bailar con un chico para pasarla bien, así que eso lo hacía mucho más divertido.

Me sorprende cuando Soleil empieza a moverse mucho mejor al ritmo de la canción de “Anaconda” es una muy conocida al parecer y que sea de “Nicki Minaj” le da un toque bastante exótico.

—¡Muevan ese trasero niñas! —con eso, ya comprobamos que Soleil esta bastante animada, por no decir que esta algo ebria.

A mitad de la canción, un chico de cabellos negros, alto y de ojos claros, se acercó a mi amiga para bailar con ella, el chico estaba bastante lindo y como diría ella misma “esta como Dios manda” así que por supuesto que ella aceptó.

Evie desapareció con el hermano de Soleil de la nada, así que yo solo me fui hasta la barra para continuar tomando un rato más.

—Un demon rose para la señorita. —me hablo el mesero dejando el cóctel frente a mí.

—Pero yo no he pedido nada. —explicó a lo que él sonríe.

—Lo envía el chico de aquella mesa. —me señala con disimulo a una de las mesas del fondo, donde logró ver a un castaño que levanta su copa en mi dirección.

Frunzo el ceño y observó el trago asegurándome de que no tiene nada extraño, cuando estoy segura, le doy un sorbo pequeño y levanto la copa igual en su dirección.

Quizá debería ir con él, está solo en la mesa, yo estoy sola en la barra, quien sabe, a lo mejor sea una buena compañía.

Como si me leyera la mente, el castaño me hace una señal para que vaya con él, su sonrisa es entre amable y traviesa, yo solo miro s mi alrededor y al final me acerco llegando con él.

—¿Debo agradecer por el presente? —es lo primero que pregunto en cuanto me siento a su lado.

—No hace falta, tómalo como un regalo que aliviana la soledad. —no se si fue un cumplido, pero voy a tomarlo como tal.

—Estas igual de solo que yo. —niego con algo de burla.

Sus ojos, que son entre verdes y cafés claros me dan una mirada rápida para luego solo volver a sonreír.

—¿Sabes que es peligroso aceptar tragos de desconocidos? —me dice dando un sorbo a su vaso.

—¿Sabe que es igual de peligroso invitar a una desconocida a tu mesa?

—Touche. —ahora su sonrisa es ladina.

Noto como termina su trago para entonces volver a mirarme, él tiene una mirada atractiva, su cabello esta sedoso y ha de ser suave, sus labios son bastante provocativos, el chico es uno de los más simpáticos que vi hoy, es básicamente mi tipo.

—¿Prefieres seguir hablando o vamos a bailar? —se levanta dejándome ver su estatura, es mucho más alto que yo y estoy segura de que tiene la fuerza suficiente para levantarme si quiere.

Estiró su mano hacia mí y yo la tome sin problema alguno dejándome llevar a la pista, cuando estuvimos en un buen espacio, el rodeo mi cintura con sus manos y yo me tome de sus hombros.

—¿Bailar con desconocidos también es peligroso? —me pregunto sin dejar esa sonrisa perfecta.

—Tal vez. —me encogí un poco de hombros restándole importancia.

Al finalizar esa canción, dieron inicio a la siguiente que daba para mucho “Downtown” se llevó toda la atención de los presentes y “Anitta” sonaba por los parlantes.

Aproveche entonces, hace bastante no tenía algo de diversión, el chico estaba lindo, ni siquiera puedo decir lindo, porque estaba mucho más que eso. Empecé a bajar lentamente por su cuerpo, subí de nuevo y le di la espalda sin dejar de bailar, sentí su cercanía luego y sus manos me rodearon por completo.

Me siguió el juego bailando, la temperatura subió y el calor igual, era una sensación que no tenía de hace algunos días. Tuve que poner mi cabello en una coleta alta, porque no me aguante la sensación que me daba.

Varias veces mi rostro sintió el suyo cerca, note esa tensión de su parte, es bastante lógico que le llamó la atención, porque, para empezar, me envió un trago gratis… es obvio que quería ligar. Su respiración estaba agotada por el baile y lograba sentirla sobre mi cuello en ocasiones, mentiría si dijera que no sentí un escalofrío.

Cuando la canción término ambos sonreímos, volvimos a la mesa donde estábamos antes y aquel castaño pidió otra ronda de tragos. Acepte de nuevo y hablamos entre ambos sobre cosas que no tienen mucha importancia, como el lugar y el ambiente.

—Voy al baño. —dije en un momento para levantarme e ir.

Me lave el rostro y me refresque un poco, la tensión de toda la semana se estaba yendo con lo bien que estaba pasándola. Me tardé un poco antes de salir y para cuando lo hice, me encontré al chico de ojos lindos esperando afuera.

—¿Quieres tomar aire? —me pregunto sin más. —hay un balcón allí, lo acabo de encontrar y yo necesito un respiro.

Mire hacia donde él estaba viendo, tenía razón, había un balcón allí, estaba solo, imagino que era porque la gente preferís tomar y bailar más que solo salir.

—Claro. —no le vi problema en ir.
Ambos caminamos hasta salir, sentí el golpe del aire cuando estuvimos sentados en una de las bancas que había en una esquina, perfectamente podrían decir que no hay nadie, porque estábamos cubiertos por la pared.

—¿En serio viniste sola? —rompió el silencio.

—No, vine con un par de amigas, pero ya sabes, están un poco ocupadas. —arrugue la nariz y le reste importancia.

—Lo imagino. —mira hacia la ciudad para luego mirarme a mí.

—¿Y tú vienés solo? ¿o tus amigos igual se divierten?

—Supongo que estamos en la misma página.

—¿Y tú por qué no te diviertes igual? —acomode a propósito mi vestido, yo si tenía intención de diversión.

—No tengo los mismos hábitos, pero también lo hago a veces. —cuando me dio una mirada de cuerpo completo, supe que había logrado llamar más su atención.

Asentí comprendiendo, quizá sus gustos eran más exigentes que los de sus amigos, he tenido que tratar con bastantes chicos que tienen esa peculiaridad, así que no es como que me interese mucho.

El silencio fue mutuo, pero su mirada apenas si se quitaba de la mía, era obvio que a lo mejor si quería lo mismo que yo y que más daba.

—¿Quieres volver? —su mano llegó a mi cintura una vez más llamando mi atención.

—No está mal aquí… —esto parecía una cita y no era realmente eso. —la brisa, sin mucho ruido.

Deslice mi mano por su brazo lentamente dejando pequeñas caricias hasta llegar a su hombro.

—Nadie viene aquí. —susurre acercándome un poco a él.

Por el ritmo de su respiración supe que ya estaba más que atrapado, así que de ahí en adelante no iba a ser difícil que siguiera.

Estuve bastante cerca de si rostro, él no lo paso por alto y llevo su mano a mi mejilla, para luego acariciar mi labio inferior con su pulgar. Se acercó a mi rostro y el roce de sus labios fue suave y muy satisfactorio, no me equivoqué al pensar que sus labios eran bastante buenos.

La distancia la cortamos y aunque el beso empezó lento, traía una intensidad fuerte, pronto sentí que sus manos me pegaron contra él haciendo que mis piernas quedarán a los lados de su cintura.

Rodeé su cuello con mis brazos y mordí su labio inferior, no sabía que tan buena idea era hacer esto en pleno balcón, pero ya estaba pasando.

Sus manos recorrieron toda mi espalda y cintura, los movimientos pequeños de mi cadera hicieron efecto en él y la dureza de su entrepierna hizo efecto conmigo en cuestión de minutos.

Tuve que separarme de sus labios un momento para poder respirar.

—Este no es lugar. —susurró con la voz tan ronca que mis oídos se deleitaron.

Me tomo desprevenida el que me levantara sin ningún esfuerzo pegándome a su cuerpo y apretando un poco mi cintura con una de sus manos porque la otra estaba en uno de mis glúteos.

Camino dentro del lugar hasta dar con un pasillo que se cubría con dos cortinas rojas. Aproveche para dejar besos por su cuello, su piel estaba cálida y suave. Llegamos a una habitación donde me bajo para poder quitarse el saco y cerrar con seguro la puerta.

Me quite los zapatos y solté mi cabello, así estaría más cómoda ahora. Él continúo quitando sus zapatos y pantalón, el bulto que hacía en su bóxer era notorio ya.

No hice esperar mucho y volví a besarlo, sin mis zapatos se me hacía mucho más difícil alcanzar si estatura, por lo que aquel chico lo noto así que deslizando sus manos por mis piernas hasta mi trasero me levanto de nuevo volviendo a hacer que mis piernas se enrollen en su cadera.

El beso ahora era voraz, lleno de ganas y bastantes podría decir. Me apoyo contra la pared, supongo que para tener más soporte y deslizó sus manos por debajo de mi vestido llegando justo a la ropa interior que quito sin ningún problema.

Me estremecí cuando uno de sus dedos acarició en todo el centro de mi entrepierna, inició haciendo movimientos suaves que me sacaron jadeos no tan audibles. Subió una de sus manos a mi cadera para sostenerme aún contra la pared.

Los movimientos de sus dedos fueron subiendo velocidad por todo mi centro que ya estaba húmedo. Sentí entonces que me bajo, pero nunca dejó de mover su dedo. Tomó una de mis piernas y la enrollo en su cadera, dejándome de soporto solo una.

—Se libre de hacer el sonido que quieras, nadie va a oír igual. —volvió a hablar con esa jodida voz que solo me daba más excitación.

Beso mis labios una vez más y metió su dedo con lentitud en mí, luego de un par de movimientos, metió otro y subió mis manos sobre mi cabeza con ayuda de su brazo libre.

Suspire sobre sus labios cuando sentí un tercer dedo dentro de mí, él sabe lo que hace y a mí me gusta, jadee cuando sus dedos tomaron una pequeña inclinación dando en ese punto exacto.
Si seguía de ese modo yo iba a tener un orgasmo antes de tiempo.

Empecé a escuchar el sonido que, hacia su mano al chocar con mi centro, estaba claro que ya estaba muy húmeda por no decir que extasiada. Mordió mi labio inferior antes de sacar sus dedos de mí y pasar los besos a mi cuello, para seguir bajando hasta mis hombros.

Sus manos me tomaron de la cadera y me guiaron hasta la cama donde deslizó mi vestido hasta quitarlo y dejarlo a un lado. Cuando se inclinó hacia mí, quite su camisa, reparando en lo bien formado que tenía su torso.

Pasé mis manos por sus cuadritos mientras sus labios se pegaban a los míos con una fiereza impresionante, volvió a bajar sus besos a mi cuello y sentí como quitaba mi sostén que era lo único que faltaba, para acariciar con sus manos mis pechos.

Masajeo y apretó de diferentes formas haciéndome jadear de nuevo. Bajo dejando un camino de besos húmedos hasta uno de mis pechos donde beso y succiono cuanto le dio la gana.

Para cuando se reincorporó y se abrió paso entre mis piernas, yo reaccione y lleve mis manos al vestido que me había quitado, sacando por supuesto el dichoso preservativo. Una vez listo quite el bóxer que era lo que le quedaba y él mismo se encargó de ponerlo.

Una vez listo me recostó sobre la cama sosteniendo mi cadera con sus manos, no tarde mucho en sentir como entraba primero lento hasta estar completo y luego un poco rápido.

Mordí mi labio en un intento de no seguir con lo jadeos tan seguidos, pero eso solo provocaba gemidos de labios cerrados. Sus caderas embestían con fuerza y precisión mientras sus manos se encargaban de acariciar y apretar mis piernas.

Se inclinó un poco hacia mi dejando sus codos de soporte a mis costados, tomando algo de impulso para seguir, era como si hace un tiempo no lo hiciera y estuviera descargando esa energía conmigo.

No me quejo de nada, sus movimientos me hacían sentir bien por dentro como cada embestida. En un rápido movimiento entonces las posiciones se cambiaron y ahora me tenía sentada en él, su cadera se movía hacia arriba dando en el punto justo y yo me movía un pico para contrastar.

Finalizando solté un gemido sobre su cuello indicando haber llegado a ese orgasmo y por su parte, dio un par de embestidas más para luego salir de mi interior y llegar por igual.

Me deje caer en la cama exhausta, no tenía ganas ni fuerzas de levantarme ahora. Él parecía igual, porque en cuanto estuvo cómodo el sueño lo empezó a atacar. Supe que estaba dormido cuando su brazo me rodeó en un abrazo de manera perezosa.

Mire la hora, era casi de mañana ya y nosotras debíamos irnos. Me levante con cuidado cansada y busque mi teléfono, en cuanto lo vi tenía un montón de llamadas de Soleil, tome mi vestido y me lo puse a duras penas.

Agarré mis tacones con la mano y le di una última mirada al chico sobre la cama, se veía demasiado bien para ser real, estaba de verdad que bueno.

Abrí la puerta con cuidado y salí de ahí rápido, por el camino traté de acomodar mi cabello hasta llegar con Soleil y Evie, que ya estaban en el auto.

—¡Media hora te esperamos! —se quejó Soleil.

—¿Dónde estabas? —pregunto Evie cuando estuvimos por fin en camino a casa.

—Un momento… —Soleil revisó mi aspecto. —¡estuviste cogiendo! ¡por Dios Ava!

—Shhh, baja la voz. —la regañe.

—¿Con quién fue? —pregunto emocionada.

—Un chico que buscaba lo mismo, ya sabes, de esos que les gusta la diversión y ya. —me encogí de hombros.

Ella entonces sonrió casi de oreja a oreja y empezó a pedir detalles por el camino, los cuales no dije del todo, porque no es como que quiera que todo mundo sepa lo que hice y me hicieron.

Para cuando llegamos a casa, Evie estaba casi dormida y Soleil no dejaba de quejarse sobre el chico que conoció, mientras que yo solo quería dormir después de tanta acción en ese club.

—¿Y cómo se llama? —pregunto Evie.

—¿Quién? —bostezo mientras me cambio de ropa.

—El chico con el que estabas Ava.

—Amm… —lo pensé un momento y supe que ni siquiera el nombre nos dijimos. —ni idea. Al parecer solo íbamos a lo que íbamos.

Soleil soltó a reírse y yo no le preste atención porque apenas toque mi cama, caí en la maldición del sueño.

°°°
"Me voy con mis piernas y mi juventud por allá... "

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