Capítulo diez.
사랑
Al día siguiente, Yugyeom no apareció en la universidad. Según el profesor, el chico fastidioso se había dado de baja después del suceso vergonzoso de ayer y prometió que no se quedaría así. También había amenazado a la universidad pero de inmediato fue corrido por el director, no toleraba la gente que se creía superior por tener más dinero.
Obviamente a Jeongguk no le importaron las amenazas de Yugyeom en lo absoluto, mientras se largara de la universidad, todo bien.
—¡Amorcito!—Saludó el castaño entrando al aula, en cuanto vió al mayor se apresuró a plantarle su besito diario en los labios.
—Hey, ¿cómo es que llegaste temprano hoy? Tú tardas siglos en llegar.
—¡Mentiroso! Shh, no siempre llego tarde.
Jeongguk se rió del puchero de su noviecito, a veces se preguntaba como es que llegó a conquistar el corazón de esa pequeña bolita de azúcar.
No lo sabe pero agradece que Taehyung haya encontrado algo en él que el resto de personas no puede.
—¿En qué piensas, Ggukie?—Cuestionó el chico bajito sacando sus materiales para comenzar a realizar esos márgenes coloridos.
—En la razón por la cual te enamoraste de mí, estoy tratando de encontrar algo bueno.
—¿Y sabes cuál es esa razón?
El mayor negó confundido, a Taehyung no le gustaba para nada que su novio no notara las bonitas cualidades que tenía y sobre todo, lo precioso que era.
Y no sólo por fuera, también del corazón aunque todo el mundo pensara lo contrario.
—No lo sabes porque no es sólo una razón, son demasiadas, Ggukie. ¡Son tan inmensas como el amorcito que te tengo!
—¡Taehyung-ah! No digas esas cosas, tú sabes como me pongo. —Protestó el pelinegro posando su atención en su libreta vacía, maldita sea la hora en que decidió no anotar nada. —Te encanta hacerlo a propósito, ¿cierto?
El castañito tocó las mejillas de Jeongguk, estaban de un lindo color rosáceo y sus ojitos brillosos.
Una de las tantas razones para estar enamorado de Jeon Jeongguk.
—Cielito, llevamos casi un año de novios y aún te pone nervioso que te diga cosas bonitas.
—¡Eres la definición completa de la palabra cursi!
—Pero así me adoras, no te hagas.
—¡Yah! Mi hermanito se pone romántico y tú lo arruinas, no seas así, bestia. —Expresó Yoongi golpeando la nuca del pelinegro con una mínima fuerza, Jeongguk bufó lanzándole una bola de papel.
—Jeon, recoja eso, no sea sucio.
El profesor que recién entraba al aula notó la acción del muchacho, el salón guardó silencio un momento pero después era un alboroto de nuevo.
—Pero yo-
—Jeon. —Volvió a mencionar el profesor sentándose en la silla junto al escritorio, Yoongi se burló por la mala suerte que tenía la bestia de su cuñado.
El pelinegro se levantó con pesar para recoger la bola de papel que estaba en el suelo, la dejó en el bote de basura y volvió a su butaca indignado.
—Bien, jóvenes. Les pondré algo sencillo y tendrán el resto de la clase libre.
사랑
Jeongguk movió sus pies con impaciencia mientras esperaba a su noviecito, sólo ellos dos quedaban en el aula y es que Taehyung se habla negado a irse hasta no terminar el margen de su última actividad.
—Bebito, el timbre sonó hace diez minutos, ¿te falta mucho?—Preguntó con suavidad, no quería apurarlo pero en serio debía llegar al juego de hockey o sus malditos compañeros empezarían sin él.
—Shh, me estás distrayendo.
—Tae, ¿puedes apurarte? Debo estar en la práctica o el maestro estará molestando mis pelotas.
El castañito frunció su ceño y miró con recelo al mayor, Jeongguk murmuró un "¿Qué?" muy bajito.
—Me refiero a que estará de un humor de puta madre así que, ¿puedes apurarte, algodoncito?
—¡Jeongguk-ah!—Le llamó Jimin apareciendo por el pasillo, él ya tenía puesta su ropa del equipo. Seguía sin entender como es que para el hockey no tenía quejas pero cuando se trataba sobre realizar tarea, él era el primero en negarse rotundamente. —Te están esperando en la pista.
—Voy en unos cuantos minutos más, díselo al viejo.
Jimin asintió para después irse apurado por donde había venido, Jeongguk dirigió su mirada nuevamente a su noviecito quien ya estaba guardando sus cosas en la mochila de hello kitty que tenía.
—¿Ya ves? Sólo eran unos minutitos, eres un exagerado, Ggukie.
El mayor tomó la mano de Taehyung para apurarlo a caminar por los pasillos, con suerte alcanzaba a llegar a cambiarse aún.
Después de al menos tres pasillos más, finalmente llegaron a la pista de hockey, Jeongguk plantó un beso corto en los suavecitos labios de Taehyung.
—Ahora vuelvo, iré a cambiarme. —Anunció con su mochila colgando en su hombro, antes de irse pareció recordar algo y se apuró a sacar su billetera del bolsillo para entregársela a su noviecito. —Ten, compra fruta en los puestos de allá o lo que quieras, estaremos un buen rato aquí y quiero que tengas algo en tu pancita.
Taehyung asintió con las mejillas calientes mientras observaba a su novio irse a los vestidores, ese tipo de acciones le demostraban cuando le importaba a Jeongguk y no podía evitar sentir gusanitos en su estómago.
—Lo mío es tuyo y lo tuyo es mío, ahora compra algunas frituras para mí. —Expresó Yoongi de la nada sentándose a un lado de él, Taehyung le brindó un suave golpe en su hombro por el susto.
—¿Qué haces aquí? Deberías estar haciendo la tarea que no hiciste ayer, payasito. —Respondió dedicándole su poderosa mirada de enojo que sólo hacía reír a su hermano mayor.
—Vine a ver como juegan mis dos novios.
El castañito abrió su boquita por la impresión y jaló de la camiseta a Yoongi con emoción.
—Cuenta o le digo papá y mamá que ya tienes con quien pasar babitas.
—Es obvio que viene a ver a Seokjin y Hoseok. —Canturrea Jeongguk acercándose hacia a ambos, esta vez tenía su ropa del equipo y Taehyung no podía apartar sus ojitos de él.
—¿No deberías estar jugando, bestia?
—¡Amorcito! Te ves muy bonito. —Le halagó el menor observándolo, podía ver los bracitos musculosos de Jeongguk en esa jersey y también sus lindas piernas tonificadas en esos pantalones.
Yoongi estalló en risas cuando notó la cara roja de su cuñado, Taehyung le dió un manotazo diciéndole que se callara.
—Ah, pero si fuera Hoseok o Seokjin quien te diga algo lindo, estuvieras igual. —Murmuró el pelinegro con una sonrisa burlona en su rostro, su noviecito aún seguía mirándolo y le ponía nervioso.
—¡Jeongguk-ah! Mueve tu trasero para acá, el juego ya va a empezar.
—Sí, sí. Corre, te llama tu mamá. —Habló Yoongi agitando su mano en despedida, el contrario se acercó para robarle un besito a Taehyung antes de bajar con sus compañeros. En cuanto Jeongguk se encontraba en posición de atacante y el silbato a punto de ser sonado, el grito de Yoongi resonó. —¡Saquen a ese imbécil! ¡No sabe jugar y tiene piernas de pato!
—¡Yoonie, ni siquiera ha comenzado el juego!
—Por eso, que saquen a tu novio antes de que empiece.
Y sólo por única vez, Yoongi se arrepintió al instante cuando vió a Jeongguk susurrarle algo a Hoseok.
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