
XXVII
𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨
El Rey era un hombre exageradamente paciente. Y esa era precisamente una virtud y algo malo al mismo tiempo. Más aún en ese tipo de discusiones. En las que desesperaba como se quedaba solamente.
—No hables así con tu madre. —Advirtió el Rey a su hijo.
Algo en la respuesta de su padre irritó al príncipe. Pero se controló y trató de despejar su mente para poder afrontar la conversación de una mejor manera sin caer en las provocaciones de su madre. En algún sentido también el hombre tenía razón. Y el príncipe lo sabía. Era un enredo muy difícil, seguía siendo su madre.
Tuvieron que esperar a que Karoma se estabilice por obvias razones.
Claramente ese momento era muchísimo más difícil para ella. Era un ambiente de secretos y maltratos en los que había vivido encerrada por mucho. Por obligación, sin salida. Sin solución alguna.
Atrapada por una persona terrible, que por su posición aprovechaba poner su posición primero para guardar su reputación. Haciéndole uno de los peores daños a una persona que no merece ni la mínima cosa mala suceder en su vida.
Tal vez Karoma y Lauren se parecían mucho más de lo que incluso ellas mismas entendían.
Por eso, la manera en la que se empatizaba con la mujer, resultaba a sentirse hasta personal para la joven sirvienta.
[•••]
El Rey quiso acercarse a ayudar a Karoma para que se calme. Para que se estabilice. Pero para sorpresa de todos, Karoma le pidió que no se acercara, y que no la tocara. Se lo merecía hasta cierto punto.
El hombre lo aceptó y se alejó sin problema, respetando la decisión de la ama de llaves.
Se aseguró que su esposa no vuelva a mencionar nada, las cosas tenían que calmarse un poco para poder hablar. Aunque la Reina no iba a poder callarse por mucho.
El Rey camino por la sala mientras pasaba las manos por su rostro.
Era claramente todo muy difícil para él también. Un secreto que lo involucraba y que también involucraba su reputación como el Rey de Inglaterra.
Increíblemente la Reina seguía callada, no precisamente porque su propia conciencia le diga que era lo necesario. Pero sí porque ver aquel estado en el que se había puesto Karoma le causaba una especie de placer inexplicable, como si a pesar de todo siempre seguiría ganando.
[•••]
Hacer que Karoma se calme tomo su tiempo. El momento de crisis emocional en el que había entrado claramente era difícil.
Pero cuando lo logró. Tuvo que tomar todas sus fuerzas de nuevo. Porque venía la parte más difícil hasta el momento. Que era contar la historia completa.
Karoma omitió detalles, por otras obvias razones también. Pero contó su punto, sus vivencias. Mientras que en todo ese tiempo el Rey se encargaba de que la Reina no se meta.
El Rey procedió a hacer lo mismo, contando la historia de su compromiso. Y como sus intenciones de escapar junto a Karoma no pudieron darse. Que todo era un enredo mucho peor de lo que todos pensaban.
Que Octavia y Rose lo sabían desde un gran inicio. Y que ellas también ayudaron a guardar el secreto. Porque Karoma se los había pedido, y porque cuando la Reina se enteró también las habían amenazado.
Se habló también de como por accidente Frizzy se enteró, mencionando también que ese fue un error. Y el mayor descuido que habían tenido, porque pudo haber sido cualquiera el que se hubiera enterado.
Que necesariamente nadie debía saberlo. Que si las personas incorrectas se enteraban, podían juzgar a Karoma por adulterio. Y hasta llegar a matarla.
No le pasaría nada al Rey, por el mismo hecho de que lo era. El mismo ministerio lo cubriría a el y a la Reina. Si es que se llegaran a enterar y el tema se saldría de las manos.
Y jamás podrían dejar que algo así le pase a Karoma. Porque sería un destino trágico del que todos la debían proteger.
Aún así Karoma estaba atrapada, y debido del miedo que causaba lo que podía pasar, se había encerrado aún más con todos los maltratos que había tenido la Reina pensando que era lo que tenía que hacer. Y esa mentalidad se había quedado con ella por todos esos años.
El tema necesariamente rebasaba cualquier circunstancia. Y era difícil de mantenerlo entre las manos.
[•••]
—El problema no es solamente lo que ustedes tienen. —Dijo la princesa dirigiéndose a Karoma y a su padre. —El problema es todo lo que hay al rededor. Todo lo que puede pasar, todas las cosas que pueden salir mal. Y como mi madre ha aprovechado todos esos escenarios para hacerle más daño a todos los que sabían.
—Necesariamente en algún momento como se ha mencionado antes. Nos íbamos a tener que enterar—Dijo el príncipe refiriéndose a él y a su hermana. —Y también en algún momento de la historia de este país este evento se va a terminar sabiendo. Posiblemente en varias décadas, o siglos. Cuando nosotros ya no estemos vivos. No podías pretender ocultarlo y pisotear a todos mamá, en algún momento alguien se iba a hartar.
—No podemos dejar que la gloriosa historia de este país se manche con ese tipo de historia. —Interrumpió la Reina como si no hubiera escuchado a su hijo—Por eso es que no se debe ni saber ahora, ni nunca. Por eso todas las cartas que tu padre le manda a Karoma tienen y son quemadas después de que se lean. Porque no debe haber evidencia ni para generaciones futuras. Tú eres quien no sabe la magnitud de estas cosas.
—Nuestra historia ya ha estado manchada varias veces. —Respondió el Rey. —En el sentido de toda la familia Real y sus inicios. Con traiciones por el poder, traiciones familiares, y matrimoniales. Que también se han ocultado, de maneras diferentes. Pero que igual se han sabido. Varias generaciones después. —Habló—Pero ese no es el problema, porque de una forma u otra ya no existiremos cuando eso suceda. Y no tiene que ver con lo que está pasando aquí —Se explicó—Lo que tenemos que ver es que vamos a hacer ahora, porque esto está sucediendo ahora—Hizo énfasis cada que repetía la palabra "ahora" no podían desviar el tema. —Mientras seguimos todos vivos. Mientras queremos buscar una forma de vivir con esto. —Regañó de cierta forma.
—Nadie puede salir de aquí, este secreto nació en este castillo y se va a morir aquí —Dijo de repente la Reina apresurándose a hablar, a querer mandar y manipular a todos para conseguirlo. Era imposible hacerla callar por más de cinco minutos, era tan irritante.
—No puedes encerrarlas a todas aquí—Le respondió su hijo señalando a las sirvientas.
—Ahora que ustedes también saben. Esto se vuelve un poco más serio—Volvió a decir el Rey intermediando para que no vuelva a estallar una discusión —No solo debemos cuidar nuestras palabras. Sino todo, esta situación ahora no es sola, porque el trasfondo político detrás es muy peligroso. —Dijo — Dejar que se vayan podría implicar algún tipo de acoso o persecución mientras todo este tema nuevo con Durrié Noveau dure, en busca de información para ir en nuestra contra un empleado del castillo es el blanco perfecto. No sabemos la gravedad de este tema, hasta el momento ha sido algo lleno de estrategias y ver a alguien que ya salió del castillo, sería un movimiento peligroso para todas ellas.
Tenía razón, ahora la situación se había complicado mucho más debido a la situación y crisis interna que estaba afrontando Inglaterra.
El príncipe pareció suspirar rendido—Pero no puede ser por siempre tampoco—Reclamó.—No sabemos cuanto tiempo va a durar esto, pero tampoco implica que limitar absolutamente todo encerrándolas en este castillo sea justo.
—Es un honor que trabajen aquí, además si se van ahora o en futuro ¿A dónde? Si van a seguir necesitando dinero. Octavia por ejemplo ya es mayor ¿Qué otro trabajo va a encontrar?—Interrumpió la Reina—Rose tal vez podría terminar trabajando en algún hospital con suerte. Y Lauren y Jocasta van a quedar a la deriva, buscando alguna casa donde ir. O para bien como dinero le dieron por el juicio hacer algo. Pero van a estar solas de todas formas.
—Si tenemos que irnos, nos iremos.—interrumpió Octavia sin ganas de ser irrespetuosa y mucho menos meterse con la Reina.
—Octavia, no es necesario decir eso. Es algo muy peligroso con las circunstancias que estamos viviendo ahora. —Dijo el Rey.—Ninguna puede irse.
—¿Cómo quieres arreglar las cosas entonces?—Dijo el príncipe cruzándose de brazos. Estaba molesto, a favor de la libertad de las sirvientas, pero también sabía que sus padres tenían razón en cierto aspecto.
—Tenemos que cuidar a Karoma, a la reputación de tu madre, la mía y de esta familia. —Dijo el Rey llegando a una conclusión. —Todas las personas que sabemos debemos mantenerlo en el secreto en el que está. No tenemos alguna otra opción.
Las cosas no pueden ni ibaan a cambiar mucho, se sentía como un esfuerzo en vano, pero algo era algo. La Reina una vez más iba a hablar pero el Rey volvió a interrumpir.
—Que las cosas permanezcan de alguna manera, no significa que sigan siendo iguales. —Habló el Rey de repente.—No vas a volver a encargarte de este tema. —Le dijo a su mujer—Todos lo vamos a hacer.
Y claramente se empezó a notar como la Reina enfurecía.
—Ni Lauren ni Karoma serán más víctimas de lo que haces con su cabello. Ni de ninguna agresión verbal, y mucho menos física. Ni a Rose, ni a Jocasta ni a Octavia. No volverás a tomar ventaja en este tema. Y si bien vamos a seguir ocultando esto ahora todos saben lo que haces y nadie te permitirá hacerle nada a nadie
Karoma pareció suspirar de alivio.
Si no iban a recibir mucho, hasta lo mínimo parecía suficiente.
[•••]
La Reina se hartó, otra vez— Es lo que esa mujer quiere que hagas—dijo señalando a Lauren de repente en su desesperación.
El Rey también ya estaba perdiendo la paciencia otra vez— Lo único que está sucediendo es que se te va a quitar el control del que te has aprovechado a pesar de toda la paciencia que te tengo y que te he tenido. Ahora, no podrás hacer nada a mis espaldas porque Thomas y Ava ya lo saben y han reaccionado positivamente ante esta desgracia. Y ya nadie va a aguantar tus maltratos. Es lo único que te estoy pidiendo. Porque todo lo demás sigue siendo como lo quieres. —La encaró—Y yo también soy responsable porque te dejé hacerlo y es mi responsabilidad controlar esto.—Elevó su voz notablemente arrepentido.—Nadie está diciendo que no colaborará en el guardar de esto. Sino que los problemas que has causado dentro del mismo han escalado hasta un punto en el que ya tenido que estallar en nuestra familia. Y aún así sales ganando.
—¿Pero quién ha hablado?—incriminó la Reina de nuevo, refiriéndose obviamente a Lauren— Ella me odia, quiere poner a todos en mi contra. Ha puesto a mi propio hijo en mi contra. Quiere destruir a esta familia.—dijo acercándose a Lauren de una manera un poco agresiva. Asustando también a todos atinando Karoma a ponerse delante de la sirvienta.—Es el diablo, un demonio. Es su culpa—Octavia y Rose se encargaron de sostener a la Reina y hacerla retroceder mientras también el Rey se metía al medio.
Intentaron calmar su ataque de ira, Karoma discutió con ella y prefirieron que Lauren no hable.
[•••]
—¿A caso ya pretenden todos no saber? Hay una razón más por la que esto es mucho peor. —Continuó discutiendo la Reina, ella no había terminado aún — Que mi hijo puede repetir la misma historia que su padre. Que yo no lo voy a dejar, pero que tampoco puedo echar de aquí a esa estúpida porque si se va hay mucho riesgo.
La princesa entendió aquel tema en un segundo. Mirando a su hermano que se había congelado de repente.
—He impedido en todo sentido que pase eso. Y Karoma está de acuerdo.—volvió a decir la Reina. —Pero claro, siempre van a concentrarse solo en lo que yo hago.
El príncipe miró a Karoma y a todos pidiendo una especie de explicación. Las cosas parecían estar tomando un rumbo peor. Que también era parte del problema, y lo terminaba uniendo.
— Yo no puedo dejar que Thomas sufra lo mismo. Ni que Lauren termine como yo. —Habló la ama de llaves aún permaneciendo delante de Lauren.— No sería capaz de ver tal castigo como el que yo vivo por amar a alguien.
El Rey bajó la cabeza de repente, dolido.
—¿Qué vas a saber de amor?—Volvió a incriminar la Reina —Tú me quitaste a quien yo amaba. —Acusó.
—Es usted quién no sabe nada sobre amar a nadie—respondió Lauren sin soportar estar callada. Frizzy intentó calmar a su amiga pero no pudo hacerlo. Lauren ya se había aguantado bastante en no responderle algo a la Reina. —Le da miedo que todo suceda de nuevo porque le recuerda su vida.—La acusó de vuelta —Y ¿Quiere saber? sí me gusta su hijo—Le dijo sin tartamudear ni un segundo dejando a absolutamente todos en silencio.
La misma Reina se congeló.
—Me gusta su hijo, y jamás en mi vida me había sentido así por alguien.—Le dijo otra vez—Incluso cuando yo misma soy consciente de que no quiero atarme al mismo dolor de Karoma. Razón por la que también hemos hecho todo lo que usted ha querido. —Espetó—¿Cree que no me quiero largar de aquí? Irme para no saber de usted.—volvió a decir. —Yo decidí hablar porque ya no lo soporto. No soportaba ver lo que le hacía a Karoma a espaldas de todos aprovechando que sus hijos no tenían idea. El daño que nos hizo a todos aprovechando nuestro miedo. —Le dijo—Usted no ama a nadie. Pero de todas formas todo sigue saliendo bien para usted, porque a diferencia de lo que pasó en su juventud ¿Qué más quiere? Su hijo ya esta comprometido como su gran medida de prevención. —Dijo sacando toda la frustración y dolor dentro de ella.
—¿Que yo estoy qué?—dijo el príncipe interrumpiendo de repente encarando a sus padres mientras claramente su voz sonaba ofendidísima por la sorpresa. La princesa quedó igual de aturdida, como si no tuviese idea de lo que había acabado de escuchar.
El Rey y la Reina entraron en pánico.
[•••]
Y todos entendieron lo que había pasado.
De alguna increíble manera habían ocultado la noticia del compromiso para el príncipe y su hermana.
Sabían que el príncipe iba a negarse rotundamente, y por eso el plan era avisarle al último momento para que no se niegue. Al mismo tiempo no le dirían a Ava, porque ella sería la primera en avisarle.
Los mismos hermanos no podían creer lo que les habían hecho.
Lauren se llevó una mano a la boca por la sorpresa de enterarse lo que incluso su propio padre estaba haciendo con su hijo. Frizzy se quedado quieta como una roca, con la boca abierta. Si Lauren no lo mencionaba ni se iban a enterar. Que lo haya dicho incluso sin pensar fue una suerte y una desgracia al mismo tiempo.
Octavia y Rose miraron igual de sorprendidas al Rey y a la Reina sin poder creer como habían logrado ocultarle eso a su hijo. Y Karoma nunca en su vida había mirado al Rey Mark, a aquel amor de su vida. Con tanta decepción, tanta sorpresa y tanto enojo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro