
XLVII
𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨
Después de aquello, fue difícil para todos recomponerse.
Pero también necesitaban hacerlo.
No sabían cuanto tiempo había durado todo aquello, pero honestamente llegaba a no importar.
Cuando el joven Harry logró tranquilizarse junto a Frizzy. Las cosas pudieron transcurrir de mejor manera.
Aun así, el panadero y el hijo del Duque no podían dejar de pedir perdón. Y eso inevitablemente también hacia que las cosas duelan más.
—Meterlos en este tema, es difícil. Jamás quisiéramos que sean condenados por algo. Por eso nos preocupa mucho. —Siguió el joven hijo del Duque limpiando su rostro con la mano torpemente. —Jamás quisiéramos meterlos en un problema del que hasta pudiésemos salir muertos. O que al morir fuésemos eternamente al castigo del fuego del infierno. No sé si necesitemos un perdón divino, y eso es algo por lo que también hemos discutido. Pero no queremos condenarlos a lo mismo. Por eso nos da tanta pena haber tenido que involucrarlos.
—Es nuestro castigo. No el de ustedes—Anunció Louis apenado bajando la cabeza también.
—Era algo tan desesperante, que en algún momento necesitábamos ayuda. Pero si algo malo pasa por este encuentro, es nuestra responsabilidad, no la suya. No permitiriamos que salgan mal por nuestra culpa.
—No digan eso. —Decidió decir Thomas después. —Nosotros ayudamos porque deseamos hacerlo.
Los demás asintieron de acuerdo.
En verdad no importaba, si el crimen y la complicidad del mismo podía poner en riesgo la vida de todos si alguien se terminaba enterando en la peor de las situaciones. Si la religión los tildaría como criminales, que ya lo eran todos, por cubrirlo. Por estar de acuerdo con esas cosas que el mundo satanizaba. Ellos querían ayudar, de forma desinteresada, porque no veían nada malo en ese amor. Que lamentablemente todo el mundo castigaría con la misma muerte. Razón que hacía todo en su caso mucho más difícil, por la que todos guardaban silencio, para proteger la vida de todos. Razón por la cual habían tenido tanta suerte en ser justamente ellos los que sabían y los que protegerían esa situación. En ese último adiós.
—No pasará nada. Estamos aquí para ayudar. Esto es lo mínimo que podíamos hacer. —Anunció el joven Dylan. —Gracias por pedirnos esa ayuda a nosotros. Y haber confiado en nosotros también.
—Fue una suerte. —Suspiró el joven Harry bastante sensible, aunque claramente estaba sumamente asustado. —Gracias a ustedes en verdad. No sé cual es esa suerte que permitió conocernos, que sean ustedes. En verdad. Les debemos todo, nuestra vida misma, por eso no podemos permitirnos que pase nada malo. Que nos hayan ayudado con esto ha sido lo más afortunado del mundo. No se puede ir más allá, por eso esto es solamente un adiós.
—Lo entendemos en verdad. —Dijo Frizzy. —Pero hubiéramos ayudado, en cualquier situación. —Dijo.
Estuvieron de acuerdo con ella.
Louis suspiró bastante nervioso y sensible.
—Pero que pasa si Dios. —Empezó a sentirse terriblemente mal.
—Dios no castiga a quien ama, tu lo ssbes. —Le dijo Lauren. —Quien lo hace es la gente. —Le explicó. —Y si no es cierto y el fin es el infierno lo que nos depara a todos nosotros por cubrir esto, lo hará. No nos importará.
—Ya estaremos muertos. —Agregó Thomas. —En ese futuro tan lejano que vemos. No importará ningún cielo ni ningún infierno porque simplemente no existiremos. Pero en la vida que tuvimos, habremos defendido y hecho lo que creímos correcto, lo que quisimos proteger. Y a quienes deseamos ayudar.
—Dios me perdone si en verdad esta ahí arriba —Dijo Frizzy. —Pero si nos quemamos en el infierno, al menos todos nos veremos ahí. —Se encogió de hombros.
Y no se supo si fue en un estallar de la sensibilidad y tristeza del momento que necesitaba disiparse de otra forma que quite el dolor.
Pero Frizzy siempre podía hacer reír a los demás incluso cuando no era su intención. Por lo que al menos en lo más parecido a un suspiro, todos terminaron riendo de cierta manera, incluso Lauren y también Louis, que era la persona más aterrada con ese tema.
Frizzy no supo por qué lo que dijo fue divertido, y eso hizo la situación un poco más graciosa.
Logrando que al menos toda la pena, y toda la angustia, se sienta al menos un poco menos sofocante.
[•••]
Pero ya con todo eso todos tenían que regresar, aquello ya había terminado. Lamentablemente, aunque haya pasado el tiempo que haya pasado. Tenían que volver, eso no podía ser eterno, por más de lo dolorosa de esa despedida. De que de cierta manera la pena se haya disipado un poco.
De todas formas. Eso solo fue una distracción. Y aunque sirvió bastante no quitaba nada de lo que estaba pasando.
Terminar de organizarse para el regreso no fue muy complicado, todos sabían que hacer. Aun así acordaron que Dylan iría adelante por si las dudas, ya que todos se acompañarían hasta el pasillo de la derecha donde esperarían y se turnarían para salir en esos intervalos de tiempo creíbles para todos.
Se quedaron en el pasillo armando dos especies de filas que dejaban el espacio del medio vacío. Para eso, Frizzy tenía a Louis a su costado, Harry y Dylan vigilaban uno adelante y el otro atrás, y Lauren y Thomas habían terminado lado a lado también.
Dylan dio una señal a Harry, como que las cosas estaban bien y se podían ir, al menos Dylan, Thomas y él.
Con eso hablaron en voz baja que no había que preocuparse por los demás ellos también se las arreglarían, saldrían después y se fijarian bien, no había problema.
[•••]
Fue todo raro y extraño a un inicio de esa retirada. Para Louis y Harry era como despedirse de nuevo, esa tensión sofocante de tristeza seguía ahí. Se contagió a todos.
Pero darse un último abrazo o beso no molestaba a nadie. Merecían esa oportunidad también. Nadie sabía a detalle fuera de la pelea que tuvieron de que más habían hablado. No les incumbia, era su privacidad. La respetaban totalmente. Aun así todos esperaban que no se sientan mal por si se abrazaban por última vez delante de todos. A nadie le molestaba.
Eso quedo claro cuando Frizzy empujó disimuladamente a Louis con el codo. El mismo entendió la señal. Harry también.
Y la incomodidad inicial dejó de estar ahí cuando ambos se aferraron al otro con tanto sentimiento y tanta fuerza, que también fue obvio que ambos lo necesitaban.
Se tomaron su tiempo, lo necesitaban y tenían total derecho. Todos respetaron eso, aún así soportar esa tristeza era pesado, pero tenían que hacerlo para no llegar a un punto de contagiarse entre todos, todos terminaron llorando y arruinar el plan.
Que gracias a ese Dios tal vez, estaba saliendo bien hasta el momento.
Ninguno parecía querer soltarse, era muy difícil. Más aún por los tiempos que vivían, la situación sin remedio que experimentaban. Porque lamentablemente, a diferencia total de Thomas y Lauren, ellos no tenían opción ni salvación. Por más bello que fuese su amor, por más merecido que sea. Ellos no tenían ya nada más.
Fue difícil separarse, a pesar de que ya se habían despedido. Nunca algo había dolido tanto. Y eso que de la historia de ambos, los demás técnicamente no sabían nada completo. Empatizar con eso podía ser considerado hasta pena de muerte si alguien se enteraba, pero no podían evitar hacerlo. Amar no conoce de estratos sociales, género, aspecto físico, raza ni religión. El amor es amor y ya. Pero hasta que el mundo piense de esa manera, los pocos llamados herejes, criminales de la religión, y rebeldes de pensamiento seguirían siendo perseguidos. Al fin y al cabo, el mundo se trataba de ideales, los grupos fuertes siempre competían por el poder y la imposición, este bien o mal, porque en un ámbito filosófico esas cosas tampoco se saben.
Cada quien defendía lo que quería, y habían mayorías inhumanas e injustas ante algo tan natural como sentir algo por alguien, o tener una posición inferior o un genero diferente. Que hasta que cambien o evolucionen probablemente pase tantísimo tiempo, que hasta el mismo mundo sería otro. Que ninguno de los aue estaba ahí podría ver jamás.
Y se tenían que aguantar, pensar y callar. Para no ser castigados por esa mayoría malvada. Sobretodo en un caso como el de Louis y Harry. Que todos querían proteger y ayudar, pero que obviamente también debían callar y ocultar. Por ellos, por sus vidas, la de todos. No tenían otra opción. Lo de ellos era tan diferente, trágico y tan sensible. Que lo de Lauren y Thomas parecía incluso un privilegio.
[•••]
Disimular lo mal que se sentían todos, tuvo que suceder también. Cuando se tuvieron que despedir entre reverencias amables, como si nada hubiera sucedido.
Louis y Harry volvieron a estar separados por un buen espacio en el pasillo, evitando mirarse ya, para mantener la calma en el asunto.
Todos se despidieron, con educación distancia y respeto.
Thomas se giro para despedirse de Lauren de la manera más normal con una reverencia, hasta que la muchacha se dio cuenta que el joven traía los ojos aguados por aguantarse las lágrimas.
Casi en una acción maternal y totalmente espontánea de su cuerpo, acercó el dedo de una de su mano no vendada para recoger las lágrimas del joven antes de que empiecen a caer.
Eso hizo que respire pesado, que pueda recomponerse. El también era bastante sensible. Se terminó de limpiar su propio rostro el mismo.
—Gracias. —Suspiró el joven—Perdón. —Sacudió la cabeza para terminar de estabilizarse.
—No pasa nada. —Dijo la muchacha a forma de consuelo.
Thomas asintió y así se volvieron a despedir, con esa pena, de que a diferencia de la pareja de chicos, ellos sí tenían opción aunque sea peligrosa o mala. Al menos la tenían, eso de cierta forma los hacía sentir mal, una culpa sin razón, que por otra parte era inevitable también.
Así Dylan se fue primero unos segundos antes, con Harry y Thomas saliendo después juntos, como era planeado, porque supuestamente habían ido a hablar los dos.
[•••]
Cuando se fueron completamente, los tres sirvientes se quedaron a esperar el tiempo que tenían que esperar. Con Louis respirando pesadamente para disimular todo, y volviendo a organizar la historia de su regreso.
Y decidieron cambiar las cosas, porque podían regresar los tres juntos, supuestamente los tres estaban en la enfermería, y regresar juntos por recomendación de Rose encajaba perfectamente con una mentira que era igual de creíble.
No querían que Louis vaya solo y luego esperar ellas para ir o ir separados. De alguna manera también cambiaron los planes por eso, querían estar cerca en esos momentos.
Y así fue, los tres caminaron casi pegados en una línea horizontal con el ojiazul al centro, que era abrazado por los hombros de parte de Frizzy, y abrazado de la espalda con un suave tacto de parte de Lauren, cosa que sorprendió un poco a los dos sirvientes, pero que agrado también.
Lauren sabía que Louis lo necesitaba, podía ignorar su incomodidad. No pasaba nada. Ese día no podía ser tan terrible tenían que intentarlo.
Tal vez un abrazo ayude.
[•••]
Regresaron a la cocina y antes de entrar se soltaron para disimular que venían en orden y en fila. Y así lo hicieron.
Y en un buen sentido, como Lauren era la mejor mentirosa, estaba al inicio de la fila. Y sin problemas al regresar propiamente a la cocina contó toda esa mentira que habían armado, en la que no tenían opción más que involucrar a Rose.
Octavia y quien escucho se lo creyó, y con eso era suficiente. Aun así tuvieron que seguir disimulando cuando Octavia le preguntó a Louis que pasaba, y este solo dijo que había acumulado mucho estrés y por eso se había sentido tan mal y había vomitado.
Cuando le preguntaron a Lauren, ella solo dijo que lo suyo no fue grave, y le mostró su mano falsamente vendada, aunque claro, Octavia no sabía que eso era falso.
[•••]
—Me alegra que Rose los haya hecho venir juntos, así era más eficiente que si venían uno por uno. —Suspiró la jefa de cocina totalmente tranquila. —Pero hasta se me hace gracioso, porque todo lo que sucede bueno o malo, irrelevante o no, les sucede a estas dos—Octavia bromeó con Louis señalando con la cabeza a las dos sirvientas, Frizzy soltó una risa nerviosa, Lauren le dio cun codazo disimulado. —Te están pasando su suerte tal vez. —Siguió bromeando la jefa de cocina con el ojiazul. Seguramente para aliviarse de varios aspectos que la preocupaban con ese otro asunto, y todo el tremendo enredo que había detrás de todo y para todo.
Y tenían razón, en cualquier cosa estaban metidas las dos. Tomarlo como chiste también podía ayudar a afrontarlo.
—Eso es divertido señora Octavia. —Louis le siguió la corriente. —Pero cada quien es el protagonista de su propio libro. Tal vez el libro de ellas es más interesante que el de nosotros.
Octavia negó con la cabeza divertidamente, y agradeciéndoles por el tiempo, la plática y el regreso nuevamente. Indicó que ya podían trabajar con normalidad, que sus labores sean retocadas tranquilamente.
Y así lo hicieron los tres. Como si no hubiera pasado nada. Al fin y al cabo, a veces mentir era una virtud.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro