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XLVI

𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

    Y el primero de Junio, estuvo tan cargado de estrés, de esa ansiedad, de esperar que todo salga de acuerdo al plan. Que cuando dicha fecha llegó, se sintió a penas como haber parpadeando, desde que la noticia estaba en aquel círculo de personas enterados.

[•••]

    Desde la mañana, e incluso desde el día anterior ya sabían que hacer. Aun así, los nervios siempre estaban ahí, había que disimular solamente.

    Todo había pasado muy rápido hasta ese día, pero estaban preparados. Al menos tenían que mentalizarse con esa día.

    Enfrentarse a ese día, poco a poco, uno a uno.

    Sí se podía, ya se habían metido en el tema, voluntariamente. Era su decisión y ninguno deseaba dar vuelta atrás.

    Era lo mínimo que se podía hacer por los dos, no importaba si dejaban de lado por un momento sus propios asuntos y el plan principal.

    Porque ellos, dentro de todo, sí tenían tiempo. Aún.

    La pareja del hijo del Duque y el panadero, no lo tenían. Merecían una última oportunidad, era la única que les quedaba.

[•••]

    Como todo se daba en la mañana, todo tenía que ir de acuerdo al plan, no podía haber ningún retraso, todas las coordinaciones ya tenían que ser dadas. Lauren ya tenía la venda de aquella quemadura en su mano, guardada eb su delantal que usaría para fingir que había ido a la enfermería. Con el fingido corte que tendría también.

    Y así a las 8:00 a.m, incluso unos minutos antes, empezó todo. Había llegado el momento y el día tan rápido, que también los asustaba.

    Pero todo marchaba bien. Louis hizo su mejor actuación para pretender aquel fuerte malestar que lo estaba obligando a vomitar y correr al baño, todo fue tan creíble que hasta la misma Octavia se asustó dejándolo ir sin pensarlo dos veces. Diciendo que incluso vaya a la enfermería y se quede ahí si necesitaba

    Aun mejor, así si Louis se demoraba no pasaba nada, y como Lauren y Frizzy iban a tener todo un teatro también que involucraba mentir sobre ir a enfermería, la excusa de regresar juntos ya no tenía ningún problema, ni necesitaría explicación.

    Estaba saliendo mejor de lo que esperaban.

    Desde la cocina, la primera parte del plan estaba hecha.

     A las 8:15 la segunda se ejecutaba con ese tiempo prudente y no sospechoso, Lauren y Frizzy habían de sacrificar aquel traste. Y lo hicieron, disimulando todo como un accidente, rompiendo aquel plato cuyos pedazos fueron a parar a todos lados.

    Y Lauren claramente pretendiendo que se había cortado, tapando toda su mano con la otra, para que no se note que estaba mintiendo.

    —Aprieta la herida antes de que empiece a salir sangre. —Frizzy actuó con preocupación. —Yo fui quien Rompió el plato, discúlpame en verdad—Siguió  con la mentira.

    Lauren siguió fingiendo dolor.

    Todos en la cocina entendieron aquello como una emergencia que solía pasarle a cualquiera, nadie sospecho nada.

    Octavia mando a Lauren a la enfermería aceptando que Frizzy la acompañe, ya que estaba cerca a no aceptar, pero con la morena insistiendo en su preocupación por que corte que había causado en su amiga, la jefa de cocina terminó aceptando. Ambas solo podían salir de la cocina para ir al baño o por una emergencia, y esa era una.

    La jefa de cocina terminó mandando a un mayordomo a ser quien con una escoba y recogedor, limpie los escombros de aquel plato sacrificado.

    Se habían salvado, lo habían logrado. Todos les habían creído.

[•••]

    La actuación de ambas sirvientas, terminó cuando cruzaron la puerta de la cocina, y absolutamente nadie de ahí adentro podría alcanzarlas a ver bajo ninguna circunstancia.

    Y así empezaron a correr hacia la biblioteca. Aprovechando que aún a esas horas los pasillos estaban relativamente vacíos.

    En aquel camino Lauren aprovecho sacar la venda y ponérsela en la mano en la que había fingido el corte para seguir con aquella mentira al regreso y que sea totalmente creíble. Al hacerlo mientras corría junto a Frizzy sus pasos se atrasaron un poco a comparación de su amiga, quedando detrás de ella. Pero no había ningún problema.

    Terminó de envolverse la venda de la manera más creíble posible y resultó bien, después de eso pudo recuperar la rapidez de sus pasos para alcanzar a su amiga y poder llegar juntas.

    Pasaron por todos los pasillos necesarios y esquivaron varios por donde estuviesen otros sirvientes para evitar cualquier problema. El lugar era tan inmenso que a pesar de estar yendo a un paso rápido, obviamente iban a demorar hasta llegar a la biblioteca. Que estaba literalmente al otro lado del castillo.

    Tenían que llegar de todas formas, debían llegar, tarde o no. Pero tenían que estar, para supervisar. Para vigilar que nadie más pase por ahí ya que el joven Dylan había sacado a los guardias de ahí también.

[•••]

    Desde antes de llegar a la biblioteca oficialmente, es decir afuera de la puerta misma. En el mismo ambiente de afuera estaba el príncipe caminando de lado a lado bastante nervioso. Hasta ese momento solo él estaba afuera.

    Pero al ver a ambas sirvientas pareció tranquilizarse. Llegando a saludarse los tres con una reverencia en silencio al encontrarse. El apuro y la situación en general, no permitía pensar en nada fuera de la situación que tenía lugar en la biblioteca, esa que era la única que importaba en esos momentos, la que estaban protegiendo.

    —Dylan se está asegurando que no haya nadie en el perímetro. —Susurró el joven.

    Lauren y Frizzy asintieron comprendiendo.

    —¿Ya están adentro?—Preguntó Frizzy señalando con la cabeza la biblioteca.

    Thomas asintió.—Están hablando.

    Frizzy volvió a asentir.

[•••]

    Los tres se dirigieron mas hacia la puerta, para poder supervisar. No querían escuchar ni enterarse de algo porque era privado entre Louis y el joven Harry. Pero al tener que estar ahí para evitar cualquier problema, tenían que supervisar todo lo posible.

    Aún así, solo estaban detrás de la puerta abierta, a cierta distancia. En fila horizontal. Con Lauren al medio de Thomas y Frizzy.

    Se escuchaban solo murmullos, mientras los demás miraban al rededor y dentro de la biblioteca de tanto en tanto. Para verificar que todo esté en orden.

    Llegó Dylan corriendo, apresurado. Llegando con las otras personas. A quienes por el apuro también, solo saludó con una reverencia. Llegando a colocarse al lado del príncipe.

    —No hay nadie en el perímetro. —Dijo el consejero, recuperando el aire dando una palmada en la espalda de su amigo para tranquilizarlo.

    Thomas también suspiró más tranquilo.

[•••]

    La situación era muy triste en general, ellos solo estaban haciendo lo que podían para ayudar. Porque querían hacerlo. Debían hacerlo. Pero eso también, podía romperle el corazón a cualquiera.

    Podían hasta ser cómplices de un crimen, técnicamente lo eran, porque ser homosexual se castigaba con la muerte de parte de la Iglesia en todo el Reino. Y la Iglesia, después de la monarquía era el máximo poder existente, uno del que la gente no admitiría opresión ni injusticia, porque era enmascarado con la religión. Algo que no permitía libertad. Pero que quedaría justificado, por lo que supuestamente se interpretaba la biblia, lo que supuestamente quería Dios.

    Y si ese crimen religioso, ese pecado también los involucraba a ellos por ser cómplices. Lo haría, porque ninguno se arrepentía si al morir en algún futuro, se pudrirían en el infierno como castigo divino. Y si bien daba miedo por todas las creencias presentes del siglo, pasaba a segundo plano, porque estaban haciendo algo que todos tenían la necesidad de hacer, algo que creían aunque la mayoría del Reino esté en contra, aunque tenga que permanecer como un secreto y algo oculto. Querían ayudar.

[•••]

    En un momento las voces dentro de la biblioteca se empezaron a escuchar más fuertes que unos simples murmullos. Estaban hablando más fuerte, sin intenciones obviamente de hacerlo. Pero el tema de conversación de cierta forma lo obligaba.

    No se los veía, todavía estaban en una parte escondida de dentro de la biblioteca obviamente. Pero por el volumen de sus voces que se empezaban a escuchar algo claras, se podía deducir por qué parte del gran lugar más o menos estaban.

    Y claramente aunque hayan querido respetar toda su conversación, se escuchaba lo que cada uno decía.

    Por alguna razón Harry le pedía ya no  pelear. Y Louis reclamaba que estaba muy herido, que se ilusionó tanto cuando sabía que eso no tenía la mínima esperanza ¿Qué era lo que esperaba?¿Poder estar juntos? Los fusilarian públicamente a los dos. Louis era una persona religiosa, siempre había sentido que habían pecado y aún así se había dejado llevar porque lo amaba y sabía amar en general no era un pecado hasta que se trataba de personas como ellos.

    Y escuchar posiblemente eso que Louis decía, no solo le dolía terriblemente al joven Harry, sino también a las personas que estaban afuera, que no podían evitar escuchar porque tampoco  se podían ir.

    Solo podían decirse adiós ¿Pero qué iba a hacer Louis?¿Ir a esa boda a verlo casarse? ¿Se haría tanto daño con eso ya después de haberse despedido? ¿Cuál era la necesidad? Ellos no tenían ni tiempo, ni opciones ni oportunidades. No tenían nada.

    Afuera todos también estaban en silencio. Con mucha pena, con un dolor diferente, pero que tampoco se podía describir.

    Tenían que prometer olvidarse, para eso también estaban ahí. Nunca más se volverían a ver, Harry tendría una buena vida arreglada y comprada, una esposa de su misma clase y hasta una familia en el futuro. Todo para el estaba solucionado, económicamente, su vida sería buena. Aunque sea feliz o no.

    Louis no tenía mucho, solo trabajaría en castillo hasta que se pueda, reuniría el dinero suficiente y se lo daría a sus abuelos como iba haciendo para poder ayudarlos, así sobreviviría, como podía. Hasta donde viviera, hasta ver como le iban las cosas. Lejos del otro, cada quien por un camino diferente, que no debieron chocar. Porque ahora estaban sufriendo tanto. Y hasta habían arrastrado gente que podía salir perjudicada por su culpa.

    Aún así era la última vez que podían hacer algo, verse, abrazarse. Algo al menos, en eso insistía el joven Harry, Louis también lo aceptaba, pero estaba muy dolido de todas formas.

    Tenían solo esos momentos. Harry se lo suplicó, solo por esos momentos. Tenían que dejar sus discusiones y todos sus miedos de lado por solo esa última oportunidad. Era la única que les quedaba, había llegado tan pronto. Y no podían dejar que se escape así de rápido también.

    Así esa discusión en la que habían entrado paró también.

[•••]

    Desde afuera, Frizzy era una persona extremadamente sensible. Para ella se le hizo imposible no llorar. Pero claramente tenía que controlarse, aún así fue extremadamente difícil.

    Bajó la cabeza, se llevó la mano al puente de la nariz, y se sintió llorar en silencio. Esa situación también le dolía demasiado.

    Lauren puso una mano en la espalda de su amiga. No sabía que hacer para que la misma se tranquilice un poco. Thomas se movió del otro lado de Lauren y fue al de Frizzy, dejándola en medio de Lauren y Thomas. Así mismo el joven colocó una mano en la espalda de la morena para intentar tranquilizarla. Y del bolsillo de su saco, le tendió un pañuelo, que Frizzy recibió  agradeciendo.

    Así el príncipe y Lauren hicieron su mejor intento por consolar a la morena, mientras Dylan seguía encargándose de supervisar todo bastante atento.

    Era un momento bastante sensible. Para todos también. Pero las cosas tenían que estar bien, tenían que reponerse, mostrar fuerza para que cuando Louis y Harry salgan puedan sentirla también. Al menos como último consuelo, de esa última oportunidad.

    Aún así para Frizzy era muy difícil. Le dolía bastante eso que tenia que escuchar. El joven Harry era importante para ella, había trabajado para su familia por un buen tiempo, era su amigo técnicamente, esa situación la ponía muy triste, ver a un amigo sufrir era algo que nadie deseaba. Más cuando ella era alguien tan sensible.

    Tenían que soportarlo solamente. Todos necesitaban llorar en realidad, aquello era demasiado triste de por sí. Era difícil resistir la pena y las lágrimas, con toda esa tristeza. Pero tenían que hacerlo, soportarlo.

[•••]

    Dentro de la biblioteca Louis y Harry ya solo hablaban para despedirse, no se escuchaba que se decían, y en un momento claramente dejaron de hablar.

    Los demás solo esperaron afuera. Frizzy ya se estaba calmando.

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    —¿Cómo será al regreso? —Preguntó Dylan susurrando. Algo preocupado.

    —Nosotros nos vamos con Harry. —Le susurró Thomas de vuelta aún permaneciendo al lado de Frizzy que ya se iba estabilizando junto a Lauren tambien, siendo ambos su consuelo. —
Ellas se irán con Louis, a destiempo. —Dijo el joven recordando todo lo que habían acordado en las notas.

    El joven Dylan miró su reloj de mano entonces. —¿Cuánto tiempo les dieron?—Le pregunto a Lauren en voz baja.

    —Se supone que estamos en enfermería, no nos dieron un tiempo. Pero tiene que ser creíble. —Respondió.

    Dylan asintió un poco más tranquilo.

    —Va a salir bien, no se preocupen—susurró Thomas nuevamente. —Tiene que salir bien. Es lo mínimo que podemos hacer. No pasará nada. —Aquello sonó más como un deseo y una esperanza, que una afirmación.

    También estaban asustados, que hayan revisado que no haya nadie al rededor no significaba que por una mala suerte o desgracia algo termine pasando, eso también asustaba.

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    Todos siguieron esperando. Hasta que en un momento Frizzy dijo algo que hizo a todos levantar la cabeza.

    —Ya están saliendo. —Dijo la moreba con aun la voz un poco temblorosa.

    Todos levantaron la vista, y poco a poco ahí salían los dos. Uno detrás del otro, Louis iba adelante. Frotándose no muy delicadamente los ojos.

[•••]

    Hubo silencio al encontrarse todos a un inicio. Hasta que el joven Harry suspiró para poder hablar con todos.

—Gracias. —Dijo. —Aún en un suspiro. Claramente nada de eso era fácil.

    Thomas negó, conmovido.

    Louis aún no podía hablar, no se sentía lo suficientemente fuerte.

    El encuentro había salido bien, dentro de todo. Nadie había pasado por ahí, nadie más sabía nada. Como debía de ser.

    —Lo lamento tanto. —Volvió a decir el joven Harry, claramente muy triste. —Arrastrar a todos ustedes es algo que jamás desee en un inicio. Y lamento que haya sucedido. Pero también agradezco demasiado, no habernos acusado. Habríamos muerto.

    Louis asintió aún enmudecido. Escondiendo sus labios para evitar llorar de nuevo de repente.

    —No los habríamos acusado nunca—Dijo Frizzy que aún estaba en el proceso de estabilizarse por completo.

    —Gracias, mi querida Frizzy. —Habló el joven hijo del Duque. Bastante sensible.

    Fue todo tan triste, que la misma Frizzy no pudo evitar acercarse a abrazar a aquel joven para el cual había trabajado por años. Haciendo las cosas bastante más sensibles de lo que estaban ya. Por lo que el joven ya no pudo resistir llorar.

    Louis también se sentía mal, todos lo hacían. Y el ojiazul se sorprendió a sentir la mano del príncipe rodear su hombro. Dándole una especie de abrazo lleno de apoyo.

    Todos no podían llorar al mismo tiempo, así que tenían que soportarlo. Lo más que podían.

    Ya había pasado, Dylan le tendió un pañuelo a Lauren para que ella se lo pase a Louis, y así lo hizo.

    Se tenían que quedar todos un buen momento más, hasta que las cosas se calmen, y todos al regresar a donde debían, puedan pretender que no pasaba nada.

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