
XIX
𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨
Siguió aquellos sollozos por el pasillo, ya habiendo doblado el mismo.
Y como lo había pensado. Estaba Louis al fondo pegado a la esquina y al lado de una mesa de adorno donde estaba un elegante florero. Sentado y encogido con el rostro escondido en los brazos, el sombrero de panadero a un costado en el suelo y claramente llorando.
Con mucha preocupación Lauren se acercó a ponerse de cuclillas delante del muchacho sin importarle dejar la bandeja en el suelo un momento a su costado.
Todo se le olvidó en esos momentos, se distrajo completamente de todo lo que había pasado y vivido hace unos minutos. Se olvido del baile, de la música de que tenía que volver a la sala para formarse y de todo.
Toda su atención se dirigió al muchacho. Y claramente con ella toda su preocupación también. Ya lo había encontrado, pero no tenía idea de que es lo que estaba o había pasado.
[•••]
Hasta ese momento Louis no se había dado cuenta de su presencia. Hasta que Lauren le habló.
—¿Louis que sucedió? ¿Por qué estás aquí? Te estaban buscando. —Dijo la sirvienta totalmente preocupada.
El joven levantó la cabeza asustado al darse cuenta que había alguien delante suyo. Al ver a Lauren trato de limpiarse las lágrimas fingir que no pasó nada. Pero claramente ya lo habían descubierto llorando, y a pesar de que lo intento terminó rompiéndose de nuevo. —Lo siento. —Suspiró.
—¿Por qué? No hiciste nada malo, solo te ausentaste. La gente en la cocina estaba muy preocupada porque dijeron que fuiste al baño y no regresaste. Un mayordomo te fue a buscar ahí incluso. Pero no es algo terrible si es que pasó algo grave. —Comentó Lauren con preocupación. —¿Te sientes mal?¿Te duele algo? —Preguntó consternada.
—No, no me duele nada, estoy bien. —Comentó Louis con hilo de voz mientras seguía llorando. Y volvía a cubrir su rostro intentando respirar. —¿Cómo me encontraste tú aquí?
Lauren se encogió de hombros—No lo sé. Eso no importa, lo importante es saber que te pasa. No puede estar todo bien si estás llorando aquí solo. —Colvió a comentar Lauren.
—No deberías estar hablando conmigo Lauren. —Decidió decir Louis elevando su voz y la cabeza. Haciendo que su pedido suene desgarrador.
Lauren no lo entendía.
Hubo silencio un buen par de minutos tortuosos. En los que Louis se rompió de nuevo. Y la sirvienta no tenía idea de que hacer.
[•••]
—Soy un criminal. —Anunció con un claro dolor en su voz después de aquel silencio.
El ceño de Lauren se frunció en su frente. La estaba asustando. —¿Cómo dices?
Louis pareció corregirse—No con el tema actual del Reino. Eso no. —Dijo sacudiendo su cabeza. —No soy parte de ese grupo. —Dijo, y el susto de Lauren volvió a su estado inicial de confusión. —Pero estoy cometiendo un crimen muy grave. —Dijo empezando a romperse de nuevo.
Lauren le prestó atención. Y trato de buscar su mirada. No sabía lo que estaba pasando, ni que qué crimen estaba hablando Louis.
—Louis no entiendo de que me estas hablando. Me asusté cuando te escuché decir que eres un criminal, por toda esta situación. Pero me acabas de aclarar que no. —Dijo Lauren. —¿Por qué crees eso? ¿Qué pasó? Tu no eres un criminal Louis. —Dijo Lauren comprensivamente. No sabia que estaba llevando al joven a pensar así de si mismo.
—Es que tú no lo entiendes. —Trató de explicarse Louis. —No sé si lo entenderías, no sé si alguien lo entendería. —Se quebró de nuevo.
A Lauren le estaba doliendo muchísimo el hecho de verlo así. Y cada vez sabía menos que hacer.
Pero decidió dejar de estar de cuclillas al frente suyo. Y moverse para sentarse a su lado apoyada en la misma pared, trayendo la bandeja suya de nuevo del suelo para ponerla en su regazo.
Se sentó al lado de su amigo con las piernas extendidas y la espalda apoyada en la pared. La oscuridad del pasillo en el que estaban, hacia que sea más difícil poder ver sus expresiones con claridad y eso también la preocupaba. Porque se había vuelto a esconder en sus brazos para llorar.
[•••]
Con toda la valentía posible Lauren ignoró toda limitación física suya. Y puso una mano de manera delicada en el hombro de Louis.
—No sé que es Louis. No sé porqué piensas así. Pero te aseguro, que haría todo lo posible por entenderte. —Explicó. —Siempre y cuando tu quieras contarme, cuando sientas que quieras decirlo. No sé lo difícil que es cualquier cosa que te esté pasando para que pienses así, pero quiero que sepas que tu no eres una mala persona, y no deberías adjudicarte un adjetivo como tal.
La espalda de Louis tembló por sus sollozos. Y nuevamente hubo un silencio largo entre ambos. En los que sin Lauren volver a hablar o volver a tocarlo, se aseguró de estar a su lado, para poder consolarlo. Fuera la que fuera la razón por la que se sentía así.
En ningún momento Louis volvió a sacar su cabeza escondida de sus brazos. Y simplemente siguió llorando.
Lauren tampoco supo si debía pedir ayuda o seguir quedándose ahí. Pero poco a poco en ese tiempo sintió que Louis intentaba calmarse cada que podía, y decidió esperar.
[•••]
Louis levantó la cabeza de repente, respirando de manera temblorosa.—Estoy cometiendo el crimen de amar a alguien que no puedo tener, Lauren. Eso es. —Confesó con mucha fuerza de voluntad y escondiendo sus labios para no mirar a nadie.
Lauren lo miró con mucha pena—Louis, no digas eso. Eso no es un crimen. —Le dijo bastante dolida por el estado de su amigo. —Tú mismo dijiste que amar a alguien no era un pecado, y si no es un pecado tampoco es un crimen. Por favor no pienses esas cosas de ti. —Le dijo. —Sé que en muchos ámbitos algo prohibido es mal visto, por clases sociales y estratos. Pero amar a alguien como el sentimiento mismo no es ningún pecado, no es ningún crimen. —Si no puedes estar con esa persona es algo sumamente triste y doloroso. Lo entiendo, pero aveces pasa. Y pronto ese dolor curará. Tal vez encuentres a alguien más con quien no tengas alguna limitación para poder amarla. —Decidió consolar y confesar empatizando para esos momentos a profundidad con la pena del chico.
No tenía ni idea de que el pasaba por un caso similar en algún aspecto. Y eso la sorprendió. Y de cierta manera la hizo entender porqué el joven se sentía tan mal como lo hacía.
—Es que es diferente Lauren. Sé lo que dije. Pero yo no soy normal. —Dijo el pobre muchacho al borde de quebrarse de nuevo. —Nunca he sido normal.
Lauren nuevamente volvió a confundirse pero no dejó de prestarle atención.
Louis hizo silencio nuevamente juntando sus manos como si estuviera rezando por un momento. —Yo no puedo tener a la persona que amo ni podré tenerla nunca. No solo por todo lo que nos separa. Sino porque es un crimen, ese sí es un verdadero pecado. Porque nací siendo uno. —Dijo refiriéndose a si mismo con palabras muy duras. —Puede que hasta este cavando mi tumba al decirte esto. Porque no sé cómo reaccionaras ante esto. —Habló dolido. —Pero yo soy igual a lo que Graham Robb solía ser. Y ahora puedo terminar como él en cualquier momento. —Soltó con asco hacia si mismo.
El cuerpo de Lauren se heló por completo con las palabras de Louis. No había necesidad de que si quiera se lo explique. La historia de Graham Robb se había hecho conocida en la historia de la Inglaterra del siglo pasado. Alguien lo había asesinado, cuando se enteraron que era homosexual.
Una palabra prohibida y temida en esos tiempos, significado de deshonra, error y hasta un producto del diablo en las partes más religiosas de Inglaterra.
En los primeros segundos de todo a Lauren le costó reaccionar. Mientras un aterrorizado y devastado Louis esperaba su reacción. Porque era a la primera persona que se lo había contado, corriendo el riesgo de que lo expongan, de que lo echen, de que lo marginen y hasta que lo maten.
[•••]
Lauren lo volvió a mirar entonces, y con todo lo emocional del momento. Con ambas de sus manos decidió tomar las manos de Louis. Volviendo a ignorar la incomodidad de su cuerpo.
—Gracias por compartir eso conmigo. —Dijo la sirvienta. Mirándolo a los ojos con sinceridad.
Louis embargado de más emoción aún volvió a echarse a llorar casi desconsoladamente. Desplomándose y abalanzandose a los brazos de la muchacha. Porque cuanto necesitaba un abrazo.
Y fuera de lo terriblemente incómodo que se sintió el cuerpo de Lauren. Más aún porque ambos estaban sentados en el suelo y ella seguía teniendo la bandeja llena en su regazo. Lo dejo hacerlo. Porque sabia que lo necesitaba, y fuera de que no le guste, no le negaría un abrazo a un amigo. Por más de que haya sido incapaz de corresponder al mismo.
—Amar a alguien no es un crimen. Que sientas las cosas que sientes por alguien más jamás lo será. Sea quien sea. El chico que sea. —Habló Lauren mientras Louis la abrazaba. —Ahora mismo nos encontramos en un mundo que no acepta nada, que se basa en adorar a Dios, calificando de pecado cosas que no son. —Suspiró, esforzándose por hacer a su cuerpo corresponder, aunque no lo logró. —Esto no cambia en nada la persona que eres. El chico noble que eres, tu amabilidad ni tu bondad. No eres una mala persona por esto. Amar a un chico no te hace menos que nadie. —Le dijo, Louis pareció llorar un poco más. —Porque el amor no conoce de razas, estratos sociales, ni de género. El amor es amor y ya, pero así de lindo como es, también duele. Y duele mucho. Y ese dolor tampoco es algo que vayas a reprimir de un día para el otro. —Consoló.
Louis permaneció sollozando varios minutos más. Y Lauren se siguió exigiendo a si misma hacer algo para corresponder al abrazo de Louis. Tenia que consolarlo de alguna manera.
Y esa sobre exigencia consigo misma, funcionó después de tanto esfuerzo. Porque decidió mover nuevamente la bandeja de su regazo hacia el suelo, y así tener más movilidad.
Y porque sobretodo pudo mover uno de sus brazos a solamente rozar la cabeza de Louis, y la otra a su espalda. Haciendo que aquello denote una especie de maternidad y protección. Lo que hacía que claramente Louis se desmoronara un poco más, y que se acurrucara al mismo tiempo, buscando más protección.
Las ganas de llorar que invadieron a Lauren de igual manera. Pero soportó todas aquellas de manera fuerte y valiente para brindarle esa estabilidad a Louis.
—¿Por qué Dios me hizo esto? ¿Por qué se equivocó conmigo? —Volvió a comentar Louis entre lágrimas.
Lauren se aseguró de que el abrazo que estaba correspondiendo se sienta mejor. A pesar de que su cuerpo lo esté rechazando. Apoyando mejor su mano en la cabeza de Louis.
Lauren se aseguró que su voz no vaya a delatar que ella también necesitaba llorar. —Dios no comete errores Louis. —Se aseguró de decir— Eres una persona valiosa como cualquier otra. Eres una más de las creaciones de Dios, y si él te trajo aquí, siguiendo todas las creencias de nuestro país. No puede haberse equivocado. Eres un ser humano.
—¿Pero por qué a mí? —Se siguió lamentando el joven.
—No lo sé Louis, no lo sé. —Respondió Lauren sintiendo que su voz se había empezado a quebrar también.
—Tengo mucho miedo. —Dijo aterrado. —Mis abuelos jamás deben enterarse, pero no se que hacer guardando todo esto para mí. Y me siento peor ahora, porque estoy enamorado de alguien. Si alguien me descubre podría matarme. Siempre tengo miedo a que alguien me vea y se entere, que se me note. Que alguien me mate. —Dijo terriblemente asustado. —No sé como fui lo suficientemente valiente para contarte a ti, tenía mucho miedo que vayas a odiarme o a acusarme.
—No hubiera hecho eso nunca. —Le respondió Lauren, tratando de recuperar la estabilidad en su voz. Y algo en ella se animó un poco a acariciarle la cabeza al muchacho. —Sé que tienes miedo, sé como se siente el miedo, el terror. Pero tu miedo es completamente diferente al que yo sentí en su momento. O sentí en mi vida. —Le dijo. —Y no sé que más decirte para consolarte. O para ayudarte. —Comentó con un poco de desesperación al final. —¿El chico del que te enamoraste te corresponde?
La pregunta hizo que Louis llore más y que Lauren se arrepienta de haber abierto la boca.
—Sí lo hace. Lo vi hoy incluso—Sollozó con el corazón completamente roto—pero solo vino a decirme que lo obligaran a casarse igual que al príncipe. —Lloró. —Es el hijo del Gran Duque.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro