Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

LXXXII

𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881— 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

     Le costó reaccionar. Pero se propuso a hacerlo y al final sí pudo recobrar la voz. Hablándole amablemente al conductor. Iban a la calle Dilly Dilly. La calle donde estaba la casa de Hope.

     Un barrio bastante sencillo y pobre en Londres. El conductor pareció hacer una pequeña mueca, algo extrañado. Dilly Dilly no era un lugar al que alguna vez haya ido alguna autoridad. Pero sin decir nada arrancó el carruaje y sus caballos. Rumbo a aquel destino.

    Lauren respiró profundamente, estaba muy nerviosa.

[•••]

    El viento en su rostro fue notorio cuando el vehículo empezó a avanzar. El aire estaba frío, pero no era sorpresa Londres siempre había sido así. Dentro de los cercanos alrededores del castillo, todas las mansiones y construcciones parecían algo vacías, más porque por ahí circulaba toda la nobleza de Londres, y claramente no era mucha gente como para verla por las calles.

    A veces Londres en sí parecía dos ciudades en una, en la que se podía pasar de un extremo al otro en un instante. Una ciudad de ricos, y una ciudad de pobres. Y desde la vista del castillo y sus alrededores se podía notar. Porque a lo lejos se notaba mejor.

    Iba a ser largo el viaje, necesariamente. Pero no había problema con eso, era lo que tenía que pasar.

[•••]

     Surgió entonces la conversación entonces sobre el dinero que Lauren tenía en el banco, aquel que ganó por el juicio. Dylan avisó que en el momento que se case  el dinero iría a Thomas, porque era él el varón de la relación, por lo que sería su dinero. Al igual que Lauren sería su esposa, y todas esa historia basada en ese tipo de normas. En verdad era algo que Lauren ya asumía debido a las normas sociales de su país, no estaba afectada con eso. Se lo esperaba.

     Y confiaba en Thomas, porque un día ya habían hablado de eso entre los días que había ido a visitarla cuando aún estaba en la habitación provisional. Era un tema de fácil decisión, aceptar las cosas como eran y actuar según sus pensamientos dentro de lo mismo porque iba a pasar de todas formas, todo le iba a pertenecer a Thomas, todo lo que Lauren tenga, y hasta la misma Lauren. Ya se sabía incluso hasta que no volvería a apellidarse Harris cuando llegue la boda.

     Y ya estaban de acuerdo entre ambos en varios términos de su relación. Thomas no quería comportarse como una bestia posesiva como en la que se parecía convertir todo hombre a penas se casaba. Su gran educación y su propio carácter no se lo iban a permitir. Lauren tampoco iba a someterse totalmente a su futuro esposo. Porque él no era su cerebro, no controlaba su cuerpo. Y vaya su país a decirle siempre que iba a pasar a ser propiedad de él, ella sabía que no lo era, no importaba cuánto amáse a Thomas, ella no era un objeto. Y después de lo horrible que pasó con las Dhollen no permitiría que nadie se atreva a tratarla como uno.

[•••]

    El viaje continuó cambiando el tema, porque Dylan volvió a molestar. Y para devolverle la broma, al final le terminaron cuestionando a él que si tanto alardeaba y se burlaba, cuando él se case tendrían que hacerle lo mismo.

    —¿Yo? —Dijo el joven con gracia, mientras tanto Thomas y Lauren se volteaban un poco para unirse mejor a la conversación. —Yo soy un alma libre. —Siguió Dylan. —No estoy para casarme, no puedo decepcionar a las chicas. —Dijo confiadamente recostándose un poco en el asiento con las manos detrás de su cabeza. Haciendo reír a Frizzy.

     —¿Es eso? ¿O vives un amor imposible? Porque esa parece ser la moda estos días. —Dijo Frizzy bromeando para luego señalar con la cabeza discretamente a Thomas y Lauren. Dylan se rió, más porque Thomas y Lauren miraron con los ojos entrecerrados a Frizzy al mismo tiempo.

     —Yo no estoy para eso amiga mía. —Continuó Dylan. —Imagíname a mi peleándome con todo el mundo. Con tal de estar con alguien. —Dijo. —Que no se me entienda mal, eso es muy heroíco y muy romántico. —Se corrigió con sinceridad. —Pero no lo veo para mí, porque sinceramente, no estaría en mi sangre cumplir con lo que me pediría un matrimonio, la fidelidad en pareja sobretodo. Y no puedo atar a ninguna muchacha a sufrir por mi por eso. Ni atarme a mi a un compromiso que no sabría respetar. Me conozco. —Confesó.

     Lauren no tenía idea de que Dylan vaya a ser un muchacho tan coqueto o mujeriego. No lo parecía, pero al parecer por lo que confesaba, todo era verdad. Sólo negó sin remedio.

[•••]

     Aquel largo viaje tomó un giro cuando se empezaba a entrar a la zona más poblada de Londres. Y para llegar a Dilly Dilly tenían que entrar por precisamente ahí, que claramente era la zona donde la gente de clase media y baja vivía, donde estaba la mayoría de tiendas sencillas. Donde claramente la mayoría del pueblo londinense vivía. Por algo era la zona más poblada.

    Londres se componía de muchas calles pequeñas más aún en esa zona, y volver después de tanto tiempo despertó muchas memorias y orientaciones en Lauren que no sabía que extrañaba tanto hasta que regresó. También quería ir a la otra zona de Londres pero después, a visitar a Gerard, y porqué no pasar a ver la ahora antigua casa de las Dhollen. De todas formas estaban cerca de la casa de Hope, habian varios caminos y calles que harían un atajo. Además como ya se había dicho Londres a veces parecía dos ciudades en una sola.

[•••]

     Lo más gratificante y maravilloso de regresar a la ciudad fue la gente saliendo de sus casas, atolondradamente, razón por la cuál inicialmente los guardias tuvieron que ponerse a los costados del carruaje junto a sus caballos para brindar protección y cuidado.

     Pero la gente salía en vítores y con canastas de flores que iban echando hacia el carruaje en aplausos. Rosas, margaritas, claveles y tulipanes eran dedicados al carruaje donde estaban las cuatro personas.

[•••]

     La bulla fue invadiendo cada rincón de la ciudad mientras más gente salía, más gente se enteraba y más se avisaba una a la otra.

    Las flores cubrieron el suelo del carruaje. Y les cayeron al rostro tanto a los guardias como a ellos varias veces. Pero no molestaba.

     Todo parecía estar pasando en un instante. Haciendo que aquel largo viaje, pase totalmente al olvido, como si no se hubiera sentido.

[•••]

     Lauren estaba saludando gente que conocía y a cualquiera en general desde el carruaje, agitando su mano amablemente en silencio y sosteniéndose la cabeza para que su sombrero no salga volando ni se desate por el viento. Era abrumador, pero fantástico.

     Todo el pueblo estaba maravillado por la entrada, por su magnificencia, su amplitud y toda su imponente presencia, por quienes venían en aquel enorme carruaje, por la gran cantidad de guardias, aún más carruajes atrás con carga, y si no fuese suficiente, más guardias detrás de los mismos.

[•••]

     Thomas parecía muy acostumbrado a ese tipo de recibimiento y situacion. Al igual que Dylan. Pero claramente tanto Frizzy como Lauren, estaban abrumadas. Siempre habían estado del otro lado, del que recibía y celebraba, y estar en el lado opuesto de repente era una escena inimaginable, que seguía sin parecer real.

[•••]

     El camino hacia la calle de Hope se sintió tan nostálgico. Pasaba por ahí cuando iba a buscarla, cuando podía hacerlo. Había pasado tanto tiempo, que hasta podía notar qué es lo que había cambiado por esa zona.

    Era una zona muy sencilla, y precisamente esa calle era muy pequeña y estrecha, por lo que tenían que bajar en la esquina anterior.

    Y así lo hicieron, el furor de la gente aumentó, pero claramente guardias bajaron de sus caballos para acompañar y proteger como era su deber. Dejando a sus caballos atados en las maderas que siempre había para los mismos, sobretodo en las esquinas de las calles. Donde solía haber bastante espacio.

    El conductor se quedó esperando en el carruaje. Junto con todos los demás guardias que custodiaban los carruajes de carga. Esperando órdenes y señales tranquilamente.

    Thomas bajo primero y ayudó a Lauren a bajar, lo mismo pasó con Dylan y Frizzy. Y ya en la acera los guardias los rodearon e hicieron retroceder a la gente para evitar cualquier aglomeración.

     Y así pudieron avanzar entre la gente.

[•••]

     Thomas sí conocía Londres muy bien, pero no significaba conocerlo todo. Al parecer nunca había pasado por Dilly Dilly y parecía muy curioso por los detalles de la calle en particular. Era muy normal que de tanto en tanto las calles huelan a estiércol de caballo, por el hecho de que los mismos hacían sus necesidades por las calles también. Y que por las calles sencillas como Dilly Dilly pueda sentirse. Porque a pesar de limpiar todos los días, los carruajes pasaban a cada momento. No pasaba lo mismo en la zona de los ricos, que tenían sirvientes para andar limpiando todo.

     Thomas no parecía ajeno a aquel olor, por el hecho del establo en castillo. A Lauren tampoco le extrañaba. Y felizmente  ni a Frizzy ni a Dylan parecía molestarles tampoco. La gente pareció tranquila con eso, porque de alguna forma sentían vergüenza también. Pero no tenía que haber por qué.

[•••]

     La calle se aglomeró rápidamente a pesar del cuidado de los guardias. Y entre la misma, saltaba una cabeza más alto que todas. Claramente no de una estatura normal, sino de una niña en los hombros de su padre.

     Y ahí estaba Hope.

     Tenía el cabello más largo, se notaba que había crecido, estaba sucia, seguro estuvo jugando afuera o con la tierra, y traía aquellas dos trenzas largas con las que Lauren siempre la había recordado.

     Se apresuró para llegar a ella, los guardias siguieron su ritmo. La gente murmuraba entre sí expectante. Bastante emocionada.

     Al estar cerca notó que Hope efectivamente lloraba, y al encontrarla fuera de la puerta de su casa donde su padre la había elevado sobre sus hombros para que llegue a ver en aquella aglomeración. Aquel reencuentro le había llenado el alma.

     El padre de Hope bajó la mirada ante  ella avergonzado. Estaba manchado de ceniza, bajó a su hija de sus hombros, que entre sus lágrimas no pudo hacer más que aferrarse a esa amiga que no veía hace tiempo, dándose con la sorpresa de que incluso la misma la cargó en una especie de abrazo.

     —¿No te molesta? —Preguntó llorando, refiriéndose al contacto.

    —No. —Mintió, sería incapaz de decirle la verdad en esas circunstancias.  Podía aguantarse, estaba aprendiendo a hacer eso. Hope se aferró más a ella y Lauren la cargó mejor para que no se le resbale. La niña lloraba incluso aún más.

     El padre de Hope se sacó la boina e hizo una gran reverencia casi arrodillándose, se lo notaba muy cansado. Seguramente a penas había llegado del trabajo. En las minas.

     —Señor Annighan, no se arrodille por favor. —Le pidió la muchacha.

     El hombre la obedeció pero al levantarse siguió con la cabeza gacha y la boina entre las manos. —Disculpe, mi señora. Su presencia ante gente como nosotros...

     —Sigo siendo Lauren. —Decidió interrumpirlo amablemente. Seguía cargando a Hope que poco a poco calmaba su llanto. Los ojos del hombre parecieron humedecerse. —Ha pasado un gran tiempo, no nos hemos visto desde entonces. He venido de sorpresa, y de visita. Espero yo no molestarlo a usted de hecho, pero he traído un par de cosas pensando en ustedes, y todo el cariño que su linda familia me brindó cuando estaba aquí. —Dijo.

     El hombre aún estaba muy avergonzado para levantar su cabeza. Y de hecho se volvió a agachar, agradeciéndole a Lauren encarecidamente por lo que estaba haciendo. Casi se le rompió el corazón ver eso. Le volvió a pedir amablemente que se levante, pero el hombre también se había echado a llorar.

     El silencio estaba presente de repente debido a la sensibilidad del momento. Un guardia que desapareció y volvió a aparecer se acercó disimuladamente al oído de Lauren del lado en el que no estaba la cabeza de Hope, al parecer tenía que decirle algo importante.

     —Mi señora. —Susurró, Lauren asintió para escucharlo mientras se aseguraba de que Hope no esté concentrada en aquel guardia, ya que aún seguía teniéndola en sus brazos. —Se me acaba de informar que la señora Annighan falleció la semana pasada de una grave pulmonía. —Habló incluso más bajo.

    Y cobró más sentido aquel terrible dolor del hombre, porque la señora Annighan no estaba. Porque también las cosas estaban tan sensibles. Empatizó de gran manera con aquel dolor, porque lo sentía mucho también. La señora Annighan siempre había sido una persona maravillosa.

    Fue ella quien apretó a Hope un poco más con un solo brazo, para poder hacer una hazaña de fuerza al ponerse de cuclillas para poder ayudar al señor Annighan a ponerse de pie. No importaba cuan incómodo el contacto físico podía ser.

     Aquel silencio también era doloroso, con los sollozos de la niña, y de su padre.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro