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LXXVI

𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

    Thomas estaba muy ofuscado y claramente la noticia y ver aquel escándalo le vino bastante mal. Era de las pocas veces que se lo veía tan enojado o tan irritado. Honestamente sí  daba un poco de miedo verlo así porque no era común. Solo sucedía en situaciones muy graves como lo fue el juicio de Lauren, y lo que había pasado ahora.

    Rose estaba muy preocupada, comentando lo de Eugenia, que solamente hacía al muchacho enojarse más, todo lo que escuchaba. Lo tenía harto, él también recibía quejas de la señorita Lea. Como si no fueran suficientes las de su madre. Pobrecillo, iba a terminar explotando también.

    A Lauren siguieron atendiéndola con aquel torniquete, sacando el escombro y desinfectando los cortes que habían surgido. Ardía de manera horrible, pero era lo que ayudaba. Quitaron el torniquete y con un parche de algodón mojado en cauterizante presionaron en  el corte más grande, para luego poner las vendas por encima y también envolverlas con algo de presión por todo el brazo herido. Y fue bastante doloroso. Tuvo que mantener la mirada lejos de su brazo para al menos darse la ilusión de que no dolía tanto. No funcionó mucho, pero cuando terminó aquel proceso sintió que podía respirar de nuevo.

     Thomas la había acompañado todo el tiempo y había ayudado a Rose y las enfermeras en los momentos que lo necesitaron. Y el mismo le pidió perdón a Eugenia por todos los inconvenientes asegurándole que le iba a otorgar una compensación correspondiente porque era la reparación que le tenían tenían dar, ya que el castillo era responsable por lo que pase dentro del mismo. Sobretodo por invitados de la talla de los Skrlova.

    Eugenia respondió asintiendo levemente. También estaba muy adolorida y claramente aún asustada por todo lo que incluso le habían llegado a hacer. Thomas le pidió que cuente que pasó en su caso, y la misma dijo que empezó cuando la mandaron a limpiar la habitación porque según la señorita Lea el polvo la enfermaba, Eugenia fue y la habitación estaba limpia, aun así le hizo caso a la mujer y limpió hasta innecesariamente. No tenía de otra. Se esmeró bastante mientras aún la supervisaba Lea. Y cuando sintió que terminó se lo dijo, y ahí absolutamente de la nada la empujó y le dijo que se calle, sacó un cuchillo y mientras Eugenia luchaba por salir le cortaron la cara, la insultó y técnicamente se burló de que vaya a quejarse con Lauren, ya que todos hacían eso últimamente.

    Thomas se llevó una mano a la cabeza ya totalmente estresado y ató cabos. Lea lo había hecho para que cuando Eugenia vaya con Lauren pueda seguirla saber donde era su habitación y ahí poder atacarla y golpearla con aquel jarrón. Esa era la historia que todos parecían saber, la que resultaba más obvia ante los ojos de todos los que llegaron a ver el escándalo después de su peor momento.  Era verdaderamente el colmo del cinismo que Lea se atreva a decir que solo quería encarar a Lauren pero que Lauren fue quien se golpeó sola con el jarrón. Eso creía él, de eso Lauren se encargó que crea.

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    Después de segundos en los que se aclararon las cosas y pudieron relajarse un poco, tanto en temas de organización como tranquilidad de las enfermeras y Octavia. Thomas tomó una de las sillas para sentarse al lado de la camilla de Lauren, que ahora estaba descansando su brazo en una especie de pila de un par almohadas que pusieron para ello.

    —Lo lamento tanto, estuvimos evitando esto. Pero Lea encontró la forma. Te prometo, que nunca experimentarás algo similar. Lea se irá en esta semana y aunque no pueda recibir condena por las cosas que ha cometido. El tiempo que pasará en calabozo algo ha de enseñar. —Habló preocupado e interesado por el estado de Lauren. —Hoy mismo hablo con su familia y con la mía. Me arrepiento tanto de en algún momento haberla considerado amiga mía. —Se frustró. —Esto termina aquí, es la última ofensa que cualquier persona aquí soportará. Para este punto esta alianza con Suecia me tiene harto por las trabas y excusas que se quieren poner. No podremos romper esa alianza, pero sí los lazos de amistad con esa familia. No voy a dejar que te falte el respeto así. Demasiada consideración fue tener paciencia por su retirada. Ahora se van, sin excusas ni aunque necesiten más tiempo. Ya no lo soporto. —Se expresó bastante molesto llevándose los dedos al puente de la nariz para intentar calmarse.

     Lauren intentó sentarse mejor evitando apoyarse en su brazo herido. Le dio pena ver a Thomas así, y también quería hablarle un poco. —Si te pones así te sentirás mal. —Dijo suavemente. Se sentía culpable por ver su estado. —Ahora que las cosas sucedieron así será una especie de señal. Su familia no es mala, no tanto. Pero al parecer ella sí. A veces pasa. Ya escuché lo que va a suceder y en verdad ya era necesario y te lo tengo que agradecer por todo, sobretodo venir en el momento justo. Yo tampoco lo podía soportar ya. Con todo lo que me han dicho, como muchos se han quejado de lo que hizo. Y en verdad era difícil. —Suspiró mirando a Eugenia por unos segundos. —Entiendo que estés molesto, yo también lo estoy. Pero te va a doler la cabeza si te concentras en tu enojo tanto. Créeme, lo sé por experiencia. —Quiso bromear un poco. —No invalida tus emociones en ningún sentido, solo no quiero que te enfermes. —Explicó y era verdad, enojarse tanto para alguien como él podía hacerlo sentir mal físicamente. Y Lauren no quería eso, suficiente tenía con lo mal que se sentía ahora por mentirle. Pero era la consecuencia de la decisión que tomó. Tenía que aceptarla, porque no tenía sentido arrepentirse minutos después.

    Lea se lo merecía, no podía echarse para atrás. A penas había sucedido todo. Pero tendría que contarle a Thomas la verdad en un futuro bastante cercano, y esperar poder reparar su mentira, que no se moleste tanto con ella y que también la pueda perdonar. Porque de todas formas por esa mentira pasaban cosas malas, que Thomas se sienta así por ejemplo, y eso le daba bastante culpa, no quería mentirle a él, pero tenía que. Aunque por otra parte lo bueno era todo lo que le estaba regresando a Lea por fin, como muchos al fin serían libres de lo malvada que era. Y ya era necesario ponerla en su lugar también.

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    Thomas decidió quedarse un momento más junto a Lauren. Preguntándole a Rose si las cosas estaban bien o si Lauren iba a necesitar algún tratamiento o tiempo de reposo. Rose decía que con lo que hicieron estaba bien, pero que tendrían que ir a su habitación a revisar siempre que la herida no se infecte, seguir limpiándola y supervisar su sanación, que por el tipo de piel de Lauren habían de tener cuidado, porque le iba a quedar cicatriz, una imborrable.

    Después de eso, aún bastante preocupado se fue. A continuar con aquel propósito del día.

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    Y lo que hizo no fue para menos en el enojo que tenía, había hablado con los Skrlova, sin siquiera pedirle permiso a sus padres. Y pidiéndoles perdón por pagar las acciones de su hija, los echó del castillo dándoles máximo una semana para irse. No aceptó ni una sola palabra de perdón, y a pesar de que sentía mal por el resto de la familia no dio su brazo a torcer. Enterarse que Lea permanecería en calabozo unas horas, solamente le dio más vergüenza y deshonor a la familia.

    El Rey se enteró a destiempo y también se murió de vergüenza. No tenía de otra que concordar con su hijo. Esa familia no se quedaba más. También lo lamentaba por los integrantes que pagaban lo que hizo su hija mayor. Pero ya había tenido suficiente también.

    Y la mentira funcionaba bien, porque encajaba bien. Lea sí le había hecho daño a Eugenia con el propósito de encontrar a Lauren. Lo que había hecho era horrible, y la mentira del jarrón encajaba perfectamente con aquella situación. Porque de alguna manera sí quería encontrarse con Lauren para hacer algo, para pelear o gritar. Y Lauren aprovechó eso para fingir lo que pasó porque era creíble, era algo que sí se podía ver venir de Lea. Y así sucedió.

    Se había sentido bien de que Lea se sienta así después de todo lo que le había hecho a todos. Todos los maltratos con la gente, y los abusos constantes. Se las había cobrado y también de cierta forma al fin se había vengado de ella, por esa vez en la que sí la atacó.

    El problema era el costo de aquella gran satisfacción, porque cuando terminó de pasar, Lauren seguía sintiéndose culpable, sobretodo por Thomas, porque le había mentido. Haya sido por un buen propósito o haya conseguido su objetivo.

    Por otra parte agradecía mucho que los sirvientes que vieron la verdad se pongan de su lado. Sobretodo porque no estaban dispuestos a seguir soportando a la señorita Lea. Todos parecían haberse aliado. Y parecían también estar muy agradecidos con Lauren, por la especie de sacrificio que había hecho al hacerse daño a sí misma en ese plan. Por lo que se enteró una especie de celebración se dio al saber que Lea se iba.

    Y sí se lo había ganado. Lauren no podía arrepentirse, pero haber mentido haciendo que Thomas se ponga tan mal, la hacía sentir bastante culpable.

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    Ava se preocupó mucho y en el par de días que fueron pasando fue a visitar a Lauren a su habitación para preguntarle como estaba. Indignada por lo que Lea había hecho. Y bastante asustada por el asunto de Eugenia, que había regresado a casa durante un tiempo indeterminado, lo que le habían hecho a la pobre niña era espantoso.

    Así ya con bastante culpa acumulada, a la primera que le contó lo que en realidad pasó fue a Ava. Que se quedó sin poder creerlo varios segundos. Preguntando si su hermano lo sabía y con Lauren respondiendo que aún no. Ahí Ava decía que su hermano había estado furioso hasta un punto donde no quería que nadie le hable. Que había estado muy estresado, y que también se había echado a llorar.

    Lauren se sintió peor aún.

    Ava se enojó un poco, más por el hecho de que algo pudo salir mal y Lauren pudo terminar haciéndose mas daño o algo más grave. Que todos se preocuparon mucho, más porque Lea ya la había atacado antes, que por eso Thomas se asustó tanto. Lauren le explicó todo, como Eugenia llegó y toda la historia de como terminó pensando ese plan. Ava seguía algo enojada, y después de asegurar que guardaría silencio, que solo se lo diría a Frizzy, y sobretodo le pidió que le cuente la verdad a su hermano a penas pueda. Lauren estaba totalmente de acuerdo.

    Pero la oportunidad de verlo esos días no se daba, él estaba muy ocupado y Lauren no podía salir de la habitación, solo salió ese día por la enfermería pero después todos tenían que ir ahí.

[•••]

    La familia Skrlova tenía que irse rápido. Y la manera en la que se aceleraron las cosas para que estén listos para irse fue tan rápida como un rayo. Tenían solo una semana después de todo, y sabían que si no lo cumplían el mismo príncipe los iba a echar sin más, y no necesitaban pasar por una vergüenza más.

    Al ser el primer ministro de Suecia el representante del Rey de su país en esa situación, no se quería imaginar lo que le esperaba. Habían hecho quedar mal al país entero. Le iban a deber muchísimas cosas más a Inglaterra para reparar el daño que habían causado. Pobre hombre, aquel padre tendría que asumir todo por su hija mayor. Que solo recibió unas horas en el calabozo. Regresar a Suecia sería muy difícil. Pobre familia, Lea parecía ser un castigo para todos ahí.

    Temas internacionales y cartas tendrían que ser vistas después, el señor Skrlova ya tendría que dar explicaciones en su país ante su Rey por su llegada anticipada incluso después de las noticias de que no habría matrimonio, ya que su hija había vuelto a ofender al castillo.

    Era todo un tema que no solo sonó en castillo y el Reino, sino que a penas lleguen a Suecia, todo ese país lo iba a saber también. E iban a tener que repararle cosas a Inglaterra, continuando aquella alianza como manera de pedir perdón.

[•••]

    Y al Lauren no poder salir de su habitación, se daba más cuenta que aquello había sido bastante malvado de su parte. Y lo que la extrañaba más era que lo único que lo que la hacía sentir mal era haberle mentido a Thomas y que se haya sentido así. Solo se sentía mal por eso, y por Frizzy y Ava quienes también terminaron sabiendo y habían estado muy preocupadas también.

    Fuera de eso, no se sentía mal. No le daba pena Lea. Sí lo lamentaba por su familia. Pero no le daba pena.

Y era bastante extraño. Porque después de aquella batalla mental, en verdad no se arrepentía de lo que había hecho, pero sí de lo que eso causó en la estabilidad del pobre Thomas.

[•••]

    Así que una mañana siguiente a una noche que no había podido dormir en lo absoluto. Porque era el día anterior a la retirada de los Skrlova, y esa mañana iba a ser bastante difícil, porque ya tenían que estar listos para irse a primera hora al día siguiente. Todo había estado ocupado, se sentía que la familia no era bienvenida en castillo, y para los que convivían era difícil no pretender que querían expulsar a Lea en ese instante.

    No se quería imaginar como estaría de estresado el pobre Thomas. Pero al menos literalmente al día siguiente ya estarían libres de aquella muchacha, no solo ellos, sino todos en castillo. Lo que la preocupaba era que aun no había hablado con Thomas, y a pesar de que sabía que tenía tiempo, sabía que lo tenía que hacer.

    Los días habían pasado muy rápido, demasiado. Aquella semana, e incluso antes de que termine, ya los estaban echando. Verdaderamente, ninguno faltó a su palabra, la familia se iría antes de una semana y Thomas no tendría consideración en darle más tiempo.

[•••]

     Mientras seguía sentada en cama cubierta con las sábanas y con la ropa de dormir. Tocaron la puerta, y no podía ser el desayuno porque aún era temprano para eso.

     Tuvo un presentimiento y rogó porque fuese cierto. Salió de la cama lo más rápido que pudo a pesar de seguir con el brazo vendado y el codo encogido en otra especie de venda, dejándola con solo un brazo con movimiento libre. No tomó el cuidado de tender su cama antes de salir porque estaba apurada, ni siquiera había preguntado quién era y al parecer ni siquiera habían terminado de tocar la puerta. Por lo que asustó un poco a la persona de afuera cuando la abrió de repente.

    Gracias a Dios sí era Thomas.

    —Sé que son malos días, pero me hice un tiempo porque conseguí la copia que me pediste de la Declaración de derechos de las mujeres inglesas. La tenía hace unos días pero no tenía tiempo con todo esto. —Se notaba sumamente cansado, aún frustrado y bastante harto. Aún así recordaba lo que Lauren le había pedido días atrás y lo había traído.

    Lauren tenía que decirle la verdad, y después de agradecerle y recibir la copia, lo invitó a pasar a pesar de que su cama no estaba tendida y que odiaba ese mínimo desorden, pero hablar con el era más importante, tenía que contarle la verdad. Dijo que tenía que hablar con él de algo importante, y el joven aceptó sin sospechar nada relevante, pensaba de todas formas que hablar un rato con Lauren lo iba a hacer sentir mejor con todo eso. Eso esperaba.

    No fue tanto así tristemente.

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