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LXXIX

𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

    Un par de horas después, trajeron el desayuno al fin, con todas las disculpas del caso por toda aquella demora. Lauren dijo que no había problema alguno, que entendía la demora y que era obvio que se iba a tener que dar.

   Pero contaban, que fuera de lo que Lauren sabía con las tres últimas hermanas prolongando más aún esa demora, las cosas habían estado pesadas de todas formas.

    Que los sirvientes necesariamente estaban algo ansiosos porque se vayan. Pero que por protocolos de trabajo no debían mostrar. La familia había mantenido a su hija mayor técnicamente escondida y sin posibilidades de hablar con nadie para evitarse cualquier otra vergüenza, pero por lo que sabían Lea seguía igual, bastante agresiva, con todo el mundo. Bastante dolida asegurando que todo lo habían hecho para humillarla, que no iba a dejar las cosas así. Pero para eso, ya su pobre padre estaba harto, ni la escuchaba, ni le hacía caso. Ahora tendrían que buscar una forma de limpiar su apellido. Lejos de Inglaterra, pero con la deuda de siempre estar debiéndoles algo, por el daño que habían provocado.

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    La familia Real, tanto el príncipe como el Rey, debían acompañar hasta el puerto para asegurarse de que la familia se retire con seguridad en aquel barco especial y lujoso solamente para ellos, así como recibir los informes del capitán de que todo iba bien, que el barco estaba en condiciones perfectas, y que el día estaba bien. Porque a pesar de todo, habían sido visitantes y huéspedes del país, e Inglaterra tenía que demostrar su educación y reputación velando por siempre la seguridad de aquella familia.

    Por lo que también las cosas debían estar bastantes movidas en el puerto, con toda la gente que se quería acercar a mirar, a ver al príncipe a enterarse de forma personal de que es lo que pasaba exactamente. A simplemente andar de chismosa.

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    Y así ese día, esa familia, para horas de la tarde debía estar ya en el mar, en su viaje. Ya fuera del Reino de Inglaterra, de vuelta hacia Suecia.

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    Aquel día se prefirió mantener las cosas tranquilas, con Lauren aún no saliendo de la habitación. Con las cosas asumiéndose poco a poco.

    Lo que sí pasó, fue para los sirvientes de limpieza que tenían que volver a reorganizar todo a como debía ser, desocupado habitaciones, moviendo cosas, muebles, cortinas, todo. Manteniendo habitaciones, siguiendo ordenes y preparándose también para mover a Lauren de aquella habitación provisional. Había mucho que hacer.

    La bulla dentro del castillo era precisamente de todo eso, de como inmediatamente tenían que ir avanzando, ir ordenando, para no tener erores, para cumplir al pie de la letra con todo lo que les habían ordenado y todo lo que sabían que tenían que hacer.

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    Tenían que empezar con todo desde a penas se habían ido, al menos con lo que pudiesen avanzar. A Lauren la iban a mover a su habitación definitiva,  al lado de la de Thomas, con la justificación de que era debido al compromiso y para supervisarlos mejor, además que cuando vayan a casarse Lauren iría a la habitación de Thomas y la suya quedaría vacía para cuando empiece una nueva generación, es decir, para cuando llegue el tiempo de tener hijos. Eran pensamientos muy adelantados pero de todas formas también se tenían que planear, siempre anticipados, porque es más valioso prevenir las cosas que lamentarlas después.

    Frizzy se quedaría en la habitación que le dieron, porque era la definitiva. Eso sí cambiarían varias cosas, como otorgarle un armario más, que sea más grande, para su ropa, completar muebleria que vaya a desear, como estantes, repisas y demás, cambiar su tocador a uno más lujoso, más grande y hasta con cajones, así como traer cuadros y decoraciones que Frizzy había dicho que le gustaría tener. La mayoría de cosas no eran nuevas, sino las que habían comprado para los Skrlova, porque Frizzy no quería que vayan a echar a la basura o devolver algo que había costado mucho trabajo para traer algo nuevo creando más trabajo innecesario. No le molestaba, y sabía que mucha gente quisiera tener esa oportunidad, ella no podía despilfarrar todo.

    Habló con Lauren y Lauren habló con Thomas, habían muchas cosas de sobra, eso no sorprendía a castillo, pero  bastante de lo que sobraba era ya el exceso, y ante haberse vaciado el castillo de sus huéspedes, se notaba más. Las habitaciones para huéspedes conservaban todo, su elegancia y todas sus cosas, aún así habían varias cosas sobrando, y si bien había espacio en castillo, debido al desuso no podían dejar que vaya a malograrse. Sobraba una cama, pequeña, en la que se había quedado Juliette, nadie la iba a usar, ningún huésped nuevo la usaría, y Lauren y Thomas estaban muy lejos de pensar en tener hijos aún.

     Esa cama por ejemplo, se la iban a comer las termitas hasta que alguien la use. Y era un desperdicio. Lauren tomó la decisión de donar las cosas que sobraban en exceso, que en realidad eran las cosas que se fabricaron especialmente para Juliette, la menor de los Skrlova, muñecas que no se llevó que le regaló el castillo, esa cama. Y una que otra cosa de las demás hermanas, algunos armarios que a pesar de que seguían siendo parte de las habitaciones de huéspedes, terminaron sobrando como tres, a pesar de que Frizzy se llevó uno de esos que sobraba.

    Lauren no pensó en mejor persona para esa donación que Hope, Hope Annighan y su familia. Cuánto lo necesitaban, por lo que sabía los tres dormían en una misma cama, y el padre guardaba su ropa en una banca para darles el armario a su esposa y su hija. Thomas estuvo de acuerdo totalmente. Y a penas se pueda y se organice todo para ver si había algo más que pudiesen dar lo harían.

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    El brazo de Lauren fue sanando con los días, otorgándole más movilidad, ya podía salir de la habitación. Pero ella y Frizzy seguían sin poder compartir el almuerzo o la cena con la familia Real, por obvias razones, no querían pelear con la Reina.

    A pesar de que le decían que no, Lauren igual iba y ayudaba a los sirvientes a trasladar las cosas a su habitación definitiva. No quería quedarse sin hacer nada. A pesar de que con la recuperación progresiva de su brazo había vuelto a usar todos esos vestidos, corsés, joyas y armazones parecía no molestarle en lo absoluto cargar un armario entero junto a un batallón de sirvientes debido al peso.

    Thomas se unió a la ayuda, y durante todo ese traslado era normal verlo llevar lámparas, accesorios del tocador y hasta ayudó con el sillón de la habitación.

    Ver a Lauren al fin fuera de esa habitación era una alegría para cualquiera, porque podían verla motivada con ayudar a la gente. Porque lo estaba, ahora que la familia se había retirado, porque no estaba encerrada en ese lugar, porque internamente con Thomas las cosas estaban bien a pesar de esa mentira, porque además Lea tenía tan hartos a todos que estuvieron dispuestos a mentir con Lauren.

    Había llegado el día para el que tuvieron paciencia, día que podía significar comenzar de mejor manera, con algo nuevo. Y empezaba con trasladar a Lauren a su habitación, y con volver a arreglar el castillo y ordenar las cosas a como debían estar sin ya la presencia de los Skrlova.

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    Así las cosas que se podían donar fueron una cama pequeña con el colchón, dos armarios uno con puertas y otro de cajones, un tocador pequeño, y siete muñecas, seis de trapo, y una de porcelana.

     Las demás cosas permanecían en castillo porque eran parte de la muebleria que siempre había estado presente en las habitaciones para los huéspedes.

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     En esos días Lauren ya estaba instalada en su habitación definitiva. Al lado de la Thomas separadas por un pasillo, bastante cerca a la de Ava, y también cerca a la de Frizzy, era un lugar maravilloso, igual de espacioso, igual de lujoso. Le habían cambiado de tocador a uno muchísimo más grande, con un espejo bastante grande, y hasta cajones. Además en su habitación habían instalado un espejo de cuerpo completo en la gran habitación del vestidor. Y el tocador que ya no iba a usar fue a reemplazar un tocador pequeño de una habitación de huéspedes, tocador que era el que decidieron donar.

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    Ni Lauren ni Frizzy pudieron compartir comidas con la familia Real aún por órdenes del Rey, aún su esposa estaba de malas, era mejor evitar que le haga algo a Lauren o a Frizzy durante el almuerzo. Al menos habían de esperar hasta que el brazo de Lauren esté completamente sano, y así esperaron.

     Thomas ya no podía visitar a Lauren en su habitación porque ahora siempre los andaban vigilando, para que Thomas no entre ni para que nada impropio se suscite. Tal vez cuando Thomas iba antes al tercer piso sí sospechaban algo. Así que ante aquel traslado esta vez definitivo podían estar vigilando y asegurándose de todo. Sólo por las dudas, porque tampoco creían que Thomas y Lauren vayan a hacer algo indecente antes de la boda.

Eso no significaba que no hablase con él, siempre estaban en contacto y viendo que hacer. Thomas decía que en unas semanas vendrían todos los instructores para armas horarios, en los que por separado prepararían a Frizzy como consejera y a Lauren como futura princesa, era una preparación muy fuerte para ambas, bastante dura, pero era parte de. Entraban asuntos de etiqueta, comportamiento, intelecto y trato a la gente. Para ellas iba a tener que ser más intenso, porque no venían de un entorno noble que les de contexto, y claramente la gente aprovecharía para ser muy dura con ambas.

    Lauren le decía a Thomas que no se preocupe y que asumía todas esas consecuencias y responsabilidades. Que estaba dispuesta a hacer las cosas bien, que Frizzy también lo estaba. Que se iban a ayudar, que siempre iba a tener a Thomas al tanto, que eso también se daría poco a poco. Que iba a estar bien, y si no estaba bien, se tenían  entre todos. Para eso también tenían que tener paciencia. Ya estaban otro paso más adelante. Pero tenían que seguir avanzando con calma.

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    Lauren estuvo completamente recuperada de su brazo en un par de días más y con Thomas tomaron la decisión de salir del castillo junto a Frizzy y Dylan para acompañar y estar en aquella donación en la que necesariamente querían estar presentes. Razón por la que también habían esperado que Lauren se reponga por completo.

     Coincidía inevitablemente con que Lauren tenga que interactuar con la Reina al menos en la hora del almuerzo. Pero no pasaba nada, ya que irían a eso de la donación en la mañana. Posiblemente se demorarían hasta la tarde.

      Se informó a guardias y conductores de carruajes que aceptaron noblemente ante el pedido de su príncipe. Que también estaban contentos por ver a Lauren fuera de ese encierro temporal.

     Sería también una sorpresa para el pueblo, porque no advertirían su visita repentina al pueblo.

[•••]

    Sería de hecho, la primera vez que Lauren saldría del castillo después de la muerte de Vladimir Gees, y de hecho la primera vez también que no saldría como sirvienta, sino como la prometida del príncipe.

    Frizzy también estaba emocionada, salir de aquel castillo podía ser al fin algo necesario. Iba a salir como consejera de la princesas de Inglaterra, aunque tristemente Ava tenía terminantemente prohibido salir. No importaba cuánto ella y su propio hermano reclamen hasta a su propio padre. No los iba a escuchar, esa sí era una norma rotunda.

    Y como era de esperar de alguna forma la Reina quiso manipular a su esposo para que piense que Lauren no debería salir tampoco, y lo intentó. Pero felizmente no resultó, porque aunque vaya a sonar muy mal, Lauren era la prometida de Thomas, por ende de cierta forma le terminaba perteneciendo a él, no como Ava, que estaba bajo propiedad de su padre específicamente. Ya que se creía muy bien que una mujer no casada pertenecía a su familia, y ya prometida pertenecía a su futuro esposo.

     Era un pensamiento muy difícil de erradicar de aquella sociedad. Pero había tal vez que verle un lado bueno. Como en el caso de Thomas, que no pensaba que tuviera que ser dueño de su prometida como se lo decían. Eran dos personas, no una que controlaba a dos. Pero para al menos no ser condenado de rebelde, ni él ni Lauren, había que fingir un poco, que Thomas era el de las ideas, cuando eran siempre los dos, en términos iguales. La opinión de Lauren tenía la misma importancia.

[•••]

    Y esa mañana después del desayuno sirvientes se encontraban alistando a Lauren. Thomas vendría a mediodía para recogerla e irse junto a Dylan y Frizzy.

    Sabía que iba a salir y que no necesitaba despilfarrar elegancia, no estaba yendo a ninguna fiesta ni a presumir nada. Estaba yendo a visitar a su ciudad. Así que con ayuda y consejos que también tomaba con cariño de las muchachas que la ayudaban, tenía que elegir qué ponerse.

    Porque ahora tenía miles de opciones en vez, de un simple uniforme a blanco y negro.

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