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LI

𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

    Fue tan repentino y horrible, que claramente ser atacada aún en el aturdimiento del primer golpe, le imposibilitaba hasta la mínima defensa.

    La fuerza y agresividad de la señorita Lea eran aterradoras. Era obvio y claro el hecho de que quería cometer un asesinato. No importaba cuanta gente la estaba viendo, ni cuanta gente intentaba separarla, meterse en medio y sacar a Lauren.

    En un momento de milagro lograron hacer que la señorita Lea se separe, viéndose obligados a cargarla, con otros sirvientes llamando a los guardias para ver si podían brindarles ayuda.

    A Lauren la levantaron del suelo con mucho susto mientras la señorita Lea vociferaba miles de barbaridades en contra de quienes la estaban sosteniendo y a la sirvienta que había atacado.

    Lauren estaba sumamente aturdida por el golpe y los golpes que había recibido. Levantarse fue difícil más aún porque no terminaba de reaccionar ante lo que había pasado. Había sido tan brusco, tan brutal y tan rápido que ni siquiera su cuerpo había tenido reflejos.

    Porque un golpe en la cabeza que sí llegó a recibir en el suelo, la había dejado completamente atontada. Dificultando aún más su fuerza para al menos poder zafarse.

    En verdad hubiera reaccionado de otra forma más defensiva de si misma si todo no hubiera sido tan terrible, ya de por sí estaba muy mal y muy molesta, eso hubiera hecho que al menos se zafe o algo. Pero desde que después de aquella bofetada, la señorita Lea le provocó aquel golpe en la cabeza, había  perdido concentración, fuerza, y ganó solamente un gran dolor que la dejaba privada.

    No entendía nada de lo que la señorita Lea estaba gritando. La cabeza le daba mil vueltas y dolía como un infierno, sentía dolor en varias partes de su cuerpo, debido a sus débiles intentos de zafarse antes de que por fin logren sacarla.

    Sostener a la señorita Lea era muy difícil, más por la fuerza descomunal que parecía tener. Con todas las intenciones de hacer daño.

    A Lauren la tenían sostenida porque parecía que iba a caerse, los guardias no llegaban y mucha gente estaba desesperada. Intentando calmar a la señorita, que no hacía más que gritar y ser totalmente agresiva con la gente que la sostenía.

    ¿Qué le pasaba?¿Era igual de loca que la Reina a caso?

    Todos estaban gritando, a ella solo le dolia la cabeza, le incomodaba que la sigan sosteniendo, pero también sabía que lo necesitaba en cierto modo. Frizzy era una de las personas que la sostenía, con ella no tenía problema, pero la morena también estaba totalmente aterrada

    Se llevó la mano derecha a la parte de la cabeza donde más le dolía, y cubrir esa zona con toda la palma de su mano de cierta manera al menos brindó la ilusión de un alivio. Hacer eso pudo traerla de vuelta de aquel terrible trance de dolor que le había imposibilitado todo.

[•••]

    —¡Vas a arrepentirte de lo que me has hecho! ¡Juro que voy a matarte! —Gritaba enfurecida la señorita Lea, por fin el cerebro de Lauren pudo procesar sus palabras, pero por alguna razón no podía responderle, no podía hablar. —No dejaré que te robes mi vida, no dejaré que me quites nada, primero te mueres, lo juro.

    —No le estoy haciendo nada. —Llegó a responder Lauren, que claramente seguía débil, algo en el golpe que le dio en la cabeza parecía querer ponerse algo grave, asustándola a sí misma y a los que se dieron cuenta.

    —¿Cómo te atreves? ¿Qué es lo que haces pretendiendo que eres inocente de lo que me hiciste? —La acusó poniéndose agresiva contra las personas que la estaban sosteniendo. Intentando golpear y patear para zafarse. Todos pensaron en un momento que hasta poseída debía de estar. —Te juro que si te atreves a quitarme lo único que se me ha prometido siempre, lo que me merezco. No dejaré que estés viva, tú no vas a arruinar mi compromiso. —Gente se puso delante de Lauren haciéndola retroceder por si las dudas, mientras más gente quería calmar a la señorita Lea, en tanto ataque de ira que estaba teniendo. —Y te atreves a contestar cuando sabes muy bien todo esto, te haces la tonta pero ¿Quién te crees?¿Qué fue lo que le diste?¿Qué le dijiste? ¡Seguro te acostaste con él! —La insultó fuertemente, empezando a sollozar aún intentando zafarse de la gente que la sostenía, para que no se haga daño a sí misma ni a los demás. De tanta fuerza e intentos que hacía para zafarse incluso se había despeinado, sus desesperados sollozos también asustaron completamente a todos.

    —Yo no me acosté con nadie señorita Lea —Respondió Lauren como pudo, sintiendo que recobraba un poco de fuerza defendiéndose ante tal insulto. Claramente a pesar de esa debilidad que la había atacado, la señorita Lea le estaba enervando la sangre. —No le estoy robando absolutamente nada. Si me mata, se dará cuenta que no le servirá de nada. No logrará lo que piensa.

    —¡Yo soy su prometida! ¡Soy yo! —Gritó en sollozos la señorita.

    Y como nada había terminado aún, por fin llegaron guardias en esos momentos. Y no solos, ya que con ellos venían el primer ministro de Suecia, es decir el mismo padre de la señorita Lea, y hasta el mismo príncipe.

    —¡Mándala a matar papá!¡Mándala a matar!¡Manda a mandar también a esta gente sucia que me esta tocando!—Chilló la señorita Lea completamente loca a penas vio a su padre.

    Los guardias llegaron a establecer orden alejando a la gente acumulada y remplazando a quienes sostenían a la señorita Lea. Claramente los guardias eran más fuertes, y la podían controlar mejor.

    El primer ministro fue a calmar a su hija, intentando saber que había pasado y que es lo que tenía. Ya que era obvio que los guardias también les habían informado el tema, por algo habían llegado ahí.

[•••]

    El primer ministro estaba demasiado asustado al igual que el príncipe quien corrió hacia Lauren con preocupación.

    En todo ese griterío del que Lauren se desconcentraba y debilitaba, todo parecía hacer que la cocina también sea el centro de información o de sucitacion de los terribles escándalos que sucedían.

    Todo se sentía muy extraño, como si no fuera real, Lauren seguía con la mano en la parte trasera de su cabeza, cubriendo esa zona que le dolía tanto. En toda esa bulla sintió que Frizzy le habló al príncipe bastante asustada.

    En eso, sintió la mano del príncipe por encima de la mano que sostenía su cabeza, y así después de unos segundos vio un terror en sus ojos que la asustó también.

    El príncipe retiró su mano de la mano de Lauren en su cabeza, y la mano del jóven tenía sangre. Asustandolo en sobremanera.

    Lauren retiró su propia mano de su propia cabeza viéndola llena de sangre, sangre que venía de su cabeza. Que hasta el momento no había sentido, que era la explicación ante haber quedado tan atontada de repente cuando era obvio que ella no era así.

    Llevo su otra mano a esa parte de su cabeza casi por impulso, y esta también tuvo sangre, además al haber retirado el contacto que sostenía aquello, pudo sentir una gota caer por su cuello.

    La impresión ante aquella situación la dejo helada.

    Toda la terrible bulla de la cocina que se intentaba controlar no paraba, nadie se calmaba. Hasta que cuando la gente empezó a reaccionar y darse cuenta de lo que le pasaba a Lauren, muchos empezaron a aterrorizarse. Mucha gente se congeló, igual que Lauren sin saber cómo reaccionar al ver tal accidente.

    —¡Intentó matarla! ¡Intentó matarla!—Gritó alguien reaccionando por fin mirando a la señorita Lea. —¡Fue ella!

    Apresuradamente gente se acerco a Lauren con pañuelos limpios para hacer presión en la parte de atrás de su cabeza para parar la sangre. Entre esas personas, Frizzy y el príncipe que estaban sumamente asustados. Lauren seguía sufriendo aquel trance, aquella impresión y todo lo que pasó desde un inicio después de que la levantaron de aquel golpe.

    Todo explicaba por que estaba tan atontada, tan perdida, era un golpe en la cabeza, y estaba perdiendo sangre.

    El mismo primer ministro de Suecia no se podía creer lo que estaba pasando.

    Tenían que llevarse a Lauren de emergencia a la enfermería.

    Gente asustada gritó que había sido la señorita Lea, que quiso matar a Lauren. Y como estaba su padre presente y todos estaban asustados, la acusaron.

    Lauren podía caminar al menos, Frizzy se la llevó y el mismo príncipe acompaño en eso, a pesar del nuevo griterío que armó la señorita Lea. Lauren tenía presionado un pañuelo en su cabeza con la ayuda de Frizzy, Frizzy también la sostenía del brazo sin importar que la otra mano de Lauren también tenga sangre. Necesitaba apoyarse.

    Se acordó esperar que Lauren salga y se vaya para que después se lleven los guardias a la señorita Lea.

    Y entre el escándalo y berrinche que armó la muchacha. Retiraron a Lauren, en aquella emergencia que se había ocasionado.

    El príncipe quedó atrás para decirle algo a Lea antes de acompañar a las dos sirvientas.

    —Te prometo que si le pasa algo, no te perdonaré nunca. —Le dijo a la chica. Bastante dolido, y sin mirar atrás después de eso, y también sin mirar al propio primer ministro de Suecia se fue alcanzando a las dos personas que iban adelante.

    Nuevamente adentro la señorita Lea seguía con el mismo berrinche reclamándole a su padre que las cosas no podían ser así, que era su hija, que haga algo. El hombre parecía ser muy fácil de mandar y manipular por su hija, pero hizo de todo para ponerse firme y hacer que tal escándalo que hacía su hija, no lo avergüence tanto ni lo deje mal como el padre que era.

[•••]

    A Lauren se le hizo difícil concentrarse, sintiendo su vista desenfocarse en el camino a la enfermería. Pero podía lidiar con eso, ya iban a llegar. Solo tenía que presionar el pañuelo y seguir apoyándose en Frizzy.

    El príncipe las adelanto en un momento para llegar más temprano en la enfermería, tocar la puerta y advertir la situación de emergencia que había sucedido.

    Lo logró y antes de llegar aún Rose ya salía de la enfermería con dos enfermeras más a encontrarse con Lauren y Frizzy en medio del pasillo. Recibiendo a Lauren bastante rápido, con gente alarmada por ver la sangre que había quedado en sus manos cuando se había tocado la cabeza. Y la que tenía en el pañuelo que sostenía en la misma.

    Desesperadamente Rose necesitaba más explicaciones. Y al estar Lauren perdida para poder hablar si quiera, Frizzy explicó todo lo que había pasado, como la señorita Lea había entrado de la nada como todos la saludaron pero ella sin aviso abofeteo a Lauren tumbandola al suelo para luego abalanzarse sobre ella tomándola de los cabellos con todas las intenciones de golpearla contra el suelo, lo había logrado.

    Literalmente quería matarla, incluso lo estaba gritando cuando lograron separarla de ahí. Había logrado golpear la cabeza de Lauren contra el suelo, atontandola por varios minutos, pero no parecía grave, porque como Lauren cubría su cabeza nada se notaba. Ya fue después cuando por fin llegaron guardias, el padre de la señorita Lea y el príncipe, que Lauren se dio cuenta de la cantidad de sangre de su cabeza. Misma que tampoco se daba cuenta debido a lo aturdida, atontada y distraída que la había dejado el golpe, fuera del claro dolor también.

    Rose se asustó mucho y trato de buscar respuesta en el príncipe, el mismo dijo que no tenia idea de nada. En ningún momento había hablado con Lea. Mucho menos en las últimas semanas. Por todo lo que había sucedido. No habían mantenido contacto cercano. Ni si quiera habían hablado mucho.

    Oficialmente con eso no se sabía que le había pasado a la señorita Lea, o como había enloquecido tan de repente ¿Qué habría escuchado o visto? ¿Qué estaba pasando ahora?

    El príncipe tal vez le había mentido a Rose, pero por otra parte ¿Por qué le diría algo así cuando el sabía que no habían planeado nada bien aún? Que recién estaban en eso, y que además lo habían dejado en descanso por todas las cosas habían pasado.

    Era muy extraño.

[•••]

    Atendieron a Lauren tan rápido como se pudo, con la opción abierta de llamar a un medico por si la herida era grave y habían de suturar. Para eso tenían que revisar.

    Hicieron que Frizzy y el príncipe se laven las manos, ya que se habían manchado un poco con la sangre del pañuelo, de la misma herida de Lauren, o de sus manos.

    Por las revisiones vieron que una sutura no sería necesaria, felizmente. Pero que sí había tenido un corte por el área de la nuca, área que le habían estrellado contra el suelo.

    Escuchar que no era tan grave, tranquilizó de sobremanera al joven príncipe. Que claramente estaba sumamente estresado.

    Parar el sangrado se hizo con varios pañuelos y alcohol para encontrar y limpiar la herida, por el cabello no podían poner ningún parche, por lo que el limpiado con el alcohol se haría cargo, otro remedio no había, el corte era grande, pero no profundo felizmente.

    Después de aquella limpieza y curación, se suponía que la sangre había de parar y lo fue haciendo. Verificaron que Lauren vuelva a su lucidez haciéndola seguir con la mirada los dedos de Rose, pronunciar varias palabras y decir como se sentía.

    Lauren sin poder mentir dijo que aún estaba mareada.  La dejaron sentada en la camilla y le ofrecieron recostarse. Accedió aún recuperándose, necesitaba descansar, Rose aún estaba muy desesperada.

    Frizzy se fue a sentar en la silla al lado de la camilla de su amiga. Preocupada y vigilandola, atenta por si necesitaba cualquier cosa o por si Lauren sentía su herida volver a sangrar.

    Thomas caminaba de aquí para allá mirando abajo, muy preocupado. Pensando en algo.

    Rose decidió hablar.—Su majestad necesito que me diga la verdad ¿En verdad usted no le dijo nada a la señorita Lea? —Comentó Rose preocupada.

    Thomas levantó la cabeza—Te lo puedo jurar Rose, te lo juro a ti también Lauren —Dijo con toda su sinceridad—Durante estas tres semanas no he hablado con ella más que para decirle buenos días o saludarla al verla, no había tenido tiempo, para nada.

    Rose suspiró.

    Lauren asintió como pudo, le creía, por supuesto.

    —¿Pero cómo entonces? Si la golpeaba más fuerte la hubiera matado—Dijo Rose. —Es una suerte que el corte no haya sido profundo, pero si es enorme, por algo salia tanta sangre. Por Dios ¿Qué es lo que pasa en este lugar? —Rose se llevó las manos a la cabeza totalmente estresada. —¿Qué es en lo que están metidos ustedes dos? —preguntó dirigiéndose a Lauren y a él —Por favor ¿Qué está pasando?

    —Rose por favor. —Trató de decir el joven para tranquilizarla.

    —Por favor nada su majestad. —Respondió la mujer bastante sensible ya, con todas sus demás enfermeras sin entender absolutamente nada. —Si usted llegaba tarde en la historia que me cuenta lo que le hubiera pasado a Lauren hubiera sido mucho peor. Literalmente la señorita Lea confesó querer matarla.

    —Lo sé Rose, lo sé. Estoy igual de asustado por lo que ha pasado—respondió el príncipe. —No sé cómo ha pasado, yo a Lea no le he dicho nada. Porque no es tiempo. No lo hubiera hecho en estas fechas tampoco, no soy tonto.

    ––¿Pero decirle qué? ¿Qué es lo que está haciendo su majestad? —Rose se asustó y miró a Lauren. — ¿Qué es lo que están haciendo los dos?

    Ninguno respondió. Rose miró a Frizzy pero está solo desvió la mirada.

    Ni siquiera las demás enfermeras  sabían que era lo que estaba pasando. En su caso, no tenían ni idea.

    Thomas tomó un respiro ante la desesperación de Rose por una respuesta. —No me voy a casar Rose.

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