𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨
Vestido con una camisa blanca, pantalones marrones con tirantes y botines negros. Estaba usando sus lentes, pero eso no impedía que la intensidad de sus ojos azules se siga notando, tenía el cabello algo desornedado por el viento. Y una gorra estilo boina en la mano del mismo color que sus pantalones. Además claro, su gran maleta que venía cargando.
Su rostro también denoto sorpresa porque a pesar de que sepa que Lauren trabaje ahí, las probabilidades de que ella sea parte de su recepción en un lugar tan inmenso era una coincidencia que obviamente no esperaba que pase.
Debido a la sorpresa, Frizzy disimuló una risa con una tos. Y Lauren quedó callada con su mente aún confirmándose que sí era Louis.
Al joven se le formó una pequeña sonrisa y bajo la mirada para que no se note que también se quería perder.
Karoma quedó totalmente perdida un buen par de segundos. Pero disimuló todo aquello empezando a hablar y a dar el mismo discurso de siempre al dar la bienvenida al palacio. El mismo que alguna vez les había dado a Lauren y Frizzy hace tanto tiempo.
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Claramente ante la rectitud y firmeza de Karoma, el joven estaba claramente intimidado y asustado. Pero asentía a todo lo que la mujer le decía. Desde los horarios, la exigencia, el honor que era poder trabajar ahí, en que iba a trabajar, en que parte del castillo, como se tenía que comportar, que normas estaba teniendo el castillo, que las relaciones entre empleados estaban prohibidas y en ese punto se lo aclaró dos veces.
Al parecer sin preguntar había entendido que de algún lugar el joven conocía a ambas chicas. Y por precaución ya que aún no lo conocía como para asumir algo de él, así que aclarando eso, al menos estaba dejando una advertencia clara.
Como Louis llego sólo, claramente estaba más asustado. Y más nervioso. Y como un chico tan tímido, no podía ni mantener la mirada arriba.
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—Eh, muchacho. No bajes la cabeza, te estoy hablando. —Dijo Karoma interrumpiendo su discurso.
Louis hizo caso al instante. Pero no pudo mantenerse así por mucho.
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De repente, Karoma llamó al otro par de mayordomos que solicitó. Y estos mismos se llevaron la maleta de Louis hasta la torre norte como lo iba indicando Karoma mientras hablaba. Así mismo, le mencionó quien era su compañero de habitación, un muchacho llamado Desmond. Y que ya lo conocería en la noche.
Karoma aclaró que Louis empezaba a trabajar desde el día siguiente. Y le indicó a Lauren entregarle el uniforme.
La sirvienta lo hizo, tratando de brindar una mirada que calme el susto del pobre Louis.
El joven recibió su uniforme con las manos temblorosas y le agradeció a Lauren con una reverencia que fue correspondida.
Karoma siguió con la mirada a Lauren mientras el cuerpo de Frizzy amenazaba con quererla hacer reír.
Cuando Lauren volvió a colocarse al lado de Karoma, la ama de llaves volvió a tomar la palabra.
—Joven, le informo que tanto Lauren como la señorita Jocasta han de guiarlo hasta la torre norte donde será su estadía. Más no entrarán ahí, ya que en la puerta los dos mayordomos quienes llevaron su maleta tomarán el relevo. Esta prohibido para las sirvientas entrar a la torre norte, así como esta prohibido para los sirvientes entrar a la torre sur. Este atento al recorrido, es la mejor manera de ir conociendo el castillo. —Respiró. —Si usted ya conoce alguien aquí—Dijo, intencionalmente aunque intento disfrazarlo como un aviso normal. —Es obviamente algo bastante bueno a la hora de poder pedir ayuda. Pero una vez más, como se lo dije antes, recuerde que fuera de toda amistad, hay un profesionalismo que tampoco debe faltar. No debe distraerse en ningún momento. Ha sido contratado por haber cumplido con todos los requerimientos de su aplicación, espero que no los contradiga en ningún momento.
—Claro que no señora, no haría nada que arriesgue esta oportunidad—Dijo intentando elevar su voz para que se le pueda escuchar.
—Eso me parece bien— contestó Karoma en su típico tono seco—Pueden irse, buenas tardes. —Hizo una reverencia.
Louis no supo que hacer unos segundos, pero Frizzy hizo una seña para que las siga. Y con un pequeño trastabillar por los nervios, lo hizo. Volviendo a hacer una reverencia ante la ama de llaves.
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Los tres jóvenes caminaron en silencio, hasta estar lo suficientemente lejos de la vista de Karoma o hasta ver que la misma se había ido de la sala Real. Para disimular al menos, aunque Karoma ya lo había deducido, pero aún así tomo los cuidados de no decir nada de más.
Después de unos minutos en los que el silencio era insoportable, llegaron a un pasillo en el cual desde la Sala Real ya no se veía nada.
Por precaución Lauren decidió avanzar más allá mientras Frizzy se aseguraba que Karoma ya no estaba por ningún lugar tan cerca.
Siguieron caminando, hasta un pasillo con dos caminos y en la intersección de estos, pararon.
Y tan pronto como sucedió Frizzy empezó a dar muchos saltos de emoción. —¡Felicitaciones! Ahora sí nos podemos saludar. —Dijo emocionada acercándose a abrazar al muchacho delicadamente para no incomodarlo.
Louis soltó una risa nerviosa. Y sosteniendo el uniforme con una mano para tratar de mantener el equilibrio y corresponder al contacto de Frizzy que se separó rápidamente.
—Es una gran sorpresa—Dijo Lauren amablemente—Nos agrada mucho tu llegada—Dijo colocando una mano en el hombro de muchacho amistosamente. Para no ser descortés ni muy cortante ante la llegada del muchacho, a pesar de que recién estaba aprendiendo a controlar su incomodidad ante el contacto físico.
—No tenía idea que iban a estar en mi recepción. Me desorientó bastante. —Confesó tímidamente Louis.
—A nosotras nos sorprendió más aún, te juro que me quería reír —Volvió a decir Frizzy.
Louis rio un poco.
—Me alegra mucho que estés aquí, hace mucho tiempo que no nos vemos. —dijo Lauren animadamente. El joven panadero se sonrojó. —¿Cómo fue que obtuviste un puesto aquí? —preguntó curiosamente.
Louis suspiró. —Estuve buscando esto hace mucho tiempo. Mi familia necesita dinero, es obvio que la panadería nos da lo suficiente para vivir. Más aún porque es de las más conocidas de Londres. Y por un tiempo podíamos vivir con eso, solo somos mis abuelos y yo al fin y al cabo. Pero desde hace unos meses mi abuela no está muy bien de salud, los médicos son muy costosos, y lo de la panadería no era suficiente para mantener su salud.—Contó. —No es común que acepten aplicaciones para trabajar aquí, a pesar de que hay demasiada gente que lo hace con esperanza. Y eso hice yo, a pesar de que me dijeron que sin una recomendación no era probable entrar. Pero supongo que al revisar, algo debió ser lo que me permitió tener el pase.— suspiró con tranquilidad. —Y pues —Dijo haciendo una pausa. —aquí estoy.
—Tu abuela estará mejor Louis, no te preocupes. —dijo Lauren al notar que el joven quiso evitar el tema. —con el dinero que se recibe aquí, será de ayuda constante. Todo estará bien.
—¿Pero tus padres? —dijo Frizzy inocentemente.
Lauren le hizo una seña para que no mencione el tema, pero fue algo tarde. Frizzy se llevó una mano a la boca, bastante arrepentida.
—Perdón, perdón. Siempre arruino las cosas. —Dijo la morena lamentándose.
—No pasa nada —Louis negó amablemente. —Ni siquiera los conozco—Se encogió de hombros. —Supongo que por eso no fue algo tan doloroso para mí. Siempre tuve a mis abuelos, y ellos son mi familia. Por eso tengo que ayudarlos también.
Frizzy asintió, aunque aún seguía arrepentida por su palabra a pesar de que no tenía la culpa de las mismas. —Estoy segura que tu abuela estará bien.—decidió decir.
El joven se lo agradeció encarecidamente.
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—Vamos avanzando. —Decidió decir amablemente Lauren.
Louis y Frizzy asintieron al mismo tiempo. Y decidieron continuar con el camino después de aquel momento.
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—Frizzy y yo solo hemos visto la torre por fuera. Como escuchaste, nosotras no podemos entrar. — continúo Lauren mientras seguían avanzando.
Frizzy asintió—Ya verás que trabajar en la cocina es muy bonito, Octavia es la jefa. Es la persona más dulce del mundo. —Dijo. —Casi siempre anda muy ajetreada, así que el día de mañana solo entra a la cocina diciendo que eres nuevo, te irá bien. Nosotras estuvimos en la cocina un tiempo, pero ahora estamos en la lavandería.
Lauren asintió. —Si necesitas cualquier cosa, cualquier ayuda, no dudes en venir a lavandería. A veces hay problemas con los uniformes, en el desván con las encargadas, que son Desire y Amy. Podrás solucionar lo que sea si sucede algún problema. Ya sabes te dan dos uniformes para que uses uno mientras se lava el otro y demás.
—También cada cierto tiempo hay entrega y envió de cartas. Así que podrás estar en contacto con tu abuela y estar al tanto de como van las cosas.
Louis asintió.
Caminaron por más lujosos e inmensos pasillos, el joven de los ojos azules estaba maravillado. Así como lo estuvieron Frizzy y Lauren cuando llegaron.
No podía evitar distraerse mirando las paredes, las alfombras, las decoraciones y hasta el techo. El castillo era una estructura tan magnífica que no podía pasar como si nada para alguien que veía su interior por primera vez.
A veces caminaba un poco más lento por quedarse mirando algo, era precisamente algo maravilloso para el, porque jamás había visto algo así.
En un momento pasaron por una zona que tenía un par de sillones para cortar camino. Nadie sabía para que servia aquel espacio, pero ahí estaba, se decoracion o para presumir lo inmenso que era el palacio.
—Aún no proceso bien tu llegada. En un buen sentido. —Mencionó Lauren en un momento, rompiendo el silencio que se generó.
Louis volvió a sonrojarse. —Bueno es algo sorprendente para mí también. Y de hecho me alegra mucho que hayas sido tu quien me haya recibido.—Dijo mientras su voz bajaba por la vergüenza.
Frizzy aclaró su garganta crónicamente.
—Tu también, tu también. —se corrigió Louis avergonzado. —Me alegra que me hayan recibido las dos —terminó de corregirse.
La morena se rio. —No te preocupes. Tu conoces a Lauren más tiempo que a mi. Es normal que sientas más afinidad con ella. Pero eso no quita que podamos ser buenos amigos.
Louis asintió con una risa. —Gracias Jocasta.
Frizzy se removió. —Ay no me digas así que me da cosa. —Dijo. —Sé que ese es mi nombre pero iugh. —Se volvió a estremecer cómicamente. —Dime Frizzy. Con confianza. No te preocupes.
El joven asintió algo avergonzado. —Está bien Jo... Frizzy. —Se corrigió en los últimos segundos. Haciéndolo ver bastante tierno.
Frizzy se enterneció un poco—¿Cuántos años tienes?
—Cierto, jamás te lo pregunté yo tampoco. —Dijo Lauren.
—¿De cuántos parezco? —dijo Louis.
—¿23? —dijo Frizzy
—¿25? —dijo Lauren
Louis negó. —Este año cumplo 27—Dijo con una pequeña sonrisa.
—¿¡Qué!? —Dijo Frizzy sorprendida.—Te ves extremadamente joven. Bueno 27 sigue siendo joven, pero Dios. Hasta podrías parecer un adolescente. —Dijo.
—Me lo han dicho un par de veces. —Rio el ojiazul.
—Y es que es verdad. Te ves muy joven, tu rostro es muy tierno. Me alegra que estés usando tus lentes también. Te dije que era mucho mejor para no deteriorar más tu vista. —Dijo Lauren.
Al joven le quemaron las orejas.—Sí, desde ese día te hice caso. —Dijo con una pequeña sonrisa. —¿Ambas cumplen 22 este año verdad?—Cambio de tema para disimular sus nervios.
Lauren asintió y Frizzy tomó la palabra.
—De hecho —Dijo la morena con una sonrisa. —No es por llamar la atención pero, justo hoy cumplo 22 años.
Louis demoró un par de segundos en procesar la información, para que luego su rostro se llene de sorpresa. —¡Feliz cumpleaños! —Dijo de repente parando de caminar, provocando que todos dejen de hacerlo.
Louis se acercó amablemente a darle un abrazo a la morena mientras la felicitaba de nuevo con bastante ánimo. Deseándole bendiciones y muchos años más de vida. Frizzy se lo agradeció y correspondió al abrazo.
Después de eso, con un Louis muy animado, diciendo que en la panadería de su abuelo los pasteles de cumpleaños eran muy deliciosos. Siguieron caminando.
Era una buena noticia, era algo muy bonito tener a Louis allí. Era un muy buen día, era el cumpleaños de alguien quien Lauren apreciaba muchísimo, y además un buen amigo se había unido a palacio en una sorpresa tan agradable como repentina.
Y claro que eso disipaba aun más todos los malos sentimientos, y bajos ánimos que se tenían en general por toda la situación que tenía el Reino.
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Caminaron por más pasillos y ambientes incluyendo darle la vuelta a la biblioteca del castillo por el ambiente que tenía por fuera. Y como desde ahí ya se veía la torre, Louis se fue haciendo una idea. Y claramente se sorprendió por lo grande y alta que era.
Era claro que durante todo aquel camino se cruzaron con varios sirvientes y sirvientas. Y claro que no fue nada extraño. Pero cada que sucedía aquello Louis parecía querer comentar algo pero simplemente dudaba muchísimo de hacerlo.
Y el camino al estar terminando mientras estaban cada vez más cerca a la torre, fue lo que al final lo terminó de convencer de preguntar.
—Perdón pero. —Dijo de repente, mientras cruzaban un espacio que los llevaba a la puerta de la torre. —Es obvio que todos los sirvientes tienen un mismo peinado, e igual con las sirvientas. Pero ¿por qué la señora Karoma y Lauren traen el que es parecido al de los mayordomos? Es decir tan corto. —Preguntó inocentemente.
Lauren y Frizzy entraron en una especie de pánico pensando en que responder.
—No es nada grave ni extraño Louis, son normas y cosas del castillo. Tal vez lo entiendas con el tiempo. Por ahora, disfruta la oportunidad de tu llegada, y el buen recibimiento. —Respondió Lauren.
Frizzy agradeció que haya sido su amiga quien haya respondido. Porque sinceramente ella se consideraba demasiado mala mintiendo.
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Llegaron a la puerta, donde estaban aquellos otros dos sirvientes que tomarían el relevo de la guía adentro de la torre, todos se saludaron con una nueva reverencia. Y llegó el momento en el que Lauren y Frizzy se despidan de él.
—Una vez más, no sabes la buena noticia que es tenerte aquí. —Dijo Lauren
—Cuentas con nosotras para lo que sea que necesites. Solo tienes que buscarnos. Ya sabes, no tengas vergüenza si necesitas alguna ayuda, todos estamos para ayudarnos. —Dijo Frizzy.
—Pasa un muy buen recibimiento en lo que queda. Y que mañana empieces un excelente primer día. Todo te irá bien. —Volvió a decir Lauren acercándose para despedirse del joven con un apretón de manos. Ya que aún no se sentía capaz físicamente de dar un abrazo.
Louis entendió aquello perfectamente y se despidió de Lauren amablemente. Frizzy se despidió de una manera más cercana, porque ella obviamente no tenía problema con el contacto físico.
Después de eso se aseguraron que el par de sirvientes lo reciban en la puerta y que lo guíen al interior.
Se despidieron de aquellos dos sirvientes, con otra reverencia. Y volviéndose a despedir del ojiazul agitando las manos a la distancia. Pronto lo perdieron de vista en el interior de la gran torre.
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—Qué chico más dulce. —suspiró Frizzy mientras ya ambas se retiraban del lugar para volver a la lavandería.
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