𝚂𝙴𝙶𝚄𝙽𝙳𝙾 𝙴𝚂𝙿𝙴𝙲𝙸𝙰𝙻. 𝚂𝙾𝙾𝚂𝙷𝚄
Especial: Los pendejos que reprobaron aka. Shuhua y Taeyong.
Parte: 1/2
Shuhua es una promesa para la pintura, a pesar de ser su primer año y todavía no haber podido seleccionar una especialidad, no hay duda que será una de las mejores en esa rama del arte.
Le han permitido estar en clases avanzadas de colorometria, composición y dibujo, aunque ahora que el año ha terminado y las notas han sido entregadas, Shuhua ha reprobado casi mitad de las materias generales. En su defensa, una artista no tiene porque saber de estadísticas, psicología básica o historia de la conquista japonesa.
Así como tampoco de metodología de la investigación, pero esa materia fue decisión propia de cursar.
La taiwanesa tiene una serie de problemas que en realidad no influyen mucho en su vida, pero el más grande de ellos viste de camisas de seda, porta cabello rojo brillante, labios igual de rojos que cerezas y está adornado con un adorable lunar debajo de su ojo izquierdo.
Seo Soojin es el problema más grande de Shuhua y para tanto fortuna como mala suerte de esta, la docente puede decir lo mismo.
ㅡEsto es grave, Yeh. ㅡla pelirroja habla al leer el horario de Shuhua durante las clases de verano. ㅡUna materia más y por poco te hacen repetir todo el año. No puedes dejar que eso suceda otra vez o tú índice académico será una vergüenza.
Es auténtica la preocupación de la profesora Seo, sabe el enorme potencial que su alumna tiene y que sea vea afectado de esta manera es algo triste.
Hizo todo lo que estuvo en sus manos para la menos hacerla aprobar su asignatura, sin embargo, ni siquiera con todas las horas extras que le hizo pagar fue suficiente para compensar las evaluaciones donde Shuhua reprobó magníficamente, así como los trabajos que nunca entregó.
Soojin quizo hacerla aprobar por cualquier medio que tuviera porque era la única forma de quitarse parte de la culpa de encima. Sabe que es responsable de los fallos de Shuhua, al menos en su clase.
ㅡEstá bien, Jinjin. ㅡla taiwanesa se levanta de su asiento para sentarse en el escritorio de la mayor. No tiene que preocuparse de visitas inoportunas, hoy solo fue día de entrega de horarios. Nadie las interrumpirá. ㅡInscribí todas las clases en modalidad intensiva para sólo tener tres clases y una evaluación. ㅡShuhua habla como si no tuviera que estar desde el amanecer hasta el anochecer en la universidad. ㅡTodas las clases menos la tuya.
ㅡShuhua...
Así fue que comenzó este desastre que no parece tener final. Al menos no para la menor.
En el momento en que Shuhua vio pasar a la docente por los largos pasillos del edificio, no dudó en inscribirse en su clase. Su imperfecto coreano, su vergüenza y su incomodidad a este nuevo ambiente desaparecen de la taiwanesa cuando Soojin la mira como si fuera la única persona en la habitación, cuando la llama de manera tan autoritaria, cuando la castiga con horas extras que comparten en su oficina.
Shuhua hizo todo lo posible para llamar la atención de Soojin lo cual no fue tan difícil desde que la menor sabe la belleza y encantos que ella misma posee, además de haber hecho uso de que la docente estuviera tan falta de algo de amor.
Soojin siempre había sido una alma solitaria, sus relaciones nunca llegaban a mayores después de unos cuantos meses, se aburría fácil hasta el punto que despertar cada fin de semana en camas diferentes no la llenaba. Hasta que su primer año de docencia llegó y con sigo la brillante presencia de Shuhua.
Luchó por no caer por la menor pero la adorable forma en que Shuhua la mira, como la llama por infinidades de sobrenombres que se rebosan de cariño, y ni hablar de esos momentos en que están solas en su oficina y el pequeño cuerpo de su alumna se amolda tan perfectamente a sus brazos, son cosas imposibles de luchar.
Que la pálida chica fuera un desastre nunca fue tan oportuno para ella como lo fue durante las clases de metodología. Esas horas extras solo fueron excusas para Soojin y Shuhua pasar tiempo juntas.
Shuhua se enamoró y sigue creyendo ciegamente en esos sentimientos tan cálidos que la pelirroja provoca en su pecho. Ha vivido poco pero todo este año que ha compartido con la docente ha sido suficiente experiencia para construirse alrededor de ella como altos muros para proteger lo que tienen.
ㅡHagamos algo esta noche, Jinjin. ㅡShuhua se sienta en el escritorio de forma en que el cuerpo de Soojin sentado en la butaca queda entre sus piernas.
ㅡYa te lo he dicho, somos docente y alumna. No podemos andar por ahí de esa forma.
ㅡNo, somos alumna y docente durante horas de clase y dentro de la universidad. Fuera de eso podemos ser mucho más. ㅡla pequeña molestia de la taiwanesa no es sorpresa para la mayor.
No es la primera vez que tienen esta conversación, y más de una ocasión ha terminado en peleas donde Shuhua no cumple sus horas y Soojin debe idear nuevas mentiras para contentar a la pelinegra.
Porque mientras Shuhua le entrega su corazón en charola de plata, Soojin no está interesada en el. Ella no está enamorada, nunca lo estuvo y sabe que nunca lo estará.
Shuhua solo fue un escape de su soledad, uno que ya no necesita.
ㅡYo creo que deberíamos terminar lo que sea que creas que estamos teniendo. ㅡla docente evita a toda costa ver como la tierna mirada de su alumna se torna dura. ㅡSabes que no es correcto.
ㅡ¿Que no es correcto? ㅡShuhua no tarda en espetar, incluso parece que su pronunciación se vuelve más fluida. ㅡ¿Que nos hayamos enamorado?
La clara pronunciación de esa palabra que parece prohibida para Soojin, la hace volverse pequeña en su asiento.
¿Por que permitió que esto llegara tan lejos? Se supone que es la mayor, tuvo que haber sido más inteligente, menos necesitada, más...
ㅡQue seas mi alumna y yo tu profesora, que tengas a penas veinte años y yo veinticinco. Hay muchas más razones como para enumerarlas ahora. Mira, incluso reprobaste todas esas materias porque non podías concentrarte en otra cosa que no fuera en mi.
Soojin no se equivoca en ninguna de sus razones, pero sólo está haciendo que una cargue con la culpa y no es justo que no sea ella.
El corazón de Shuhua es terco y apostata, ciego por su inocencia e inexperiencia no puede ver que todo este tiempo solo fue usado para apaciguar deseos expirados y llenar vacíos donde ella nunca encajó. Sus encantos funcionaron para hacer que Soojin se interesara en ella e incluso la conquistaron por un momento, pero no fueron suficientes para ser todo lo que la pelirroja quiere.
ㅡ¿Hablas en serio? Porque nada de eso pareció importarte cuando te tuve entre mis piernas.
Shuhua no habla de la posición en la que estaban hace unos segundo antes de que Soojin se levantará temiendo del rumbo que la conversación está tomando. Habla de aquella tarde de horas extras donde su falda terminó alrededor de su cintura, sus bragas a un lado y su profesora enmarcada por sus piernas.
Ella se entregó por primera vez a Soojin y esa misma tarde la mayor se dio cuenta del horrible acto que había hecho.
ㅡLo siento mucho, Shuhua, pero deberías irte.
El cansancio en la voz de la pelirroja solo oculta su culpa por ser tan egoísta. Es la primera vez que ella no es la que sale lastimada de una de sus aventuras y el destino fue tan cruel que tuvo que haber sido Shuhua la afectada entre todo esto.
Soojin no siente el dolor que Shuhua está disfrazando muy bien ahora mismo, solo siente culpa y arrepentimiento. Sentimientos que se irán en cuanto deje de ver la cara de su alumna.
ㅡJinjin... No hagas esto... Por favor. ㅡla forma en que la menor lucha por sacar las palabras de su boca solo causan más grietas en su propio corazón.
En el escritorio, el teléfono de Soojin suena anunciando una llamada entrante. Shuhua puede leer "Miyeonnie" como nombre de contacto antes de que la mayor tomase el teléfono rápido y contesta la llamada.
Ya le consiguió remplazo. Si es que alguna vez fue siquiera una parte de Soojin.
ㅡTengo que irme.
Soojin va con paso acelerado para llegar a la puerta pero la delgada mano de Shuhua en su brazo la detiene en seco de su andar. La dulce mirada qué pasó a tornase dura ahora solo intenta ocultar tan fallidamente una cortina de lágrimas.
ㅡMommy...
ㅡRealmente lo siento, pequeña. Adiós.
Porque la relación entre Shuhua y Soojin nunca fue una simple aventura entre alumna y docente o entre una inexperta joven y una necesitada adulta. Fue mucho más que eso.
Fue un compromiso en el cual la menor creyó tontamente.
Ahora Soojin sale del salón a los brazos de quien cree será la que llene sus vacíos con el corazón en una pieza mientras que detrás de esa puerta hay otro corazón hecho trizas en el suelo.
Jejejeje excelente forma de empezar los especiales.
Necesitaba un ship para que fuera lo único sad en toda la historia y pos Sooshu fue lo primero que se me ocurrió. Prometo que después de esto regresan los chistes y lo divertido.
Y esta es como una especie de otra vista a los mommy issues que comúnmente híper romantizan en los fics. Hay una gran cantidad de veces en que termina de esta manera.
Nos leemos en el próximo. Muchas gracias.
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