𝟬𝟰. THE LEXINGTON'S
✶ ‧ › o. 𝓒𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎. . .
𝟬𝟰. ╱ LOS LEXINGTON
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Me place contarles, mis queridos lectores que últimamente se ha visto un verdadero desfile de apuestos pretendientes en las casas de nuestros dos diamantes de la temporada. La señorita Selene Lexington de seguro debe de estar bastante ocupada tratando de elegir a un decente futuro esposo, puesto que ni siquiera se le ha visto salir de su distinguida casa. Aunque me siento en la obligación de contarles, que al parecer mi suposición con respecto a la nueva pareja de la menor de los Lexington, ha sido incorrecta. Ya que ni si quiera se ha visto la sombra del hijo del vizconde Castairs cerca de los jardines Lexington. Esperemos que la señorita Selene tenga a un mejor caballero en mente, ya que, me temo que son pocos los posibles pretendientes que podrían superar a un futuro vizconde.
REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN,
28 de Abril, 1813.
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LAS MAÑANAS DENTRO DE LA MANSIÓN LEXINGTON pasaban como una verdadera eternidad, (según Selene) y sin duda luego de varios día recibiendo la visitas de diferentes pretendientes, Selene no podía hacer más que implorar por un descanso, ojalá de semanas.
-Esto es ridículo, verdaderamente ridículo.-bufó un molesto Finnick Lexington mientras dejaba la columna de chismes a un lado. Selene solo lo miró de forma divertida desde el otro extremo de la sala del té.-William ni siquiera heredará el título aún.
-Me parece que le estás dando mucha importancia, hermano.-cantureó Selene, Finnick bufó mientras se colocaba de pie.
-No me agrada esa mujer, para nada. Lo único que le interesa son los cotilleos de la gente.-dijo mientras movía sus manos hasta llegar a la mesita donde se encontraba el whiskey. Se sirvió un poco en un vaso. Selene rió.
-Qué curioso. Lo dice el hombre que ha pasado este último rato leyendo los cotilleos de la alta sociedad.-dijo con un tono acusador. Finnick la miró de forma incrédula, y miró indignado a Lucy cuando la vió aguantarse la risa desde la esquina del salón. El mayor de los Lexington se tomó su whiskey en menos de dos segundos a modo de resignación.
En la habitación se encontraba Selene leyendo un libro a un lado de los grandes ventanales mientras la señora Brown bordaba unos girasoles que le correspondían a Selene bordar. A palabras de Selene, Finnick se había aparecido en la mañana a espantar a los posibles pretendientes que llegaran, y de cierto modo, agradecía la presencia de su hermano allí. Gracias a él había podido leer uno de sus libros favoritos, y por supuesto, no había tenido que lidiar con ningún pretendiente.
-Me parece que hoy ya no llegaran más caballeros, señor Finnick.-habló la señora Brown sin quitar la vista de su bordado, Finnick suspiró.
-Así parece, espero eso no sea una mala señal.-dijo mirando a Selene de forma acusadora.-Y espero que tu actitud salvaje no los haya espantado por completo.
Selene dejó de leer y miró a su hermano de manera ofendida.
-No soy una salvaje, hermano. Simplemente soy una mujer... que piensa.-cerró su libro de golpe mientras fruncía el ceño.-Si esos pretendientes le tienen miedo a mi inteligencia, ese ya no es mi problema.
Finnick la miró un par de segundos, antes de suspirar cansado.
-Está bien, está bien, otra vez vas con eso de ser mujer.-suspiró mientras cerraba sus ojos.-Solo te pido, que para la próxima, trata de ser un poco más...
-¿Tonta? ¿Ilusa? ¿Sumisa?-interrumpió Selene con una sonrisa divertida, Finnick negó.
-Amable, eso quise decir.-dijo el rubio antes de revisar su reloj de bolsillo. Tenía que irse.-No te estoy pidiendo que seas otra persona, Selene, solo... sé más amable.
Selene arrugó su frente, hasta que por fin asintió.
-Puedo hacer eso.-se limitó a decir, Finnick asintió satisfecho, antes de mirar su reloj de bolsillo que tenía en su mano izquierda.
-Bueno, ha sido una linda mañana, pero debo retirarme.-dijo mientras se acomodaba su chaqueta. Selene comenzó a ensanchar su sonrisa.-Al menos disimula tu alegría, hermana.
-Lo siento, no puedo.-dijo mientras volvía a acomodarse dichosa en el sofá.-Que tengas buena tarde hermano, ojalá tus asuntos te mantengan ocupado todo el día.
Dijo Selene haciendo énfasis en la palabra todo, Finnick se limitó a dedicarle una mirada de advertencia antes de hacerle un leve asentimiento a la señora Brown y a Lucy, para dirigirse a la puerta.
-Nos vemos luego, salvaje.-se despidió el mayor, Selene simplemente le sacó la lengua. Finnick rodó los ojos fastidiado, sabiendo que su hermana iba a hacer eso, y se marchó.
Selene esperó un par de segundos, antes de cerrar su libro de nuevo y acercarse a la señora Brown.
-Señora Brown, ¿esto quiere decir que nuestra mañana también a terminado?-dijo con un leve de alegría en su voz. La mujer levantó su vista desde su bordado, antes de asentir algo cansada sabiendo que era lo único que la rubia quería hacer. Selene sonrió contenta.
-Al menos por hoy, me temo que si. Recuerde que mañana será la ópera en el gran anfiteatro, donde estará nuestra reina. Nuestra presencia allí es por supuesto requerida.-habló la señora Brown, Selene asintió recordandolo. No pudo evitar sentir un leve apretón en su estómago a causa de los nervios por ver a la reina otra vez.
Si bien Selene sabía que ser considerada uno de los diamantes de la temporada era uno de los mayores honores que la reina podía dar, recordar la cantidad ridícula de nervios que sintió en esa habitación mientras caminaba hacia su majestad, la hacía marear. Por ningún motivo le gustaría sentirse así otra vez, y menos frente a la reina. Sabía que tendría que trabajar en ello.
[...]
UNA SONRIENTE SELENE caminaba justo a un lado de su hermano menor, Damian, por las calles de Londres. Luego de una mañana eterna, Selene decidió ir a dar un paseo con su hermano menor puesto que este último le había contado que necesitaba más plumas para escribir. Selene estaba súper orgullosa de las habilidades para la escritura de su hermano, por lo que cada vez que podía, lo acompañaba a las compras que él necesitaba para seguir con uno de sus pasatiempos. Preferían ir ellos en persona.
Si Selene pudiera describir a su hermano Damian en pocas palabras, usaría la palabra reservado. A pesar de que ambos amaran jugar bromas de vez en cuando a Thomas, pintar retratos de cualquier persona que trabajara para ellos, o lo mucho que disfrutaban cuando más pequeños recrear sus libros favoritos como una obra frente a su padre, durante los años Selene pudo observar como su hermano lentamente comenzaba a cerrarse en si mismo. Si bien, estando en familia las cosas parecían mantenerse igual, Selene sabía que habían muchas cosas que él se guardaba para él. Además, de que sabía también que era muy selectivo sobre con quién relacionarse, puesto que muchas veces cuando debían de asistir a eventos sociales, Damian era el primero en evadirlos, limitándose a mantenerse lo más lejos posible del foco principal. Y como hermana mayor, Selene no podía evitar sentir una cierta sobreprotección con él.
-Entonces Henry se irá de su hogar en busca de...-comenzó diciendo Selene, mientras trataba de comprender la nueva historia de su hermano, la cual llevaba trabajando ya hace un tiempo, Damian asintió.
-En busca de nuevas oportunidades, nadie de su familia lo apoya con su sueño de ser cantante de ópera.-terminó por decir Damián, Selene lo miró con una ceja alzada.
-Espero que Henry no sea inspirado en la vida real. ¿O acaso tienes algo que decirme, hermano?-dijo Selene con una voz aguda, Damian rió con su típica risa tímida mientras negaba.
-Si quisiera ser cantante de ópera, estoy seguro de que ya lo habrías sabido.-aseguró el castaño.-Ademas, ambos sabemos que mi talento para el canto es igual al canto de un caballo.
Selene detuvo su paso antes de mirarlo mal.
-Esa es una gran ofensa hacia todos los caballos de Londres.-dijo antes de que Damian le sacara la lengua.-Pero hablando serio, ¿que piensas hacer con esta historia? Suena interesante.
Damian la quedó mirando un par de segundos antes de reírse.
-Bueno, quedará guardada en mi escritorio para siempre, como el resto de mis historias. ¿Qué más podría hacer?-preguntó encogiéndose de hombros, Selene arrugó su expresión.
-Damian Lexington, no puedes dejar esas historias guardadas para siempre. ¿Sabes cuantas personas quisieran poder leer tus historias?-preguntó mientras trataba de no ofenderse, Damian la interrumpió.
-Probablemente nadie.-se encogió de hombros, Selene comenzaba a exasperarse, su hermano lo notó.-Y antes que me digas algo, no, no cambiaré de opinión. Aún... soy muy joven, no quisiera publicar algo que quizás en unos años podré hacer mucho mejor. Además, ser escritor es algo que me gusta hacer por que sí, ni siquiera la necesidad de dinero me apura.
Selene trató de procesar la información, pensando en que ni siquiera ella podría llegar a una conclusión tan madura. A veces le costaba aceptar que su hermano menor estaba creciendo.
Ante sus palabras, se limitó a tomarlo del brazo mientras le daba unas leves palmaditas en la espalda mostrándole su apoyo.
Ambos siguieron caminando por las angostas calles de Londres hasta que llegaron hacia las afueras de la gran modista Madame Delacroix. Damian detuvo su andar y se acercó hacia los grandes ventanales del lugar mientras le hacia una leve señal. Selene simplemente miró toda la escena con una ceja alzada, algo confundida.
-¿Y ese repentino interés por los vestidos, hermano?-dijo la rubia divertida, Damian se giró con las mejillas levemente rosadas, y la miró algo avergonzado.
-No son los vestidos, creo que ya debemos irnos.-dijo antes de acercarse a ella rápido para tomarla del brazo y así seguir su camino, pero Selene se acercó a los ventanales para observar.
Allí adentro habían dos señoritas con sus respectivas madres. Selene trató de reconocerlas, aunque solo logró reconocer a una. Se giró hacia su hermano con una sonrisa.
-Interesantes vestidos. ¿Cuál ha sido tu favorito?-preguntó, Damian rodó los ojos y la tomó del brazo.
-Ya vámonos.-murmuró, pero Selene lo miró con una mirada sospechosa.
-Nos iremos solo si me dices que estabas mirando.-murmuró, Damian la miró sorprendido.-O a quién.
Las mejillas del castaño comenzaron a tomar color otra vez. Selene lo notó, pero al escuchar como la campanilla de la tienda sonó, ambos se asustaron antes de tomarse del brazo y salir a un paso apurado de allí.
-Algún día me lo contarás.-le murmuró despacio mientras caminaban rápido, Selene rió al ver la cara de nervioso de su hermano.-Pero primero, salgamos rapido de aquí antes de que alguien sepa que andas buscando vestidos.
Dijo esto último bromeando mientras su hermano la miró feo. Selene se giró de forma leve mientras observaba como la vizcondeza Bridgerton se subía a un carruaje con una de sus hijas.
[...]
EL GRAN ANFITEATRO SE ENCONTRABA repleto de personas en sus mejores vestimentas. Selene hizo una leve inspección con la mirada de forma pausada, pero a pesar de que sus ojos miraban toda la multitud, su mente estaba en otro lado. Apretó fuerte el brazo de su padre a un lado suyo. El conde Lexington se rió al ver los nervios de su hija.
Luego de toda una tarde molestando a Damian y viceversa, la señora Brown se encargó de interrumpir aquél momento familiar para que Selene pudiera prepararse para su compromiso con la reina. Luego de horas preparándose, con baños aromáticos y pruebas de vestidos, Selene lucía como la auténtica hija del gran conde de Lexington. Lo únicos que la acompañaban esa noche, era su padre, y desafortunadamente, Finnick.
El conde de Lexington caminaba con su gran porte esperado mientras atraía una gran cantidad de miradas de madres solteras y casadas. Muchas se preguntaban como alguien como él había podido decidir quedar viudo por tanto tiempo, y por un par de años, varias fueron las mujeres que intentaron hacerse con el apellido Lexington. Hasta que finalmente, la sociedad acepto el hecho de que el conde nunca sería capaz de rehacer su vida con otra mujer, la difunta condeza siempre ocuparía un gran lugar en su corazón y en su vida. Selene siempre admiró eso de su padre, ella ni siquiera podría imaginarse el dolor de tener que perder al amor de su vida, ella sufría la ausencia de su madre, pero no estaba muy segura de si sufría su pérdida puesto que ni siquiera podía recordar un solo recuerdo de ella.
-Me parece que hoy ha asistido más gente que de costumbre.-murmuró el conde de Lexington mientras caminaba aún con su hija a un lado, Selene miró alrededor mientras asentía.
-Se debe a la presencia de la reina, supongo.-respondió Selene, pero Finnick que estaba a un lado suyo rió.-Quién espero, no tener la gracia de encontrarme. No quisiera tener que decepcionarla.
-Lo veo difícil, esperemos que la suerte esté de tu lado, mientras no te tropieces-murmuró Finnick, su padre lo cortó.
-Finnick.-le advirtió con voz dura, Selene notó como su hermano borraba su sonrisa burlona y se recomponía.-Y no te preocupes cariño, de seguro todo saldrá bien.
Selene asintió agradecida de las palabras de su padre.
-Eso espero, padre.-respondió de vuelta, luego se giró hacia su hermano mayor.-¿Te ocurrió algo hermano?
Preguntó con un tono burlón, al ver como su hermano había quedado en silencio. Finnick rodó los ojos.
-Por supuesto que no, hermana. Solo me aseguro de que no haya algún escalón con el que puedas tener problemas.-murmuró, su padre lo miró de forma acusadora, Finnick rió.-Está bien, eso ha sido lo último, lo prometo.
-No es momento de colocar nerviosa a tu hermana, es solo una ópera.-habló, mientras llegaban al centro de la estancia justo en el inicio donde estaba la entrada a los palcos. El conde se giró hacia sus hijos.-Iré a instalarme a nuestro palco, saluden a quién tengan que saludar, estaré arriba.
Dicho esto, el conde comenzó a caminar hacia su palco mientras Selene lo miraba con una ceja alzada. Eso era raro, por lo que de inmediato miró a su hermano.
-¿Qué ha sido eso?-preguntó, Finnick la miró antes de suspirar.
-Has cansado a nuestro padre con tus nervios, ¿que más podría ser?-murmuró, Selene iba a hablar pero Finnick continuó.-No te preocupes por él, concéntrate en lo tuyo. Mira a todas estas familias, ¿cual crees que nos conviene más saludar?
Selene miró a su alrededor, y a la distancia pudo observar una cara bastante conocida. Su corazón se aceleró levemente sabiendo que si bien podía verlo a través de la habitación, era imposible que pudiera ir y hablar con él. Finnick se volvería loco se la viera hablando con alguien como Colin. Él era su amigo ahora, y aunque eso era aún extraño para ella, tenía que admitir que él le agradaba. Desde aquella vez que la había visitado, no habían tenido la oportunidad de volver hablar. Es por eso que una vez sus ojos conectaron, Selene rápidamente desvió la mirada.
A unos metros, estaba su amiga Amelia acompañada de su madre, la aristócrata Morton. Selene la saludó de forma alegre antes de mirar a su hermano.
-Mira hermano, las Morton. Vamos a saludar.-murmuró Selene mientras lo tomaba del brazo, Finnick abrió levemente los ojos y miró a su alrededor.
-Espera, espera. No podemos ir hacia donde están ellas.-dijo entre balbuceos, Selene lo miró con una ceja alzada.
-¿Por qué no? Amelia es mi amiga.-murmuró divertida, si bien Selene sabía que su hermano tenía una muy exasperante personalidad, una de las cosas que sin duda lo estresaban, era estar en la presencia de su amiga Amelia. Y si existía la más mínima de forma de molestar a su hermano mayor, Selene por supuesto que la aprovecharía.-Ya deja de lloriquear, vamos.
Selene caminó por el anfiteatro con su hermano detrás hasta llegar a una lado de su amiga. Las dos se abrazaron, mientras Selene le susurraba un gracias al oído. No habían tenido oportunidad de verse desde aquella vez en el baile.
Cuando conoció a Colin.
-¡Lexingtons! Hace días que no veía esa asombrosa cabellera rubia suya.-rió Amelia mientras Finnick rió incómodo.
-Señorita Amelia, señora Morton.-saludó Finnick, asintiendo leve con la cabeza. Luego miró a su hermana con ojos pidiendo ayuda, Selene solo rió.
-Me parece que es primera vez que nos encontramos en un evento social, señorita Selene.-murmuró la señora Morton, Selene asintió.
-Al parecer, pero no se preocupe, aquí mi hermano ya se va a asegurar de llevarme a absolutamente todos.-se burló, Finnick asintió no comprendiendo el tono de su hermana.
-En efecto, últimamente encontrar a dignos pretendientes se ha vuelto un poco difícil.-mencionó Finnick causando que la señora Morton riera.
-Espero que no opine lo mismo en cuanto a las señoritas señor Lexington, mi hija es un gran ejemplo de una digna esposa. ¿No piensa usted lo mismo?-preguntó de forma audaz la señora Morton, causando asombro tanto en Selene como en Amelia quién parecía más avergonzada. Finnick comenzó a acomodar su corbata con lo que Selene intuyó, nervios.
-Claro, por supuesto que si. La señorita Amelia es sin duda deslumbrante.-sonrió aún indeciso Finnick, Selene al observar la mirada fija de la señora Morton en su hermano, decidió que ya era suficiente tortura para él.
-Me temo que nuestro padre nos está esperando en nuestro palco, señora Morton.-comenzó Selene, Amelia la siguió.
-¡Claro! Por supuesto, vamos madre, igual debemos ir a instalarnos.-señaló Amelia, Finnick de inmediato les dió a ambas un leve reverencia.
-Ha sido un gusto verlos niños, y por favor, envienle mis saludos a su padre. Hace tiempo que no lo veo, a aquél hombre que adora el trabajo. Díganle de mi parte que descanse un poco, que disfrute la vida un poco más.-dijo la señora Morton mientras guiñaba un ojo, Amelia la tomó del brazo.
-¡Madre!-exclamó Amelia algo avergonzada, la señora Morton rió mientras Selene no podía evitar encontrar la escena bastante divertida.
-No hay problema Amelia, igual opino lo mismo. No dude en que transmitiré sus palabras señora Morton.-asintió Selene divertida, la señora Morton asintió complacida.
-Que tengan una buena velada, señoritas.-murmuró Finnick mientras le ofrecía su brazo a su hermana para poder retirarse, pero antes de hacerlo le susurró a su hermana.-Ni creas que no sé lo que hiciste.
Selene lo miró de forma inocente.
-¿A que te refieres hermano? ¿Acaso no has sido tú el que me ha recomendado ser más amable con las personas?-preguntó Selene mientras demostraba inocencia. Ambos comenzaron a caminar hacia los palcos. Finnick rió.
-Eres insoportable.-murmuró, mientras se adelantaba y comenzaba a subir la escaleras. Selene aprovechó para burlarse de él, repitiendo lo que dijo pero con voz infantil. Pero mientras lo hacía, sintió como alguien la agarraba del brazo y la hacía a un lado justo antes de subir las escaleras.
No le tomó mucho tiempo colocar ambas manos en forma de puño, y justo cuando iba a pegar el primer golpe con su descontrolado corazón, este pareció detenerse cuando observó quién había sido responsable de su susto.
Colin Bridgerton la sostenía con una sonrisa apenada.
-Vamos, antes de que alguien nos vea.-murmuró mientras la comenzaba a arrastrar fuera del foco de atención.
Selene intentó hacer que su cuerpo comenzara a funcionar otra vez, pero aún la sorpresa la tenía paralizada. No fue hasta que ambos llegaron a lo que parecía ser un pasillo lleno de elegantes cortinas y cuadros cuando por fin Selene reaccionó.
-¿Colin? ¿Qué demonios?-preguntó, sin importarle si quiera en sonar vulgar, Colin le respondió con una risotada. Selene soltó su brazo mientras lo miraba confundida.-Vaya forma de ser discreto.
Luego de que Colin dejara de reír, la miró con ojos astutos.
-Lamento eso, pero supuse que no querría que nadie nos viera conversar.-comenzó diciendo, mientras Selene arreglaba su vestido.-Aunque tengo que decir que usted se ve...
-¿Como si fuera a sufrir un infarto? Por supuesto que si, con el gran susto que me ha dado.-murmuró hasta que por fin lo miró de forma detallada. La luz leve del pasillo alumbraba su rostro de tal forma que parecía ser lo único con vida allí. Ver su cara calmada con un toque divertido hizo que Selene se calmara tambien.-Pero agradezco el gesto.
Colin sonrió.
-Creo que no hemos establecido límites en esta amistad. Supuse que no se nos vea en público podria ser un buen inicio.-dijo mientras se apoyaba en una de las paredes, Selene lo observó con una ceja alzada.-Dado que nuestras familias no se llevan del todo bien, deberemos charlar fuera del ojo público.
-No creí que nuestra amistad fuera a tomar un rumbo tan serio. Pero supongo que habrá un leve problema al respecto.-comenzó Selene, Colin frunció el ceño.
-¿Y eso es?
-Que si alguien nos pilla hablando solos, en el medio de un pasillo casi oscuro, podría hacer que ambos terminemos casandonos.-habló Selene mientras lo apuntaba.-Vaya plan.
Colin rió.
-Lo he pensado, y mi única conclusión es que debemos asegurarnos de que nadie nos siga. Y quizás, no reunirnos cuando estemos completamente solos, justo como ahora.-murmuró antes de sonreír.-Pero me temo que no es por esa razón que hice que nos reuniéramos aquí.
Selene rió.
-Comienza a sonar misterioso. ¿No me matará, verdad?-preguntó, Colin abrió los ojos mientras negaba. Selene comenzó a reír.-Era broma, no tiene ni siquiera una oportunidad.
-¿Una oportunidad?-preguntó confundido, Selene asintió.
-Sé defenderme gracias a que hubo un tiempo en el que mi hermano Thomas quiso unirse al ejército. Practiqué con él, y bueno, digamos que las armas no se llevan muy bien con él.-dijo mientras se encogía de hombros.-Pero supongo que no es eso lo que quería oír, así que, ¿que ocurre?
Colin asintió mientras se recomponía.
-Recuerdeme nunca hacerle enojar, entonces.-comenzó diciendo, antes de detenerse a mirar a Selene y comenzar a embozar una sonrisa.-Solo quería saber si irá al baile en Vauxhall este fin de semana.
Selene al escucharlo, sostuvo su mirada un par de segundos, antes de echarse a reír.
-¿Es enserio?-rió antes de mirarlo de forma divertida.-Pero si, probablemente estaré en cada próximo baile que haya. Cortesía de mi padre.
Colin sonrió.
-Genial, es bueno saber que al menos tendré compañía.-comenzó diciendo, Selene asintió.
-Y por mi parte, genial por que al menos no tendré que buscar desesperadamente a un marido.-celebró Selene, Colin rió.
-¿Aún no considera el matrimonio como una opción?-preguntó Colin con cuidado, Selene lo miró con una ceja alzada.-Claro, ni siquiera sé por qué lo pregunté.
Selene le pareció tierna la forma en que Colin la estaba mirando en ese momento.
Casarse para ella era simplemente la pesadilla que sabía que ocurriría en algún momento, pero que esperaba de todo corazón que existiera la minima posibilidad de que no ocurriera en lo absoluto. Era consciente de que si no lo hacía, iba a manchar la reputación de su familia y bien ella sabía que los amaba demasiado como para hacerles ese tipo de daño. Pero estaba comenzando recién la temporada social, aún tenía tiempo de ignorar el tema, y esperaba hacerlo por la mayor cantidad de tiempo posible.
-No, está bien. Creo que en algún punto tendré que hacerlo, pero sigo pensando en que sería bastante estupendo si ese día no llega nunca.-asintió divertida, antes de que el sonido de la gente conversando justo al otro lado de las paredes la volvió a la realidad.
La obra comenzaría luego, y ni siquiera estaba consiente sobre la cantidad de tiempo que había compartido ahí escondida con Colin. Se recompuso, parándose recta mientras miraba a Colin con una sonrisa apenada.
-Supongo que la obra ya está apunto de empezar.-adivinó Colin, Selene asintió.
-Mi padre y Finnick de seguro deben de estar preguntándose donde estoy.-rió, Colin asintió mientras también se paraba recto y le dedicaba una sonrisa.
-Entiendo.-asintió, luego ambos miraron el alrededor del pasillo sin saber muy bien como despedirse.-Si estuviera cortejandola, posiblemente diría que disfrute la obra.
-¿Si estuviera cortejandome? ¿Acaso los amigos no pueden decir lo mismo?-preguntó mientras se cruzaba de brazos.
-No, definitivamente no.-negó divertido.
-Bueno, entonces si yo aceptara su cortejo, le diría que también disfrute de la obra y que espero que pase una linda noche.-dijo Selene divertida mientras fingía una reverencia. Colin se la respondió.
-En ese caso, yo respondería que ya ha sido una linda noche gracias a su presencia, señorita.-dijo de forma galante, Selene a pesar de que sabía que se trataba de juego, podía sentir como sus mejillas comenzaban a agarrar color.
-Oh, señor Bridgerton. Me siento halagada.-respondió Selene mientras trataba de echarse aire con sus manos, Colin rió.-¿Debo suponer que me encontraré elegantes flores en mi morada dentro de estos días?
-De las más elegantes, me temo.-asintió Colin mientras movía sus manos.-Será una tortura no verla en los próximos días, señorita Lexington.
Selene al ver como él le ofrecía una mano, ella la tomó.
-Y para mí también, señor Bridgerton.-respondió mientras Colin le daba una sutil vuelta como si estuvieran en medio de un baile.
-¿Me promete guardarme una pieza de baile la proxima vez que nos veamos?-preguntó una vez los dos se encontraron aún más cerca del otro, Selene no supo adivinar que era parte del juego, y que no. Deseaba de todo corazón que sus mejillas no se volvieran locas.
-Por supuesto que sí.-le susurró de vuelta, Colin sonrió mientras volvía a girarla, esta vez soltandola cuando ya se separaron. Ambos quedaron justo a un lado de la puerta que daba hacia el anfiteatro principal.
Ambos se quedaron mirando por un par de segundos, tratando de asimilar que es lo que recién había pasado. Pero sin poder evitarlo, los dos comenzaron a reír al mismo tiempo de forma algo descontrolada.
-Está bien, está bien.-comenzó diciendo Colin, mientras se calmaba.-Sugiero que usted salga primero, ya sabe, para no generar sospechas.
Selene lo observó al mismo tiempo que se calmaba, antes de asentir. No pudo evitar pensar en que sus palabras sonaban como si tuvieran un doble sentido.
-Ha sido un gusto, Colin.-murmuró, mientras se despedía con un leve movimento de cabeza. Colin sonrió orgulloso.
-Igualmente Selene. Que disfrute de la obra.-dijo mientras le guiñaba un ojo, Selene rió.
-Estaré esperando esas flores.-bromeó, Colin rió.
-En sus sueños, señorita.-dijo divertido mientras observaba como Selene salía por la puerta y le dedicaba una última despedida con la mano de forma sutil.
Selene rápidamente comenzó a subir la escaleras esperando no haber causado preocupación en su padre ni en Finnick. Hasta que se dió cuenta de la sonrisa inconsciente de oreja a oreja que llevaba. Rápidamente la borró, pensando en que debía calmarse.
Si tan solo su padre o Finnick supieran que era amiga de un Bridgerton.
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[n/a]
holaaaaa! años me demoré en traerles nuevo cap, pero aquí estoy! está algo largo, espero eso lo compense!
como estánnn? yo feliz de que porfin estoy de vacaciones, y puedo venir y actualizarles rts! además, estoy súper agradecida del apoyo que le han dado a esta historia, thank u thank u💗
amo a selene y colin, q decirles<333333 y damian en un bb! q opinan d él?
tenía pensando hacer una saga de los lexington, y a pesar de que la idea está bastante avanzada, espero poder terminar aunque sea la historia de selene y colin antes de publicar las demás. esperemos que sea pronto, todo depende de si mi inspiración sigue intacta como hoy✨✨
en fin, espero les haya gustado el cap, nos leemos a la próxima!
d🌻
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