➹ Cap. 7
Nikol suspiró mientras se dejaba caer en uno de los asientos de la sala de su mansión. Sus hermanos también estaban ahí, cada uno ocupado en lo suyo.
Kol se alimentaba directamente de la vena de una humana, disfrutando el momento sin ninguna prisa. Elijah, como siempre, tenía un libro entre sus manos, completamente absorto en la lectura. Rebekah hojeaba una revista de moda con expresión aburrida, mientras que Finn permanecía en silencio, observando todo desde su lugar.
─ Deliciosa ─ murmuró Kol con satisfacción, separándose del cuello de la humana.
Habría preferido matarla después de alimentarse, pero Elijah le había pedido que no lo hiciera. Y aunque Kol odiaba que le dieran órdenes, esta vez decidió hacerle caso solo para evitar escuchar sus constantes reprimendas.
Elijah suspiró, lanzándole una mirada de desaprobación.
─ Podrías comer en silencio, Kol ─ le recriminó sin apartar la vista del libro.
Nikol dejó escapar una risa baja, entretenida por la escena.
─ Deja de ser tan aburrido, hermano ─ respondió Kol con desdén, relamiéndose los labios.
─ Por una vez en tu vida, hazle caso ─ intervino Nikol, esta vez con más firmeza.
Kol rodó los ojos con fastidio.
─ No me importa ─ gruñó, volviendo a beber sangre.
Nikol suspiró con impaciencia.
─ No quiero cuerpos de personas muertas en mi mansión ─ advirtió, dirigiendo la mirada no solo a Kol, sino también a Rebekah y Finn ─ si quieren matar, háganlo fuera.
Kol cruzó los brazos y la miró con expresión desafiante.
─ Si quieres correrme de tu maldita casa, hazlo ─ la retó.
Nikol frunció el ceño. No lo estaba echando, solo poniendo límites.
─ No seas dramático, Kol ─ resopló ─ no he dicho eso.
Kol gruñó con fastidio antes de volver la vista a la humana, quien permanecía inmóvil bajo su influencia.
─ Vete y olvida todo ─ le ordenó.
La mujer obedeció de inmediato, saliendo sin cuestionar nada. Luego, Kol se dejó caer en uno de los sillones con evidente desagrado.
─ Nikol, podrías… ─ Elijah comenzó a hablar, pero se detuvo abruptamente cuando la puerta se abrió de golpe.
Todos en la habitación quedaron paralizados al ver quién había entrado.
Esther.
Su madre estaba viva.
El asombro se reflejó en los rostros de los Mikaelson, pero nadie estaba más sorprendida que Nikol. En todo ese tiempo, ni siquiera había pensado en Esther.
Maldición, pensó.
Había cometido un error al subestimarla. Debería haber previsto que algo así podía pasar.
Esther avanzó con paso seguro, ignorando la reacción de sus hijos. Su mirada estaba fija en Nikol.
La híbrida tragó saliva, sintiendo un escalofrío de inquietud recorrer su espalda. No le temía a muchas cosas, pero sabía que Esther era una bruja formidable cuando se lo proponía. Y lo último que quería era que descubriera su secreto.
Elijah se acercó a su hermana, alerta ante la repentina llegada de su madre.
─ Mírame ─ ordenó Esther.
Nikol levantó la vista, encontrándose con los fríos ojos de su madre.
─ ¿Tienes idea de por qué vine? ─ preguntó Esther con voz tranquila.
A joderme la vida, pensó Nikol con amargura.
Su furia se encendió. Quienquiera que hubiera traído de vuelta a Esther iba a pagar por ello. Ella había decidido dejarlos en paz, pero si querían guerra, entonces la tendrían.
─ ¿A matarme? ─ preguntó, fingiendo miedo.
Rebekah frunció su ceño al escucharla, ¿Por qué su madre mataría a su hermana?, pensó confundida, sin embargo no preguntó nada, solo miró y escuchó.
─ Nikol, eres mi hija ─ dijo Esther con dulzura fingida ─ vine a perdonarte.
Nikol casi se rió en su cara.
Sí, claro, pensó.
Si no fuera porque sus hermanos estaban ahí, le habría roto el cuello en ese mismo instante. Pero tenía que ser cuidadosa.
Esther se giró para mirar a los demás Mikaelson.
─ Quiero que volvamos a ser una familia, todos juntos ─ dijo, sonriendo.
Rebekah fue la primera en reaccionar, abrazándola con emoción. Luego, Finn la saludó con respeto. Elijah y Kol tardaron un poco más, pero también se acercaron.
Nikol fue la última. Puso su mejor cara de indiferencia y fingió que todo estaba bien. Pero por dentro, hervía de rabia.
[...]
Más tarde, en el Mystic Grill
Nikol entró al bar con el ceño fruncido y un humor de perros. Se sentó en la barra de mala gana.
─ Whisky ─ ordenó a Matt.
El chico la miró con desagrado.
─ Apresúrate o mataré a todos aquí ─ gruñó Nikol con impaciencia.
Matt resopló, pero sirvió el trago.
─ ¿Mal día? ─ preguntó Stefan, apareciendo a su lado.
Nikol bebió de un solo trago y le sonrió con malicia.
─ Sí. Un parásito llegó a mi casa hoy. ¿Tienes idea de quién lo mandó?
Stefan desvió la mirada por un segundo.
─ No ─ mintió.
Nikol inclinó la cabeza, mirándolo fijamente.
─ Espero que mi querida doppelgänger no tenga un accidente donde se le rompa el cuello ─ dijo en tono casual ─ dile a Bonnie Bennett y a su madre que ésto es la guerra.
Stefan la sujetó del brazo antes de que pudiera irse.
─ ¡Espera! Elena no tiene nada que ver en esto.
─ Qué lástima, porque ella pagará las consecuencias de lo que hicieron.
Stefan frunció el ceño.
─ Pensé que estarías feliz de ver a tu madre de nuevo.
Nikol soltó una carcajada seca.
─ Pensaste mal.
Stefan suspiró, notando lo molesta que estaba.
─ Nikol, por favor…
Ella apartó su mano con brusquedad.
─ Los dejé en paz, pero ustedes querían guerra. Ahora verán lo que significa meterse con la híbrida original.
Mientras salía del bar, un pensamiento cruzó su mente.
Klaus estará orgulloso de mí, pensó, haría valer su título de híbrida.
Después de salir del Grills, Nikol se dirigió nuevamente a la mansión.
Nikol se acercó a Rebekah, quien hojeaba su revista con tranquilidad.
─ ¿Dónde estabas, Nik? Mamá preguntó por ti ─ comentó su hermana ─ quiere organizar una fiesta para presentarnos al pueblo.
Nikol rodó los ojos. Sabía perfectamente para qué era en realidad esa estúpida fiesta.
─ Hablamos de eso después. Ahora dime, ¿te gustaría jugar con un doppelgänger?
Rebekah arqueó una ceja y dejó la revista a un lado.
─ ¿Qué te hicieron ahora?
Nikol gruñó.
─ ¿Vienes o no?
Rebekah sonrió y se levantó.
─ ¡Por supuesto! Vamos por esa perra doppelgänger.
Cuando iban a salir, se toparon con Kol en la entrada.
─ ¿A dónde van? ─ preguntó curioso.
─ A hacer desmadre ─ respondió Nikol con una sonrisa.
─¿Nos acompañas? ─ Rebekah levantó una ceja.
Kol sonrió emocionado.
─ Eso no se pregunta ─ mostró un bate de béisbol que llevaba consigo ─ justo hoy me compré esto ─ dijo Kol.
Nikol sonrió.
─ Tú te encargas de Damon, Rebekah de la doppelgänger y yo de una bruja que me debe algo ─ indicó Nikol.
Kol asintió.
─ ¿Quién es Damon?
─ Un idiota de ojos azules. Lo reconocerás cuando lo veas.
─ Genial ─ Kol sonrió.
Los tres originales salieron dispuestos a causar problemas en Mystic Falls.
¡CAPÍTULO 7!
Esther volvió de nuevo, y Nikol le declaró la guerra a la pandilla.
¿Qué les pareció?
[ CAPÍTULO EDITADO Y CORREGIDO ]
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