by qianinterprises.
                           pronombres: ella. 

3:25 pm.

Ya no había mucho que lo sorprendió. Se había acostumbrado a todas tus pequeñas peculiaridades. Y tal vez ese era el problema. Tal vez se había acostumbrado demasiado... a ti.

Desde la primera vez que te vio, supo que eras diferente. No ibas a ser el momento de levantarte la camisa o tirarle bragas a la cabeza. No, eras el tipo para lanzar sombreros Pikkachu que harían reír a Mark. Rosas que hicieron desmayar a JaeHyun. Un cojín whoopie volado DongHyuck sonreía. Eras uno de los raros.

Tal vez por eso cayó tan fuerte cuando le entregaste una pequeña lata de metal que él había asumido que era galletas en el momento en que la abrió. En cambio, lo que encontró dentro mientras estaba sentado en su cama fue un gusano que lo deshuesó en la cabeza mientras volaba hacia él, haciéndole tambalear fuera de la cama mientras TaeYong, que había estado de pie en la puerta, gritaba en un ataque de risa que enrojeció sus mejillas con ira.

Ira que se desvaneció ligeramente nada más coger la pequeña tarjeta que había caído al suelo.

"Eres lindo, así que espero que puedas tomar una broma! Soy (t/n), no tu mayor fan, ¡pero un fan nontheless! ¡Dame una llamada! O no. Bolas en su cancha chico bonito! ~ xxx-xxx-xxxx." había leído.

Se burló casi de inmediato, dejando la tarjeta a un lado y levantándose de su cama para cruzar la habitación y cerrar la puerta suavemente en la cara de TaeYong.

Sus mejillas se sentían hinchadas, la ira presumía, pero como sus ojos se desviaron de nuevo a la pequeña tarjeta que descansaba desordenadamente en su mesa de noche menos que organizada, dejó salir un susto. Vergüenza, alegría, shock.

¿Chico bonito?

¡Ese era el apodo de JaeHyun! De vez en cuando tomado por DongHyuck, JungWoo, o incluso TaeIl! Nunca él.

Tal vez esa sea la razón por la que cogió su teléfono y envió un texto malhumorado.

¡Tu carta no era linda! ~ D

¡Aparentemente fue lo suficientemente linda como para llamar tú atención! ~ tú.

Frunció el ceño en su teléfono, colocándolo primero en la cama. Pero eso duró cinco segundos antes de que lo levantara de nuevo, con los dedos volando sobre la pantalla táctil mientras devolvía una réplica menos que sincera.

¡Tal vez es para decirle que lo feo que fue! ~ D

Entonces, ¿por qué sigues enviándome mensajes de texto? ~ tú

Y esta vez, puso su teléfono para siempre, saliendo de la habitación y enfrentándose cara a cara con un TaeYong todavía risueña y un Johnny ahora sonriente.

─ ¿Tienes un admirador secreto, Doie? ─ Preguntó el hombre extrañamente alto.

─ Oh, vete a la mierda. ─ Gruñó, pasando por delante del hombre.

Y ahí debería haber sido el final. La conversación debería haber quedado muerta, pero usted se negó. La verdad sea dicha, él nunca te habría perdonado si lo hubieras dejado solo.

Sin embargo, su comienzo había sido tan extraño y peculiar, que era apropiado que el final también lo fuera.

─ Parte de mí está esperando que la tapa se abra en cualquier momento. ─ Estremeció la voz de Doyoung mientras hablaba en el micrófono. ─ Porque eso es algo que haría. Solo para cabrear a alguien o hacer que alguien se moje los pantalones.

No pudo evitar la pequeña risa que dejó sus labios en la última declaración, pero la risa estaba respirada y rota.

─ Uno de mis recuerdos más entrañables es cuando estábamos sentados en la mesa después de que cocinara la cena. Y honestamente, esa debería haber sido mi primera pista porque nunca cocinó, pero lo dejé pasar. Estaba cansado y solo quería un poco de paz, pero cuando quiero la paz, nunca la consigo con ella. Porque a el segundo que mordí el pollo, los gritos de un niño arrasaron la casa y dejé caer el pollo de nuevo, salpicando jugos por todas partes mientras miraba a mi alrededor en busca de este niño gritando, que claro, nunca lo encontré.

Se detuvo un momento, dejando salir una pequeña risa mientras el público se reía con él.

─ Cacarcajeo durante unos cinco minutos antes de secarse las lágrimas y su cara de repente se puso tan... grave y no sabía qué pensar por un segundo.

Tomó otra respiración temblorosa.

─ “¡Quiero formar una familia contigo!” Dijo. Y me quedé tan impactado. Así que en ese momento que dije que no.

Miró a la primera fila donde se sentaban sus dos hermosas hijas, su mayor sosteniendo la mano de la menor.

─ Obviamente eso no duró mucho. ─ Agregó, ganándose otra carcajada del público.

Esperó a que la risa se apagara, su propia sonrisa saliendo de sus labios mientras sus ojos caían en la parte posterior del pequeño marco de la imagen.

─ La amaba con todo mi corazón, y nunca me detendré. Fue mi compañera en la vida, mi pareja para siempre a través de todo. (t/n), a medida que descubras nuevos lugares para aterrorizar, nuevas personas para molestar, por favor espero sepas que algún día estaré contigo, y te tomaré de la mano, pero por ahora, por favor, cuidaré a la familia que has dejado atrás, y seguiré viendo crecer a nuestros hijos y donde estés espero que hagas lo mismo. Te amo bebé.

Johnny, JaeHyun, Yukhei, Mark, JungWoo y DongHyuck se pusieron de pie desde donde habían estado sentados en las primeras filas, cada uno conversando hasta el centro donde esperaba su ataúd cerrado. Tres en un lado, tres en otro, caminaron por el pasillo, con el ataúd entre ellos.

TaeYong subió al escenario donde Doyoung se encontró a sí mismo agarrado sobre el podio, una mano que cubre su boca mientras intentaba sofocar los lamentos que venían de sus labios. Kun, siempre el tío, se movió para pararse frente a las hijas de (t/n) y Doyoung, tomando sus dos manos y llevándolas a la parte trasera de la habitación donde se arrodilló y les dio la bienvenida a ambas en sus brazos, dejándolas cubrir su camisa con sus lágrimas.

A medida que las bromas prácticas alrededor de la casa cesaron, su desaparición se hizo conocida, y Doyoung se preguntó si alguna vez se acostumbraría a vivir en una paz tan terrible de nuevo. Te habías metido en su corazón y ahora, su cama estaba fría, su casa en silencio. Él nunca sería el mismo sin tu presencia.