02: second chance at first line
━━━ CAPÍTULO 02: segunda oportunidad en la primera línea
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KATHERINE ESTABA UN DÍA más sentada en las gradas, viendo el entrenamiento de lacrosse del equipo, quería aprovechar su hora libre para observar con más detenimiento el comportamiento de Scott.
Sí, sé que eso suena como si fuese una acosadora, pero lo que quería ver era su nivel de autocontrol. No quería que su padre descubriese que él era el otro hombre lobo.
Vio como Scott agarraba con fuerza el mango del palo y corría en dirección a la portería, pero fue placado por Jackson antes de que pudiese llegar.
—Eh, McCall. Eh, McCall. —lo llamó el entrenador— Mi abuela se mueve más rápido que tú y está muerta.
—Eso ha sido una broma de muy mal gusto... —murmuró la castaña.
—¿Crees que puedes llegar a moverte solo un poco más rápido que el cadáver de mi abuela?
—Sí, entrenador. —contestó el chico, sintiendo como la ira se apoderaba de su cuerpo.
—No te oigo.
—Sí, entrenador. —repitió.
—Pues entonces, hazlo. —Scott volvió corriendo a la fila— McCall va a repetirlo.
Scott volvió a repetir lo mismo de antes, solo que esta vez, él placo a Jackson. El problema es que lo hizo demasiado fuerte. Katherine se levantó de su sitio y fue hacia Scott, sabiendo que en ese momento estaba muy cerca de transformarse del todo.
—¿Estás bien? —le preguntó al castaño.
—Sí, está bien, solo está un poco... Mareado, sí, eso... —respondió el pecoso.
—No actúes como si fuera tonta, Stilinski, sé perfectamente lo que es. —gruñó la chica.
—No lo controlo, Stiles, lo noto. —dijo Scott sin importarle la presencia de la chica.
—¿Qué? ¿Aquí mismo? ¿Ahora? Vamos, levanta. Ven.
Katherine y Stiles ayudaron a Scott a levantarse y se lo llevaron fuera del campo, sin percatarse de que la mirada de cierto hombre lobo estaba fija en ellos. Llegaron hasta los vestuarios y entraron, sin importarles que era el vestuario de hombres y de que Katherine no debería estar allí.
—Puedes irte, yo me encargo. —le dijo Stiles a la Argent.
—Cállate. —le dijo la chica cerrando la puerta con pestillo, logrando que el pecoso se calle y mire a Scott.
—Ya hemos llegado. Oye, tranquilízate, Scott. Tranquilo. ¿Estás bien?
—¡Aléjate de mí! —le gritó con los ojos amarillos y con sus colmillos fuera.
Scott se levantó del suelo y trató de acercarse a Stiles para atacarlo. Mientras el chico trataba de atacar al pecoso, Katherine agarró el extintor y lo roció sobre Scott cuando lo tuvo delante.
Segundos más tarde, Scott se sentó en el banquillo y se quitó el casco algo abrumado.
—¿Stiles? ¿Katherine? —preguntó algo confundido ante la presencia de la chica— ¿Qué ha pasado?
—Has intentado matarme. —le respondió su mejor amigo— Es tal como te dije. Lo desencadena la rabia. La ira.
—Es el lacrosse. Es un deporte muy violento y ya lo sabes.
—Pues va a ser mucho más violento si matas a alguien en el campo. El sábado no puedes jugar. Invéntate algo.
—Pero soy titular.
—Ahora ya no. —le contestó Stiles.
Katherine carraspeó su garganta y llamó la atención de los dos chicos —Bien, si ya está todo controlado, creo que me voy a ir yendo.
—Espera, ¿cómo supiste que era un hombre lobo?
—A parte de porque no sabes disimular muy bien, porque sé a lo que se dedica mi padre. —le respondió antes de salir de allí.
Lo último que le faltaba era que los demás del equipo llegarán y la vieran allí.
❪ ... ❫
Al día siguiente, después de las clases, Katherine fue a su casa a dejar su mochila para luego irse al hospital. No le es que le importase demasiado como estaba Jackson, pero Lydia le había pedido que fuese a hacerle compañía, por lo que no pudo decirle que no.
Llegó al hospital y vio a la cobriza sentada en uno de los sillones. Se acercó a ella y la chica le sonrió al verla.
—Gracias por venir, Kath. ¿Y Allison?
—Tenía muchos deberes, pero le manda saludos a Jackson.
Las dos chicas se sentaron en los sillones a esperar. Mientras Lydia escuchaba algo de música, Katherine leía un libro que se había llevado. La castaña levantó la vista de su libro un momento para ver a Stiles frente a ellas.
El pecoso se acercó a Lydia confiado y Katherine tuvo que ponerse una mano en la boca para no empezar a reírse allí mismo.
—Hola, Lydia. Igual no me recuerdas, me siento detrás de ti en biología. Da igual. Siempre he pensado que tú y yo conectamos. Algo mutuo, claro. Creo que no estaría nada mal que nos conociéramos un poco más.
—Espera, dame un segundo. —dijo Lydia sacándose el auricular que llevaba en la oreja— No he escuchado nada de lo que has dicho, ¿era interesante?
—No, perdona. —se disculpó el chico y se sentó en otro de los asintos.
Katherine se levantó y se puso a un lado de Stiles —No te desanimes, hay más chicas en Beacon Hills. —trató de animarlo— Por cierto, ¿qué haces aquí? Porque estoy muy segura de que no vienes a ver a Jackson.
—Scott quiere ver si la sangre que olió en casa de Derek Hale es la misma que la del cadáver que encontraron en el bosque. —le contestó en un susurro.
Katherine abrió la boca para decir algo, pero prefirió no mencionar nada al respecto. Se entretenía más viendo como los dos adolescentes hacían el ridículo creando conclusiones estúpidas.
Ambos vieron hacia un lado para ver como Jackson y Lydia se besaban, haciendo que Stiles los mire con asco y que Katherine suelte una pequeña risa. Scott golpeo el papel que Stiles estaba leyendo, sobresaltándolo —Joder, tío.
—El olor era el mismo.
—¿Seguro?
—Sí. —respondió el hombre lobo.
—Así que enterró la otra mitad en su propiedad.
—Tenemos la prueba de que la mató.
—Y la usaremos. —dijo Stiles empezando a caminar con Scott y Katherine siguiéndole.
—¿Cómo?
—Oye, se sincero. ¿Haces esto por atrapar a Derek o porque quieres jugar y él te lo impide?
—Tenía marcas en las piernas, Stiles, mordiscos.
—Muy bien, iremos a por una pala. ¿Te apuntas, Katherine?
—Claro, siempre le viene bien algo de aventura a mi vida. —respondió con una pequeña sonrisa.
Los dos chicos empezaron a caminar, dejando a Katherine un poco más atrás.
''¿En serio se creen que Derek es tan tonto como para asesinar a una chica y enterrar la otra mitad del cuerpo en su casa?'' pensó con incredulidad.
Siguió a los chicos y se subió en su moto mientras ellos iban en el Jeep de Stiles. Pararon para coger una pala y luego llegaron a casa de los Hale, esa casa que Katherine le trajó tantos recuerdos. Tanto buenos como malos. Aparcó su moto y se acercó a ambos adolescentes.
—Hay algo diferente. —dijo Scott mientras se acercaban a la tumba.
—¿Cómo que? —le preguntó su mejor amigo.
—No lo se. Acabemos cuanto antes.
Ambos chicos empezaron a cavar mientras Katherine se quedaba apoyada en un árbol, vigilando que Derek no volviese.
—Oye, ¿no podrías ponerte a cavar tú en vez de estar ahí parada sin hacer nada? —le preguntó Stiles de mala gana.
—Sois vosotros los que queréis meter a Derek en prisión, no yo. Así que caváis vosotros. —le respondió.
Stiles resopló de mala gana y siguió cavando, ignorando la sonrisa victoriosa que tenía la castaña. Los chicos siguieron cavando durante un rato, pero todavía no encontraban el cadáver.
—Estamos tardando mucho. —dijo Scott.
—Sigue cavando.
—¿Y si vuelve? —preguntó el hombre lobo preocupado.
—Nos largamos. —respondió simple Stiles.
—¿Y si nos persigue?
—Pasamos al plan B.
—¿Cuál es?
—Tú para un lado, Katherine para otro y yo para el otro. A quien le persiga, mala suerte. —dijo sin dejar de cavar.
—No me convence. —dijo Scott.
—A mi tampoco, la verdad, no quiero morir por vuestras estupideces. —concordó la chica.
Stiles volvió a meter la pala en la tierra y notó algo —Quieto, para, para. —lo frenó.
Ambos se agacharon y trataron de sacar el saco en el que se suponía que estaba la otra parte del cuerpo. Katherine se acercó a ellos y los ayudo a desatar los nudos que había en el saco.
—Deprisa.
—Lo intento. ¿Era necesario hacer 40 nudos a este saco?
—Yo lo haré. —dijo Scott. Desató el nudo del saco y lo abrió, dejando ver la cabeza de un lobo. Los dos chicos soltaron un grito al ver al lobo mientras que Katherine se reía de ellos.
—¿Qué coño es eso? —preguntó un histérico Stiles.
—Es un lobo.
—Ya lo vemos. —le contestó su amigo sarcástico.
—No estamos ciegos, Scott, no hace falta que nos digas lo evidente. —le respondió la chica igual de sarcástica.
—Pensaba que hablabas de sangre, sangre humana.
—Os dije que había algo diferente.
—No tiene sentido. —dijo el pecoso.
—Larguémonos. —pidió Scott preocupado.
—Mejor. Tapemos el agujero. —Katherine y Scott empezaron a tapar el agujero mientras que Stiles se quedaba mirando un punto fijo.
—¿Qué sucede? —le preguntó Scott al verlo parado.
—¿Ves esa flor? —señaló una flor morada bastante conocida para Katherine.
—¿Qué le pasa?
—Es un acónito. —contestó Stiles.
—¿Qué es eso?
—¿No has visto ''El hombre lobo''? —le preguntó Stiles.
—No.
—¿Lon Chaney Junior? ¿Claude Rains? —le preguntó su mejor amigo incrédulo— La película original del hombre lobo.
—No, ¿por qué?
—Que feliz vives. —le respondió antes de levantarse del suelo y acercarse a la flor. Empezó a tirar de ella, viendo como salía una cuerda, la cual formaba una especie de espiral alrededor de la tumba. Katherine y Scott volvieron a mirar el cuerpo y la chica se sorprendió al ver quien era.
—Laura Hale... —murmuró Katherine.
—Stiles. —lo llamó Scott. El pecoso se colocó a su lado y soltó un grito al ver a la chica.
Stiles agarró su móvil y llamó a su padre mientras Scott y Katherine se quedaban esperando apoyados en el Jeep. A la castaña no le hacía ninguna gracia que arrestaran a Derek por algo que era obvio que no había hecho, pero las pruebas apuntaban claramente hacia él.
Para cuando el hombre lobo llegó a su casa, los policías ya habían llegado, por lo que no tardaron en arrestarlo. Derek miró a Scott para luego clavar su mirada en Katherine. Hacía años que no la veía y podía jurar que la chica estaba muchísimo más guapa.
La castaña lo miró, pero apartó la mirada con rapidez. Quería disculparse por no haber impedido que lo arrestaran y por haberse ido sin despedirse. Pero ella no era de las que se disculpaban.
Los dos adolescentes vieron como Stiles se acercaba al coche del sheriff, en el cual habían metido a Derek, y negaron con la cabeza, indicándole que no lo hiciera, pero el pecoso hizo caso omiso y se metió en el coche.
—¿Es que no se cansa de meterse en problemas? —le preguntó Katherine a Scott, quien negó con la cabeza con pesar.
La Argent se concentró y prestó atención a la conversación que tenían Stiles y Derek.
—Oye, para que lo sepas, no te tengo miedo. —le dijo el pecoso al hombre lobo y él lo miró con seriedad— Vale, a lo mejor sí. No importa. Solo dime una cosa. La chica que mataste era una mujer lobo. Era de otra especie, ¿verdad? Me refiero a que ella sí se podía transformar en lobo y Scott no puede hacerlo. ¿Esa fue la razón?
—¿Por qué te preocupas por mí si es tu amigo el que tiene el problema? —le preguntó Derek— ¿Cuándo se transforme qué crees que hará la gente? ¿Seguir animándole? No puedo evitar que juegue, pero Katherine y tú sí. Y créeme, debéis hacerlo.
El sheriff Stilinski se acercó a su coche y sacó a su hijo de allí mientras que Katherine se reía al ver como Stiles era regañado por su padre. Estaba claro que ese niño jamás dejaría de meterse en problemas.
Después de que los policías se fuesen, Scott, Stiles y Katherine subieron al Jeep del pecoso para poder irse. Stiles iba conduciendo, Scott en el asiento del copiloto y Katherine en la parte de atrás.
—No encuentro nada sobre que el acónito se use para entierros. —dijo Scott, quien buscaba información en su móvil.
—Sigue buscando. —le contestó su mejor amigo— Podría ser un ritual o una señal cuando entierran un lobo. O a lo mejor es una habilidad especial que tienes que aprender.
—Lo apuntaré en mi diario. Justo debajo de ''averiguar por qué hago esto''.
—Quizá es diferente para las mujeres.
—Eso tampoco tiene sentido, Stilinski. —habló Kath rodando los ojos.
—Vale, para ya... —le pidió Scott.
—¿Qué pare que?
—Que pares de hablar del hombre lobo, parece que disfrutas.
—¿Estás bien? —le preguntó el pecoso.
—No. No, no lo estoy. Estoy muy lejos de estarlo.
—Vas a tener que asumirlo, Scott. Tarde o temprano.
—No puedo.
—No hay remedio. —siguió el pecoso.
—No, no puedo respirar. —dijo Scott soltando gruñidos— Para el coche.
—¿Por qué? ¿Qué te pasa?
Scott se giró y abrió la mochila de Stiles, viendo como dentro estaba la cuerda llena de las flores del acónito.
—¿La has traído? —preguntó con incredulidad.
—¿Y qué debería haber hecho?
—Para el coche. —volvió a ordenar Scott, haciendo brillar sus amarillentos ojos.
Stiles frenó el cohce de golpe y agarró su mochila para luego bajar del vehículo. Lanzó su mochila lejos y se dio la vuelta con calma.
Mientras el chico hacía eso, Katherine miró a Scott, quien trataba de salir del coche. La castaña lo agarró por los hombros y lo apegó al asiento, tratando de retenerlo mientras llamaba a Stiles.
El hombre lobo la miró con enfado y la empujó hacia atrás para luego salir del coche con rapidez.
Si la castaña hubiese querido, podría haber ganado esa pequeña pelea y retenerlo, pero prefería no arriesgarse a que Scott descubriese cualquier mínimo detalle sobre su condición.
—Vale, ya está... —miró hacia el coche y se llevó la sorpresa de que Scott ya no estaba en el Jeep.
El pecoso se subió al coche rápidamente mientras que Katherine se pasaba al asiento del copiloto, ignorando la mirada fulminante de Stiles.
—¿Por qué no le has detenido? —le preguntó el chico.
—Claro, ¿como no se me había ocurrido? —le dijo irónica— ¿Pero tú te piensas que soy tan tonta como para no haberlo intentado? Tú mejor conduce y cállate.
Stiles bufó enfadado y agarró su teléfono para poder llamar a su padre.
—Stiles, sabes que no puedes llamar a esta línea cuando estoy de servicio. —le dijo el sheriff nada más descolgar.
—Dime si has recibido alguna llamada rara. —exigió.
—¿Extraña? ¿Cómo qué? —preguntó su padre confundido.
—Como avisando de una persona extraña o como un ser humano con aspecto de perro.
—Voy a colgar ahora mismo.
—No, espera, espera, espera. —pidió.
—Adiós. —se despidió el sheriff antes de colgar.
—Mierda...
—Alégrate de que por lo menos te haya escuchado, yo hubiese colgado en el momento en el que escuchara tu voz. —le dijo Katherine con burla.
Stiles condujo a casa de la castaña para poder dejarla allí. Se había hecho de noche antes de que ninguno de los adolescentes se diera cuenta, por lo que ya era hora de volver a sus casas.
Llegaron a casa de los Argent, por lo que Katherine bajó del Jeep y se giró para mirar a Stiles.
—Nos vemos mañana, Stilinski. —se despidió del pecoso.
—¿Sabes? Puedes llamarme Stiles. —le sugirió con una pequeña sonrisa.
—Me gusta más Stilinski. —sonrió antes de entrar a su casa.
Subió a su habitación con cansancio y encendió la luz, llevándose una mano al pecho al encontrarse a Allison tumbada en su cama, mirándola con una pícara sonrisa, tal y como ella la había recibido hace unos días.
—¿Qué hacías con Stiles? —le preguntó elevando las cejas.
—Nada, simplemente se ofreció a traerme a casa. —le dijo simple— Además, aquí la única que está en una relación eres tú, Alli. Y ahora, fuera de mi habitación que quiero dormir.
—De acuerdo, te dejo soñar con Stiles. Hasta mañana. —Katherine agarró uno de los cojines que había en su cama y se lo lanzó, escuchando la carcajada de su hermana a través de la puerta.
Se tumbó en la cama y se tapó con la manta, quedándose dormida en cuestión de segundos. Estaba realmente cansada y lo único que quería en ese momento era soñar con que no vivía en aquel horrible pueblo.
❪ ... ❫
Las clases del día siguiente pasaron con normalidad hasta que llegó la noche, indicando que era el momento para el partido de lacrosse.
Las dos Argent junto a su padre lllegaron al campo y se sentaron juntos en las gradas, esperando el comienzo del partido. Lydia se acercó a ellos y se sentó al lado de Allison.
El partido comenzó y Scott trataba de que le pasaran la pelota, sin tener resultado. Katherine miró al equipo con los ojos entrecerrados, tenía la ligera sospecha de que Jackson había ''hablado'' con el equipo para que no le pasaran la pelota al chico.
La pelota cayó al suelo, por lo que Scott corrió hacia ella, siendo seguido por Jackson. El chico empujó al hombre lobo con fuerza y agarró el la pelota para luego lanzar a portería y marcar.
Todos se levantaron con efusividad menos Katherine, quien se levantó de su asiento para sentarse al lado de Stiles en el banquillo.
—Tenemos un problema. —le dijo al sentarse.
—Sí, creo que me he dado cuenta de ello. —respondió igual de sarcástico que siempre.
Ambos vieron a Scott, viendo como se quedaba mirando a un punto fijo detrás de ellos, por lo que giraron la cabeza para ver como Lydia y Allison sostenían un cartel que decía: ''Te queremos, Jackson''.
—Algo no va bien. —dijo el pecoso.
—Aquí van a empezar a rodar cabezas... —murmuró la castaña sonriendo.
Ambos adolescentes veían con especial atención a Scott, sabían que no iba a poder controlarse. Stiles estaba de los nervios, por lo que Katherine puso una mano en su hombro, tratando de calmarlo.
—Estate quieto, me estás poniendo de los nervios, Stilinski.
Dos chicos se pusieron preparados para sacar, lanzando la bola al aire. Scott aprovecho esto para saltar por encima de los dos chicos y agarrar la pelota. El hombre lobo corrió por todo el campo, esquivando a todos los rivales. Llegó a la portería y lanzo la portería, marcando.
Stiles y Katherine se levantaron con emoción y chocaron sus manos con alegría.
—¡A McCall! ¡Pasádsela a McCall! —gritó el entrenador.
El partido continuó, ahora la pelota estaba en posesión del equipo rival. Scott se puso enfrente del chico que tenía la pelota e hizo brillar sus amarillentos ojos al mismo tiempo que soltaba un gruñido. El chico le lanzó la pelota despavorido, por lo que el hombre lobo salió corriendo hacia la portería.
—¿El equipo contrario nos acaba de pasar la bola? —preguntó el entrenador con incredulidad.
—Eso he visto, entrenador. —le respondió Stiles, quien mordía su guante con nerviosismo.
Scott volvió a lanzar hacia portería, atravesando la red del palo del portero antes de marcar. Katherine aplaudió con una pequeña sonrisa, pero estando pendiente de todos los movimientos de Scott.
Jackson y el otro capitán volvieron a sacar y, una vez más, Scott se hizo con la posesión de la bola. La castaña y el pecoso se levantaron preocupados al ver al chico moviéndose nervioso.
—No, Scott. No. —dijo su mejor amigo con preocupación.
Quedaban pocos segundos para que el partido terminase y el hombre lobo parecía no estar dispuesto a marcar. Dos de los rivales corrieron en su dirección para tratar de robarle la bola, pero Scott lanzó a portería antes de que llegasen, marcando el punto definitivo.
Todos se levantaron con alegría. Stiles abrazó a Katherine con efusividad como tomándola completamente por sorpresa.
Cuando el chico se dio cuenta de lo que estaba haciendo, se separó y miró a la vampira con disculpa.
—Yo... Lo siento, eh...
—No vuelvas a tocarme. —gruñó, viendo cómo Stiles se encogía en su lugar.
Ahora estaban los dos adolescentes sentados en el banquillo, esperando a que el padre del pecoso terminase su llamada.
—¿Papá, qué pasa? —le preguntó su hijo.
El sheriff le indicó que esperara un momento mientras continuaba con la llamada. El hombre colgó y suspiro antes de mirar a su hijo y a la castaña.
—Han sacado a Derek Hale de la cárcel. —les informó.
Katherine se levantó del banquillo y fue corriendo hacia los vestuarios mientras Stiles terminaba de hablar con su padre.
Cuando entró, vio a Scott hablando con Allison antes de que se besaran. El pecoso llegó a los pocos segundos y abrió los ojos como platos al ver la misma escena que la chica.
Ambos se separaron y se despidieron con un pequeño beso. Allison comenzó a caminar hacia la salida y frunció el ceño al ver a los dos adolescentes.
—Stiles, Kath. —los saludó con una sonrisa.
—Hola, Allison. —dijo el chico.
—Ya hablaremos en casa tú y yo. —le dijo a su hermana.
Allison rio con las mejillas sonrojadas y salió del vestuario. Los dos chicos se acercaron a Scott, quien no se molestó en esconder la genuina sonrisa que adornaba su rostro.
—La he besado. —les dijo el hombre lobo.
—Lo hemos visto. —contestó su mejor amigo.
—Me ha besado.
—También lo hemos visto. No está mal, ¿eh?
—No se como, pero lo he controlado. Lo he reprimido. A lo mejor puedo hacerlo, quizá no sea tan malo.
—Sí. Hablamos luego. —dijo Stiles, no queriendo arruinarle el momento de felicidad a su amigo.
Scott lo detuvo antes de que alguno de los dos saliese —¿Qué? —preguntó el chico sabiendo que había algo que no le estaban contando.
—El forense ya a visto la otra mitad del cuerpo que encontramos. —comenzó el pecoso.
—¿Y? —cuestionó el chico impacientado.
—Bueno, te lo resumiré. El forense dice que el asesino de la chica es un animal y no un humano. Derek es humano, no animal. —''bueno, un poco animal sí que es'' pensó Katherine— Derek no es el asesino. Ha salido de la cárcel.
—¿Es una broma? —dijo Scott estupefacto.
—No, y ahora viene lo mejor. La chica ha sido identificada, las dos mitades.
—Se llamaba Laura Hale. —completó la castaña, haciendo que Scott habrá los ojos aún más impresionado.
—¿Hale?
—La hermana de Derek.
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