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𝐏𝐑𝐄𝐌𝐈𝐒𝐀
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"El año 1881 acabó tan
rápido cómo 1880 lo
había hecho."

"Éste, terminando de
manera muy buena
en realidad. Aunque
no se entendía, por qué
si todo estaba tan bien
y era tan próspero,
tanta gente estaba
muriendo también."

















❝𝑬𝑳 𝑭𝑰𝑵 𝑫𝑬 1881

Tal como se dijo, se hizo. El baile
de navidad fue uno de los planes
más perfectos para la captura
definitiva de aquel grupo que
había estado molestando tanto
durante todo el año.

     Habían llegado las familias al baile totalmente normales, invitadas a un evento de alta alcurnia, con una gran hipocresía plasmada. Aunque no contaban con que todos ya sabían de ellos, y solo estaban esperando el momento.

     Respecto a la familia Douglas, fue el primer objetivo. El plan salió bien, con un par de inconvenientes.

     Lauren se quedó en su habitación, pero no estaba sola, Frizzy y Ava quisieron quedarse con ella, Frizzy porque estaba algo asustada y Ava porque no quería estar en aquel baile simplemente. Además, quien también estaba con ellas era la maravillosa señora Evelyn, a quien habían invitado. Estaban las cuatro entonces, disfrutando un té durante todo ese tiempo, en el gran Salón del castillo, gente preguntaba por ellas, por Lauren sobretodo, pero se atinaba a decir que era un resfriado.

     Eugenia también había vuelto al fin y al cabo, traía una gran cicatriz que iba a ir sanando, pero en esos días Lauren se sintió contenta de volver a verla. Sobretodo en la mañana del 24 de Diciembre, el mismo día donde se daría el baile de navidad.

     Durante los momentos del baile propiamente dichos, solo podían escuchar. Lauren había prometido no salir de la habitación y no lo iba a hacer.

     Por seguridad habían avisado a todos en castillo, que disimuladamente iban a sonar tres campanadas casi a media noche aprovechando el pase al 25 de Diciembre, esa era la señal para que todos los sirvientes vayan a encerrarse donde pudiesen, lavandería, cocina, o cualquier almacén. Apagar las luces y agacharse. Porque si había algún tipo de resistencia era probable que los guardias tengan que acudir a la fuerza con sus rifles.

     Y sonaron las tres campanadas, la señora Evelyn se apresuró en apagar las luces de la habitación de Lauren y las cuatro sentadas en el sillón se encogieron tapándose los oídos.

     Mucha bulla empezó a sonar, un par de gente gritaba por el susto, pero no tenían que moverse. Se escuchaban a guardias reduciendo a gente a gritos y una gran agitación de los invitados normales, la gente que nada tenía que ver y no sabía lo que estaba pasando.

     Todo parecía ir como se esperaba. Pero por desgracia agresivos golpes en la puerta de la habitación de Lauren asustaron a las cuatro personas dentro. Pero tan rápido como habían llegado, desaparecieron a penas se escuchó un disparo, y un muchacho quejándose de dolor, para luego ser arrastrado. Se asustaron mucho, pero ninguna siquiera se levantó.

     Había ocurrido, que no todo salió tal y como era esperado.

     Hasta la llegada al baile de todo el mundo, todo bien. Incluyendo los Douglas, que llegaban campantes y honrados, porque era él primer baile Real al que habían sido invitados.

     Thomas no lo había visto en persona hasta entonces, conocía a su padre pero a Alex no. Era para él casi imposible fingir que le agradaba conocerlo, o sonreírle. Más cuando le empezó a hablar de la nada.

     Lo felicitó por su compromiso, rio y dijo que Lauren era un buen partido. Que la conocía, que eran amigos. Le hizo la pregunta de por qué se casaban en realidad, preguntando si es que había embarazado a Lauren y que no había más remedio que casarse, de cómo había logrado acostarse con ella, si hasta cuando ponían un solo dedo en su mejilla se retorcía del asco.

     Por supuesto y con toda razón Thomas se enojó, pero había de disimular. Dijo que no se había acostado con ella que Lauren no estaba embarazada, que se habían comprometido a toda costa, porque se querían y por fin podían estar juntos, que Dios y el tiempo los habían favorecido. Thomas se calmó al hablar.

     Pero Alex se rió con un gusto. Que obviamente el príncipe le preguntó a cerca de cuál  era el chiste. Alex agregó que era por el contraste, que Lauren era como un caballo salvaje y rebelde, que el príncipe parecía muy tierno y muy blando, que seguro estaba muy dominado. Alegando que, en los últimos tiempos las mujeres se daban muchos privilegios, Lauren no necesitaba un hombre que la obedezca en todo, Thomas no era un niño. Lauren necesitaba un hombre fuerte, varonil, y citando sus palabras "que sepa domarla, someterla y ponerla en su lugar de una sola bofetada"

     Thomas quería dejar de hablar con él y no pelearse, pero su cerebro había reaccionado tarde, cuando de la nada ya tenían a Alex Douglas agarrado del cuello de la camisa, medio elevado en el aire y siendo casi samaqueado, con el príncipe diciendo que no se atreva a volver a hablar así, luego lo empujó al suelo y lo dejó caer, las cosas se habían descontrolado un poco.

     A Alex no le gustaba perder. Era muy impulsivo, se levantó con todas las de apagar al príncipe pero mucha gente se interpuso entre ambos. Calmaron al príncipe, ni siquiera habían llegado las tres campanadas, no podía arruinar el plan. Tuvo que calmarse.

     Después perdieron a Alex unos minutos, se había ido al baño supuestamente y no podían atrasar más las campanadas, así que eso de decirle a Alex que Lauren lo estaba buscando se tuvo que cancelar.

     Ocurrió la captura, se redució a todas las familias inmediatamente, y a las no involucradas se las protegía con una especie de muros de guardias. Gente gritaba despavorida, asegurando su inocencia. Eso duró un buen momento.

     Para eso Alex había salido del baño hace rato, se asustó con aquella escena y aprovechó la oscuridad de todo para escapar por el segundo piso, todo estaba cerrado y no había donde meterse, tocó desesperadamente una puerta, sin saber que era la habitación de Lauren. Se pensó que quería hacerle algo a la gente ahí dentro, y se apresuraron en traerlo abajo, y a penas llegaron donde estaba uno disparó a su pierna a penas vio que volvería a escapar, reduciéndolo de inmediato, para luego arrastrarlo con los demás.

     Al fin lo más esperado se había dado, ya se había dado fin a ese mal tiempo.

     Ya todo estaba bien. Por fin.

     El Rey no pudo evitar agradecer a Dios y echarse a llorar un poco de emoción.

     Ya los tenían a todos, ya lo habían logrado. Igualmente a pesar de todo lo ocurrido Suecia celebró alegremente con sus aliados. Más porque ya tenían una deuda menos.

     Se procedió con las condenas a todas aquellas personas, pero sorpresivamente muchos de ellos prefirieron suicidarse antes de pasar tiempo en las cárceles. Más gente seguía falleciendo.

      Entre la gente que prefirió morir, estaban otras dos familias enteras y la madre de Alex. De su propia boca salía que ellos no estaban para una cárcel, eran gente importante, jamás irían a un lugar lleno de ratas.

     Pero sus crímenes fueron muy graves, los que no murieron asumieron su pena, con la posibilidad de no volver a salir de ahí.

     En caso de Alex fue diferente, a él lo dejaron en los calabozos del castillo. Porque para que funcione el plan de que su condena sea diferente, agregándole lo de Gemma Steele, tenían que sacarle una confesión primero. Igual seria condenado por estar involucrado con los Durrié Noveau, pero si querían ponerle agravantes y darle un castigo más fuerte, hacerlo pagar, al menos tenían que hacer de que su boca salga algo.

     Curaron su disparo, claramente. Rose decía que ese hombre tenía una mirada muy rara, que se había asustado. Que se sentía muy insegura a pesar del montón de guardias que siempre mantenían reducido al muchacho.

     Quedándose en el calabozo del castillo, se rehusaba a hablar, fuera lo que pase, le den golpes o le echen agua fría, se reía, y decía que de él no iban a sacar nada, que lo maten, que era más fácil, si ahora también la familia de él estaba muerta.

     No cedía, eso obligaba a que sean más duros, tenía que funcionar.

     Por otra parte tanto Thomas como Lauren estaban bien. Lauren se había preocupado al escuchar lo de la pelea, pero se tranquilizo cuando vio a Thomas completamente ileso. Lauren aún no vería a Alex, querían ver que tan lejos podían insistir para que hable, y ya si no lo hacía Lauren iría, a ella le iba a tener que responder o eso esperaban, de todas formas estaría totalmente protegida, Thomas también podía ir con ella.

     Quisieron subir los ánimos con una noticia, la boda podía ser en Julio, todo ya estaba solucionado. Julio podía ser casi el mes perfecto, era buena época del año. Ya no había nieve y el clima no estaba tan lluvioso.

     Solo había que elegir un día, ellos podían elegir, desde el primero hasta el último del mes, fue obvio para ambos que aprovechar esa coincidencia era lo que necesitaban, 17 de Julio, sin dudarlo.

     Ya tenían fecha, eso fue fantástico.

     Lastimosamente las cosas se veían opacadas, ya que en los primeros días de cárcel de las familias involucradas en Durrié Noveau habían sido asesinados todos, por misma gente que solía pertenecer a su grupo. Había sido muy tragico, todo en esa pequeña semana que faltaba para que se termine el año.

      Los asesinatos iban desde asfixia, puñaladas, hasta graves traumatismos. Sin duda no fue nada en protección propia, sino algo premeditado.

      Misma gente que pertenecía al grupo, que ya estaba en la cárcel desde hace meses, también fue suicidándose, algunos dejando notas, pidiendo perdón, u otros simplemente enloquecidos por el encierro.

      Las palabras del Duque rondaban la cabeza de Lauren.

Mucha gente había
muerto ese año.

     Demasiada.

     Gente buena, Louis, Harry, la madre Hope, el Duque y su familia. Gente mala, la familia de los Douglas, las que se habían suicidado y las que habían muerto en las cárceles.

     Como una especie de purga sin sentido. Donde en aquella metáfora del jardín podría decirse que por un lado Dios recogía sus flores más bellas como siempre, y que por otro lado desechaba las marchitas para que no vayan a afectar a los demás.

     Era extraño, la muerte siempre funcionaba demasiado raro. Era triste, por todos aquellos que eran extrañados y lo serían por siempre, por esos que tal vez no debieron irse, pero lo habían hecho de manera cruel.

     Lauren pensó mucho en la familia del Duque sin poder evitarlo, en Gemma, a pesar de que nunca la había visto. Un par de veces, se había terminado soñando con ella de la nada, en sus sueños le decía que todos estaban bien.

     Soñó con Louis y soñó con Harry, los dos estaban juntos en enorme campo verde lleno de flores amarillas, Louis estaba vestido sin su uniforme de panadero, con una camisa, pantalones de tirantes y un chaleco de lana, Harry estaba con sus elegantes ternos de siempre, pero sin el saco. En el sueño los veía de lejos desde algún punto en aquel campo, estaban tomados de la mano, riendo, muy felices juntos, la vieron y levantaron el brazo saludándola con una alegría preciosa. Y desde esa lejanía, Louis había gritado "Asistiremos a tu boda, te verás
tan bella de blanco" Y Harry había complementado "No llores, aquí todos estamos bien, conocimos a tus padres, tu padre es muy divertido dice que aprueba a Thomas, tú mamá le tejió el chaleco a Louis mira" señaló a su pareja, "Nuestras familias toman té juntos, son amigos" volvía a decir Harry hacia Lauren.

     Como si no fuese suficiente detrás de ellos apareció Vladimir Gees de repente, con su bastón. Como preguntándose por qué estaban haciendo tanta bulla. Acomodó sus gafas para ver a lo lejos, y cuando vio a Lauren también saludó agitando el brazo de manera entusiasta, volvió a voltearse y empezó a llamar gente.

     En el sueño Lauren no podía moverse, o cruzar hacia ellos, por más de que lo intentaba, había una fuerza y una barrera que controlaba a su cuerpo, no se podía mover.

     Vino la familia del Duque y el Duque mismo, Gemma volvió a saludar, la esposa le sonrió y el gran Duque hizo una reverencia, para que luego la familia vaya junto a Louis y Harry rodeando a ambos en un cálido abrazo.

     La señora Annighan apareció con cartas en las manos que iba leyendo, las cartas de Hope, saludó a Lauren, y le agradeció por su visita. "Yo voy de visita siempre también, de hecho la gallina me perseguía a mí no al príncipe, es que yo estaba al lado de mi marido" se explicó con una risa luminosa.

     Pero cuando apareció su mamá, en el mismo sueño empezó a llorar desconsoladamente. Más porque no se podía mover hacia ella, estaba igual que ese día, ese terrible día, con ese vestido tan bonito, con esa sonrisa que siempre le daba "Siempre te estoy cuidando, mi amor" le dijo. Lauren lloró más, no podía correr hacia ella. Y pudo desmoronarse cuando llegó su papá, el había sido el último en llegar y venía corriendo mostrando algo en alto, el reloj que le dio cuando murió, él lo tenía por alguna razón, eso la obligó a mirar su cuello, y ahí también estaba el reloj, eran el mismo, pero eran dos "Dáselo a Vincent cuando nazca, ese muchacho. Es igual a su abuelo" rió y Lauren no lo entendió "Te amo hija" dijo el hombre.

      Y ahí se despertó llorando desesperadamente. No creía que los sueños vayan a tener un significado divino, pero ese se había sentido completamente real. Le había provocado algo que jamás había sentido antes. Y empezó a llorar como no recordaba hacerlo. Hizo despertar a la gente que estaba cerca.

     Soñó eso justo en año nuevo. Después de la nueva fiesta que se había hecho, en la cual sí se pudo celebrar con gusto, que al fin la paz estaba en Inglaterra. Donde la muerte de toda esa gente mala, no tomó importancia, porque era el plan de Dios, o eso se decía. Ese dia también coincidía con ir al calabozo para intentar con Alex. Porque aún no cedía.

     Era de madrugada, casi las tres de la mañana cuando Lauren despertó, ya era primero de Enero, de 1882. Había despertado llorando de manera desconsolada el primer día del año. Fue el sueño más desgarrador de su vida, aquel campo verde, la gran distancia, no poder moverse para acercarse, quienes aparecieron ahí. Era algo entre el dolor y la emoción que era indescriptible.

     Tuvieron que ver si estaba bien, llegó Karoma, un par de sirvientas, Ava, Frizzy y Thomas, al que dejaron entrar en la habitación después de insistir. Lauren no podía hablar, seguía llorando mucho, mientras le preguntaban que había pasado, si se sentía mal, si le dolía algo.

     Después de un largo rato pudo decir algo de su sueño, no todo, porque era muy fuerte. Intentaron consolarla, pero no parecía ser una pesadilla. Desde el juicio no la habían visto llorar así.

     Nadie sabía como hacer que al menos pueda volver a dormir, porque seguía desesperada, y seguía llorando.

     Thomas ofreció quedarse con ella, en el gran sillón de la habitación, tal vez algo podían hacer. Los demás necesitaban dormir pero se habían preocupado mucho por Lauren. Thomas decía que obviamente la habitación estaría abierta, por si ellos querían ir saliendo poco a poco, pero que el se iba a quedar ahí toda la noche. Karoma estuvo de acuerdo al ver el estado de Lauren, que de tanto llorar en algún momento se iba a tener que dormir.

     Thomas la sostuvo en sus brazos y la sacó de la cama para sentarse junto ella en el sillón hacer que se abrace un poco a el, que pueda poner la cabeza en su pecho y acurrucarla con él, así lo hizo, Lauren aún lloraba, pero más despacio, poco a poco, posiblemente con su cuerpo ya cansado de hacerlo.

     Karoma en la oscuridad salió con una vela y regresó con una manta de lana con la que cubrió a la pareja, siempre por el frío. Thomas se lo agradeció.

     Cada quien se quedó un poco con Lauren, las dos sirvientas se fueron primero por ordenes de Karoma, algo preocupadas. Ava se fue cuando vio a Lauren empezar a dormirse en esas lágrimas, le dijo a su hermano que no vaya a despertarla y que él no se duerma por precaución y salió. Frizzy y Karoma se fueron cuando ya la vieron completamente dormida acurrucada en el pecho del muchacho. Preocupadas también.

     Y así quedaron las cosas. Thomas permaneció con Lauren, vigilando de tanto en tanto que el sueño que vaya a tener ahora no le provoque llanto de nuevo, la puerta estaba abierta para que cualquiera entre y vea que solo la estaba ayudando. No soltó su agarre, pasó delicadamente sus nudillos para limpiar uno que otro camino de lágrimas, o las largas pestañas aún húmedas, sus enormes ojos se habían hinchado un poco, se veían más grandes todavía, a pesar de estar cerrados.

       Una forma extraña de empezar el nuevo año.

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