Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝟎𝟏. the invisible thread


❛❛EP 1: EL HILO INVISIBLE ❜❜

𝗡𝗔𝗥𝗥𝗔𝗗𝗢𝗥 𝗢𝗠𝗡𝗜𝗦𝗖𝗜𝗘𝗡𝗧𝗘

Sofie no era precisamente escéptica cuando se trataba de lo sobrenatural. Después de todo, convivía con vampiros, brujas y demás criaturas que, para cualquier otra persona, serían solo mitos. Sin embargo, lo que acababa de escuchar desafiaba incluso su tolerancia hacia lo inexplicable. Era ilógico, absurdo y, francamente, irritante.

-¿La leyenda del mítico hilo rojo? -repitió Sofie, dejando escapar una risa sarcástica mientras cruzaba los brazos y observaba a Bonnie, quien seguía concentrada en su hechizo-. Por supuesto, sé perfectamente lo que es. Porque, obviamente, mi vida no tiene ya suficientes complicaciones.

Bonnie levantó la vista con una expresión seria, claramente sin paciencia para el sarcasmo de su amiga.

-Esto es serio, Sofie -replicó, con un tono más firme-. Los ancestros me han estado enviando señales... sueños.

-¿Sueños? -Sofie arqueó una ceja, intentando no mostrar interés, pero no pudo evitar inclinarse ligeramente hacia adelante-. ¿Qué clase de señales?

Bonnie dudó por un instante, como si no estuviera segura de cómo poner en palabras lo que había visto. Finalmente, respiró hondo y habló:

-He soñado contigo y... con Klaus.

El rostro de Sofie se crispó en una mezcla de incredulidad y horror.

-¿Qué? -preguntó, con una risa nerviosa que rápidamente se convirtió en un gesto de desagrado.

-Tú y Klaus... besándose.

Sofie dio un salto desde la cama de Bonnie como si hubiera tocado algo ardiente.

-¡Eso es ridículo! -exclamó, sacudiendo las manos como si quisiera borrar las palabras de su mente-. ¿En qué universo podría yo estar besándome con él?

Su indignación creció mientras enumeraba, casi sin respirar, los motivos por los que aquello era imposible.

-Es el mismo hombre que asesinó a mi tía, Bonnie. El mismo que casi mata a mi hermana. El mismo que convirtió a Stefan en el Destripador otra vez. ¿Y ahora vienes a decirme que, según tus sueños, yo debería estar besándolo?

Bonnie mantuvo la calma, aunque sus ojos reflejaban cierta incomodidad.

-Sofie, yo tampoco entiendo por qué estoy viendo esto. Solo sé que los ancestros están intentando decirme algo.

-Bueno, diles que se equivocaron de persona -espetó Sofie, paseándose de un lado a otro de la habitación-. Klaus es... es un monstruo. No hay nada que lo conecte conmigo.

Bonnie observó a su amiga con una mezcla de empatía y preocupación. Aunque no lo dijera en voz alta, sabía que los ancestros rara vez enviaban mensajes sin un propósito. Si Klaus estaba involucrado, por más improbable que pareciera, había algo más grande en juego.

Sofie, sin embargo, no estaba lista para considerarlo. Todo aquello le parecía una broma de mal gusto del universo, y se negaba a creer que el destino pudiera estar entrelazando su vida con la de alguien que representaba tanto dolor y oscuridad en su historia.

-Mira, Bonnie -dijo finalmente, deteniéndose y cruzando los brazos-. Haz tus hechizos, investiga lo que quieras, pero déjame fuera de esto. Porque te aseguro que, si Klaus se acerca, no será para besarlo. Será para acabar con él.

Bonnie suspiró, pero no respondió. Sabía que, en el fondo, Sofie no podría ignorar aquello por mucho tiempo.

Sin decir otra palabra, Sofie salió de la habitación de Bonnie y regresó a su casa.

Una vez allí, se dejó caer en el sillón con el teléfono en la mano, donde la pantalla mostraba una foto de Stefan como fondo de pantalla. Sus ojos se nublaron mientras un torrente de recuerdos inundaba su mente.

Sofie recordaba el día que conoció a Stefan como si hubiera sido ayer.

Caminaba rápidamente hacia el baño, sus manos temblaban y sus ojos estaban llenos de lágrimas. Algo en su interior parecía romperse, y no podía explicarlo. Ignoró a quienes la saludaban, demasiado concentrada en su propio dolor.

De repente, alguien la detuvo.

-¿Estás bien? -preguntó una voz suave y preocupada.

Era Stefan. Sus ojos reflejaban una mezcla de empatía y genuino interés. Sofie, incapaz de responder con claridad, apenas pudo susurrar:

-No.

Sus piernas flaquearon, y Stefan reaccionó de inmediato, cargándola hacia la enfermería. Permaneció a su lado hasta que despertó, esperándola pacientemente con esa tranquilidad que parecía envolverlo.

Otro recuerdo la golpeó: el día que vio a Stefan y Elena besándose. La imagen era clara, casi dolorosamente vívida. Había sido un momento que la desarmó por completo. Su corazón se rompió en mil pedazos mientras intentaba convencerse de que no importaba, que no podía sentirse así por alguien que, claramente, no la veía de la misma forma.

Sofie soltó un suspiro tembloroso y miró la pulsera que llevaba en la mano. Era un regalo de Stefan, un recordatorio de los momentos en los que él había estado para ella. Pero en ese instante, el objeto parecía pesar como una roca.

-Qué estúpida soy... -murmuró, dejando caer la pulsera al suelo mientras las lágrimas recorrían su rostro.

Decidida a alejarse de todo, Sofie se saltó las clases y se refugió en un parque solitario. Allí, en medio de su angustia, intentó destrozar la pulsera con sus propias manos, ignorando el daño que se hacía en el proceso.

-Sofie, detente. Te estás haciendo daño.

La voz de Damon la sacó de su tormento. Antes de que pudiera reaccionar, él sujetó sus manos con firmeza y la abrazó.

-Tranquilízate -susurró, con un tono inusualmente cálido para él-. No vale la pena que te lastimes así.

Sofie rompió a llorar en su pecho, dejando salir todo lo que había contenido. Damon no dijo nada más, simplemente la sostuvo, permitiéndole liberar el dolor que llevaba dentro.

Las lágrimas que caían por sus mejillas la devolvieron a la realidad, aunque apenas podía distinguir el presente de los recuerdos que la asaltaban. Era como si cada lágrima llevara consigo un pedazo de su pasado, un eco de momentos que creía enterrados, pero que aún la perseguían.

Entonces, un recuerdo en particular la golpeó con la fuerza de un huracán. El día que Stefan le dijo que la quería. El día antes de que se fuera. El día en que la besó por primera vez.

Había sido un atardecer de tonos cálidos, con el sol tiñendo el cielo de naranjas y púrpuras. Sofie y Stefan estaban en el porche de su casa, sentados juntos, aunque las palabras parecían escapárseles a ambos. Había una tensión palpable, como si ambos supieran que algo importante estaba a punto de suceder.

-No quiero que te vayas -susurró Sofie, rompiendo el silencio. Su voz era apenas un hilo, cargado de emociones que no sabía cómo expresar del todo.

Stefan la miró, sus ojos reflejaban algo que ella no había visto antes: una mezcla de ternura y dolor.

-No es algo que quiera hacer -dijo él finalmente, inclinándose hacia ella-. Pero es algo que tengo que hacer, para salvar a Damon.

Sofie bajó la mirada, tratando de contener las lágrimas que ya amenazaban con traicionarla.

-Siempre haces lo correcto, ¿verdad? Siempre el héroe.

Stefan dejó escapar una risa suave, pero había tristeza en ella.

-No soy un héroe, Sofie. Ni siquiera estoy cerca de serlo.

Hubo un momento de silencio, uno que pareció alargarse eternamente. Entonces, Stefan levantó la mano y rozó suavemente el rostro de Sofie, limpiando una lágrima que escapaba de sus ojos.

-Pero hay algo que quiero que sepas antes de irme.

Sofie levantó la mirada, encontrándose con la intensidad de los ojos verdes de Stefan. Su corazón parecía detenerse mientras esperaba sus siguientes palabras.

-Te quiero, Sofie. Siempre lo he hecho.

Ella apenas tuvo tiempo de procesar lo que él había dicho antes de que Stefan se inclinara y la besara. Fue un beso lleno de sentimientos reprimidos, de promesas no dichas y de una conexión que ambos habían evitado reconocer por demasiado tiempo.

Cuando el beso terminó, Stefan apoyó su frente contra la de ella, cerrando los ojos como si quisiera grabar ese momento en su memoria.

-No importa lo que pase, Sofie. Siempre te querré.

Aquella confesión había llenado su corazón en su momento, pero ahora, mientras el recuerdo se desvanecía, todo lo que quedaba era un vacío. Stefan se había ido, y con él, la promesa de algo que nunca pudo ser.

Las lágrimas regresaron con más fuerza mientras Sofie se abrazaba a sí misma, intentando mantener juntos los pedazos de su corazón roto.

NOTA DE LA AUTORA !!

Hola, gente bella aquí les traigo el primer capítulo que está algo triste, el siguiente capítulo será publicado el sábado de la semana siguiente así que estén pendientes e ignoren que lo republique en la madrugada.
Sin más que decir besos y nos vemos el sábado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro