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20

«JABBERWOCKY»


LAS PERSONAS gritaron por humo verde y esa estruendosa risa, cayendo en medio de los villanos y el hada madrina. Una vez aterrizó, se mostró la imagen de Maléfica.

—¡Sorpresa! —gritó emocionada.

—no puede ser... No te quiero aquí, madre —Mal la miró con tristeza.

—que graciosa —carcajeo —es muy gracioso... Ahora —se puso seria —dame la varita. Rápido.

—¡No! —Ben gritó suplicante, Mal la lanzó a manos del hada madrina que la atrapó.

—¡Bibidi, Babidi...! —quiso lanzar un hechizo, pero fue interrumpida.

—¡Bu! —terminó burlona antes de alzar su cetro y petrificar a todos.

Heart giró viendo las expresiones asustadas en las que se habían congelado los invitados. Ben estaba protegiendo a su madre y a punto de gritar, el hada madrina a mitad de hacer su hechizo. Teo a un lado del rey Bestia.

—¿Qué? —Malefica preguntó para después reír. Heart notó a Chad, abrazado a Doug, asustado y rodó los ojos. Maléfica camino a quitarle los lentes al rey Bestia y morderlos —uy, en otros tiempos, en otros tiempos... —murmuró coqueta.

—iugh —Heart hizo una mueca de asco. Maléfica le volvió a poner los lentes.

—¿Iugh?

La miró cínica acercándose a Teo, Carlos y Jay sostuvieron a Heart para que no avance molesta.

—verlos llegar juntos y a tú madre gritar molesta, eso es Iugh. —arrojó lejos el sombrero de Teo, luego le quitó la varita al hada madrina —oh, no, no, alguien debe cortarse el bello de la nariz —picó la varita en la nariz del hada —¿Por dónde empezaré? —se colocó delante de ella —lo tengo ¿Por qué no empezamos deshaciendonos de esto —con magia le quitó el anillo de Ben a Mal —¡Perfecto! ¿Verdad? Oh, perdóname, los cuernos, los cuernos —pasó por debajo del brazo del hada madrina.

Heart no entendía cómo ella era la emperatriz del mal cuando su madre era mucho peor.

—¿Por qué se enamoran? —Malefica desacomodó la corona de Ben —es ridículo. No es lo que tú quieres.

—¡Tú no sabes lo que quiero! —Mal se defendió —Mamá ¿Alguna vez me preguntaste a mi que era lo que quería? Somos distintas.

—es evidente, he tenido años, años, años y años de práctica malévola. Ya lo lograrás...

—no, no quiero hacerlo —insistió la pelimorada —y desearía que tú jamás hubieras logrado ser tan mala... El amor no es débil, ni ridículo ¡en realidad es algo asombroso!

—yo sé una cosa, jovencita —habló con seriedad —¡No debe haber lugar para el amor en tú vida! —la señaló con la varita.

—¡Te ordeno, te mando, varita a mi mano! —Mal se cansó, hechizando el objeto que con dificultad se escapó de la fuerza de Maléfica y voló a ella. Sorprendiendolos a gran escala —¡Se la quite!

—yo creo que no... Esto ya es tedioso, inmaduro —Su madre divagó molesta —¡La varita, dame la varita! —vociferó cómo niño encaprichado.

—Resiste, Mal, puede que el bien sea más poderoso que el mal —Carlos se acercó a alentarla. Maléfica soltó una carcajada.

—Qué divertido ¿Es en serio? —Ladró para asustarlo, pero solo enojó a Chico que corrió a ella. Maléfica lo atrapó pero se quejó bajandolo —ahg, ah, apestas —lo tiró al suelo.

Jay se acercó, dispuesto a quitarle el cetro con la piedra verde, pero Maléfica sonrió burlona acercándose a él y tocando su brazo.

—uh, Gastón te envidiaría —Alagó antes de pellizcar su frente, lo que lo tiró —¡Se acabó! Todos van a arrepentirse de esto —comenzó a envolverse en el humo verde otra vez.

Heart suspiró, sabiendo que si a Chico no le afecto el hechizo, a su Jabberwocky tampoco.

—Yo jamás me arrepiento —Heart dió dos pasos antes de inflar aire y gritar con el rostro enrojecido de cólera —¡Jabberwocky!

Respiró agitada, pero retrocedió asustada viendo a Maléfica que se había convertido en un enorme dragón. Ella miró a la pelirroja que quiso retroceder, pero lanzó fuego por la boca y Jay salto para empujarla lejos. Rodando en el suelo.

Se miraron asustados.

—Te toca correr —Le murmuró viendo a su amiga.

—Eso no quita que odie hacerlo —se quejó antes de que el chico se levanté y la ayude a reincorporarse para tirar de su mano y correr.

Fueron juntos a un lado, metiéndose entre los invitados, más Maléfica apareció interrumpiendo su huida.

—¡Vamos, corran chicos! —Carlos les gritó.

Jay volvió a tirar de la mano de la pelirroja que en algún punto había perdido sus tacones. Dieron la vuelta, escuchando el rugido de Maléfica. Volvieron sobre sus pasos, otra vez a la alfombra azul, queriendo apresurarse a las escaleras y subirlas.

Al llegar al final, otra vez Maléfica los había acorralado.

—¡Rápido!

—¡Chicos corran!

—¡Heart, Jay!

Giraron sobre sus talones asustados de morir por los enormes dientes de Maléfica. Corrieron de vuelta, con el dragón detrás suyo y sus amigos gritando desesperados.

Justo cuando Heart y Jay gritaron oyeron un vidrio quebrarse para caer por el suelo que tembló.

Heart logró poner sus manos delante suya para amortiguar su caída, miró a su lado a Jay que se quejó de dolor. Se observaron mutuamente para guiar sus ojos detrás suya.

El jabberwocky había entrado y aterrizado detras suya, abrió sus alas protegiéndolos y rugió fuertemente en contra de Maléfica que retrocedió hasta chocar contra una pared alta del lugar.

Evie y Mal se sorprendieron cuando pudieron admirar al Jabberwocky que tanto Iracebeth alguna vez contó con emoción.

Era alada con el cuerpo de dragón, bigote largo, cabeza cuyo aspecto da un aire a un pescado, antenas de insecto y un par de garras como manos en sus dos grandes brazos y en sus gigantescas alas, que demostró que también servían como patas delanteras cuando cayó sobre la azulada alfombra.

—¡Si! —Chilló Evie feliz mientras Mal suspiraba feliz —esperen... ¿Qué?

—ella gritó jabberwocky —Mal murmuró confundida. Vieron a Carlos que sonrió inocente.

Heart se levantó veloz y tomó la mano de Jay para levantarlo. La pelirroja corrió hasta estar delante de su dragón que se agachó.

—Mi dueña —Habló con voz intimidante, Heart sonrió acariciando el rostro de la intimidante bestia que cada tantos segundos dejaba salir su lengua cómo si fuese una serpiente.

—Mi bebé —sonrió con orgullo antes de girarse a Maléfica que rugió dispuesta a volver a atacar —Que valga la pena arriesgar tú descubrimiento... —susurró antes de que la cola del jabberwocky la envuelva para subirla sobre su lomo.

Heart se aferró a las escamas del dragón de ojos rojos. La bestia se alzó en el aire hasta estar al mismo nivel que Maléfica.

—¡Muevan a las personas! —Gritó a los cuatro villanos de abajo que comenzaron a acatar su orden. Heart observó a Maléfica sonriendo —... Porque aquí habrá un desastre.

Maléfica lanzó su fuego a su vez que el Jabberwocky de su boca comenzó a surgir una electricidad violeta que escupió a través de un gran rugido. Ambos elementos chocaron en medio, logrando emanar gran luz y viento que hizo a los únicos posibles de moverse agacharse.

La princesa roja vio cómo poco a poco el eléctrico morado avanzaba, achicando el fuego que soltaba Maléfica. El Jabberwocky avanzó mientras el otro dragón retrocedía perdiendo fuerza.

—Acabala —Le susurro al animal de escamas negras, poco pelaje y garras filosas.

El Jabberwocky intensificó su rugido y Maléfica cayó al suelo siendo electrocutada. Heart bajó con su dragón, hasta volar con lentitud y aterrizar detrás a un lazo de Maléfica. El Jabberwocky alzó una de sus piernas y la presionó contra Maléfica para impedirle levantarse, hoyendo una queja de ella.

Heart bajó, siendo ayudada por Jay y Carlos. Se acercaron hasta las dos villanas.

—Esta pelea no es mía —Heart le sonrió a Mal que le agradeció pasando a su lado, parándose delante de su madre que aún era detenida en el suelo.

—No quiero que metas a mis amigos en esto —señaló agachándose, sus ojos se volvieron en un eléctrico verde. Maléfica, aún que estaba débil, no quiso dejarse intimidar por su hija e imitó su acción —no hay fuerza del mal que logré ganar si cinco corazones se ponen juntos a luchar... —Susurró, comenzando a elevar la voz —no hay fuerza del mal que logré ganar si cinco corazones se ponen juntos a luchar ¡no hay fuerza del mal que logré ganar si cinco corazones se ponen juntos a luchar!

Heart tomó la mano de Carlos, Evie estiró su mano para tomar la de la pelirroja y luego la de Jay. Los cuatro detrás de Mal que trataba de ganar el duelo de miradas con su madre, verde mágico contra verde mágico.

Hasta que Maléfica rugió y desapareció en el mismo humo en el que había llegado. La enorme pierna del Jabberwocky cayó al suelo, al perder el soporte del dragón. Mal miró sorprendida a sus amigos.

—Oh... —vieron al hada madrina despertar, ella alzó la mirada y se espantó —¡Oh! —gritó viendo al Jabberwocky.

—¡Tranquila! —Gritaron juntos poniéndose delante del dragón y se vieron para soltar una risa. Heart avanzó un paso —sé que probablemente me lleven de vuelta a la isla por esto, pero hada madrina, robe el huevo del museo porque ya sabe... Ya nos hoyo antes, queríamos gobernar el mundo y bla, bla, bla. ¡Pero juro que es bueno! Lo mantuve oculto y enseñándole cosas —explicó calmando la adrenalina de su cuerpo.

—si la van a devolver a la isla por eso, a mi también. Yo burle el censor del museo y también cuide del Jabberwocky —Carlos avanzó un paso, Heart lo miró acusatoriamente pero, por primera vez, Carlos no se quiso dejar intimidar por ella.

Si ella se iba, él también.

—yo mantuve al dragón en mi cuarto y le enseñe a hablar fluido, asi que, también estoy en esto —Jay se colocó a un lado de sus dos amigos —pero oiga, mientras usted estaba... Petrificada, este dragón se enfrentó a Maléfica para salvarlos a todos.

El hada madrina vio a los tres villanos cuidando y protegiendo al enorme dragón que se encontraba en silencio. Evie y Mal también se pusieron a su lado, mostrando que le daban la razón. La mujer suspiró con una sonrisa.

—les creo —Asintió aliviandolos, antes de poder decir algo más, vieron al Jabberwocky agachar su rostro y reír. Lo vieron confundidos, hasta que notaron que entre medio de sus garras salía una lagartija.

—¿Esa es mi madre? —Se apresuraron a acercarse.

—tranquila, tranquila —Le dijo a Mal —tú madre lo hizo, se encogió al tamaño del amor en su corazón. Así que está muy... Pequeñita.

—no la pises —Le pidió Heart al enorme dragón que retrocedió un paso.

—¿Será tan pequeña para siempre? —Mal se agachó a ver a su madre.

—bueno, para siempre es un largo tiempo —le sonrió cariñosamente —tú ya sabes amar, ella lo hará —Mal río con suavidad.

—evidentemente, esto es suyo —le entrego la varita que aceptó. El hada levantó el anillo de Ben del suelo.

—y evidentemente esto te pertenece a ti —se lo entregó. Ambas se levantaron —Todos han aprobado con diez la clase de bondad —Los felicito haciéndolos reír. Pronto se puso seria —pero ustedes tres tendrán una semana de castigo por robar en el museo —Aplanaron los labios compartiendo una mirada.

—mejor, no quería volver a la isla —Carlos los hizo reír.

—Bien, debo despertarlos. Pero se asustarán si ven a... —vió al enorme dragón.

—Jabberwocky, ve al lago. Luego iré a buscarte —Heart se giró a acariciar su rostro —no nos separaran...

—Mi alma no lo permitiría —Negó la criatura.

Retrocedieron por los fuertes aleteos del dragón que se alzó para salir por el cristal que había roto al entrar. Se giraron al hada madrina que suspiró al ver los daños, los miró y ellos sonrieron cómo angel que no hizo crimen alguno. Ella también sonrió antes de alzar su varita.

—¡Bibidi, Babidi, bu!

Vieron a todos despertar, Ben gritó corriendo molesto al igual que su papá gruñó como bestia. Mal detuvo a Ben.

—okey, okey, ya —lo palmeó riendo —tranquilo, ya lo solucionamos —Ben sonrió antes de alzar en el aire y hacerle dar vueltas a Mal que reía.

—La próxima vez yo te rescato ¿Okey? —pidió feliz.

—si... Qué tal si no hay próxima vez ¿Okey? —Pidio Mal tomando el rostro del chico para abrazarlo y también desacomodar otra vez su corona —ya vuelvo ¿Me esperas?

Heart volteó, buscando con la mirada a Teo que estaba buscando su sombrero. La pelirroja fue a tomarlo, sabiendo dónde lo había tirado Maléfica. Se acercó al castaño que chocó con ella, él la miró soltando una risita nervioso. Esas risitas que ella comenzó a adorar.

—Yo... —Quiso hablar jugando con el sombrero de Teo.

—No tienes que explicarlo, ya te disculpaste —Negó encogiéndose de hombros. Heart no podía terminar de comprender cómo era tan comprensivo.

—Pero Teo...

—¿Qué? No es difícil, viniste con un plan malévolo con tus amigos por orden de sus padres, quisieron tomar la varita y liberarlos pero se encariñaron —Comenzó a hablar quedando sin aire —aún que Mal dijo que te encariñaste con nosotros y eso me hace creer que también te encariñaste conmigo, lo que le pone feliz siendo que yo te dije que sentía...

Heart lo interrumpió llevando una mano a su nuca y trayendolo para estampar sus labios con los suyos. Besándolo.

Con la otra mano, le coloco el sombrero en su cabeza, así bajarla y ponerla en su mejilla. Dándole un suave y tierno beso al castaño que cerró los ojos por inercia, sintiendo su corazón palpitar con tanta fuerza que lo oía con claridad. Llevo sus manos a su cintura, con tanta suavidad y cuidado, con miedo a lastimarla cómo si fuese un cristal.

—¿Ya te callas, gorritos? —le pidió alejándose, con una enorme sonrisa. Teo suspiró, sonriendo aún más que ella.

—No... —negó, ahora subiendo una mano a la mejilla de Heart para atraerla otra vez y probar esos labios que eran la mejor sensación, con sabor a té de frutilla.

—oye, oye, ya está —Carlos tiró de Teo para alejarlo, haciendo reír a los que veían la escena. La pelirroja tomó la mano del peliblanco para ir con sus amigos, Teo fue detrás de ellos con el ceño fruncido cómo niño. Molesto con Carlos.

Heart se abrazó a Mal, que le sonrió guiñandole el ojo. Gabriella se abrazó a Carlos y Teo, mientras Damián tomaba de la cintura a Evie que sostenía a Ben. En medio de ellos, entre Mal y Damián, estaba Jay que vociferó con diversión.

—¡Que inicie la fiesta ya! —rieron para comenzar a cantar juntos —¡Oh, eh, oh, eh!

Heart miró al sombrerero que estaba a unos centímetros de distancia, él la observo sonriendo con sus cejas arriba y notaron que ese era el comienzo de su gran historia. Pero había que pasar por muchos obstáculos para que el hijo del sombrerero loco y la reina roja tengan su propio final feliz.

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