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12

«TRAICIÓN»


TEO IBA CAMINANDO diez pasos adelante de sus amigos, iba apresurado, jugando con su anillo de compromiso. Quería ver a Heart, necesitaba saber que estaba segura, no le gustaba estar lejos de ella cuando estaban en peligro... Si le dieran una moneda por cada vez que le pasó, tendría dos, lo que no es mucho pero le alcanzaría para comprarse una aguja nueva.

—Teo, ve más despacio —Carlos le pidió, ayudando a Gabriella a pasar sobre una roca.

Habían encontrado a casi todos los que faltaban de su grupo. A Gabriella, que se lanzó al lago encantado con Isla para evitar que la neblina de Audrey las haga dormir, y a Ben. Audrey lo hizo bestia y pudieron salvarlo, pero le quedó algo más de cabello y colmillos.

—no tenemos tiempo, Audrey se convirtió en Malaudrey y está buscando venganza porque MaliMalita le robó el noviecito y Corazón le quitó su trono, los detesta, lo que es una locura de las locuras que no me gustan estando loco, ya que es imposible no quererlos, yo los quiero —hablaba, quedando sin aire —¿No les parece una locura de esas locas, pero locas hasta para los locos...?

—¡Teo! —le gritaron todos.

—asi me llaman, no lo gasten... —frenó, susurrando en un hilo de voz y respiró una gran bocanada de aire —ahora me suena rara la palabra locura, locura, locura, locura...

—Alguien que le pegue, así se reinicia —Pidió Harry blanqueando los ojos.

—no —negó Ben, llegando a un lado de su amigo y colocando una mano sobre su hombro —ya estamos llegando, ¿qué ocurre? ¿es por Uma? ¿son celos?

—¡no estoy celoso, solo que no me gusta que mí prometida, amor de mí vida, madre de mi futura hija que aún no está planeada, dueña de mí corazón esté cerca de su ex-novia que aún está enamorada de ella! No, no, enamorada no ¡Obsesionada! —Lo tomó por los hombros, casi paranoico y Ben lo miró con las cejas alzadas. Luego, Teo olfateó el aire y miró ceñudo a Ben —ya te echaste a perder ¿Hiciste tus necesidades como bestia?

—¿Qué? No —negó confundido —ah... No que yo sepa. —se rascó el cabello.

—ah, no, son tus pulgas —lo soltó y se giró, comenzando a caminar de nuevo rápido.

—¿tendré pulgas? —susurró asustado.

—¡Pues no me las pegues! —Chico le pidió, en brazos de Jay que veía a Isla no dirigirle la palabra.

—una vez puse una pulga, le puse Pulgarcito —Gabriella contó, dando saltitos mientras Carlos sonreía —luego... Creo que se le pegó a papá —miró a la Liebre de Marzo que iba desmayada sobre el hombro de Gil, quien se encargaba de llevarla porque se había desmayado del susto cuando Ben le rugió como bestia.

—lo que me costó sacársela —refunfuñó el conejo blanco, saltando a un lado de Harry.

—...locura, locura, locura, locura —Teo seguía susurrando y Ben suspiró.

No podía creer que estaban hablando de pulgar mientras su ex novia trataba de gobernar el mundo.

Cuando llegaron a la casa, vieron a Heart salir al segundo, Teo frenó y sonrió antes de correr, Heart caminó rápido y lo abrazó, el sombrero de él cayó pero no le importó, solo alzó a su novia en el aire y le hizo dar vueltas sobre sus pies, riendo de una forma que lograba enternecerla.

—¡corazón! No sabes lo que pasó, encontramos a Ben transformado en bestia, así como su padre ¡Cómo Audrey me hizo a mí! —se señaló, dejándola en el suelo y tomando sus manos entre las suyas, le robó un escaso y rápido beso y continuó, haciéndolos reír —la Liebre lo encontró y Ben le rugió, entonces se desmayó del susto, luego, Carlos casi lo calmaba porque parecía reconocerlo pero Gabriella e Isla llegaron con pistolas de agua del lago encantado y ¡Pium, pium! Curaron casi del todo a Ben... —se quedó sin aire y Heart lo soltó para colocar su mano en su rostro, calmandolo.

Ella iba a decir algo, pero sintió unos brazos rodearla desde atrás y sonrió al saber que era Gabriella, volteó contenta y la abrazó de vuelta.

—¡Creí que habías faltado a mí cumpleaños! Estaba muy triste, pero luego vi que solo estabas salvando el mundo ¡aún así te traje orejas! —sacó de detrás suya una vincha de orejas que Heart tomó con una sonrisa.

—gracias, Gabi —besó su frente y miró al resto, Ben iba a abrazarla pero Heart lo frenó —Ah... Abrázame cuando no tengas dudosa higiene de perro, BennyBoo.

—¡Oye! —Chico se indigno. A su lado estaba el conejo blanco con la pequeña lagartija que parecía ser el Jabberwocky sobre su hombro y al pollito que debería ser el pájaro JubJub en sus manos.

—Entonces supongo que rechazaras mí abrazo también —Isla comentó, escurriendo su vestido. Heart la miró con burla —no comentes nada o lloraré.

Antes de decir algo, vieron al resto salir de la casa y no tardaron en unirse en fuertes abrazos, largando toda preocupación que habían acumulado estando lejos. Todos se alejaron y vieron a Ben abrazado a Mal.

—yo sabía que serías parte de la solución —le dijo a Uma que sonrió, alzando la taza de té que estaba bebiendo.

—¡Uh estaba muerto de sed! —Gil le robó la taza y bebió.

—¡Oye! —Uma se la arrebató.

—adentro hay para beber y comer, hay que alistarse para ver cómo vencer a Audrey —Heart señaló dentro.

—¿qué es esto? —Mal vió la barba de su novio, caminando abrazados dentro.

—¿ah? Si, ¿te gusta?

—es interesante... Es adorable.

—y tiene colmillos también, cuidado, MaliMalita. —Rieron al oír a Teo.

Todos fueron dentro y la Liebre dió un salto antes para quitarle la taza a Uma que se negó a discutir con un animal. La liebre olfateó y se la tendió al conejo blanco que también la olió. Por último, se la pasaron a su hija, Gabriella la tomó y también la olfateó.

—¿Es...? —susurró confundida y Heart se puso a su lado, cruzada de brazos —¿es lo que creo, corazón?

—por supuesto —sonrió y Gabriella comenzó a chillar —tengo un plan, tu tranquila.

—¡Esto será fantástico! —Chilló abrazándola —estoy tan emocionada ¡Ni siquiera se la razón del por qué lo hiciste, pero me alegra!

—es como drog...

Antes de que diga algo, Heart tomó de los bigotes al Conejo Blanco y lo señaló.

—Ni una palabra, Conejo, o te meteré tus dientes para adentro —le advirtió haciendo que el animal trague. Gabriella picó el hombro de Heart para que suelte a su padre y ella lo hizo, el conejo se quejó y la Liebre rió señalando burlón a su esposo que le arrancó un bigote.

—¡Auch! ¡Oye!





Entraron dentro de la casa y comenzaron a oír como hablaban sobre el plan.

—de acuerdo, fuimos en busca del hada madrina —hablaba Ben, bebiendo el té mientras Teo olía la tetera extrañado, Carlos lo observaba curioso —pero estaba de piedra. No encontramos a nadie, estamos solos. Ni siquiera a Sonriente.

—ah, nosotras lo vimos, BennyBoo —Heart hizo un ademán, llamando su atención —sabemos dónde está Audrey, solo debemos acorralarla y entre nosotros... Lograremos derrotarla —se encogió de hombros.

—lo dices fácil, es encontrarla y derrotarla, la idea si, pero ¿Y el plan? —Obvió Isla —yo quiero arrancarle cada mechón tenido que tiene —objetó y Jay comenzó a masajear sus hombros pero ella le pegó un manotazo —tu no me toques.

—Las paredes... —Gabriella señaló —escuchan. Ellas escuchan.

Comenzaron a mirar a los lados, pero no encontraron nada allí, así que vieron a la niña sonreír fascinada y luego a Carlos. Él se encogió de hombros.

—Audrey nos está escuchando —Heart obvió —por eso, necesitamos un lugar donde tengamos ventaja. Así que prepárense.

—¿Por qué tanto misterio? —se quejó Harry.

—le quitan la diversión a todo —Heart blanqueó los ojos, girandose con su anaranjado cabello y pegándole con él en el rostro a Gil. —los espero afuera.

Teo le pasó la tetera a Damián y él la olió confundido, los dos se miraron ceñudos hasta que abrieron en grande los ojos y salieron corriendo detrás de Heart con la tetera.

—¿Son así de raros siempre? —Uma cuestionó, viendo que Teo volvía rápido para tomar su sombrero y salir.

—estan dementes.

Una vez fuera, Heart abrió el envoltorio de su chupetín de corazón y lo comió sonriendo. Al ver su forma, sus oídos recordaban el sonido de un corazón latiente recién sacado del pecho de una víctima, lleno de sangre y de pena, lo que la hacía reír sola.

—Corazón, creo que te equivocaste de té —Teo se acercó a tomar su mano y acariciarla.

—No, no lo hice. Damian, necesito que busques tu horrosa espada y armadura. Necesitaremos todo el apoyo posible —sonrió con malicia, escuchando al resto salir detrás.

—uff, que bueno, creo que es hora de encargarnos de esta Audrey —Uma comentó, el sol ya había caído y el color anaranjado gobernaba el cielo —¿qué dicen? ¿no es hora de terminar? —se paró en medio de Heart y Mal, chocando puños con ambas. Teo miraba con ojos entrecerrados a Uma.

—algun día expliquenme como terminaron en el mismo equipo —Ben rió, comenzando a caminar con ellos a paso lento. Teo entrelazó su mano con Heart y tomó de su boca el chupetín para llevarlo a la suya, aparentemente indignado.

—no me gusta —comentó mordiendo el dulce y Heart blanqueó los ojos.

—en realidad, Mal prometió liberar a todos los niños de la isla en cuanto todo termine —Evie comentó risueña y orgullosa.

—¿Mal?

Todos frenaron ante el tono confundido de Ben, lo que era la primera mala señal. Mal frenó su paso también, en su rostro se comenzaba a mostrar aquello que Heart más odiaba: la mentira. Mal tenía un rostro arrepentido, dudoso, tal como un niño a punto de admitir que le había robado a su madre dinero para ir a los juegos.

—tengo que decirles algo más... —suspiró —ahm... Hay algo que no es cierto —negó, con todos los ojos puestos en ella, expectantes y poco a poco comenzando a desilusionarse —los chicos no podrán salir de la isla.

—¿de qué hablas? —cuestionó confundido Jay.

Heart comenzó a apretar el agarre en la mano de Teo que mordió con más fuerza el dulce, rompiéndolo al fin. El silencio se instaló en el bosque.

—el programa se cerró... —negó la pelimorada —y la barrera ya no volverá a abrirse.

Como una abofeteada, a cada uno se le dió un golpe de realidad. Pensando en lo que implicaba eso.

Una parte de Heart se alivió, eso significaba que nadie jamás se enteraría que su madre fue asesina por ella... Sin embargo, no le interesaba. No cuando abandonaba a niños en la pobreza, condenados tal vez a ser como ella antes de conocer Auradon. Condenados a no saber lo que es tener cuatro comidas al día, reír, jugar, amabilidad, empatía... Condenados a no conocer el amor en su máximo esplendor.

El primero en enojarse fue Harry que gruñó furioso.

—Auradon se defiende —Ben trató de defenderlos y Harry rió cínico.

—aguarden... —Uma caminó hasta estar en frente de Mal —salvaremos a tu preciado pueblo y sus vidas... ¿Por un engaño? —suspiró con pura decepción —Fue un error confiar en ti. No haces nada por los demás.

—y tú... ¡rey Ben! —Harry señaló enojado a Ben —tal vez nos vuelvas a meter ahí.

—no es justo —Heart habló, logrando hacer retroceder a Mal al ver cómo su rostro enrojecía contra ella, con esa mirada hacia y llena de tristeza, tal como tiempo atrás —¡el mal ni siquiera está en la isla! ¡Estaba aquí en Auradon! No fue ningún villano, fue una princesa jugando a ser una de nosotros. Ella fue al museo y robó. Ninguno de la isla tuvo nada que ver... Hubiera pasado con ella o con alguien más, incluso si ni siquiera nosotros salíamos alguna vez de allí —miró a Ben que bajó la cabeza —¿Auradon se defiende? ¿De quién? ¿de su sombra?

Negó con tristeza, soltando a Teo y bajando el enrojecimiento de su rostro en cuando una lágrima cayó de su mejilla. Mal le estaba dando la espalda al lugar de donde ella salió, de dónde todos salieron, de dónde Carlos o la misma Mal nació.

—lo lamento tanto... —Mal sollozó —lo siento... Yo... Creí que... ¡Tenía miedo de decírselo! Creí que perdería a mis mejores amigos pero yo... Quería hacer algo más, quería proteger a Auradon. —tartamudeaba y lloraba, apenada. Evie se puso delante de ella.

—¿cerrar la barrera fue tu idea?

—¡lo hice por nosotros! —Los señaló, Heart mordió con fuerza su labio inferior —por la vida que tenemos aquí y ahora —señaló todo, Carlos y Jay se miraron en silencio.

—¿Por nuestra vida? —repitió incrédula la peliazul —¿y qué pasa con los niños abandonados en esa isla y lo que le prometimos? Éramos su esperanza. Creí que ibas a defender a esos niños... Pero los engañaste. Y engañaste a Jay... —lo señaló —y enagañaste a Carlos... —apuntó al peliblanco —y engañaste a Heart... —luego a la pelirroja que observaba con un huracán de emociones a Mal que no fue capaz de mirarla —y me engañaste a mi... ¡somos familia!

Heart observó a Mal, luego arriba.

Detrás de ella, a unos metros, sobre la oscuridad de la noche y encima de unas ramas, había un par de ojos burlones y brillantes, junto a una sonrisa que aún en momentos tristes como aquel no desaparecía, esa sonrisa se ensanchó al tener su atención, mostrando sus colmillos.

El gato sonriente señaló hacia abajo, a las raíces del árbol donde estaba parado, y luego desapareció otra vez. Heart miró el árbol, el cual tenía un gran agujero debajo como una madriguera de conejos. Y miró después a Mal.

Se alejó de Teo, pasando entre medio de Harry y Uma, pasando delante de Evie, llamando la atención de todos. Su rostro volvía a encenderse y Mal retrocedió asustada, con temor de que de repente Heart hubiera vuelto tiempo atrás y fuera capaz de herirla.

—Heart... —Ben quiso detenerla pero Gil lo frenó.

—¿sabes qué? —cuestionó brusca, obligando cada vez más a Mal a retroceder. El árbol iba a ser su pared y Heart era su espada —Hubiera esperado cualquier cosa de ti, pero no esto. Esto sí que no. Vamos a solucionar esto y vas a retractarte, los niños saldrán de la isla o yo misma cuando tome la corona derribaré Auradon por conquista y los sacaré de allí.

La apuntó y con la punta de su dedo golpeó repetidas veces el pecho de Mal que se aguantaba los quejidos de dolor. Logró acorralar a Mal contra el árbol que casi caía dentro de la madriguera si no fuese porque frenó antes de eso.

—sin embargo, ahora estoy feliz de poder hacer esto.

Vieron a Heart pasar rápido del enojo a una sonrisa radiante, tal como una lunática.

Y empujó a Mal dentro del hueco del árbol.

Escucharon a Mal gritar, cayendo metros y metros, Ben gritó su nombre, apresurandose a acercarse pero Heart también lo empujó y los dos aclamados reyes de Auradon cayeron como peones en la tabla de ajedrez de la Reina Heart. Quien sonrió saludando con su mano hacia abajo.

—¿Qué hiciste? —Celia cuestionó, parada a su lado. Todas las cabezas se juntaron, viendo el agujero negro por el que habían caído.

—empecé el plan —todos la observaron, la voz sombría de Heart lograba erizar sus bellos —ademas me desquité con ellos así. Fue mi primera jugada contra Audrey. Necesito que escuchen mi plan, la mitad sigan a los dos tortolos mentirosos y la otra me ayude a seguir avanzando. Luego, ganaremos la batalla, adiós Audrey y hola paz mundial.

—¿A dónde los enviaste? —Gil fue quien tomó ahora la palabra.

La sonrisa de Heart se ensanchó.

—¿no es obvio, soquete? Al lugar donde yo tendré ventajas sobre todos... El país de las maravillas.

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