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10

SENTIMIENTOS

TEO ESTAMPÓ sus labios contra los de Heart que sonrió para seguir el beso. Un beso de amor verdadero rompía cada hechizo, porque el bien siempre fue más poderoso que el mal. Cuando dos personas estaban destinadas a encontrarse, lo harían una y mil veces sin importar los obstáculos. Heart encontró a Teo y Teo, desde ese momento, se encargó de buscar para siempre a Heart y así no perderla. Él era su ancla.

—corazón... —se alejó unos milímetros —sabes a té negro de durazno —se relamió los labios —mi favorito —soltó una risita nervioso, logrando una sonrisa gigantesca en ella.

Teo frunció sus cejas y miró a los lados, dió dos vueltas completas y torpes sobre sus talones hasta que pegó un grito y miró asustado a Heart.

—¿Qué le pasó a nuestra casita-casa-casota del tésito-té-tésote? —preguntó en un grito agudo, perdiendo muy rápido el aire por el pánico —¡Yo solo recuerdo en mis recuerdos recuerdosos que estaba en el patio cuando Audrey llegó con una ropa rara y las cosas robadas del museo cuando...! —Se llevó una mano al pecho por no respirar y Heart lo tomó de las mejillas y lo besó de nuevo, habiéndolo extrañado demasiado.

—la magia del cetro corrompió a Audrey, ella nos está haciendo esto por venganza —Le explicó, alejandose nuevamente mientras Teo parecía atontado —Ella te hechizó para que te vuelvas más demente hasta hace unos segundos pero te recompusiste y ahora estás demente normal.

—¿Audrey aún tiene cabeza? —preguntó dudoso.

—aún no la encontré si es a lo que te refieres —su sonrisa maliciosa y molesta hizo a Teo soltar una risita nervioso.

—no cortaras su cabeza ¿cierto? —Tomó sus manos entre las suyas y las llevó a su pecho, suplicante. Heart blanqueó los ojos.

—por supuesto que...

—Ahm, Roja —Jay se asomó de detrás de la barra. Miró a Teo y este lo saludó feliz, Jay resopló divertido al ver que estaba de vuelta pero miró a Heart que alzó las cejas. Jay llevaba una tetera, tragó saliva nervioso —creo que tú Jabberwocky hizo “La gran Maléfica”... Audrey lo convirtió en lagartija.

—...Si —completó la oración de antes.

Heart se acercó rápido y tomó la tetera, la abrió, notando allí a una pequeña lagartija de ojos rojos.

—¡pero aún tiene su colita! —Teo trató de arreglarlo. Jay palmeó su hombro.

—me alegro que estes de vuelta —Sonrió y Teo igual —¿Beso de amor verdadero?

—siempre funciona —Completó Teo, los dos chocaron puños e hicieron sonido de explosión.

—Si, Carlos está obligando a los padres de Gabriella a que se den un beso para que así vuelvan a ser normales —asintió Jay —pero solo consiguió que le rompan un huevo en la cabeza y le tiren tazas. Él iba a ir a buscar a Mal pero volvió porque le dió miedo encontrarse a Audrey —rió divertido por su asustadizo amigo.

—¿Dónde está mi pájaro JubJub? —preguntó Heart, tomando la lagartija y dejándola sobre su hombro. Su rostro estaba levemente rojo.

Escucharon un grasnido y voltearon, Teo rodeó la barra, llegando a la parte de los pastelitos. Abrió la alacena y notó que ya no había pasteles, solo a un pollito inflado y gordito durmiendo dentro de una taza.

—Alguien está soñando con pastelitos —señaló riendo.

Pero se tapó los oídos con Jay cuando escucharon un grito molesto prevenir de Heart.

—¡Perderá la cabeza!

Trató de contenerse, de no enojarse, pero dentro de ella aún se escondía su versión de la isla. Heart aveces necesitaba dejar salir un rato a esa versión porque sino perdería más la cordura. Audrey se había metido con sus cosas más preciadas y nadie tocaba lo que le pertenecía a la princesa roja.

—Lo dijo en chiste —Teo soltó una risita nervioso. Jay negó.

—no lo dijo en chiste.

—¡Audrey es una bruja!

—¡si, lo es! —La Liebre le dió la razón a su esposo, los dos aún siendo animales y caminando rápido a un lado de los cuatro chicos que iban de vuelta a Auradon —¿quién es Audrey?

—no lo sé —respondió el conejo el blanco.

—Debimos dejarlos en la casa del té —Jay se quejó, viendo a Carlos.

—no iba a dejarlos allí solos —Negó el niño. Habían puesto al corriente a los tres maravillanos sobre lo que había ocurrido en Auradon.

—Harry, Gil y Uma jamás los han visto, tampoco Celia —Jay seguía argumentando —Gil se emocionó con uvas ¡Imagina si ve a tus suegros!

—¿Harry, Gil y Uma? Esa parte no la dijeron —Teo frenó delante de la escuela. El resto también se detuvo con él —¿Uma? ¿la misma Uma? —miró con pánico a Heart que sostuvo el puente de su nariz —¡no mencionaste a Uma!

—no le doy importancia al camarón podrido —Heart tomó su mano y la entrelazó, sus anillos de compromiso chocaron —Gorritos, tú eres el único demente que quiero en mi vida —él sonrió feliz, se señaló contento soltando una risilla y besó la mejilla de Heart que blanqueó los ojos divertida.

—ahora muevan sus traseros, debemos ir a seguir buscando al resto y evitar a Audrey —Heart pidió, tirando de Teo.

Fueron a la parte de los cuartos de Auradon, directo al de Audrey. En la entrada, en el pasillo, el resto de villanos estaban sentados a la espera de que ellos regresen, todos en un silencio incómodo, exceptuando a Evie que hablaba con Gil y Celia.

—Hey, llegaron —Evie los señaló, levantándose al segundo. Sonrió enormemente al ver a quienes traían —¡Teo! —chilló feliz.

Teo rió y estiró sus brazos, Evie corrió a abrazar a su compañero estilista.

—estas bien, no sabes cuánto me alegro —lo abrazó fuertemente, Teo rió alejandose y miró a Mal.

—holis, Malimalita —Saludó y ella rió, también abrazándolo —uy, me gusta tu cabello.

—cuando quieras puedes hacerle un sombrero —Se alejó acariciando su brazo —me alegra que estés bien.

—a mi también me alegra estar bien —rió divertido pero su expresión se volvió incomoda al ver a los villanos —holis... —saludó nervioso. Uma lo flanqueó antes de rodar los ojos.

—¿No entraron aún? —cuestionó Jay, señalando el cuarto de Audrey.

—no —negó Mal —¿No vieron a Ben?

—¿quién es Ben? —todos voltearon a ver detrás de Carlos y Jay cuando escucharon a alguien más preguntar.

Carlos se movió a un lado, mostrando a La Libere de Marzo y al Conejo Blanco. Los dos estaban tomados de sus pequeñas patas y mirándolos curiosos. Bueno, el conejo los miraba ya que la Liebre no se sabía por sus ojos bizcos.

—no jueguen... —Harry balbuceó al verlos.

—¿esos son...? —Uma los señaló incrédula.

Gil se acercó y se agachó delante de ellos, estirando su mano curioso para tocar a la liebre que lo mordió.

—¡Ah, mordió mi dedo, me mordió! —se quejó el pirata, alejandose sollozando mientras la Liebre, Teo y Heart reían cuál dementes.

—tranquilo, tiene la vacuna para la rabia —el conejo blanco hizo un ademán y los maravillanos volvieron a reír.

—Audrey los convirtió, igual que a... —Carlos murmuró, del hombro de Heart se asomó la pequeña lagartija y del bolsillo de Teo el pájaro JubJub.

—¿qué tan fuerte gritó? —Evie susurró, señalando con sus ojos a Heart que blanqueó los ojos.

—le hizo una grieta a los vidrios —susurró de vuelta Teo.

—¿Por qué susurramos? —murmuró la Liebre y rió con Teo, Jay y Evie.

—¿Vamos a seguir perdiendo el tiempo? —Vieron a Una cruzarse de brazos.

—ah, los dementes estamos hablando, los pescados no están invitados a la conversación —La Liebre la señaló y rió con Heart mientras el resto ocultaban sus risas. Uma avanzó amenazante y Mal se puso en medio.

—ya, alto —pidió brusca —Bien, organizemonos.

—si, señora —El conejo Blanco hizo un saludo militar.

—ustedes irán a buscar a Ben y al resto, nosotras pistas aquí —Mal señaló a grupos y ellos asintieron.

Los chicos iban a partir pero frenaron al final del pasillo al ver que la pareja de animales y Teo se quedaron a un lado de Heart.

—¿No van a venir? —Carlos preguntó, confundido.

—yo me quedo con corazón. —tomó la mano de Heart rápido y le dió un besito. El resto rodó los ojos por la sonrisa de Heart.

—Claro que no, todos los chicos iremos a buscar a Ben y ellas a buscar pistas al cuarto de chicas, nos veremos en casa de Evie en dos horas —Jay se acercó dispuesto a agarrarlo del brazo.

Teo comenzó a besar la mano de Heart y subir sus besos por su brazo, siendo arrastrado por Hay a pesar de que él ponía fuerza, el sombrerero dejó un rápido beso en Heart cuando Jay ya lo había alejado lo suficiente.

—¡te amo! ¡adiós! ¡que no te hagan piedra porque es feo hacerle sombreros a estatuas, ya lo probé! —le gritó a la distancia a su prometida.

—un murciélago pasó, no sé dónde se escondió... —iban tarareando los dos animales tomados de las patas, yendo a saltos detrás de los chicos.

—que situación nefasta —se quejó Uma antes de entrar al cuarto.

Heart entró detrás de ella, luego Mal, siguió Evie y por último Celia que cerró la puerta detrás de ellas.

El cuarto era rosado y para una sola persona, por supuesto que la hoja de Aurora tenía de los mejores cuartos por la autoridad que poseía su familia. Heart hizo una mueca de asco al ver todo, absolutamente todo, de color rosado. Necesitaba buenas dosis de rojo.

Cada quien fue por su lado a explorar, Heart sacó una paleta de corazón de su chaqueta y se sentó a terminar su dulce, viendo a las demás trabajar por buscar pistas. Uma estaba sobre la cama, revisando el diario de Audrey, Celia investigaba el tocador de Audrey, mientras Evie y Mal repasaban los alrededores.

Luego de una hora, Evie y Mal volvieron.

—no está en ninguna parte —declaró Evie, Mal entró detrás y cerró la puerta.

—este es su diario —Uma mostró el libro rosa —si que arruinaron la vida de Audrey —se burló mirando a Heart que sonrió orgullosa.

—okey, ¿descubriste algo ahí que no sepamos ya o...? —Mal se quejó, queriendo evitar recordar el como siendo villana había lastimado a Audrey.

—esta en la cabaña del bosque donde fauna, flora y primavera ocultaron a su mamá de tu mamá —respondio desinteresada pero con un toque cínico.

—si —rió forzado —recuerdo la ironía, Uma —Llevó su dedo a su menton.

—alguien con esta cama no puede ser infeliz —la nombrada se quejó, echándose encima de los almohadones de Audrey con molestia —incluso si la idiota de la princesa roja te quita todo —miró con burla a Heart que blanqueó los ojos, tirando el palito de su paleta ya acabada.

—no le quité todo, solo la mitad de las cosas... La otra mitad de la quitó Mal —señaló a la chica que se quejó.

—Mal siempre arrebatando cosas —Uma se sentó, viendo con resentimiento a la chica que se pasó la lengua por el labio inferior.

—si estás arrepentida porque Roja ya no te quiere más, no me eches la culpa —Se cruzó de brazos burlona.

—claro que no es tu culpa, apuesto que a ti también te dolió cuando Heart se fue con el demente —volvió a tomar el diario, Heart las miró con cejas alzadas.

—¿estuviste enamorada de mí? —Sonrió, poniendo las manos en su cadera. Mal fingió demencia.

—¿ventana nueva? —señaló la ventana de Audrey —parece hecha de vidrio.

—todos estuvimos enamorados de ti —Uma le tradujo, levantándose de la cama pero al ver qué subió el ego de Heart, se recompuso —es decir...

—Oh, por Hades —alzó su mano, frenando el que se quiera retractar —era obvio, soy Heart —le guiñó el ojo a Mal que negó divertida.

—de acuerdo, ¿Cómo me veo? —Celia llamó su atención, usando las joyas de Audrey y posando de forma extraña.

—okey, no se puede sacar nada —regañó Evie con una pequeña sonrisa. Pues estaban aún invadiendo el espacio de Audrey.

—pero ella es mala...

—y nosotras no.

—ironico —bufó Heart, yendo a la puerta. Celia se quitó las cosas —¿nos vamos? Ya encontramos lo que queríamos.

Las villanas formaron fila, saliendo del cuarto. Mal quedó a lo último, Heart salió a su lado, pasando un brazo sobre sus hombros.

—¿así que te gustaba, MaliMalita? —Mal selló sus labios como si fuera un cierre y Heart mantuvo su sonrisa brillante —oh, vamos.

—oye, no fui a la única, a Jay también, hasta a Evie —señaló a la peliazul que volteó chillando.

—¡Oye! —y luego miró a Heart —fue en tiempo pasado, muy pasado.

—para mí será eterno —movió su cabello con egocentrismo.

¿pero quién no se enamoraría de Heart?

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