Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

06

«DE VUELTA EN LA ISLA»

HEART FUE BAJANDO la velocidad de la motocicleta, estaban los VK's en sus vehículos. El de Heart era rojo llamativo. Estacionaron frente al mar extenso que se interponia en la isla y Auradon. La pelirroja miró a Mal que se quitó los lentes del casco, mostrando su avejentado rostro.

—Noble corcel, sobre la marea, llévanos a dónde quiera —sus ojos se iluminaron en su característico verde brillante.

Se acomodaron los cascos y aceleraron. Celia iba con Mal. Las motocicletas volaron sobre el agua, con una especie de polvillo de hadas emanando de ellas.

Heart, suspiró. Había olvidado que llegó a ser capitana de porristas porque quería destronar a Audrey para ser ella quien gobierne en Auradon, ahora eso le estaba pasando factura. Solo esperaba que el precio que debía pagar no sea más alto de lo que ya estaba siendo.

—¡Carlos, Heart, se perderán el cumpleaños de Gabriella!

No escucharon a Chico gritarles aquello, no pudieron por la distancia.

Teo rió, a su vez, el Jabberwocky bajaba a una velocidad demasiado veloz para su gusto. Cuando el gran dragón pisó la tierra, la cual tembló, él volvió a reír girandose a ver a Sonriente que estaba con una mueca, la Liebre de Marzo estaba abrazada, casi rasguñando, por la fuerza, al Conejo Blanco que tenía sus ojos abiertos de manera desmesurada.

—Nunca más —se quejó, Sonriente, antes de aparecer repentinamente abajo. Teo soltó otra risa infantil.

—a mí tampoco me gusta porque vuela muy veloz, más veloz de la velocidad que me gusta y, además, es a alturas muy altas y las alturas altas no son la altura que me gusta, aún que altura es alto y no hay alturas bajas —comenzó, Teo, mientras bajaba y se quedaba sin aire —Sino se llamarían bajuras ¿Se llamarían bajuras? —susurró en un hilo de voz, quedando sin aliento.

El conejo Blanco, trató de bajar, sacando las manos enterradas de su pareja en su cintura. La Liebre estaba aterrada pero movió su cabeza con fuerza, despabilando y bajando también.

—eso fue, muy poco, para nada cómodo —El Conejo acomodó su ropa.

—¡Eso fue, muy poco, para nada cómodo! —gritó, la Liebre, sacudiendo su ropa que se desordenó más.

—Se acostumbran —Teo, se encogió de hombros, volteando a ver la fiesta de Gabriella.

La pequeña de dos coletas corrió a abrazar a sus padres que la sostuvieron, casi cayendo por el salto de Gabriella. Teo sonrió y miró la decoración, todos los invitados tenían orejas de conejo o liebre e Isla estaba pintando sus narices de rosa y haciéndoles bigotes blancos.

—Ire por pastel —Cheshire, comenzó a sonreír, desapareciendo en una nube y haciéndose invisible, dejando solo su sonrisa y ojos de gato.

—¿Te teñiste el cabello? —Conejo, se alejó de su hija que sonrió inocente.

—¡Otra vez! —La Liebre tomó las dos coletas de su hija —primero blanco y negro, luego gris y negro ¡Ahora con rosa y negro! ¿Qué sigue? ¿Rojo con negro? ¡O violeta con negro! ¿Por qué todo con negro?... Negro... —miró el cabello de dicho color de su hija, quedando embobado en una nube.

—al menos se deja el negro, decolorar esa parte sería muy dañiño para tú cabello —señaló el albino, Gabriella suspiró exageradamente.

—No me regañen en mí cumpleaños, por favor —se quejó volviendo a sonreír —¡Vayamos a jugar al lago encantado! ¿Vienes, Teito? —miró al chico que jugaba con su sombrero, distraído.

—Debo ir a dejar al Jabberwocky en la casa del té, con el pájaro JubJub, pero luego iré a buscar a Heart —contó, poniéndose el sombrero que, para esa ocasión, tenía orejas de a los lados.

—oh, de acuerdo —Gabriella, se encogió de hombros —dile a Corazón que traiga a Carlos, está tardando mucho. No sé olvidó mi cumpleaños ¿Verdad?

—Claro que no, si la emoción se inventar, se inventó con Carlos que estaba emocionadamente emocionado de venir. Tranquila, le diré —pellizcó su nariz, antes de ir a subir sobre el Jabberwocky que bostezó.

—Luego dormiré una siesta de la que no se atrevan a levantarme —vociferó él dragón; Liebre, siendo la primera vez que lo escuchó hablar, hizo un sonido agudo y cayó hacia atrás, pareciendo haber recibido un ataque al corazón por el miedo y la sorpresa.

—aún no se acostumbra —Gabriella, le aclaró al dragón.

—se nota —Teo, soltó una risilla.

—¡Oh, no! —El Conejo, revisó sus bolsillos, hasta que miró a Teo —¡Olvidé mí reloj! —comenzo a respirar agitado, nervioso.

—¿Dónde? —Su hija lo miró.

—¡En la cafetería! —Avanzó hasta subir, torpemente detrás de Teo.

—¡Oye, no te vayas sin mí! —su esposo, subió detrás de él. Teo volvió a reír.

—ya te los traigo, Gabi —La niña rió, asintiendo. Se dió la vuelta, dando saltitos hasta ir donde la sonrisa del profesor de Cheshire giraba.

El castaño sostuvo su sombrero antes de que se vuelve por el viento y se sostuvo de las escamas de la bestia, que voló rápido hasta bajar detrás de la casa del té.

—¡Ya vengo! —El Conejo Blanco, bajó, corriendo hasta dentro.

—No te vayas —La Liebre señaló a Teo, bajando y yendo detrás del Conejo Blanco.

Teo, bajó, suspirando feliz cuando vió al pájaro JubJub acercarse a recibir caricias suyas. Estaba por hablar cuando vió al Jabberwocky alzar su cabeza, tensar sus aletas detrás de su rostro y mirar a los lados.

—¿Estás bien? —le preguntó al animal.

—Mis escamas detectan un peligro que ha de ponerlo en riesgo junto a mí ama —Nombró con su voz grave, el castaño frunció sus cejas y volteó al escuchar un sonido.

Audrey apareció, rodeada por un humo rosado, abrió los ojos sorprendido al ver qué poseía la corona y el cetro robado del museo, junto a una pinta de villana para nada característico de ella.

—Teo —saludó, acercándose, el Jabberwocky siseo, su lengua de serpiente pasaba entre sus filosos dientes y la chica frenó.

—¡Audrey! ¿Qué haces con eso? —preguntó el chico, espantado —MaliMalita y Ben están buscándolos, Heart no está feliz. No soy feliz si Heart no está feliz —contó, acercándose, Audrey gruñó molesta —¿Te dije que nos comprometimos? —sonrió viendo a la chica, pero Audrey solo bufó y rodó sus ojos.

—Ay, Teo —negó, chasqueando su lengua repetidas veces —esa villana te ha manipulado de gran manera, no tienes cura...

—Heart no me manipuló —frunció sus cejas, viendola con ojos entrecerrados.

—claro que si, solo que estas muy demente para darte cuenta —Teo la miró, comenzando a sentir desconfianza de su amiga de la infancia. El Jabberwocky siseó, molesto por como se refirió a Heart y el cetro de Audrey brilló mientras ella veía al dragón.

—Audrey, deberías soltar eso, devolverlo, no está bien y está brillando de manera muy brillante y no es un brillo que brilla de manera linda —señaló, asustado.

Pero ella señaló con su bastón al dragón que gritó mientras ella reía de manera malvada, un vapor rosado lo rodeó, que, al borrarse, mostró a una pequeña lagartija negra con ojos rojos.

—¡Audrey! ¿Qué hiciste? —Se agachó, a levantar a la lagartija, el pájaro JubJub grasnó, molesto.

El ave voló hasta Audrey, queriendo picarla y sacarle el cetro, ella se quejó, el cetro volvió a brillar y un rayo de luz salió de él hasta ir contra el pecho del pájaro que se encogió hasta volverse un pollito gris.

—¡Audrey, basta! —le rogó el chico, agachándose a tomar el pollo, miró asustado a la chica —¿Qué te sucede? Heart no va a estar feliz.

—¡Heart, Heart, Heart! —gritó, molesta. Teo, frunció su rostro, esa versión de Audrey no le gustaba —¡Siempre es Heart! Ella me arrebató todo, se merece lo mismo. Unete a mí, Teo, puedo ayudarte. Antes de que cometan el error de volver a tener a una reina roja en el trono.

—¡No! ¿A caso te volviste loca? ¡de la mala manera! No de la buena... Debo llamar a Ben —dió un paso pero Audrey lo frenó —Audrey...

—tal vez la locura te sienta bien, pero veamos que tan lejos llega —sonrió con malicia, antes de que la luz del cetro brille.

Teo soltó un quejido de dolor, retorciéndose, pero sin querer soltar a los animales para que no reciban más daño por parte de Audrey. Cayó de rodillas al suelo, la lagartija subió por su hombro y el pollo quedó en sus manos.

—oh, oh... —El Conejo blancó tapó la boca de la Liebre de Marzo que había hablado, pero era tarde, Audrey ya había volteado a ver a ambos.

Otra vez, apuntó con el bastón a ambos y dejó la magia actuar. Rió con perversidad, haciendo una mueca de asco ante la casa del té de Heart y usando su magia, una última vez, en ella para arruinarla y luego desaparecer.

Estacionaron los vehículos, Heart se quitó el casco, acomodó su pelirroja melena y miró a los lados, bajó y acomodó su ropa. Le causaba cierta ironía que había pasado dieciséis años encerrada allí para que ahora pudiese entrar y salir cuando tuviese la gana como si fuese nada.

—¡Hey! —miró a Mal que veía sus manos —otra vez soy yo.

—Claro la magia malvada no funciona aquí y ese es el punto —Celia, le recriminó, sarcástica haciendo a Heart sonreír.

—uff, bienvenida —Evie, pasó un brazo sobre los hombros de Mal.

—eras una horrible anciana, tengo que admitirlo —Heart, mostró su sonrisa perfecta, Mal asintió.

—si, me lo imaginaba —rió en voz baja. Comenzó a caminar con Evie y Heart sintió a Carlos tomar su mano, así que fueron detrás de ambas villanas.

Siguieron a Celia hasta estar frente a una puerta, ella tocó la puerta con una melodía mientras los cinco villanos miraban como era respondida. La puerta se abrió y pasaron hasta el gran salón de Facilier. Su gran sala de juegos. La niña corrió a saludar a su padre.

—me hubiera servido saber de la existencia de este lugar antes —Heart, habló, admirando el colorido lugar.

—pero la sabemos ahora —Carlos, tiró de su mano, para que los dos vayan a ver una televisión —¿Funcionara?

—Tiene unas monedas —Murmuró, la pelirroja, tomandolas y poniendolas como si fuese alcancía, la televisión encendió y Carlos estiró su mano, ella chocó los cinco. Los dos retrocedieron hasta sentarse frente a la máquina.

no dejan de llegar alertas de un hechizo de sueño mientras se esparce por Auradon —vieron la imagen en blanco y negro del periodista en la entrada de la escuela.

—ahm, chicos —Carlos, los llamó. Heart sacó una paleta de corazón de su abrigo, sacándole el envoltorio y llevándola a su boca viendo la imagen —deben ver esto.

el rumor es que la hoja de la Bella Durmiente, Audrey, hizo el hechizo. Intentamos descubrir al culpable de estás mentiras y que villano perpetró está maldad —Heart, alzó las cejas, indignada.

—Son tan ignorantes —se quejó, la pelirroja, sus amigos asintieron.

—la maldad puede venir de cualquiera —asintió, Carlos. Mal los miró, notando que ambos tenían razón. Ellos eran buenos y eran villanos, Audrey se volvió mala y era villana ¿Qué los diferenciaba? Se preguntó la pelimorada.

¡Está viniendo hacia aquí! —gritó, por la neblina. Heart miró a sus espaldas a Celia, preocupada, pero la niña le mostró la llave.

—bien, andando —Heart se levantó y aplaudió, llamando su atención. Ellos asintieron.

Salieron detrás de la villana, volviendo de sus pasos, hasta salir del lugar, el quejido de Carlos llamó su atención.

—wow, error de novatos —señaló su gran error de dejar las motocicletas solas.

Los piratas de Harry estaban todas sobre ellas, Heart sintió su rostro enrojecer y trataba de contar hasta diez dentro de ella, sin querer gritar “perderan la cabeza” o todo su esfuerzo se iría a la basura.

—¡Tanto tiempo sin vernos! —La voz de Harry hizo a Heart rodar los ojos.

—¡Deja mi moto, Garfio! —Jay, lo señaló, amenazante mientras avanzaba.

—Atrapame, si puedes, Jay... —aceleró la motocicleta, carcajeando. Los demás fueron delante suya. Ellos trotaron hasta verlos alejarse.

—¡Por los techos, vamos! —Jay, les contó. Ellos comenzaron a correr a excepción de Heart que frenó a Celia y Mal.

—no tenemos tiempo para esto —alzó sus manos y las miró —vayan por la brasa, yo iré con ellos —asintieron, resignadas.

Heart comenzó a caminar, yendo por un atajo. Siendo que no pensaba correr por las sucias calles de la isla y ensuciar los tacones que Teo le había regalado. Pensó en su prometido, ella estaba llegando tarde al cumpleaños de Gabriella y él debería ir a buscarla, rogaba por no haberlo dejado plantado...

Aún que Teo nunca llegó a buscarla.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro