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06

« MIRANA »

—¡OH, SANTO HADES!

Los hijos de los villanos voltearon al escuchar a Mal. Ella estaba boquiabierta viendo cómo Heart se acercaba vestida como porrista de Auradon, ese uniforme azul y amarilla tan característico de la escuela. Detrás de ella se acercaban Melody y Gabriella.

—Que sexy —Alagó Jay sonriéndole con orgullo. Heart puso su codo sobre el hombro de Carlos para sostenerse.

—Nos vemos luego, corazón —se despidieron ambas, le dieron los libros a Jay que miró confundido.

—Guardalos en mi casillero —ordenó y este asintió girandose, estaba a un lado del de Mal, ella pinto su casillero con la sombra de su madre y pinto en el de Heart “¡perdera la cabeza!” cómo si fuese con sangre.

—es para alentar a Carlos en los partidos —Afirmó más que preguntar Evie.

—Y porque alguien debe quitarle el puesto de princesa a Audrey y voy a ser yo, siendo la reina de esta mugrosa escuela —miró con desdén a todos.

—En la isla no se sorprenderían de verte así, haces cualquier cosa por ser temida —Carlos murmuró.

—Allá cortar cabezas, aquí bajar de tronos. De grande quiero ser como tú —Jay bromeo haciéndolos reír —¿Ahora no te ríes, roja? En el partido estabas tentada.

—¿Reíste? —Evie sonrió —¡Yo quería ver!

—“Siempre sonrisa, nunca risa” —se burló Mal —Te ves bien, roja.

—gracias, MaliMalita —pellizcó su mejilla haciéndola quejarse de dolor. Sacó de su bolsillo una paleta de corazón y la desenvolvió para llevarla a su boca.

—ah, debo irme con el entrenador —Jay se despidió, yéndose corriendo.

—si, yo jugar videojuegos —Heart se apartó sacando un chocolate de su bolsillo, Carlos lo tomo feliz yéndose mientras comía.

—¿Qué? —cuestionó la pelirroja por la mirada de ambas chicas.

—yo también me voy —Evie se despidió —las veo luego.

Heart se cruzó de brazos viendo a Mal que terminaba de guardar sus libros. Ahora quedarían solas ya que dentro de un rato debían ir a geografía de los países mágicos juntas. Detrás de Mal, vio al hijo de Cenicienta, Audrey y a Ben.

—Te estás poniendo roja...

Volteó a ver a Mal que leía su libro de magia y se tocó el rostro sintiéndolo caliente. El hijo de Cenicienta causaba gran molestia en ella, si cortaría la cabeza de alguien, al primero que elegiría sería a él.

—Odio a los príncipes y princesas —Se quejó poniendo las manos en su cintura.

—es un sentimiento mutuo —cerró su casillero.

Heart saboreaba su dulce a punto de irse con Mal, cuando tuvieron que girar ya que vieron a el príncipe, futuro rey, Ben. Este les sonreía.

—Hola —Ben las saludó.

—que tal —Saludó Mal haciendo una mueca con incomodidad.

—Ben —Heart saludó, el rubio se inclinó un poco. Después de todo, la había visto en la mañana.

—Mal, ¿Que tal tus primeros días? —Volteó a la pelimorada.

—súper —Asintió viendo a Heart, pidiendo ayuda para irse. La pelirroja los veía con curiosidad.

—Bonito uniforme, Heart. Es bueno que te estés uniendo —Terminó con la pelirroja. Ella sonrió egocéntrica.

Posiblemente, Ben era el único al que no tenía ánimos de cortarle la cabeza desde que llegó.

—creo que deberías llevar el talento que muestras aquí a la clase de arte —señaló ambos casilleros pintados, creían que iba a regañarla por bandalismo pero no —Yo podría inscribirte ¿Qué dices? —Jane pasó a su lado. Llamando la atención de las villanas.

—no sería divertido, Ben —le hizo una seña a Heart para irse.

—Adios, Benny —Se estaba por ir Heart dejando al rubio suspirar por Mal, pero este reaccionó.

—¡Espera! —Ella freno a verlo alzando sus cejas —Heart, el propósito de que estén aquí es tratar de demostrar que son diferentes a sus padres, y te pido que me ayudes con eso... Así que por favor no le cortes la cabeza a nadie —Él al notar que ella lo miraba inexpresiva, aclaro —Hoy fue uno de los estudiantes a decir que lo amenazaste ayer. Creo que antes de ir a tomar el té.

Heart lo rebajo con la mirada y simplemente se cruzó de brazos dispuesta a discutir por eso.

—Heart, ¿Vienes? —Mal apresuró volviendo por sus pasos. La pelirroja la miró y luego a Ben.

—No tengo cuchillos, ni hachas, ni nada ¿Cómo cortaría cabezas? —Fingió inocencia —Hasta luego, Bennyboo.

Fue detrás de Mal sonriendo con cinismo, ella podía cortar cabezas incluso con una pequeña cuchara sin filo, hasta con sus simples uñas filosas. Su mamá la había criado bien.

Entró al baño sabiendo el plan de antemano, después de clase de bondad con el hada madrina, Mal se lo había explicado. La pequeña castaña estaba frente al baño.

—Hola —saludó la pelimorada llamando su atención —eres Jane...

—La hija de la hada madrina, ¿Cierto? —Apareció la pelirroja con su sonrisa, la castaña dió un saltito asustada, Heart si la asustaba.

—siempre me gustó ese nombre “Jane” —Continuó la otra acercándose —Soy Mal, no sé si nos recuerdas, ella es Heart —La nombrada alzó su mano, un saludo que debería ser tierno al mover solo sus dedos resultó siniestro al ver que ella era quien lo hacía.

—de acuerdo —susurró en un hilo de voz queriendo irse.

—¡No, escucha! —Mal quiso frenarla y la pelirroja le impidió el paso —es que... Esperábamos hacer una amiga —puso cara de lastima.

—Lo sentimos —Siguió Heart —Sé que tenemos apariencia de rudas y eso, yo aún más —movió su cabello egocéntrica sin aguantarse —pero es difícil ser las nuevas... En medio de un lugar donde todos se conocen y... Eso —frunció las cejas sin saber que más decir. Heart seguía pensando que cortarle la cabeza y dársela a la hada madrina era mejor plan.

—tal vez tengas muchos amigos aquí, he, nosotras solo seríamos unas más —Mal rió con timidez.

—no tantos... —negó más calmada.

—¿En serio? —Heart cuestionó —no lo puedo creer —Dijo irónica, algo que pasó desapercibido por la castaña.

—porque tú mamá es el hada madrina y la directora. Y ni hablemos de tú increíble... —la señaló buscando algún atributo.

—personalidad —terminó Heart sonriendo —y muy lindo color el... Celeste cielo —hizo una mueca tragando una saliva y su asco por el color pastel.

—preferiria ser bonita —Admitió viéndolas —sus cabellos si son lindos y únicos. Tú lo tienes tan largo y con ondas —señaló risueña a Heart que comenzó a jugar con un mechón de este.

—lo sé —se encogió de hombros

—¿Sabes qué? Yo tengo justo lo que buscas —Mal saco su libro comenzando a buscar en las páginas —esta... ¡Ah! Aquí. “postizo, con rizos, remplaza el antiguo cabello liso” —hizo movimientos con sus manos.

Jane se agachó y se volvió a levantar mostrando su, ahora, larga melena castaña con rulos.

—wow... —Mal le sonrió poniéndola frente al espejo.

—mucho mejor —Asintió Heart acomodando el moño de Jane.

—ahora no se notan las otras partes de tú presencia —Mal rió con inocencia. Compartió una mirada burlona con Heart, Jane no captaba sus chistes.

—arregla mi nariz —pidió tocando el libro de Mal, ella hizo cara de tristeza.

—no hace milagros —negó Heart con falsa pena, Mal la miró con regaño —Pero alguien si hace milagros...Cómo tú madre con su varita.

—alabado sea el milagro que le hizo a Cenicienta —Mal continuo —un movimiento con esa cosa... La varita... Y tú podrías tener el cabello tal como quisieras.

—ella no uso la varita nunca más, cree que la verdadera magia está en los libros. Aún que no los de magia, sino en los libros de historia y esas cosas —negó la castaña un poco triste.

—que increíble —bufó con indignación.

—si...

—incluso nosotras en la isla sabemos la historia —Heart rodó los ojos con molestia.

—Que usó la magia con Cenicienta que no era su verdadera hija —Le dió la razón Mal —ella no te ama...¿Cierto?

—no, claro que me quiere. Solo es un amor severo —negó segura. Heart alzó las cejas atenta —mejora tú interior, no tú exterior. Ese tipo de cosas... —miró con tristeza el suelo.

—¡Esa mirada! —Mal la señaló —¡Si! y luego... tú cara tiene que verse cómo si tú corazón se rompiera.

—ahg, muéstrale Mal —Pidió Heart al ver el rostro de confusión de Jane.

—“oh, madre... No entiendo cómo no puedes hacerme hermosa igual que tú” —Mal fingió tristeza y sonrió.

—¿Creen que funcione? —Dijo ilusionada.

—con la carita de perro triste que tienes con esos ojos azules —Heart le tomo la mandíbula abultando su labio inferior —por supuesto.

—a ver, es lo que hizo Cenicienta ¿No? Tú madre Bidibibadibibu, su apariencia y su vida entera —continuó la pelimorada haciendo reír a Jane —y oye... Tal vez si tú mamá decide, bueno —se sentó sobre el lavabo —volver a usar su varita ¡Invitanos! —se encogió de hombros.

—encantadas iríamos —Asintió Heart.

—si puedo convencer a mamá estarán ahí —Dió un salto feliz.

—¡Si! —Mal aplaudió y Heart se mordió el labio inferior meneando sus hombros cómo felicidad.

—las veré allá —tomó su bolso.

—te veremos ahí —Mal saludó.

Jane salió del baño Heart fingió tener una arcada queriendo vomitar toda la buena imagen que fingió tener por muchos minutos.

—podrías reír o intentarlo —pidió Mal cuando se fue la niña.

—¡Hice mucho esfuerzo, MaliMalita! —alzó su mano ofendida —ahora, vayamos a clases porque quiero cortar cabezas y la más cercana eres tú y esos jabones —señaló.

Mal se bajó de un salto achinando los ojos en su dirección, no sabía cómo Heart cortaría su cabeza con un jabón, pero tampoco quería saberlo.

Heart entro a la sala de geografía de los países mágicos con Mal. Ambas vieron a los alumnos observarlas con los ojos demostrando el miedo.

La sonrisa siniestra en el rostro de Heart los asustaba más. Casi parecía el profesor sonriente.

—Ahg —Mal se quejó caminando hasta el lugar del fondo.

—sonríe, MaliMalita —Pidió yendo a colocarse a su lado —Alguien podría enamorarse de tú sonrisa —se burló pellizcando su mejilla. La pelimorada se quejó del fuerte dolor.

—Aqui solo hay... Tontos príncipes —se quejó acomodando un mechón rebelde de su cabello morado.

—o princesas —Alzó las cejas pícara girando al pizarrón.

—chistosa —rió negando divertida.

—Yo sé que sales con Evie en secreto —Le guiño el ojo.

—jamas —negó haciendo una mueca, la peliazul era su mejor amiga.

—Ajá.

Voltearon cuando escucharon un dulce tintineo sobre la puerta. Por allí entraba la profesora.

Una hermosa mujer que parecía obviamente menor a su edad por su belleza. Era de cabello albino como su palida piel, sus labios estaban pintados en un violeta oscuro resaltandolos. Vestía un corto vestido blanco de verano.

—Buenos días, clase —Saludó moviendo su mano con delicadeza.

Mal ahogó una exclamación de sorpresa y volteó a ver a Heart, no era sorprendente que sean parientes cuando ambas tenían el mismo tono de piel y el fanatismo por pintar sus labios.

Heart miró a aquella mujer que la dejó en la isla con su madre, su rostro comenzó a enrojecer más de lo que Mal pensaba que era posible. Cuando se molestaba tomaba el color de su cabello, pero ahora tomó el color de su labial. Rojo fuego.

Sus manos se aferraron a la mesa con fuerza, sus tacones se presionaron al suelo y creyeron escuchar sus uñas rechinar al encajarse en la madera de la mesa.

Mirana volteó a ella al oír ese sonido, sus ojos no tardaron en cristalizarse al ver una imagen parecida a su hermana mayor. Se llevó las manos a la boca de la impresión ¡Su sobrina al fin estaba allí!

—Heart...—susurró queriendo dar un paso.

Ella fue la que ayudo a Ben a elegir a los hijos de los villanos, siendo que pidió tener a su sobrina a su lado en la primera oportunidad que tuvo, ahora sabía que era real cuando la vio frente a frente.

—Perdera...

—Heart —Mal le rogó.

—La...

—¡Heart! —tomó su antebrazo. La pelirroja volteó a verla reaccionando —La varita —le susurro recordando el plan.

La pelirroja la miró y luego a Mirana que estaba a nada de llorar por la mezcla de emociones.

—Cabeza —terminó levantándose para salir de la habitación, ignorando a su tía.

Mal suspiró sin creer que había podido controlar por unos segundos el instinto asesino de Heart. Miro a Mirana que estaba perdida por dónde se había ido Heart. Los alumnos quedaron en silencio.

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