CUANDO TODOS VOLVIERON A HOGWARTS, LA ruptura de James y Kayla se hizo mucho mas evidente para todos los que tenían sus dudas sobre aquel evento ocurrido meses atrás. Hubieron varios rumores al respecto, pero la chica siempre trataba de ignorar todo lo que llegaba a escuchar.

Kayla siempre buscaba las maneras de evitar cualquier punto en donde pudiera volver a tener contacto con James. Así había logrado evadirlo durante los primeros dos días, sin embargo, sabía que no era posible hacerlo por siempre.

Su reencuentro ocurriría durante su primera clase de pociones. Kayla no podía negar que se sentía nerviosa, sabía que evitar mirar a James sería mucho más complicado si ambos se encontraban en un salón tan pequeño como lo eran los salones de las mazmorras.

Para fortuna de la rubia, no se encontraría sola, contaría con el apoyo de Damon, lo que hacía que se sintiera mas tranquila.

Kayla y Damon entraron al salón mientras reían sobre una vieja anécdota relacionada a una caída en el primer año. Entonces un olor a palo de escoba y tarta de fresas entró por las fosas nasales de la chica, ella ya sabía que sucedía, por lo que quiso dar un paso atrás y retroceder, pero ya era tarde, el profesor Slughorn la había visto y le había dado señales para que se integrara al grupo que estaba frente a él.

— Bienvenidos a su último año escolar— sonrió Slughorn animandolos a entrar— Estoy muy contento por volver a verlos. El día de hoy comenzaremos con un pequeño repaso de lo que vimos el año pasado, todo para ir puliendo los últimos detalles en su formación, puse frente a ustedes tres pociones. ¿Alguien podría decirme que son y para que sirven?

Damon, Kayla y Lily levantaron su mano al mismo tiempo.

— Señorita Evans primer caldero, señor Hunter, segundo y señorita O'Connell, tercer caldero— dijo Slughorn

— Eso es varitaserum— contestó Lily observando detenidamente el caldero frente a ella— Es un poderoso suero de la verdad, quien la ingiere está obligado a decir solo la verdad

— Correcto, 5 puntos para Gryffindor— felicitó el profesor alegremente— Señor Hunter, siguiente caldero por favor

— Eso es un filtro de muertos en vida— contestó Damon imitando las acciones de Lily— Quien lo bebe va a terminar en un sueño muy profundo, como si estuviera muerto. Una gota de esa poción bien preparada podría matar a cientos de personas

— Muy bien señor Hunter, 5 puntos para Ravenclaw— sonrió el profesor— Señorita O'Connell, último caldero por favor

Kayla se golpeó mentalmente al ver que caldero le correspondía, pero no tenía de otra mas que contestar, no dejaría que su casa perdiera puntos por querer evadir la pregunta.

— Eso es amortentia señor y es la poción de amor mas poderosa que existe— respondió Kayla aferrándose al brazo de su amigo, quería llorar al seguir oliendo todas esas cosas que le recordaban a James—  Esta poción no genera amor, pero puede generar un encaprichamiento o una obsesión muy grande, lo que lo vuelve una poción sumamente peligrosa. Para todos tiene un aroma diferente, esto es porque olemos lo que mas amamos

— Maravillosa respuesta, 5 puntos para Hufflepuff— dijo el profesor Slughorn— No lo pudo decir mejor, excelente

Damon al darse cuenta de como la voz de Kayla parecía quebrarse al terminar de hablar, pasó su brazo por encima de sus hombros para intentar darle algo de consuelo y hacerla saber que no estaría sola.

Ella lo miró con agradecimiento y pasó sus brazos al rededor la cintura de su amigo para sentirse mas en calma.

El profesor iba a continuar con su explicación, hasta que se dio cuenta de que James parecía muy entretenido en una conversación con Sirius.

— Y para darnos un ejemplo de lo último que explicó la señorita O'Connell los jóvenes Potter y Black nos dirán lo que pueden oler— dijo el profesor llamando la atención de ambos chicos— Señor Black, usted primero por favor

Sirius se acercó hasta el caldero viendo mal a James, no quería hacer esto, pero no podía dejar que Gryffindor perdiera puntos.

— Huele a café... pólvora... pan recién hecho— contestó Sirius algo nervioso

Todo el salón se quedó algo impactado por el segundo aroma, algo bastante peculiar, a todos les causaba curiosidad saber a quien pertenecía ese olor, pero era algo que solo una persona sabía.

Sirius volvió a su lugar sin voltear a ver a nadie.

Kayla y Damon se quedaron pensando, ellos sentían que conocían ese aroma, el problema es que no lograban recordar de donde.

— Señor Potter, es su turno— habló Slughorn

Kayla se aferró aún mas fuerte al brazo de su amigo, no sabía si quería escuchar la respuesta de James.

El Gryffindor le tomó atención a la Hufflepuff que estaba tan cerca del caldero que debía oler. Sintió su corazón romperse un poco cuando vio toda la tristeza en el rostro de la chica.

Trató de recordar ese primer día en donde vio aquella sonrisa, sin embargo no lograba hacerlo y eso lo hizo sentirse confundido.

— Flores... libro nuevo... y creo que es un cítrico, no estoy seguro, no logro distinguirlo— respondió James un tanto confundido al no tener el recuerdo de la primera vez que vio a Kayla sonreír

Eso fue mas que suficiente para que Kayla soltara su primera lágrima, ese no era su aroma, era el de Lily Evans, lo supo cuando vio que la pelirroja de Gryffindor abrió sus ojos y su boca, estaba sorprendida, además, estaba a un lado de ella, podía distinguir su perfume de flores y cítricos.

Damon abrazó a su amiga de manera en que nadie pudiera verla, en ese momento solo quería golpear al Gryffindor.

— Señorita O'Connell ¿Se encuentra bien?— preguntó el maestro al ver a su alumna con el rostro escondido

James volvió a ver a Kayla y sintió una presión en su pecho. Todo en él le decía que debía acercarse para darle siquiera un abrazo, sin embargo la mala mirada por parte de su mejor amigo, supo que no era una buena idea.

— Tiene un poco de dolor de cabeza— mintió Damon al darse cuenta que todos la veían— No desayunó muy bien, no te preocupe

— ¿Gusta ir con Madame Pomfrey a la enfermería?— preguntó Slughorn a la chica— ¿O salir a tomar aire?

— No gracias— negó la Hufflepuff limpiando sus lágrimas— En cuanto termine la clase iré con Madame Pomfrey por una poción para sentirme mejor

Los estudiantes comenzaron a murmurar sobre el repentino malestar de la chica. Ya para nadie en el colegio era un secreto que la relación entre el Gryffindor y la Hufflepuff había terminado, lo que todos se preguntaban era la razón, la respuesta a esa pregunta llegó en esa clase.

— Señores Potter y Black, si los vuelvo a ver que no están prestando atención a la clase le bajaré 10 puntos a Gryffindor— siguió hablando el maestro— Señorita O'Connell, si en algún momento quiere retirarse para ir a la enfermería, siéntase libre de hacerlo. ¿Alguno tiene dudas sobre estas tres pociones?

Nadie dijo nada, por lo que el profesor se dirigió a su escritorio para ir por una pequeña cajita.

—Todos van a anotar su nombre en un pedazo de pergamino y luego lo depositarán en esta caja— comenzó a explicar— Una vez que todos los nombres estén aquí sacaré dos papeles, esos dos serán pareja para el proyecto, sin posibilidad de cambio, así que por favor comiencen. Pueden ir tomando asiento

Kayla se dirigió lo mas rápido posible a una mesa, no quería que nadie la viera. Anotó su nombre de manera veloz en un pedazo de pergamino y le pidió a Damon que colocara el papel en la caja.

Ella solo quería quedarse sentada sin hablar con nadie, le dolía el pecho, ya habían pasado algunos meses desde que su relación con James había terminado, pero eso no significaba que los sentimientos también terminaran.

La habían terminado de un momento a otro, todo bajo la excusa de que los sentimientos no parecían ser los mismos, sin embargo semanas mas tarde descubrió la verdad. La engañaron con Lily Evans y aquella clase solo fue la confirmación sobre los sentimientos del Gryffindor.

Damon se sentó junto a su amiga y le tomó la mano en forma de apoyo, sabía lo que su amiga sentía por el Gryffindor, se sentía tan inútil por no poder ayudar a Kayla, pero sabía que era parte de lo que la chica debía vivir, por mucho que quisiera encerrar a su amiga en una burbuja para que nadie la lastimara, sabía que en algún momento ella debía experimentar esa clase de dolor, aunque él no lo quisiera.

— Muy bien, los primeros son Lily Evans y Frank Longbottom— dijo el profesor mostrando lo papeles— Los siguientes serán James Potter y Damon Hunter

— ¿Con el pendejo miope? Ya mejor miéntenme la madre— susurró Damon golpeando su cabeza con su mano

James volteó a ver al Ravenclaw, en definitiva no sería nada sencillo trabajar con el mejor amigo de su ex novia.

— Kayla O'Connell con Sirius Black

— De menos Sirius me agrada— murmuró Kayla— Y él no me puso los cuernos

— ¿Cuántos años encerrado en Azkaban crees que me den si aviento a James de la torre de astronomía?— preguntó Damon mirando mal a quien sería su compañero de trabajo

— Si le tengo que encontrar el lado cómico a esto, puedo decirte que es la venganza del universo por confundir los tintes de cabello— intentó reír Kayla

— Si esto era la venganza, el que me aventaras los cojines de tu sala no sonaba tan mala idea— rodó los ojos el Ravenclaw

⁛⁛⁛

Los rumores en los pasillos comenzaron a rondar, James Potter había terminado a Kayla O'Connell por Lily Evans, escándalo.

Las dudas sobre la ruptura parecían haberse aclarado para todos los que apenas se habían enterado de la noticia.

Kayla detestaba los rumores, pero sabía que eso sucedería tarde o temprano, después de todo, tanto ella, como James, eran medianamente conocidos en el colegio.

"Yo vi llorar a Kayla el último día de clases, estaba siendo consolada por Hunter, Malfoy y Russell, nunca esperé que fuera por James"

"Dicen que Potter solo utilizó a Kayla par darle celos a Evans"

"Yo escuché que terminaron porque Potter se encelaba de Hunter"

"Yo digo que Damon y Kayla van a terminar juntos"

"Kayla merece a alguien mejor que James"

Esos y muchos mas comentarios rondaban por el colegio. Kayla después de la clase de pociones salió sin siquiera dirigirle la mirada a nadie, toda la clase estuvo oliendo su amortentia, la cual olía a James Potter, lo cual lo hacía una enorme tortura para la chica.

Damon siguió a su amiga muy preocupado, sus ganas de golpear a James se hacían cada vez mas grandes, pero no haría nada, sabía que su mejor amiga lo necesitaba ahora mas que nunca.

— La cagaste James— le dijo Sirius a su amigo al ver correr a la Hufflepuff fuera del salón de clases

— ¿Y ahora que hice?— preguntó James sin comprender

— Si para pendejo no se estudia...— susurró Sirius— Nada Cornamenta, vámonos, debemos llegar a defensa contra las artes oscuras

Pero James sabía a lo que Sirius se refería y no pudo evitar sentirse mal al respecto.