𝟬𝟬𝟰. pure music
𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑪𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐 👻 𝑷𝒖𝒓𝒂 𝑴ú𝒔𝒊𝒄𝒂
PARECÍA QUE LLEVABAN HORAS DE PIE OBSERVANDO A JULIE. Los cuatro permanecieron callados, inseguros de qué decir o hacer, ¿cómo consolar a alguien en una situación así? Ninguno de ellos sabía realmente cómo. Alex dio un paso adelante, aparentemente queriendo darle un abrazo a la chica, pero Luke lo agarró del hombro antes de que pudiera moverse de nuevo y les indicó que salieran. Carly hizo todo lo posible por no gemir ante la idea del transporte fantasma, era genial pero al cabo de un rato le hacía sentir que la cabeza le daba vueltas.
Reaparecieron justo fuera del estudio, Alex tenía una mirada molesta en su cara.
—Oh, ¿por qué me has parado? ¡Julie necesita un abrazo!
—A ver, porque un abrazo de fantasma no es el momento de consuelo que piensas. Confía en mí. Lo que Julie necesita es privacidad —Luke se encogió de hombros y miró hacia atrás a la puerta para asegurarse de que la chica no venía.
—Creo que nos has hecho salir porque no soportas cuando lloran los demás —acusó Alex—. Lo sé bien. ¡Lloré en un cuarto durante 25 años y no me dísteis ni un abrazo ninguno de los tres!
Reggie se miró los pies con culpabilidad.
—Vale, ven aquí─
—¡No me toques! —exclamó el batería.
—Por eso no te abraza nadie.
—Creo que el señor musculitos tiene razón —coincidió Carly—. Si yo estuviera en sus zapatos me gustaría tener algún tiempo para lidiar con lo que está pasando. Esa fue la primera vez que ha tocado música desde que falleció su madre, no me puedo imaginar cómo se debe de sentir eso.
Luke le lanzó una mirada rara.
—Quizá podrías entenderlo si te limitaras a tocar. Carly, te digo que, de alguna manera, tocar estando muerto sienta incluso mejor que cuando estábamos vivos. Además, sería un alucine oírte tocar otra vez.
Reggie y Alex asintieron emocionados.
—¡Sí, por favor! —dijo Reggie— Hace una eternidad que no tocas con nosotros.
Carly suspiró.
—Ahora no, chicos —dijo nerviosa—, quizá más tarde, lo prometo.
Luke le dirigió una mirada cómplice, le pasó el brazo por el hombro y le dio un reconfortante abrazo lateral.
—Vale entonces, yo creo que lo primero que tenemos que hacer, en cuanto nos atrevamos a entrar, es preguntarle a Julie por qué mintió sobre tocar el piano.
—Sí —Alex puso los ojos en blanco, con las manos metidas en los bolsillos—, y hay que decirle lo buena que es.
Reggie se frotó los brazos.
—Es buenísima. ¡Me han dado escalofríos! Piel de fantasma de gallina.
Carly frunció las cejas.
—Esa no existe, Reggie.
—Oh, calla —se quejó—. Déjame divertirme, Carly. Siempre comentas mis bromas y no lo pillo...
—¡Cállate! —susurró Carly— Alguien viene.
Los cuatro se quedaron paralizados a pesar de que, por lo que sabían, nadie más podía verlos. Otra chica caminaba por el camino de entrada, Carly pudo oirla sollozar al pasar junto a ellos.
—Jo. ¿También está llorando? —preguntó Alex.
—¡Sí! —dijo Luke con pánico— Y la cosa que da más miedo que una chica llorando, es dos chicas llorando.
Carly se pellizcó el puente de la nariz mientras discutían, a veces realmente no podía creer cómo los había tolerado durante tanto tiempo, es un milagro que no se haya vuelto loca. Está segura de que a Julie no le gustaría tener una fantasma psicópata rondando por su propiedad.
—No podemos entrar ahí, en serio —dijo Luke.
Reggie pareció como si se le encendiera una bombilla en la cabeza.
—¡Pero podemos escuchar!
Los fantasmas se acercaron de puntillas a la puerta y asomaron la cabeza por la ventana, sólo para agacharse una vez que la cabeza de Julie se levantó de la partitura.
—¡No puedes dejar la música! —exclamó su amiga.
—Espera —dijo Julie con calma—. Tengo que contarte algo─
—¡No! —la interrumpió su amiga—. No he terminado. Julie, tu música es un don, y sería una tragedia. ¡Es como si cancelaras la Navidad, con lo que me gusta y lo sabes!
—Flynn, no─
—¡Ah-ah! —Julie fue interrumpida otra vez, pero Carly se alegró de saber por fin el nombre de la chica— A los seis años, prometimos montar un grupo juntas: Double Trouble.
—No accedí a ese nombre —declaró Julie.
Carly resopló.
—Menos mal que no —susurró.
—Eso no importa —dijo Flynn—. ¡Jules! Si dejas el programa de música, ya no estaremos juntas, eso es lo que pasa. Sí, nos veremos por el pasillo de vez en cuando, pero tendremos vidas y amigos distintos. —Carly suspiró ante las palabras que salían de la boca de la chica, ojalá ella tuviera la oportunidad de luchar con preocupaciones como esta. Cuando estaba en el instituto, sus únicos amigos eran los tres chicos que estaban a su lado, y mira dónde acabó. Muerta a los diecisiete años. Aunque una vocecita en la cabeza de Carly le decía que eso era lo mejor— ¡El único contacto que tendremos será cuando le demos "me gusta" a las fotos de Instagram! —continuó Flynn—. Y siempre que le dé al corazoncito, romperé a llorar porque mi mejor amiga me dejó y─
—¿Qué es Instagram? —se preguntó Reggie en voz alta, pero se hizo callar cuando Julie empezó a hablar de nuevo.
—He vuelto a tocar el piano y a cantar —anunció Julie antes de que Flynn pudiera seguir despotricando.
—¡¿Qué?! —exclamó la histérica chica— ¡¿Por qué no me lo has dicho?!
Julie rió en voz baja.
—¡Eso intentaba, pero tus siete refrescos han podido más!
—¡Cuánto me alegro por ti! —dijo Flynn— ¡Y por mí! —levantó del asiento a Julie y la abrazó— Ugh, fíjate en ti, se te ve como, no sé, viva otra vez.
—No puedo decir lo mismo de mí —dijo Carly aburrida, atravesando la puerta con la mano. Luke puso los ojos en blanco, la agarró de la muñeca y la llevó al otro lado.
—¿Por qué has vuelto a tocar?
Julie hizo una pausa.
—He encontrado una canción que me escribió mi madre. Me daba miedo tocarla —dejó escapar un suspiro—. Todo lo que tiene que ver con la música me recuerda a ella. Y cuando me he despertado... he entendido que por eso tengo que tocar. Para recordarla.
—Pues bien —Flynn se puso una mano en la cadera—, rápido, tenemos que decirle a la señora Harrison que puedes volver a tocar para que te quedes en clase y mi vida ya no sea tan triste. ¡Mi chica ha vuelto!
Se oían sus pasos caminando hacia donde se escondían los fantasmas, Carly abrió mucho los ojos e instó a todos a dar un paso atrás.
—¡Vamos, vamos!
Julie y Flynn aparecieron, y por un segundo pareció que Julie ni siquiera iba a notarlos hasta que se detuvo y los observó parados torpemente contra la puerta.
—¡Oh, eh! —Flynn se dio la vuelta, lanzándole una mirada extraña a Julie— ¡Al tajo! —dijo Julie torpemente, parecía haber olvidado por un momento que era la única que podía ver a los muertos. Continuó agitando la mano mientras Flynn y ella se alejaban, mirando hacia donde estaban ellos, y Reggie le devolvió el saludo.
—¡Tranquila! No escuchábamos —dijo él.
Luke puso los ojos en blanco y le dio una patada, de lado.
—Ugh, por fin —Carly suspiró—, hora de relajarse.
Mal, otra vez.
—¿Por qué no nos habrá dicho que toca el piano de alucine? —les preguntó Reggie.
—Y encima canta —añadió Luke—. ¡Canta de maravilla!
Carly se burló y todos le dirigieron una mirada interrogante.
—En serio, chicos, a veces sois increíbles —dijo en voz baja—. ¿No escuchasteis nada de la conversación de Julie y su amiga? —Los chicos no contestaron—. Es por su madre, idiotas.
—Oh, tienes razón —se dio cuenta Alex—. Habrá sido muy duro para ella.
Luke se encogió de hombros.
—Al menos ahora vuelve tener música en su vida, como nosotros.
Carly se encogió.
—Yo no llamaría exactamente "vida" a lo que tenemos.
Por mucho que deseara seguir teniendo una vida, no recuperaría la suya. Cree que las posibilidades son lo que hace que duela tanto. Si no hubieran muerto, ¿quién sabe qué podría haber pasado aquella noche en el Orfeón? Sunset Curve podría haberse convertido en una banda de éxito, Carly podría haber sido su mánager/compositora, podría haberse enamorado (lo cual esperaba que aún fuera una posibilidad, al menos tenía que haber algún chico guapo, ¿no?). Carly quería reírse de sí misma, a quién quiere engañar, hay uno a su lado. Se sonrojó y miró a sus pies.
Si era sincera, siempre había tenido un pequeño crush con Luke, pero al mismo tiempo siempre se había dicho a sí misma que no podía pasar, bueno al menos cuando todavía estaban resolviendo tantas cosas con la banda, había cosas más importantes de qué preocuparse que un pequeño y tonto flechazo que tenía. Pero la idea de que algo pasara entre ellos siempre nublaba su mente, no pasaría hasta que fueran un poco mayores por supuesto, y tuvieran sus vidas resueltas, realmente no era tan inverosímil pensarlo. Pero ahora nunca podría llegar a pasar.
Malditos perritos calientes.
Carly fue sacada de sus pensamientos por el sonido de la voz de su hermano de nuevo.
—¡Eh! ¡Parte de la ropa que teníamos sigue aquí!
Los ojos de Carly eran del tamaño de neumáticos y podía sentir que quería gritar. Las buenas noticias eran tan agradables de oír, y ella no podía esperar para quitarse el maldito vestido de verano que ha estado usando durante los últimos veinticinco años.
—¡Mola! —exclamó Luke, ya encogiéndose de hombros para quitarse la sudadera sin mangas y la camiseta de tirantes. Carly deseó poder contemplarlo un rato, pero acababa de dividirlos en algo que no podía ocurrir, apartó los ojos de la espalda de Luke y empezó a rebuscar en la segunda bolsa de basura que Alex había tirado—. Oh, la misma ropa desde el 95, chicos —suspiró satisfecho cuando terminó de ponerse una camiseta nueva.
—Ah, sí —dijo Carly—. Otra camiseta sin mangas. Tu look característico, Luke. ¿Son esas y las franelas las únicas prendas que tienes?
El chico la miró mal pero de forma burlona y le tiró una de sus chaquetas, Carly le dio las gracias en silencio y se dirigió hacia el armario para poder cambiarse. Su sonrisa era casi tan grande como lo era cuando escuchó a los chicos tocar por primera vez la noche anterior, ella estaba dispuesta a quemar el vestido que ahora estaba en un montón en el suelo, era mucho más feliz en un par de pantalones vaqueros.
Cuando Carly salió del armario, estaba lista para pavonearse y tal vez hacer reír a los chicos con su vieja camiseta de Weezer. Pero se congeló cuando vio al padre de Julie de pie en la habitación, parecía que acababa de caminar a través de Reggie.
—¡Jo, qué sensación! Y sin embargo creo que este hombre tiene muy buen corazón.
—¿Qué tal todo? —preguntó el hombre a la nada.
Reggie sonrió en agradecimiento.
—Pues la verdad no tan bien. Nos comimos un montón de perritos y algunos─
—Julie ha cantado por primera vez esta mañana —dijo el hombre—. Llevaba casi un año sin cantar. Te habría encantado.
—Ya, lo vimos. Estábamos... —respondió Reggie, pero el hombre estaba mirando hacia otro lado—. ¡Ah! —Le pasó una mano por delante de la cara— Entiendo. No nos habla a nosotros.
Luke le miró con incredulidad, aún sentado junto a las bolsas de basura llenas de ropa.
—Menos mal que sabes tocar el bajo.
Alex colgaba de la barandilla del desván.
—Le está hablando a la mamá de Julie.
—Es una jovencita tan increíble —siguió diciendo el hombre—. Cada día me recuerda más y más a ti.
Alex parecía triunfante.
—¡Acerté!
El padre de Julie se sentó al piano con lágrimas en los ojos.
—Vo-voy a sacar fotos para la web de la inmobiliaria. No quiero mudarme, pero... creo que es lo mejor para Julie. Aquí hay tantos recuerdos... Julie tocando a tu lado y-y Carlos intentando cantar sin los dos dientes de arriba.
Carly oyó que Luke respiraba agitadamente y se inclinó hacia delante para verle bien la cara, parecía que él también estaba a punto de llorar. Miró hacia atrás a Alex, que negó con la cabeza. Carly cogió la mano de Luke y la apretó ligeramente.
—¿Estás bien? —le preguntó, con la mirada ahora puesta en él. Luke asintió y se secó frenéticamente las lágrimas de los ojos.
—Oh no, Luke, tú también no —dijo Reggie, que tenía las lágrimas a flor de piel.
Luke sacudió la cabeza, con la mano en la boca.
—Es tan triste —dijo el cantante—. Está hablando de mudarse, pero el pobre tipo no quiere mudarse.
Alex levantó la mano.
—Vale, ¿y yo soy el demasiado emocional?
—¿Po-po-podemos ir a ver a mi familia para ver cómo les va? —preguntó Reggie desesperadamente, el corazón de Carly se desplomó ante la idea de volver a ver a sus padres, quería hacerlo por supuesto, pero no se llevaban precisamente muy bien antes de que los corazones de ella y Alex dejaran de latir.
—Sí —coincidió su hermano—. Escuchar esto está... muy mal.
—¿Te acuerdas de cuando los niños estaban en casa de tu hermana y vinimos aquí en nuestro aniversario? —preguntó el padre de Julie.
Luke se recompuso, su mandíbula se abrió cuando las palabras salieron de la boca del hombre.
—Sí. Definitivamente está mal. Vámonos.
Los tres chicos desaparecieron, dejando a Carly atrás gimiendo para sí misma antes de decidirse a tomar la salida normal, sus pies la llevaron hasta que estuvo fuera del estudio y ya no pudo escuchar al padre de Julie hablando. Escucharlo hablar le rompió el corazón, aunque era buena ocultándolo. Le hizo preguntarse si alguien había intentado hablar con ella después de su partida.
Eso espera, sería un asco irte y que no te echaran de menos.
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