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𝙨𝙞𝙭. evolución gracias al fracaso

—C A P Í T U L O       S E I S—

Evolución Gracias Al Fracaso.

❝Dicen que del fracaso se aprende,
y del éxito no mucho.
Entonces... ¿Por qué mis fracasos
me conducen a mi perdición
en lugar de mi enseñanza?❞

📍EN ALGÚN PUNTO DESCONOCIDO DE LA GALAXIA.

💢|La noticia revelada por la Tercera Hermana al dúo ocasionó que las heridas emocionales que yacían en el rincón más oculto y profundo de su ser reavivase con intensidad.

Tanto era su dolor, que al momento en que cruzaron miradas entre sí, se alejaron el uno del otro hasta ubicarse en sitios opuestos en la pequeña nave.

La pequeña Leia Organa, al sentir un conflicto e inestabilidad en el ambiente, decidió que lo mejor en esta situación desconocida para ella era no intervenir o hacer un comentario que pudiese alterar el orden.

Con el pasar de los minutos, la pequeña infante colocó algunas mantas en la superficie del suelo metálico, donde procedió a recostarse con el propósito de descansar de toda la locura en la que se encontraba envuelta. No pasó mucho tiempo cuando logró conciliar el sueño.

Y mientras que Kenobi meditaba con el propósito de comunicarse con su antiguo Maestro Qui-Gon mediante la fuerza, Rea intentaba desesperadamente eliminar la negrura en las yemas de sus dedos que se había manifestado al terminar de inspeccionar las siguientes hojas en el libro color plateado.

—Quítate—Pedía Rea con gran inquietud, mientras tallaba las yemas de sus dedos contra la tela rojiza en su chaqueta—Por favor—Masculló ejerciendo la misma acción anterior.

Quería culpar a su cansancio o su insomnio de la acción que ejecutó al perder la poca paciencia que le quedaba, aún cuando sabía que la culpa verdaderamente recaía en algo con más influencia que lo anterior.

Al encontrarse frustrada por no conseguir eliminar las manchas "permanentes" en sus dedos, Rea intensificó involuntariamente el avance de su no deseada profecía. ¿Cómo lo supo? Bueno, gracias a que divisó su reflejo en un material metálico, observó una peculiar tiara escarlata formándose por encima de su cabeza.

Aterrada y airada por ello, un estruendoso sonido alarmó al de cabellos rubios, quien no tardó mucho tiempo en dirigirse a la ubicación en la que la sokoviana se encontraba.

—Rea, ¿estás bien?—Preguntó luego de dar unos ligeros golpes en la puerta que impedía el pase a la bodega en la que la nombrada se encontraba oculta.

—Todo está bien—Respondió dudosa, o eso interpretó Kenobi, pues las manos de la castaña se encontraban en los costados de su cabeza en un intento de aligerar la inexplicable punzada que se hizo presente en dicha zona.

—Pues tu voz me dice todo lo contrario—Obi-Wan se cruzó de brazos e inclinó el lado derecho de su cabeza contra el frío material metálico con el propósito de que su audición escuchara con mayor facilidad los ruidos en el interior.

Y así como Obi-Wan sentía el miedo de la Hexe, Rea podía sentir la preocupación del Jedi.

El inesperado deslizamiento que impedía visualizarlos entre sí, generó que el de ojos azules tuviera que balancear su equilibrio para no terminar en el suelo. Al estar firmemente de pie, observó los orbes esmeraldas emanantes de dolor, culpa y miedo en la fémina para después dejar su asombrada visión sobre las oscuras yemas de la castaña.

—No puedo quitar las manchas, lo intenté. No soy mala, lo juro—Habló con cierta aceleración, ello como reacción al desequilibrio en sus emociones.

—Nunca dije que fueras mala—Se apresuró a recordarle antes de intentar tomar sus manos entre las suyas, pero Rea terminó por alejarse unos centímetros—Rea...

—Seré igual que él o incluso mucho peor—Informó con su ritmo cardíaco aumentando con más intensidad con cada segundo que avanzaba.

Obi-Wan no tuvo que divagar mucho en la persona sobre la que recaía la palabra "él", aún así se encontraba confundido debido a la carencia de información.

—¿Cómo estás tan segura?—Al terminar su interrogante, un libro color plateado y con marcas de oxidación envuelto en el aura escarlata, se mostró frente a sus ojos antes de recaer entre sus manos. Para cuando las yemas de sus dedos rozaron aquel místico y peculiar libro, una indescriptible, horrible y terrorífica sensación recorrió su cuerpo, cosa que no fue desapercibida por Rea—¿Darkhold?—Preguntó antes de empezar a hojear las escrituras en éste.

—Lo encontré hace mucho tiempo... Mi hermano y yo lo encontramos juntos—Especificó Rea moviendo su mirada hacia otro lugar que no fuesen los ojos oceánicos que nuevamente caían sobre ella.

Para desgracia de ambos, la forma en la que se habían conocido no había sido para nada grata. La guerra avanzaba con cada rincón del planeta Sokovia, muchos huían desesperados del peligro a excepción de los Maximoff, dos personas con peculiaridades que se encontraban alejando y destruyendo a los droides de batalla.

En un intento por salvar a una familia, el gemelo de Rea había perdido la vida tras ser golpeado brutalmente contra una ráfaga de disparos, y con ello, la primer aceleración de su "propósito" había llegado.

Por un lado Obi-Wan desconocía la información sobre la profecía casi en su totalidad debido al conflicto interno en Rea en aquellos tiempos, a diferencia de Anakin, Padmé y Yoda, quienes realmente conocían aquella maldición que había en la fémina.

—No importaba a dónde fuera o dónde lo escondiera, siempre regresaba a mí—Añadió a su anterior comentario.

—¿Por qué?—Cuestionó Obi-Wan con su mirada nuevamente sobre el libro. Con sus dedos se encargaba de pasar página tras página, hasta que una captó su atención en lo absoluto.

—Porque hay una profecía que habla sobre mí.

Y aunque había escuchado con claridad la oración emitida por Rea, la concentración de Obi-Wan había recaído en el título y figura que se denominaba como "La Hexe Escarlata". Sus ojos recorrieron con curiosidad la información plasmada en las páginas al igual que los apuntes que, suponía, la castaña había agregado al libro.

—Rea, ambos sabemos que las profecías no suelen ser ciertas—Le recordó en un intento de apaciguar sus miedos, pero por el momento su intención no había funcionado.

—Soy consciente de que la profecía no se cumplió con él, pero conmigo es diferente—Aseguró ella conectando su mirada con la de Kenobi—¿Es que acaso no te das cuenta?

—Realmente no—Respondió él confundido y con sinceridad, antes de que la castaña se acercara y le quitara el libro.

—Soy como un agujero negro, todo lo que atraigo hacia mí lo destruyo—Su oración salió como un titubeo, ello producto de sus nervios.

—Eso no es cierto—Negó Obi-Wan con la cabeza antes de posar sus manos sobre los hombros de la fémina.

—Mis padres, mi hermano, Padmé, Anakin—Nombró con sumo dolor cada palabra en su oración—Todo lo que amo termina muriendo, ¿cuánto crees que falte para que Leia o tú se vayan por culpa mía?—Cuestionó señalándose a sí misma.

—La muerte es parte de nuestras vidas, Rea—La fémina movió su mirada hacia la izquierda con negación—Tú no controlas ni ocasionas eso.

—No lo controlo, pero si lo ocasiono. ¡Tú mismo lo leíste, Obi-Wan!—Obvió alzando el tono de su voz y haciendo que quite sus manos de ella—No podemos negar la realidad que ya conocemos.

—Si tú sigues con esa necedad, con esa certeza agonizante de que serás ese alguien que no deseas, entonces lo serás—La señaló con seriedad, Rea se mantuvo inmóvil y son su semblante serio. Sus ojos brillaban con mayor intensidad, esto gracias a la amenaza de lágrimas por desbordarse en sus mejillas—Si dejas que tus emociones te dominen, entonces caerás.

—¿Nos falta mucho?—La voz de Leia sobresaltó al par en sus respectivos lugares—¿No pueden hacer que esta cosa vaya más rápido?—Cuestionó frotando sus ojos con el fin de adaptar su visión a la luminosidad del lugar.

—Es una ruta de comercio. No podemos controlarla—Respondió el Jedi a la infante.

—¿No puedes hacer eso que haces con tus manos rojas?—Rea negó con la cabeza saliendo completamente de la habitación y con la puerta cerrándose detrás de ella—¿No puedes usar la fuerza o algo parecido?

—No funciona así—Respondió Obi-Wan observando a la fémina alejarse.

—¿Y cómo funciona?—Su atención cayó sobre la persona a la que se le fue encomendada su misión—La fuerza—Aclaró sujetando la manta que la cubría—¿Me dices cómo se siente?

—¿Jamás te ha dado miedo la oscuridad?—Cuestionó a la infante, mientras ambos caminaban a paso lento con el fin de estar cerca de la cabina de mando—¿Cómo se siente cuando enciendes la luz?—Preguntó cuando la menor asintió con la cabeza.

—Me siento a salvo—Sinceró ella con tanta seguridad y tranquilidad, que logró que la conmoción en el par de adultos disminuyera casi al instante.

—Si, así se siente—Coincidió él antes de entregarle a su confiable amiga droide.

—¡Lola!—Exclamó Leia tomando a su amiga entre sus manos con la alegría desbordando, presionando un gran botón azul, la nombrada se encendió nuevamente—La reparaste. Te lo agradezco—Dijo dándole una sonrisa sincera al Jedi.

Obi-Wan devolvió el gesto enternecido antes de observar a una Rea acercarse—Es mejor alistarnos. Nos aproximamos—Avisó al par, por lo que Leia se alejó algunos metros con el fin de acatar la orden.

—¿Puedo pedirte algo?—Preguntó en un tono bajo. El de ojos azules asintió con determinación—Si me llegó a comportar un poco.. —Una pauta se hizo presente en su hablar antes de continuar... —Desquiciada.

—No voy a matarte—Terminó por ella. Tuvo que susurrar muy por lo bajo su oración para que la infante no escuchase.

—Deberás. No quiero ser su aliada o algo mucho peor.

Obi-Wan negó con la cabeza—Lo que me pides es una locura. No puedo hacerlo.

—Si puedes—Aseguró ella con una pequeña sonrisa torcida que sólo aumentó la desesperación en el de cabellos rubios—Al final, sé que harás lo correcto.

—No serás una villana ni mucho menos un monstruo, Rea. No dejaré que la oscuridad te consuma a ti también—Aseguró con determinación.

—Mira dónde estamos—Rea movió sin emoción alguna su mano derecha señalando su alrededor—Percibe cómo nos sentimos—Con su dedo índice tocó la zona donde los corazones de ambos se encontraban ubicados—Somos un desastre, Obi-Wan.

—Vamos a solucionar todos los problemas, como en los viejos tiempos—Insistió él. Inseguro, su mano derecha tocó la mano del mismo sentido de la fémina, antes de entrelazarlas.

Observando el movimiento del de ojos azules, Rea negó con la cabeza—No va a funcionar.

—Confía en mí, lo hará—Afirmó con seguridad y tranquilidad en el tono de su voz, cosa que relajó a la castaña después de unos segundos.

—Está bien.. —Se resignó Rea dando un ligero apretón en su agarre. Obi-wan sonrío por inercia, al igual que la castaña—... Pero si algo sale mal, yo misma haré lo que se requiere—Advirtió.

—No será necesario.

Antes de replicar, la sokoviana observó una silueta encapuchada detrás de Kenobi dando media vuelta lentamente. Al ya observarla fijamente, el rostro de Anakin fue visible ante ella, lo que generó que la presión en el entrelazamiento de manos aumentara.

—Destruye el libro—La voz de su antiguo amigo le produjo un escalofrío en la columna vertebral antes de que éste desapareciera de su vista.

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Les pido disculpas por tardar tanto en actualizar, en mi defensa: unos problemillas. Pero ni con eso dejaré esta historia, si o si la terminaré >:D

¿Quién ya vio el episodio cinco? Pa' llorar🤧

Muchísimas gracias por el apoyo que le están dando a esto, no tienen idea de los motivada que me siento por seguir escribiendo💗

Tenía planeado desde hace mucho tiempo hacer una historia con el Mandaloriano, pero ahora vengo a solicitar su opinión:

¿Sería bueno que hiciera una saga de "Star Wars"? Mi siguiente paso, al terminar este libro, sería directamente sobre The Mandalorian, pero a decir verdad necesito su opinión.

Que la paz esté con ustedes, ahre xD

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©-mandaloriana76

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