Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

"𝐈𝐈"

Luego de aquel inicio de semana tan dramático y doloroso, tanto para Eun como Jungkook, ninguno de los dos volvió a dirigirse la palabra. Apenas intercambiaban miradas que duraban menos de tres segundos, cada uno tenía sus razones, y no estaban dispuestos a tener más cargas emocionales.

Había pasado un mes desde que comenzaron a comportarse así, las cosas para Jungkook se acomodaban a la perfección, pasó de ser el chico nuevo a uno de los populares más influyentes, junto a su buen amigo Taehyung. Tenía una gran fila de pretendientes detrás de él, y aunque pretendía que estaba interesado en todas, la verdad es que nadie se compararía con su primer amor.

Había encontrado una estabilidad temporal en sus sueños, debido a que luego del incidente en su departamento, Ryujin comenzó a presentarse en cada sueño que tenía día a día, donde ambos podían hablar con todo el amor que tenían y siguen teniendo. Jungkook trataba de llevar una vida relajada y tranquila, pues solo así podría tener esos sueños con su novia, ya que también era una condición que ella le había puesto, es así como los días de la vida de Jungkook tenían un buen equilibrio... Por ahora.

La situación era distinta para Eun Yeong. Su amistad con Jay se deterioraba con cada día que pasaba. Se enteró por fuentes alternas que él ya había encontrado a la Omega de sus sueños, fue esa la razón del porque terminó abandonándola el día en que más lo necesito. Estaba resentida con él, pero estaba dispuesta a perdonarlo. Sin embargo, jamás creyó que días después, él comenzara a evadirla e ignorarla, para después de varias semanas, dar por finalizada a sus años de amistad.

Eun no podía entender porque él se comportaba de esa manera, pero no estaba dispuesta a seguir sufriendo por alguien en el que alguna vez confió y terminó dándole la espalda. Muy aparte de ese problema, Eun estaba teniendo problemas con su tratamiento, y aunque insistía en duplicar las medicinas e inyecciones, la doctora Irene le había dicho que no tendría los resultados que tanto deseaba, aquello enfureció tanto a Eun, que luego de maldecir a la doctora y llegar a casa, se vio frente a un espejo, uno muy grande, donde comprendió que a pesar de todos los intentos que hacía por ser una Omega normal, jamás lo lograría.

Fue allí donde decidió hacer de su vida un cambio extremo. Se cortó aquella hermosa melena que tenía, dejó sus elegantes y femeninos vestidos por pantalones jean y cuero, cambió su dulce y tierno maquillaje a uno más oscuro y agresivo, e incluso, comenzó a usar unos piercings en las orejas. Estaba dispuesta a dejar su vida del pasado, y convertirse ahora en una verdadera loba.

Los días pasaron rápidos, convirtiéndose en otro nuevo mes académico. Ahora con su nueva apariencia, Eun decidió empezar de cero, y no volvería a cometer los mismos errores.

Llegó a la universidad, llamando la atención de todos como siempre, sin embargo, sabía que aquellos comentarios halagadores y maravillosos que recibió en los primeros meses de clase no serían los mismos esta vez. Una apariencia, así como la de ella, no era bien correcta para una Omega, como todos decían y repetían, sin embargo, ella no tenía la intención de ser el centro de atención, no esta vez. Ignorando todas las opiniones, siguió su camino hasta llegar a su salón de clases, donde era obvio que ahora se sentaba sola, y era lo que más disfrutaba de cada aburrida clase. La hermosa soledad.

El tiempo volvió a pasar rápido, llegando la hora del almuerzo en esta ocasión. Todos los estudiantes se dirigían hacia el gran comedor que los esperaba para saciar su hambre, sin embargo, Eun tenía otros planes.

Salió del salón y caminó en dirección contraria al comedor, teniendo como objetivo el salón de arte. Podía ver como los pocos amigos que conocía ya no le hablaban, pero no tenía relevancia para ella. Ató la mitad de su cabello en un moño alto, y resalto sus labios con un color vino intenso. Faltaba poco para llegar al lugar, por lo que sacó una bolsita que tenía guardada en la parte de sus pechos, ya que así nadie la descubriría.

Vio la sombra de un estudiante dentro del salón de clases y sonrió. Caminó apresurada, sin dejar de ver por sus costados. Y al llegar, lo primero que hizo fue cubrir su rostro con una mascarilla, era parte de su estrategia para que todo salga perfecto. Sin embargo, sus ojos la delataron, luego de ver con sorpresa a la persona que tenía al frente. Era Jungkook. Decidida a salir de ese lugar, trató de abrir la puerta con rapidez, más el pelinegro fue más rápido que ella. Jungkook aprovechó esa cercanía para susurrarle un par de palabras...

-Necesitamos hablar.

Ambos se encontraban en la azotea de la universidad, uno alejado del otro, era la primera vez que volvían a hablar luego de un largo tiempo. Eun seguía sin comprender que era lo quería Jungkook, ya que no tenía nada pendiente con él. Metió sus manos sobre su chaqueta azul de cuero y pronunció:

-Desconozco tus intenciones ahora, sin embargo, creo que deberíamos de seguir con nuestras vidas como antes ¿no crees? -seguía con su vista en el horizonte-. Ignorarnos se convirtió parte de nuestra rutina, así que no entiendo porque me jodes la vida ahora.

Jungkook escuchaba cada una de sus palabras, pero ninguna tenía efecto en él. Su propósito era solo uno: hacer que la dulce y sensible Eun Yeong volviera a la vida. Y dirán ¿por qué lo haría? La respuesta esta en la conversación que tuvo la doctora Irene con él.

Ella le mencionó que en la ultima sesión que tuvo con Eun, ella mencionó a Jungkook, lo que le dio a entender que ambos estaban involucrados en una situación. Él estaba convencido de que no había hecho nada malo, por lo que se negó a aceptar esa propuesta, sin embargo, como la doctora no tenía otra opción más que revelar el secreto intimo de Eun, fue ese el mayor motivo por el que Jungkook decidió dar el paso, pues sabía lo doloroso que era perder la conexión con tu lobo, él no lo había sentido, más Ryujin sí.

La comparación que Jungkook hacía entre Eun y Ryujin había disminuido, se dio cuenta de que ambas eran personas completamente diferentes, por lo que no había razón para ignorar por más tiempo a Eun. Cuando vio el sorpresivo cambio que tuvo la pelinegra, provocó en Jungkook lastima. Conocía la razón del porque ella había cambiado, pero aun así no quería ayudarla, era un idiota, por supuesto, pero no sabía como acercarse a ella sin que termine evitándolo, era complicado.

En las pocas oportunidades que tuvo, si estuvo a punto de hablar con ella, pero siempre era interrumpido. A partir de esa carencia de encuentros, él comenzó a seguirla, no como un acosador, pero si buscaba algún tiempo libre que tenía, fue así como dio con las "ventas" que ofrecía en la hora del almuerzo. Y ahora estaba con ella, pensando en cómo comenzar.

-¿Aun recuerdas el día cuando nos conocimos por primera vez? -decidió empezar por allí, por el inicio.

-No entiendo porque lo nombras ahora -respondió, girando levemente su rostro.

-Bueno, creo que, en ese momento, no estabas tan feliz que digamos.

-¿Enserio? ¿Y cómo me sentía entonces? -giró a verlo directamente.

-Te vi.

-¿Qué?

-Te vi -Jungkook acomodó las palabras que tenía en mente y continuó hablando-. Te vi aquella tarde lluviosa fuera de la universidad, traías un vestido blanco.

Eun sintió como un dejávu tenebroso invadió su mente, no quería recordar esos trágicos días, ya lo había superado, y si no salía de ese lugar ahora, sabía que terminaría de rodillas en el suelo, lamentándose por tantas cosas que la lastimaban.

-No tengo idea de lo que dices, pero veo que no llegaremos a ningún punto. Te pido que no vuelvas a buscarme o hablarme. No te necesito.

Diciendo eso, caminó hacia la puerta de entrada en la azotea, no quería seguir allí, y pero aun, junto a un chico que solo la estaba lastimando con los recuerdos que había comenzado a olvidar.

-¿Recuerdas esto? -preguntó Jungkook mientras sacaba un collar de ocho lunas dorada, si, el mismo que tenía Eun Yeong.

La curiosidad pudo más que la firmeza dentro del pensamiento de Eun. Giró nuevamente para ver de que tontería estaba hablando Jungkook, y al ver la joya colgando de su mano, no supo cómo reaccionar. Era el collar de su madre, lo sabía, no había motivo para confundirla. La imagen de su madre, la de su padre y la de ella misma llegaron a su cabeza como un huracán, buscando hacerla entender en todo lo que estaba perdiendo por ser quien no era realmente.

Con pasos inseguros fue acercándose poco a poco hacia Jungkook, y cuando estuvo lo suficiente cera, tocó el dije del collar, provocando en su interior el mismo cosquilleo como la primera vez. Sabía que era el original.

Jungkook estaba contento al ver que había logrado algo, dejó caer toda la cadena sobre las palmas de Eun y se separó un poco. No entendía como de repente sintió un aroma muy fuerte, no era de su gusto, pero para su lobo si, ya que no dudó en reaccionar al instante, confundiendo a ambos. Sabían que Eun no era la dueña de ese aroma, por lo que sospechaba que alguien los estaba observando.

-Gracias... -logró pronunciar con dificultad, debido al nudo que tenía en la garganta.

-Sabía que algún día lo necesitarías, por eso no dudé en guardarlo hasta que me lo pidieras -confesó-, parece que demoraste mucho verdad -, decía con un tono más suave, no quería que ella terminara llorando.

-Gracias -volvió a decir.

-No tienes que agradecer, yo lo hice por -se detuvo al sentir como Eun lo rodeaba con sus abrazos, en un sincero abrazo.

Jungkook no supo cómo actuar, pero si estaba preocupado por la calidez que sentía su lobo, y como el aroma de antes se hacía más fuerte, mareándolo un poco, pero parecía que su lobo lo disfrutaba. Buscó a la causante de esos efectos, más no la halló, tal vez después tenía que averiguarlo por su propia cuenta.

Volvió a ver a Eun y sonrió, sabía que una niña como ella no merecía todo lo que le había sucedido, era muy fuerte. Dejó que sea ella quien se separé primero, y cuando lo hizo, pudo ver un tierno sonrojo en sus mejillas, sentía que estaba yendo por buen camino, pues poco a poco ella volvía a ser la misma.

-¿Te sientes mejor? -preguntó sin apartar su mirada.

-Si -respondió con un tono dulce-, gracias.

-Me alegra saber que te sientas mejor, necesito contarte otra cosa importante también -dijo, sin dejar la notoria sonrisa que había formado, lo cual aliviaba mucho a Eun, ya que no sería algo grave.

-Dime -le incentivó.

-El día en el que amaneciste -fue interrumpido por la alarma de la universidad, lo que indicaba el final del almuerzo-. Creo que será para otra ocasión -rio levemente, contagiando a Eun que en muchísimo tiempo también había vuelto a reír.

Ambos se observaron fijamente, tratando de buscar un porque a su comportamiento en ese momento. El ambiente era cómplice de la tranquilidad y pacificad que ambos sentían, lo cual también volvía ha suceder desde hace mucho tiempo. Fue Eun quien decidió romper el silencio.

-Que te parece si tomamos un café, y allí me cuentas lo que aún tienes pendiente -sugirió, esperando que, por un lado, Jungkook aceptara.

-Claro, me gusta la idea -respondió con una linda sonrisa, aquella que ocasionó que las mejillas de Eun volvieran a teñirse.

-¿Hoy en la tarde? -preguntó.

-¿Qué tal el sábado? -propuso Jungkook luego de tener otra idea en mente.

-Está bien -fue la respuesta final de Eun.

-Genial, nos vemos ese día entonces. -Ambos sonrieron, perdiéndose en el propio mundo que comenzaba a surgir.

Después de aquel día en donde Eun Yeong recuperó el collar de su madre, decidió cambiar, mejor dicho, volver a ser quien realmente era, pero esta vez, aceptando que no era una Omega como todas, ella era especial.

Aquella conversación que tuvo con Jungkook fue el inicio de varios encuentros que ambos decidían tener, porque de algún modo habían encontrado una paz que tanto necesitaban en sus vidas. Jungkook por su parte se encontraba feliz, estaba logrando recuperar a la Eun del pasado, pero con una fortaleza y seguridad más completa, lo cual alegraba también a la doctora Irene, quien seguía al pendiente de todo, gracias a los informes del pelinegro.

En cada conversación que tenía con Eun, podía darse cuenta de la verdadera personalidad que ella tenía, una sensible, educada y muy considerada. Ambos intercambiaban anécdotas, chistes de mal gusto, hobbies, música, etc. Sabían que probablemente una nueva amistad estaba floreciendo, y aunque uno de ellos estaba siendo más sincero que el otro, seguían sintiéndose feliz por los momentos que compartían.

La semana había llegado a su fin con una tarde de exámenes, aunque fue horrible, todos los estudiantes podían decirle adiós hasta los próximos meses, ya que estaban entrando a la semana de mini vacaciones. Eun había decidido pensar en ello después de su cita con Jungkook, pues, aunque se niegue a creerlo, fue ella quien le había propuesto otro reencuentro, y sabía muy bien que no sería tan casual como suponía, era una cita... como amigos.

Eun Yeong se encontraba de pie en el centro de su habitación, sin quitar la vista de la gran variedad de vestidos que había comprado, si, la Eun adicta a la moda había vuelto. El caso era que tenía que elegir uno de ellos para su cita, aunque lo positivo era que no tenía a quien impresionar esta vez, lo negativo era que siempre lograba destacar con cual prenda que se pusiera, y esta vez no quería eso.

Fue descartando poco a poco cada vestido, dejando como finalistas a solo 3: el primero era rosa pastel, con encaje en los brazos y hombros, el segundo era amarillo, con un gran moño que sin duda llamaría la atención, y, por último, un vestido celeste pastel con un lazo pequeño en el cuello. Entre esas opciones, Eun eligió la tercera, ya que lo que menos quería era generar escandalo o caos.

Dejó su elección sobre un colgador junto a sus tacones del mismo color que el vestido, y un bolso blanco a un lado. Se acomodó su cabello en un moño pequeño ya que su cabello era muy corto, y luego de ponerse el pijama, ingresó a su cálida cama, esperando disfrutar de una buena y larga siesta. Eun abrió los ojos, y vio el techo de su habitación, pero trato de pensar en las grandes nubes que adornaban los cielos y visualizó a sus padres, quienes la observaban con orgullo, porque había vuelto a ser ella misma. Con esa imagen en mente, Eun cayó rendida en el mar de sueños.

Esperando con emoción el día siguiente.

El tiempo en la mañana había pasado demasiado rápido para Jungkook, quien no podía creer que ya estaba en camino rumbo a la cafetería donde había citado a Eun. Mientras caminaba, seguía pensando en el sueño que tuvo, y aunque se niega a creer en lo que Ryujin le había mostrado, sabía que tal vez se trataba de una broma por parte de ella, porque jamás estaría dispuesto a reemplazarla, jamás.

Llegó al lugar y no le sorprendió que Eun aun no llegara, ellas tenían su tiempo, lo sabia por Ryujin. Cuando un mozo se acercó, se encargó de pedirle dos americanos late y un capuchino mientras esperaba a su acompañante.

Durante ese tiempo, pensaba en todas las cosas que había logrado hasta ahora, ya no se sentía débil ni miserable, porque sabía; y aunque le había costado entenderlo, que con una actitud así no llegaría a ningún lado. Todos los sueños con Ryujin y las palabras de aliento de la doctora Irene y su amigo Taehyung, lo ayudaron a superar esos momentos de dolor. Convirtiéndose ahora en alguien más seguro y feliz.

El mozo se acercó con los pedidos, y mientras Jungkook intercambiaba palabras con él, la llegada de Eun Yeong llamaba la atención a más de uno. No hace falta decir que hasta el propio mozo quien no le quitaba la mirada de encima, había caído rendido ante tanta belleza que emanaba una Omega como ella.

Jungkook al sentir como su lobo levantaba su cola y la movía provocó que se preguntara: ¿qué era lo que sucedía? ¿Eun tenía algo que ver con su comportamiento? Dejando esas preguntas en el aire, se levantó de su lugar, no sin antes pedirle al mozo que continuara con su labor. Llegó donde Eun y como todo un caballero, la ayudó a tomar asiento. Era inevitable no poder quitarle la mirada de encima, sabía que Eun era muy linda, pero en esta ocasión, aquella palabra quedaba corta para la apariencia que tenía.

-Esto es un poco incómodo, todos están viéndonos -dijo ella en un tono bajo.

-¿Prefieres que vayamos a otro lugar? -preguntó Jungkook, evitando hacer contacto visual con ella, ¿por qué?

-No, creo que ya pasara -decía mientras se acomodaba su corto cabello-. Oh, veo que ya pediste una orden, ¿este es mío? -preguntó, indicando un vaso de café americano.

-Si -respondió Jungkook.

-Gracias -le dio un primer sorbo-, está delicioso -sonrió, provocando que el orgulloso corazón del lobo de Jungkook latiera sin control.

Estaba en problemas.

Luego de unos diez minutos transcurridos, Jungkook sintió la necesidad de que fuese el momento para conversar de un tema muy sensible para él. Pues, creía que como él sabía el secreto de Eun sin que ella tuviera idea, él también debería ser sincero, ya que comenzaba a sentir que una linda amistad surgía.

-Eun -la llamó-, ¿podemos ir a otro lugar?

La pelinegra lo vio con un poco de sorpresa, pero no se negó. Jungkook al ver que si había aceptado, se levantó de su lugar con rapidez y tomó de la mano a Eun, quien seguía sorprendida por el comportamiento de Jungkook, y comenzaba a sentirse nerviosa.

Ambos salieron de la cafetería y después de una pequeña caminata en silencio, llegaron a un gran parque, era el centro de la ciudad. Debido a que era fin de semana, el lugar estaba muy transitado por jóvenes, familias, ancianos, etc. Sin embargo, Jungkook conocía un lugar apartado de todo ellos, un lugar que conoció gracias a Ryujin.

Caminaron un poco más de la cuenta, y terminaron saliendo del parque, Eun estaba confundida, seguía sin entender cuál era el objetivo de Jungkook, pero decidió no preguntar. Pasaron por un lugar en silencio, donde sólo había árboles, y un cielo resplandeciente, entonces ella entendió que se dirigían al bosque de la ciudad, ¿pero, por qué?

Jungkook caminaba con mucha seguridad, pues ya estaba cada vez más cerca. Vio desde lejos el par de columpios que seguían intactos como años atrás, la melancolía de los recuerdos junto a su novia llegó de repente, pero estos ya no eran dolorosos. Él comprendió que la triste situación que pasó fue solo una pequeña parte de lo que llaman vida, y que como todo ser humano, debía de vivir con ello, aún su el resultado fue muy doloroso, tenía que salir adelante.

Ahora ya no recordaba la tragedia del momento, porque había decidido recordar solo aquellos momentos de felicidad y alegría, los cuales superaban en demasía a la tristeza, siendo ese el punto fuerte del porqué Jungkook era diferente ahora. Vivió una vida llena de amor y felicidad junto a Ryujin, pero por un mal paso terminaron separándose, sin embargo, ese era el inicio de toda una vida que le separaba.

Eun al ver los columpios se sintió desorientada, pero también podía sentir una conexión con el lugar, como si hubiera estado en ese lugar en algún momento de su vida, sin embargo, eso nunca pasó.

-Siéntate -le dijo Jungkook, mientras agarraba un columpio.

Eun obedeció, seguido de Jungkook quien se sentó al lado de ella. A partir de ese momento el silencio volvió a rodearlos, pero no era incómodo, pero sólo uno de ellos podía sentir lo especial que tenía ese lugar. Jungkook tenía los ojos cerrados, pero Eun no podía concentrarse. Desvío su mirada por el contorno del bosque, los árboles, algunas aves, y una pequeña familia de venados que al parecer tenían una reunión, aquello le pareció divertido y tierno que no pudo evitar reír un poco, llamando la atención de Jungkook.

-Aquí fue donde la conocí por primera vez. -Comenzó.

Eun dejó de ver a los venados y tratando de recordar de quien hablaba miró a Jungkook, quien seguía con los ojos cerrados.

-Desde el primer momento sentí una conexión especial. Ella era mi Omega.

Eun escuchaba atentamente, y había reconocido de quien estaba hablando, era sobre su novia, aunque no sabía su nombre, suponía que era aquella chica con la que estaba casado y posaba en una foto. La recordaba.

-Viví momentos tan felices que creí que era solo una imaginación, pero si era real. Pude sentir su calor, su amor, ella lo era todo para mí, era mi universo -una pequeña lágrima descendió por su mejilla-, hasta que me la arrebataron.

El corazón de Eun se sintió afligido, no sólo por la manera en que Jungkook se expresaba, sino también el dolor con el que pronunciaba cada palabra. Podía comprender un poquito de lo que decía, pues ella también había perdido a seres que ama, más jamás entendería como era perder a tu pareja, a tu predestinado.

-Me hicieron creer que había sido un accidente por mi culpa, lloré amargamente por muchas noches, tratando de comprender que había hecho mal, sin embargo, solo me estaba lastimando a mí mismo. El culpable era otro -abrió los ojos-, me enteré de que aquel accidente en donde Ryujin falleció fue causado por un ex que ella tuvo alguna vez. Cuando me enteré de eso no pude evitar controlarme, y terminé lastimándome con un veneno llamado venganza. Fue así como llegué a la universidad. Según algunos medios el tipo ese estudiaba allí, y yo no descansará hasta acabar con su vida, con mis propias manos.

La piel de Eun se escalofrío por todo lo que él pelinegra contaba, sabía que la venganza no era buena, jamás es buena, aún si los motivos son demasiados fuertes.

-Decidí empezar mi venganza, más no lo conseguí. Meses después, me enteré de que ese tipo se había suicidado, nadie sabía el porqué, pero me sentía feliz de que ya no existiera. A partir de ese momento sentí como si pudiera volar entre las nubes, sin saber que hacer, porque ya no había motivos para seguir con mi venganza, por fin era libre de esa cadena que solo me provocó más dolor. -Jungkook sintió la mano de Eun sobre su hombro, y continuó-. Y ahora este soy yo.

Eun sonrió, aun a pesar de todos los malos momentos, Jungkook pudo salir adelante con mucho esfuerzo emocional, sentía una pizca de orgullo sobre su nuevo amigo, si, su amigo.

-Pero todo eso fue lo que sentía mi lado humano, sin embargo, mi lobo era diferente -suspiró, mientras una sonrisa aparecía en su rostro-. Al principio ambos sentíamos lo mismo, estábamos dolidos, yo por Ryujin y él por su Omega. Nuestra conexión era tanta que no podíamos ni levantarnos, estar todo el día en la cama no era lo que nos gustaba, pero el peso del dolor era mayor. Estuvimos así por más de un año, sin embargo, mientras yo me hundía en la tristeza, él se encargó de sus propios asuntos y comenzó a superarla -soltó una risa.

-Es divertido si lo cuento ahora, pero sin duda nuestra conexión nos permitía compartir esas emociones. Luego de enterarnos sobre la muerte del tipo que asesino a Ryujin, ambos nos sentimos más aliviados, y decidimos comenzar de nuevo, aunque esas palabras era más por mi lobo que por mí. Mientras yo seguía viviendo mi vida con los recuerdos de Ryujin, él comenzaba a sentir atracción por alguna Omega que no tenía idea de quién se trataba.

Eun estaba sorprendida por la gran conexión que ellos tenían, sin duda sentía envidia, pero estaba feliz de que por lo menos él pudiera disfrutar de eso.

-Supuse que aquella Omega podría ser cualquier chica o chico tal vez, pero no tenía ansias de conocerla. Yo estaba feliz con mi vida, porque no estaba solo, la tenía a ella -miró al cielo, con una sonrisa que expresaba amor.

Eun se sentía feliz por él, pero no podía ignorar la sensación en su pecho. Jamás había amado a alguien, por lo que no comprendía a la perfección como se sentía Jungkook, sin embargo, la sonrisa y paz que transmitía, junto al aroma que comenzó a desprender le aseguraba que él estaba bien.

Jungkook notó el silencio de Eun y no dudó en levantarse de su lugar y ponerse de cuclillas frente a la pelinegra. Sorprendiéndola un poco.

-Sé cómo te debes estar sintiendo -confesó, ya que conocía a la perfección su situación-, pero sé que algún día encontrarás aquella pieza que te falta y te convertirás en la estrella que tanto anhelarán. Tranquila -limpió las pequeñas lágrimas que habían caído por sus mejillas.

-¿Puedes darme un abrazo? -preguntó con timidez.

-Claro que si -respondió Jungkook, levantándose de su posición.

Eun también se levantó y con un poco de nerviosismo pasó sus brazos sobre la cintura de Jungkook, rodeándolo por completo. Dejó reposar su rostro sobre su pecho y soltó un suspiro. Jungkook decidió liberar un poco de su aroma, y aunque sabía que no afectaría a Eun, podía tranquilizarla un poco, era parte de su don.

Ella por su parte, inhalo aquel dulce aroma de café y vainilla, sintiendo como la paz se apoderaba de su mente y cuerpo por un momento. Estaba muy agradecida por su atención.

En ese momento, ambos se dieron cuenta de que algo nuevo sucedía, una amistad estaba naciendo, y ninguno de los dos se arrepentía de todo lo que habían pasado para por fin conocerse.

Jungkook estaba bien, sentir el abrazo de Eun lo fortalecía, ya que también ella le compartía la sensibilidad, una emoción que era buena si se tenía la cantidad correcta. Estaba disfrutando de ese momento junto a ella, hasta que un sonido lo aturdió, pero, sobre todo, despertó por completo a su lobo.

Un ronroneo.

Volvió a prestar atención a ese detalle y tal como lo sospechaba, provenía de Eun, quien al parecer no se dio cuenta de lo que sucedía. Jungkook se sintió temeroso por lo que aquella reacción había provocado en su lobo, pero, aunque sabía que algo sucedería después, estaba feliz de que el lobo de Eun, por fin estaba volviendo a la vida.

FIN

──────────── ✧ ────────────

Podemos pasar momentos muy difíciles que, sin duda nos marcan la vida, pero dependerá de nosotros si nos aferramos a ese pasado o si aprendemos a superarlo. No te quedes con lo que te hace daño, libérate y déjalo ir, tal y como el título de esta historia "Quit" = "Dejar".

YEMI PARK.


Por fin. Había pasado un buen tiempo desde que no escribía One Shot's y aquí ya tenemos a uno jsjsjs. Espero que hayan disfrutado de esta historia, que sin duda no tenía idea de que rumbo tomaría, pero sin duda me gusto el resultado.

Gracias por leer este único capítulo, y si llegaron hasta aquí, solo quiero decirles que tengo un gran proyecto para esta historia: Quiero convertirla en una historia larga, por lo que muy pronto les comunicaré más cositas al respecto.

Sin más que decir, una vez más, muchas gracias. ❤️🏮

.

Nos vemos en algún posible otro Shot uwu.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro