🌙I
*Pov Jungkook *
—Hola, mi nombre es Jeon Jungkook y acabo de salir de mi clase de matemáticas. Hace ya cuatro meses desde que logré entrar a esta prestigiosa universidad, la verdad nunca creí poder lograrlo y así iba a ser, sin embargo, mis dos mejores amigos me ayudaron un montón, con el papeleo, los estudios y todo. Los adoro demasiado y nunca les fallaré en nada. Les debo todo lo que soy, sin exageración.
Dirigiéndome hacia mí dormitorio que debería estar vacío a estas horas ya que mis amigos están en clase, saludé a un par de conocidos por el camino. Ya llegando a mi destino, saqué mi llave de la mochila. Dispuesto a abrir la puerta pero sonidos que venían desde adentro me paralizaron por completo.
Pegué mi oreja a la fría madera, tratando de escuchar más a fondo de quien se trataba. Al momento de que pude verificar y caer en cuenta que era música no le tomé mucho importancia porque no era la primera vez que ellos dejaban ese aparato encendido.
Guardé mis llaves, giré el pomo de la puerta y entré.
La escena que acababa de presenciar me hizo retroceder dos pasos, (ya estando la puerta cerrada) la madera detrás de mí, me detuvo. Un lindo peli celeste bailando en medio de la sala, en una camisa algo pequeña porque no le cubría sus boxers que estaban a la vista, no pude evitar mirarlo, era muy atractivo y su cuerpo tenía curvas que llamaban mucho mi atención, poseía unas largas y hermosas piernas.
Si. Lo admito, a veces soy demasiado gay.
Pero al acercarme, este no se inmutó para nada, a pesar de ya saber de mi presencia. Me atreví a preguntar: —¿Quién eres?— mi tono de voz suave solo logró que él se detuviera y me dedicara una suave sonrisa a labios sellados.
—Soy Kim Taehyung —estiró su mano hacía mi pero yo estaba encerrado en mis propios pensamientos, había escuchado ya ese nombre. Acaso era…
—¿Taehyung? —pregunté de manera intranquila, yo ya estaba pegándole el ojo, maldita sea.
—Si.. ¿Y tú?—el pobre seguía con la mano estirada, así que la tomé y las agitamos juntas.
—Soy Jungkook, ¿Eres hermano de WoonJin y Seungmin?.
—Así es, eres su mejor amigo, ¿Cierto?
—Si —Dije bruscamente y me giré en dirección a las escaleras que daban a la planta superior donde se encontraban las habitaciones.
—Hey —llamó mi atención, pero no me detuve ni tampoco me giré —¿Ya te vas?
Asentí en respuesta. Tenía que borrarme de la mente los pensamientos sucios que tuve con él, además de ser más pequeño que yo, es hermano menor de los dos gorilas que viven conmigo, simplemente no se puede.
Pues tan pequeño no era...
Ya pasadas dos semanas desde ese suceso, él no ha dejado de acudir a la casa, yo creo que está buscando una manera de hacerme caer, literalmente, él siempre se pasea por la casa en ropas cortas que dejan a la vista su buen cuerpo, ¡Por dios que deje de hacer eso! ¡¿Acaso no ve que soy humano y la carne es débil?!
Según mis conocimientos, él me está seduciendo y eso es una gran alerta de peligro.
Nuevamente, después de salir de mi última clase, ya casi anochecía, me dirigí a mi apartamento, debo llegar a bañarme y salir a comer con una compañera. Mañana teníamos un trabajo juntos que realizar en mi casa y queríamos reunirnos antes, así que la invité a cenar.
Entré y me dirigí directamente a mi habitación, los chicos ya deberían haber llegado, sobre todo SeungMin, él tiene unas cuantas clases menos que Woon.
Solté mi mochila sobre mi cama, me empecé a quitar la sudadera que cargaba adentrándome al baño, pero me detuve al recordar que no tenía shampoo, el mío se me había acabado esta mañana, iré a ver si Seung tiene.
Toqué a su puerta un par de veces, sin obtener respuesta alguna, así que simplemente empujé y entré. Aceleré mi paso hacía el baño pero de reojo pude ver una figura recostada sobre el colchón ajeno. —¿Seung?— pregunté en tono bajo.
La sabana se removió por varios segundos, pero después vi como una cabellera celeste se asomaba por esta, así que rápidamente me adentré al baño ¡Joder! Justo ahora que ando sin camiseta. No debería ser un punto bajo a mi favor. Solo debo tomar el bote de shampoo e irme de regreso a mi habitación.
Mis planes se vieron interrumpidos cuando al salir, pude ver como el peli celeste se encontraba sentado al borde de la cama, sus piernas guindando de ella.
—Hola— me saludó.
—Adiós —dije yo.
Él se paró interponiéndose entre la puerta y mi torso desnudo, con su mirada admiraba mi piel descubierta. Tengo buen físico también, que puedo decir, tantos años en el gimnasio han dado sus frutos.
—¿Qué quieres? —pregunté.
—Muchas cosas —dijo en un suave susurro— Si te las dijera posiblemente te asustarias —sentí como su dedo índice delineaba mi marcado abdomen, su labio inferior se encontraba apresado entre sus pulcros dientes frontales.
Solo Suspiré y dije: —Quieto renacuajo.
Salí de la habitación, si me quedaba más tiempo, la puerta sería testigo de cómo lo hubiera estampado contra ella.
~Heidy
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