—Al fin tengo noticias tuyas.

Es difícil caminar y que las cámaras te sigan. Vamos hasta la cocina donde hay más cámaras y personal que se dedica a la gastronomía, papá está haciendo un programa de cocina, lo que seguro le emociona.

—Un placer— digo, el experto inclina la cabeza hacia mí a manera de saludo.

—Mi hija, Hazel Han, creadora de las fragancias más exquisitas en el país— sonrío, él suele tener esa actitud frente a cámara— ella le dará una probada al manjar que su padre cocinará el día de hoy.

Y cuando se apaguen las camaras por breves minutos, va a preguntarme por qué todavía no me he casado. Y esa sonrisa de comercial que muestra, desaparecerá como si nunca hubiese existido. Sé que me ama y todo eso, pero creo que ama más su buena reputación y bueno, digamos que con los escándalos que he tenido, la arruino un poco.

Su equipo de maquillistas se acerca a mí por orden suya y arreglan el aspecto de mi rostro, no me niego a ellos, supongo que es la costumbre, crecí en este ambiente y ya me da igual tener que estar arreglada las veinticuatro horas de los siete días de la semana.

Pruebo el platillo, tiene muy buen sabor, es dulce, ligero y no me sorprende que papá sea bueno en todo, es lo que le caracteriza. Terminan las grabaciones y me pide que lo espere en su oficina; el único lugar en toda la casa sin cámaras, mi lugar favorito.

—Me alegra que decidieras venir a visitar a tu padre— es un poco gracioso que hable de él mismo en tercera persona, se sienta a mi lado en uno de los sillones de la mini sala— sí quería conversar contigo sobre varias cosas que han estado sucediendo a tu alrededor.

—Oh, Dios...

—Así es— suspira— fuiste dama de honor en el matrimonio de la mujer que te robó a tu prometido. Dime en qué pensabas al hacer eso.

—Eh... hacerle creer a todo el mundo lo poco que me importaba que me hubiesen dejado por mi mejor amiga, tal vez. Admito que no fue muy inteligente.

—Ciertamente no lo fue— sé que está molesto por la forma en la que respira— Park es un imbécil. Lo tenía todo, no solo el privilegio de pertenecer a la familia Han, también tenía amor, lo que no es fácil conseguir— asiento, tratando de no mostrar mi sorpresa por las palabras que ha elegido— tienes dinero o tienes una pareja que te ame, rara vez ambas.

Me abrazo a mí misma, encogiendo los hombros.

—Bueno, los Park no están mal económicamente y es obvio que encontró amor en Yenn.

—Los Park tienen dinero, pero no el suficiente y Yenn— se echa hacia atrás en el sillón, bufando como los toros— Yenn es un parásito, ya sé que no te gusta cuando critico la economía de las personas, pero...

—Papá...

—Yenn no te llega a los talones— hago una mueca, para Jimin si— no, no dejaré de hablar sobre el hecho de que Park cambió a la heredera de la fortuna Han, empresaria, especializada en negocios internacionales nombrada tres años como el rostro más bello del país— cualquiera que escuche a mi padre hablando sobre mis importantísimas cualidades, creerá que habla de la reina— por Yenn.

—Eso es grosero.

—Yenn quien es solo Yenn.

Me levanto.

—Pues esa es la realidad, no importa que sea tan buen partido como afirmas, él quiere a Yenn y honestamente, ya no me importa, él está bien por su lado y yo por el mío.

Pero papá me conoce y muy bien, sabe cuando algo me pasa, cuando quiero esconder cualquier detalle. Lastimosamente también conoce mi corazón, así que al igual que yo, se coloca de pie y se acerca hasta donde estoy, entrecierra los ojos hacia mi.

—¿Quién es?

—¿Quién?

—El nuevo ser que ha hecho que ahora Jimin no te importe nada.

Me aclaro la garganta.

—Pues tú te jactas de saberlo todo gracias a los medios que me persiguen. Si hubiese alguien, ya lo sabrías.

—Para mi sorpresa, te has escondido, lo último relevante sobre tí fue la contratación del CEO, que déjame decirte, fue una buena idea.

—Gracias. Eres el primero que dice eso.

Se cruza de brazos.

—Dime quién es el potencial padre de mis nietos.

No creo que Seokjin quiera tener más hijos, ni siquiera piensa en casarse, mucho menos en traer más vida al mundo.

Para qué mentir, cuando Taehyung me dijo aquello me dejó pensativa, algo triste, sé que tengo que conversar con él en un futuro sobre eso... debería hablarlo ya mismo, pero todavía no tengo la valentía de hacerlo.

—Si te lo digo— oh, mi Dios— promete que no vas a juzgarme.

—No voy a prometer nada— lo supuse— solo, dilo. Al menos su nombre.

—Bueno, es un Kim.

—Media población surcoreana.

—Un Kim importante.

—Se reducen las opciones, pero no lo suficiente.

A enfrentar la vida.

—Kim Seokjin— antes de que diga que hay muchos de esos, procedo a explicarle— no sé si lo conozcas, llegó recientemente al país para expandir su negocio, es diseñador de vestidos y trajes para bodas.

—Sé quién es— se acerca más— hay fotografías tuyas en la boda de Park junto al hombre que, según he leído, es su progenitor— asiento— ¿Estás en un enamoramiento con el padre de tu ex novio? ¿Eso es lo que me estás diciendo? Con un hombre que te debe doblar la edad.

—Así es.

—Hazel Han...

—Es un hombre que además de apuesto es exitoso, inteligente, divertido— me da la espalda y me apresuro a meterme en su camino para que vuelva a mirarme— tiene un corazón bello, es muy educado y ha vivido toda su existencia fuera del país por lo que no está demasiado familiarizado con su propia cultura. Nuestra cultura.

Me hace el amor como los dioses.

—Imagina lo que pasará si la prensa se entera de esto.

—Van a hundirme, lo sé. Por eso nadie lo sabe.— está dándome la mirada de odio— Por favor dime que no vas a desconocerme por esto.

—¿Eso se puede hacer?

—Pa...

Tomo su muñeca, mirándole suplicante.

—Es mejor que te vayas a casa, yo pensaré en esto y te llamaré al final del día para decidir qué haremos.

Quiero pensar en qué pudo ser peor.